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19-Plena Edad Media

(comp.) Justo Fernández López

Historia del arte en España

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plena Edad Media siglo XI y XII

El arte románico

El arte románico fue el primer gran estilo claramente cristiano y europeo que agrupó a las diferentes opciones que se habían utilizado en la temprana Edad Media (romana, prerrománica, bizantina, germánica y árabe) y consiguió formular un lenguaje específico y coherente aplicado a todas las manifestaciones artísticas. No fue producto de una sola nacionalidad o región, sino que surgió de manera paulatina y casi simultánea en España, Francia, Italia, Alemania y en cada uno de esos países surgió con características propias, aunque con suficiente unidad como para ser considerado el primer estilo internacional, con un ámbito europeo.

Surge como consecuencia de la prosperidad material y de la renovación espiritual que inspiró la construcción de gran número de iglesias y de edificios religiosos. Las primeras construcciones se hicieron en Lombardía, Borgoña y Normandía.

Desde allí se difundió por toda Europa, debido a:

  • Expansión de las órdenes religiosas (Cluny y Císter) que construyen monasterios. Estos son fuente de riqueza y centro cultural y urbano de la sociedad.

  • Las peregrinaciones (en España el románico se introduce a través del Camino de Santiago).

  • Aumento de la influencia de la Iglesia.

Debido a las relaciones entre religiosos y nobles, los reyes, nobles, obispos y abades de los monasterios impulsaron la construcción de las grandes iglesias y a veces eran aldeanos quienes las costeaban y construían. Las obras las realizaban artesanos especializados como arquitectos, picapedreros, pintores, etc. El arte románico fue sobre todo un arte religioso, que reflejaba los valores de la nueva sociedad feudal, que a la vez era guerrera y cristiana.

El arte románico y el feudalismo medieval

El arte medieval evidencia la solidaridad entre el clero y la nobleza. Es un arte monástico y, al mismo tiempo, un arte aristocrático. Los puestos más importantes en la Iglesia estaban reservados a los aristócratas. La nobleza se convierte en la poseedora del poder estatal. Primitivamente, la Corona era hereditaria y el señor podía escoger a su gusto sus consejeros y funcionarios; ahora los privilegios de la nobleza son hereditarios y los reyes son elegidos. La necesidad de los reyes de reforzar sus ejércitos contra los invasores árabes les llevó a tener que aumentar el presupuesto. Al no poder el Estado pagar, se pagaba el servicio militar mediante concesión de tierras, inmunidades y privilegios señoriales. Los privilegios señoriales y el feudalismo son la institución del siglo IX destinada a resolver los problemas económicos ligados a la manutención de un ejército con caballería y armamento.

El feudalismo era un sistema medieval de gobierno y de organización de la propiedad. El feudo era un contrato por el cual los soberanos y los grandes señores concedían en la Edad Media tierras o rentas en usufructo, obligándose quien las recibía a guardar fidelidad de vasallo al donante, prestarle el servicio militar y acudir a las asambleas políticas y judiciales que el señor convocaba.

El “feudo”, concedido primero en usufructo, se convierte luego en hereditario. La creación de la caballería feudal con la enfeudación hereditaria de tierras como base de los servicios personales llevó al hundimiento de la monarquía absoluta. El estado feudal es una sociedad en pirámide con un punto abstracto en la cúspide: el rey hace la guerra, pero no gobierna; gobiernas los terratenientes. En ninguna otra fase del desarrollo de Occidente dependieron las formas de cultura tan exclusivamente de la visión del mundo, de los ideales sociales y de la orientación económica de una sola casta social reducida: los señores feudales.

La cultura se ruraliza, las ciudades pierden importancia y la economía se vuelve agraria. No hay estímulos que llevan a producir bienes que excedan a las propias necesidades. La economía es autárquica, no existen el dinero ni el cambio. Se consumen los bienes dentro del circuito económico en el que se producen. Falta todo estímulo para la superproducción. Es una economía de gasto que solo produce lo necesario para consumir. No hay ahorro, ni lucro, ni especulación. Los estamentos sociales son vistos como ordenados por Dios. No se puede ascender de una clase a otra. En una sociedad tan inflexible e inmóvil no hay competencia ni rivalidad. El espíritu de la cultura es conservador y apegado a los valores reconocidos.

Este inmovilismo espiritual y social da al arte románico aquel carácter pesante, tranquilo, que cerda de dos siglos impide un cambio profundo en el estilo. Falta todo individualismo y con ello el principio de la competencia inmanente al individualismo. El espíritu de este tiempo busca más la confirmación y la comprobación de las verdades aceptadas por todos, frente a las castas invasoras. Los valores supremos están fuera de duda. Es una época segura de su fe, sin conflictos espirituales ni problemas de conciencia; no hay deseos de novedad ni se cansa de lo viejo. Es una teocracia jerárquica, en la que todo lo humano estaba referido a lo divino.

Con la entrada en el siglo X en el milenio, el movimiento cluniacense predica un nuevo movimiento espiritual y una nueva intransigencia intelectual. Cluny es una ciudad situada al este de Francia central, en el departamento de Saône-et-Loire, cerca de Mâcon. Cluny se convirtió en un importante centro religioso con la fundación de un monasterio benedictino en el año 910, convertido en la sede de la orden cluniaciense, que destacó por el estricto seguimiento de la regla de san Benito de Arriano, y por ser centro de irradiación del románico europeo. La iglesia de la abadía (principalmente de los siglos XI y XII) fue la más grande del mundo hasta la construcción de la basílica de San Pedro de Roma, en el siglo XVI.

En el año 910, bajo la advocación de san Pedro apóstol y sometido a la autoridad del papa, Guillermo, duque de Aquitania, fundó el monasterio de Cluny. Se trataba de un intento de recobrar el rigor de la regla benedictina. Pronto se extendió el movimiento de Cluny y surgieron numerosos monasterios que se acogieron a su tutela. La colaboración de Cluny fue decisiva en la reforma gregoriana, y fueron sus monjes los principales difusores de este movimiento por toda Europa.

Al entrar el milenio, el clero, con fines totalitarios, crea un estado de ánimo apocalíptico, de huida del mundo y anhelo de muerte. El clero mantiene los espíritus en permanente excitación, predica el fin del mundo y el juicio final, organiza cruzadas, excomulga a emperadores y reyes. Con este espíritu totalitario y militante organiza la Iglesia el edificio de la cultura medieval, que hacia fin del milenio se manifiesta en toda su unidad. Se construyen las grandes iglesias románicas, las primeras creaciones del arte medieval. El siglo XI es la época brillante de la arquitectura sagrada, de la escolástica y de la poesía heroica inspirada en lo eclesiástico.

La época de las reformas monásticas es le época de las grandes donaciones a favor de los monasterios. Las riquezas de la Iglesia aumentan. Los reyes buscan a los jefes eclesiásticos como aliados contra los rebeldes. Los no tienen en este época corte fija, acampan con sus ejércitos cerca del monasterio, o en casa del obispo. A falta de capital, los reyes no construyen edificios, sino que satisfacen las ambiciones arquitectónicas eclesiásticas. En Alemania se llamaron “catedrales imperiales” a las iglesias así construidas.

Así es como las iglesias románicas se convierten en la expresión del poder ilimitado y de los medios inagotables, son edificios imponentes y poderosos, “fortalezas de Dios”, tan grandes y macizas como los castillos. Fueron construidas no para los fieles, sino para la mayor gloria de Dios, para simbolizar su suprema autoridad. Como ya no hay grandes ciudades, las iglesias se construyen en pequeñas ciudades tranquilas.

Las formas arquitectónicas pesadas, anchas, poderosas expresan el rígido poderío clasista y el cerrado espíritu de casta. El carácter voluminoso, opresor, serio y grave del románico se explica por su “arcaísmo”, por su vuelta a las formas simples, estilizadas y geométricas. El arte románico ya no es un arte cortesano como el bizantino o el carolingio; al presionar los árabes por el Mediterráneo y perderse la comunicación de Oriente y Occidente. Las ciudades europeas sufren un retroceso. Ahora la producción artística no está sometida al gusto refinado de la corte ni a los impulsos de la gran ciudad. El arte se vuelve bárbaro y primitivo. El arte románico no habla el lenguaje de una época receptiva, sino que predica la renovación religiosa.

Naturaleza sacra del arte románico

Al descentralizarse el poder con el feudalismo, la Iglesia se convirtió en el único cliente de obras de arte. Además, el arte era considerado no como placer estético, sino como culto ampliado, como ofrenda, como sacrificio. En este sentido, el arte románico de la Edad Media está mucho más cerca del primitivismo que la Antigüedad clásica. La simplificación de las formas no significa concesión al gusto de las masas; sino concepción de de una aristocracia que estaba más orgullosa de su autoridad que de su cultura. El arte de la Antigüedad representa el naturalismo y el geometrismo; la época cristiana, la abstracción; el arte de la época carolingia, el eclecticismo; el arte románico, el antinaturalismo y el formalismo.

La cultura feudal es esencialmente antiindividualista y tiende a reducir todo a tipos.  El formalismo estereotipado y la monumentalidad del románico se muestran en la exaltación de la forma cúbica y en la adaptación de la plástica a la arquitectura. Cada detalle tiene un papel subordinado al todo. Domina el principio de la unidad, lo mismo que en la sociedad. El movimiento filosófico y teológico de la escolástica intentó utilizar la razón natural humana, en particular la filosofía y la ciencia de Aristóteles, para comprender el contenido sobrenatural de la revelación cristiana.

Pero lo mismo que junto a la escolástica está la mística, junto al monacato militante la vida contemplativa, así en el arte, junto a un formalismo abstracto estereotipado está el rasgo emocional expresionista. La tendencia fundamental del arte es antinaturalista y hierática.

El espiritualismo del movimiento cluniacense produce en el arte un movimiento dinámico y expresivo. El “barroco románico tardío” está relacionado con la reforma de Cluny. Los frágiles y alargados profetas románicos, devoradas por la llama de la fe, eran los modelos de perfección. El mundo trascendente de la escolástica llevó a la deformación del mundo natural, las leyes que predominan en la concepción clásica de la belleza son abolidas. El arte tiene una referencia trascendental y las formas son solo símbolos de ese mundo.

El estilo románico se interesa solamente por la expresión anímica; las leyes de la estética no se rigen por la lógica de la experiencia sensible, sino por la interior visión del mundo. El arte tiene un rasgo visionario, espectral alargamiento. Los temas suelen ser el Juicio Final, la Pasión de Cristo, etc., producto de la psicosis milenaria y de la expresión de la autoridad de la Iglesia. Hay una vuelta al emocionalismo: insistencia morbosa en las heridas del Salvador. Aunque se ve la resistencia a presentar a Cristo martirizado y humillado en la cruz. Para los señores de aquella época, la sublimidad divina y el sufrimiento corporal eran incompatibles. Por eso los cristos románicos no penden de la cruz, sino que están de pie en ella, con los ojos abiertos, a veces con corona y vestidos.

Caracteres del arte románico

Se llama estilo románico en arquitectura al resultado de la combinación razonada y armónica de elementos constructivos y ornamentales de procedencia latina, oriental (bizantinos, sirios, persas e islámico) y septentrional (celtas, germánicos, normandos) que se formó en la Europa cristiana durante los primeros siglos de la Baja Edad Media.

Recibe el nombre de románica por coincidir su floración con la aparición de las lenguas románicas o romances. Otras fuentes afirman que fue en el siglo XIX cuando el arqueólogo Charles de Gerville dio este nombre a la arquitectura cristiana occidental de los siglos X al XII, por alusión a la arquitectura romana, en la que se suponía que se había inspirado.

  • Tipo de templo abovedado uniforme.

  • Predominio de masa y muros y bóvedas, son ventanas estrechas. Predominio del macizo sobre el vano.

  • La columna tiene forma cilíndrica en el fuste. Se pierden las proporciones clásicas. Se olvida la proporción entre diámetro y altura.

  • El capitel suele ser corintio. Sensibilidad anticlásica de capiteles cargados de monstruos e historias bíblicas.

  • Bóveda de aristas y bóveda de cañón son las preferidas.

  • Arcos de refuerzo sostienen el sistema abovedad, que dan lugar afuera a un gran número de estribos, que decoran las fachadas laterales.

  • Arco de medio punto de sección rectangular. El arco se va enriqueciendo y se va doblando: resaltando en su intradós otro más estrecho.

  • En las puertas, en las cornisas y capiteles se concentra la decoración. El doblamiento de los arcos lleva en las puertas a una serie de arcos de tamaño decreciente, rehundidos progresivamente. Así la puerta románica tiene un aspecto abocinado típico, que persistirá en la arquitectura gótica. El arco de la puerta suele tener tímpano, con soporte central si la puerta es ancha. El tímpano es el espacio triangular que queda entre las dos cornisas inclinadas de un frontón y la horizontal de su base.

  • El templo románico tiene planta de cruz latina, con naves longitudinales y nave transversal o crucero. Si las naves laterales da la vuelta por detrás de la capilla mayor, esta parte se llama deambulatorio o girola.

  • El interior de los templos románicos es oscuro, dado lo estrecho de los ventanales. Esta oscuridad resalta más el carácter de “fortaleza de Dios” de la arquitectura románica.

  • El cimborrio (cuerpo cilíndrico que sirve de base a la cúpula y descansa inmediatamente sobre los arcos torales) es la bóveda que corona el crucero (cruce de nave transversal con las longitudinales).

  • El pilar cruciforme es el soporte más original del románico. Al sustituir la techumbre de madera por la bóveda de arcos, es necesario desdoblar y multiplicar la sección del antiguo pilar. Surge primero un pilar con sección de cruz sencilla, que luego se va multiplicando, añadiendo columnas al primitivo pilar.

  • El exterior: La solidez del edificio es asegurada con estribos exteriores como en el arte asturiano. Estos estribos aumentan la firmeza del edificio y dan un carácter ornamental a todo. La gran presión de la bóveda central debe ser contrarrestada a veces con naces abovedadas de menor altura alrededor de la central o ábside mayor. Estas naves más bajas contrarrestan los empujes tangenciales de la gran nave central. Esto da una apariencia inconfundible a los edificios románicos.

  • El campanario bizantino es cilíndrico y está aislado. El campanario románico se incorpora a la iglesia.

El desarrollo de las bóvedas de piedra fue uno de los logros excepcionales de la arquitectura románica. La razón principal para el empleo de las bóvedas fue la necesidad de encontrar una alternativa a las cubiertas de madera de las estructuras prerrománicas, expuestas al fuego y la humedad. Los intentos para solucionar los nuevos problemas estructurales variaron infinitamente. Se utilizaron cúpulas, bóvedas de cañón semicirculares y apuntadas y bóvedas de arista. Sin embargo, hasta el periodo gótico, no se consiguió una estructura de mampostería en la que los empujes de las bóvedas estuvieran contenidos exclusivamente por pilares exentos y contrafuertes.

Como las bóvedas de piedra eran más pesadas que las cubiertas de madera, se utilizaron muros más gruesos y columnas más robustas. En el estilo románico pleno, particularmente en el francés, el uso de muros con contrafuertes y pilares macizos como soportes para las pesadas bóvedas de piedra produjo un modelo característico de edificio en el que la estructura se compone de unidades más pequeñas articuladas. Estas unidades, llamadas crujías, son los espacios de planta cuadrada o rectangular cubiertos por cada bóveda de arista. En la arquitectura románica tardía las crujías tendieron a ser tratadas como unidades fundamentales del edificio y estos espacios rectangulares se convirtieron en un rasgo característico importante del estilo imperante. La solidez de las estructuras en piedra es otra de las características más notorias de la arquitectura románica. El espacio de las iglesias románicas era generalmente alto y estrecho, iluminado por ventanas de claraboya abiertas en lo alto de la nave central, bajo la bóveda. Las puertas y ventanas presentaban arcos de medio punto ligeramente apuntados. Estas aberturas fueron pequeñas y estuvieron decoradas con molduras, tallas y esculturas que se hicieron más ricas y variadas a medida que el periodo románico fue avanzando hacia su final.

Las “logias” de constructores en tiempos del románico

Los artistas medievales raramente trabajaban aislados. Formaban una especie de equipo que se llamaba “logia”, en la que cada uno realizaba un menester distinto. No se trata de una agrupación gremial. Era un equipo trashumante que recorría ciudades y abadías continuamente o se quedaba algún tiempo en un sitio para finalizar una obra.

Los componentes de las “logias” cambiaban a menudo, aunque siempre continuaba en la logia un maestro muy prestigioso. Por eso, a veces, se ven dos estilos de maestros diferentes en la misma construcción. Se podía dar la circunstancia de que un convento encargaba a una logia la construcción de una parte del edificio; luego había que esperar a recibir más donaciones para poder finalizar la construcción. Esto llevó a la construcción de edificios con estilos superpuestos.

División del románico

La época en que se considera que se desarrolla el estilo románico comprende los siglos XI y XII, sin exclusión de otros siglos anteriores y posteriores, pues aunque algunos edificios del siglo X tal vez ya puedan calificarse de románicos, se erigieron otros verdaderamente tales en diversas zonas (especialmente, en Asturias y Galicia) durante la época gótica hasta casi alcanzar el Renacimiento.

La división más común que puede mantenerse del estilo románico es entre el románico sencillo y el románico de transición dando a este segundo grupo un valor secundario y considerándolo como una variante del primero, con tal de incluir en él los edificios de aspecto románico que ostenten algunos arcos ojivales o apuntados sin cubrirse con bóvedas de crucería. Este segundo grupo empieza en el siglo XI pero no se hace común hasta mediados del mismo siglo e incluso entonces coexiste con el primero.

Cabe también distinguir por otro concepto el estilo románico en dos variantes, con los nombres de sencillo y rebelde, pues se observa que en la primera época del estilo, hasta ya entrado el siglo XII, se presentan los edificios con cierto aspecto de pesadez y tosquedad, que van perdiendo a medida que avanza dicho siglo; mas no puede establecerse esto como una norma constante, por obedecer a muy diferentes causas: regionales o locales, la perfección y elegancia propia de cada construcción, o por corresponder su filiación a distinta escuela artística. No obstante, la división entre románico sencillo y románico florido servirá en multitud de casos para determinar la cronología de los edificios de este tipo en una misma región o localidad que haya de estudiarse; y desde luego se pueden atribuir en España al segundo grupo (correspondiente a mediados del siglo XII hasta bien entrado el siguiente) los edificios románicos que ostenten exuberancia ornamental o gran finura de ejecución de los detalles.

Épocas del románico

Dentro de la arquitectura románica de los diferentes reinos que conforman la península Ibérica durante el periodo románico, debemos distinguir tres momentos constructivos atendiendo a su desarrollo cronológico y a las diversas escuelas regionales. Un primer románico durante el siglo XI, un románico pleno que se desarrolla entre el último tercio del siglo XI y durante la primera mitad del siglo XII, y un tardorrománico que engloba las iglesias románicas con elementos protogóticos centrado en la segunda mitad del siglo XII.

Primer románico

En los condados catalanes del siglo XI, gracias sobre todo al impulso del abad Oliva (970-1046), tiene lugar la construcción de una serie de edificios de estructura simple en los que se emplean las novedades arquitectónicas introducidas en Europa por los monjes cluniacenses, caracterizadas por el uso de un aparejo rústico, naves cubiertas con techumbres de madera o bóvedas de cañón, zonas absidiales en sus cabeceras, soportes en forma de columnas o pilares, fachadas torreadas y una característica decoración exterior a base de arcos ciegos y lesenas o bandas decorativas de tradición lombarda. Los edificios más representativos de este primer románico catalán son Sant Pere de Rodes, San Vicente de Cardona, el monasterio de Santa María de Ripoll y San Pere de Casserres.

Románico pleno

La configuración del denominado románico pleno conlleva la creación de un estilo uniforme, con un lenguaje arquitectónico común, que se extendió por los diferentes reinos de la península Ibérica a lo largo de toda una serie de edificios religiosos compuestos con una misma sintaxis plástica y constructiva.

La expansión de la orden cluniacense en España, la interrelación de las diferentes zonas geográficas a través de las nuevas vías de comunicación, la sustitución de la liturgia visigoda por la romana y el establecimiento de grandes rutas de peregrinación como el Camino de Santiago, ayudaron a la difusión del estilo románico pleno.

La catedral de Santiago de Compostela, construida sobre el sepulcro del apóstol Santiago el Mayor, se inicia el año 1075 bajo los auspicios del obispo Diego Peláez. Como iglesia de peregrinación, recoge en su distribución los precedentes de las iglesias francesas de Saint-Martin de Tours, Sainte-Foy de Conques, Saint-Sernin de Toulouse y Saint-Martial de Limoges. Se compone de una planta de cruz latina de tres naves, amplio transepto también de tres naves, cabecera con girola y cinco capillas absidiales, torres en su fachada occidental y tribuna en el interior. Su nave central está cubierta con bóveda de cañón, las naves laterales con bóvedas de arista y las tribunas con bóvedas de cuarto de cañón.

En el área castellano-leonesa la peregrinación jacobea determinó la edificación de toda una serie de iglesias en la ruta hasta las reliquias del apóstol. En la colegiata de San Isidoro de León, de planta basilical con tres naves, tres ábsides semicirculares y bóvedas de cañón y arista, a cuyos pies se sitúa el panteón de los Reyes de Castilla, destacan además los arcos lobulados de influencia árabe que aparecen en el crucero. En San Martín de Frómista, construida con el apoyo de doña Mayor, viuda de Sancho el Mayor, se realizó una de las iglesias románicas mejor conservadas, con planta basilical de tres naves separadas por pilares cruciformes, tres ábsides semicirculares, un cimborrio de tambor octogonal sobre trompas cubierto con una cúpula y torres circulares en su fachada occidental. Otros conjuntos importantes son los monasterios de Silos y de San Pedro de Arlanza, ambos en la provincia de Burgos.

En las regiones aragonesa y navarra destacan la catedral de Jaca, con sus naves divididas por columnas y pilares cruciformes dispuestos alternamente, el conjunto fortificado de Loarre con sus murallas y su cripta, y la iglesia de Leyre, con su cripta configurada por pilares que soportan unos macizos capiteles y arcos de medio punto peraltados.

Románico tardío

Por último, debemos referirnos a un conjunto de edificios realizados o iniciados en la segunda mitad del siglo XII, considerados por algunos especialistas como edificios plenamente románicos, mientras que para otros presentan algunos avances constructivos del periodo gótico (protogóticos). Se trata de la catedral de Zamora, la catedral vieja de Salamanca y la colegiata de Toro. El elemento más destacado de los tres edificios es el empleo del cimborrio agallonado sobre el crucero, inspirado probablemente en los modelos bizantinos.

La extensión del románico en España

España ya había tenido estilos cristianos regionales antes del románico; pero quedó aislada del resto de la Europa cristiana. El prerrománico asturiano intentaba seguir la ligazón a Europa, rechazando toda influencia árabe. Pero estos estilos regionales no lograron pasar las fronteras. En Francia nace el gran estilo cristiano europeo, el románico, y España lo importa. Aunque algunos autores creen que el románico tuvo influencias del arte hispano-musulmán que España reimportó de Europa, este no es un problema resuelto.

El arte románico es feudal. El núcleo feudal más importante es el catalán, pues en Castilla no existía un feudalismo típico, sino una forma de “señorío” en la que el poder central es más fuerte que en el sistema netamente feudal.

Hay dos grandes corrientes en la expansión del románico español.

Zona pirenaica catalana:

 

Con influencia del norte de Italia (estilo lombardo) y del sur de Francia (estilo provenzal y del Languedoc).

Zona riojana, castellana y galaica:

 

Estilo cluniacense (borgoñón), que se infiltra a través del Camino de Santiago. Es una arquitectura más evolucionada.

Cluniacenses y lombardos introducen en España dos estilos distintos en detalles. Típicos del estilo lombardo son los arquillos ciegos de las cornisas y el capitel de proporciones cúbicas y redondeado en su parte baja. Los arquillos ciegos parecen estalactitas colgantes de los aleros.

Monumentos románicos en España

Zona pirenaica catalana

Monasterio de San Pedro de Roda (878-1022)

 

Monasterio de San Pedro de Roda es una obra muy antigua, con influencia musulmana. Este monasterio benedictino se halla en el término municipal del Puerto de la Selva (provincia de Gerona). Construido en la falda de la montaña de Verdera por debajo de las ruinas del castillo de San Salvador de Verdera que le había dado protección. Cerca del monasterio están las ruinas del poblado medieval de la Santa Cruz de Roda, del que solo queda en pie su iglesia de estilo prerrománico dedicada a Santa Elena.

El conjunto se construye en terrazas, dada su ubicación. El claustro del siglo XII es la parte central del conjunto. En torno a él se distribuyen el resto de construcciones. La Iglesia, consagrada en el año 1022, es el máximo exponente del grupo arquitectónico. De estilo románico sin comparación con las corrientes de su tiempo, aunque sugerente de la arquitectura tardorromana.

Esta iglesia sintetiza con originalidad una serie de corrientes arquitectónicas anteriores, como la carolingia, el prerrománico y las construcciones romanas, por todo ello es considerada uno de los principales exponentes del románico en Cataluña.

En la fachada de poniente del monasterio se alza el campanario del siglo XII, de planta cuadrada y de influencias lombardas del siglo anterior. A su lado una torre de defensa, o del homenaje, que probablemente se inició en el siglo X pasando posteriormente por un largo proceso de construcción y reformas.

Iglesia de San Vicente de Cardona (Barcelona)

 

La Iglesia de San Vicente de Cardona es una iglesia del primer románico situada en el recinto amurallado del Castillo de Cardona, en Cardona (Barcelona). La obra fue construida entre 1029 y 1040. Actualmente la iglesia se encuentra en un perfecto estado de conservación, y es uno de los mejores testimonios de la arquitectura del primer románico catalán.

Dispone de los elementos propios del románico catalán, diferenciándose de la arquitectura lombarda en la plena adopción de las estructuras románicas europeas: planta de cruz latina con tres naves, transepto y tres ábsides semicirculares. A la vez, sin embargo, dispone de algunos elementos típicos de la arquitectura lombarda, como la utilización del aparejo de piedra y decoración típicos lombardos.

Iglesia de Santa María (Barberá del Vallés)

 

La iglesia de Santa María está situada en la población de Barberá del Vallés en la comarca catalana del Vallés Occidental. Se cree que fue edificada sobre otra existente en el siglo XI. A pesar de haber sido transformado esencialmente se trata de una construcción del siglo XII.

En el exterior del templo, se aprecia la decoración lombarda de arcuaciones y lesenas en los ábsides y en la fachadas con un friso de arcuaciones ciegas.

Iglesia de San Clemente de Tahull (valle de Bohí, provincia de Lérida)

 

San Clemente de Tahull: es una iglesia románica de planta basilical perfecta, que se encuentra en Tahull (en catalán, Taüll), en el Valle de Bohí (provincia de Lérida). La iglesia fue consagrada en el año 1123.

Es de planta basilical con tres naves, con un ábside y a sus lados dos absidiolos, el que corresponde a la nave central más grande que los otros dos, más una torre exenta situada en la fachada meridional hacia oriente, muy cerca de los ábsides.

Es de estilo lombardo con excelentes pinturas románicas. En 2000 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, dentro del conjunto de las Iglesias románicas catalanas del Valle de Bohí.

Monasterio de de San Juan de Las Abadesas (Ripollés, provincia de Gerona)

 

Esta iglesia está situada en la provincia de Gerona, en la comarca del Ripollés, en el valle de San Juan. Tiene arcos ciegos lombardos y refleja influencia francesa.

Este famoso monasterio fue fundado en el siglo IX (887) por Wifredo el Velloso (en catalán Guifré el Pilós) y su esposa la condesa Guinedilda como dote de su hija Emma de Barcelona que pasaría a ser su primera Abadesa. Hasta el año 945 fue el único monasterio femenino de Cataluña.

En el siglo XII se construyó una nueva iglesia que es la que aún se puede ver en la actualidad. El terremoto de Cataluña de 1428 asoló la zona y destruyó el cimborrio, así como el campanario. También afectó gravemente a la iglesia que tuvo que ser ampliamente restaurada.

Se conserva un pequeño claustro de estilo gótico, construido en el siglo XV, de dos pisos, conocido como de San Mateo, así como el antiguo palacio abacial también del siglo XV.

Iglesia de Santa María de Agramunt (comarca de Urgell, Cataluña)

 

Iglesia de Santa María de Agramunt tiene uno de los más hermosos pórticos románicos. Es uno de los edificios románicos más importantes de las comarcas del oeste de Cataluña. Destaca por la exquisita decoración escultórica de la portada de su fachada principal. Pertenece a la llamada escuela leridana.

Es un templo de planta basilical de tres naves bajo bóvedas de cañón y triple ábside semicircular con arquerías ciegas lombardas. Más adelante se añadieron los pisos superiores de la torre-campanario (góticos, siglo XIV), capillas y sacristía (siglos XVI-XVII).

Los motivos escultóricos de arquivoltas y capiteles (en el interior) son muy variados: tracería, geométricos, monstruos fantásticos, figuras femeninas y de animales, etc.

Monasterio de Santa María de Ripoll (provincia de Gerona)

 

Monasterio de Santa María de Ripoll es un monasterio benedictino situado en la localidad catalana de Ripoll (provincia de Gerona). Fue fundado hacia el año 880 por el conde Wifredo el Velloso, –seguramente sobre otro de la época visigótica (589) destruido por los árabes–.

Se convirtió en lugar de enterramiento de los condes de Barcelona y de Besalú. El monasterio consiguió ser un centro cultural muy importante de la Edad Media en Cataluña, con una proyección a la altura de otras abadías europeas de este periodo como las de Saint Denis, de Fleury o Montecassino.

En el siglo XII se realizó un nuevo pórtico en forma de arco de triunfo, que es tenido como una gran obra de la escultura románica monumental en Cataluña. Están representadas en él varias esculturas, entre las que destacan la imagen central con la Maiestas Domini, el apostolado y escenas del Antiguo Testamento. Decoración lombarda de arquillos ciegos.

Catedral de Santa María de Urgel (provincia de Lérida)

 

Catedral de Santa María de Urgel es un templo de estilo lombardo situado en la localidad de Seo de Urgel (provincia de Lérida). Es la única catedral íntegramente románica en Cataluña, considerada un ejemplar único dentro del arte románico en Cataluña por sus características italianizantes, altamente visibles en la ornamentación de la fachada y la galería abierta de la cabecera del templo.

El templo actual data del siglo XII y está presidido por la Virgen de Urgel (Magna Parens o Magna Domina Urgellitana) se la conoce también como Nuestra Señora de Andorra, pues según la tradición había estado escondida en Andorra durante la invasión sarracena.

Monasterio de San Pablo del Campo (barrio de El Raval en la ciudad de Barcelona)

 

El Monasterio de San Pablo del Campo es un antiguo monasterio benedictino que se encuentra en pleno barrio de El Raval en la ciudad de Barcelona. Es uno de los edificios románicos mejor conservados de la ciudad, con arcos lobulados musulmanes.

No se tienen datos exactos sobre su origen, aunque se supone que fue fundado a finales del siglo IX. Se fija esta fecha por la lápida sepulcral encontrada en el monasterio correspondiente a la tumba del conde de Barcelona Wifredo II Borrell, hijo de Wifredo I el Velloso, que falleció el 26 de abril del 911.

Se cree también que fue el propio conde quien inició la construcción de una iglesia sobre los restos de un antiguo edificio religioso y que estableció ahí mismo una comunidad de monjes benedictinos. El monasterio se encontraba fuera de la protección de las murallas de la ciudad; de ahí su nombre, ya que se encontraba en pleno campo.

El claustro es pequeño y fue construido en el siglo XIII. Los arcos se apoyan sobre columnas geminadas rematadas con capiteles decorados con motivos diversos como temática bíblica, escenas de caza, sirenas, guerreros, monstruos, animales o motivos vegetales. El edificio se encuentra rodeado de un jardín en el que se encuentra la antigua casa abacial construida entre el siglo XIII-XIV y principios del XVIII.

Zona vasca, navarra, riojana, castellana y galaica

Los monjes cluniacenses de la Borgoña (Francia) introducen el románico por el Camino de Santiago. Ponen así fin al regionalismo arquitectónico del norte de España y al nacionalismo religioso de la liturgia mozárabe.

Monumentos románicos de esta zona:

Palacio de los Reyes de Navarra (Estella, Navarra)

 

Palacio de los Reyes de Navarra, también conocido como palacio de los Duques de Granada de Ega, en Estella (Navarra) es el único edificio románico de carácter civil existente en Navarra, junto con el hórreo de Iratxeta. Se trata de un edificio románico construido en la segunda mitad del siglo XII, situado en la plaza de San Martín y haciendo esquina con la calle de San Nicolás, antigua entrada de peregrinos.

El elemento más significativo es la fachada principal. Consta de dos pisos construidos en sillería, que quedan divididos en altura por una cornisa moldurada sencilla.

El cuerpo inferior constituye una galería de cuatro arcos enmarcados por columnas adosadas al muro, con decoración en sus capiteles de tipo vegetal y figurado.

Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz (Argandoña, Vitoria, Álava)

 

Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz es un célebre santuario situado en la localidad de Argandoña, perteneciente al Ayuntamiento de Vitoria (provincia de Álava).

Data del siglo XI y es una verdadera joya del arte románico. En 1138 fue cedido a los monjes bernardos de Nájera que lo conservaron hasta el 1431 y lo vendieron a don Fernán Pérez de Ayala, hijo del famoso canciller del rey Enrique de Castilla, don Pedro López de Ayala.

Su sencilla planta coronada por tres ábsides, sus columnas embellecidas por curiosos capiteles historiados, la pila bautismal y su frontal de piedra del altar del Cristo ostentan detalles que a juicio de algunos hacen remontar su construcción a la época visigoda.

Monasterio de Santo Domingo de Silos (provincia de Burgos)

 

Monasterio de Santo Domingo de Silos es una abadía benedictina ubicada en la parte oriental de un pequeño valle, que el primer documento del Archivo de Silos, del año 954, ya lo denomina valle de Tapadillo perteneciente al municipio de Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos (Castilla y León).

El monasterio, aunque no en su actual configuración, se remonta a la época visigótica (siglo VII), si bien se desvanece durante la ocupación musulmana.

Su claustro es una de las obras maestras del románico español. El claustro es de doble planta, siendo la inferior la más antigua y la de mayor mérito.

Claustro de Las Huelgas de Burgos (Castilla y León)

 

Claustro de Las Huelgas de Burgos: el Monasterio de las Huelgas está situado en la ciudad de Burgos y es un monasterio de la congregación de monasterios de monjas cistercienses de San Bernardo.

Fue fundado en 1187 por el rey Alfonso VIII de Castilla y su esposa Leonor de Plantagenet. Comenzaron las obras a finales del siglo XII y continuaron en el XIII.

Alberga obras de gran valor, entre ellas, algunas de las vidrieras más antiguas de España.

La parte más antigua corresponde al claustro románico conocido con el nombre de las claustrillas, después le sigue en el tiempo la iglesia, de corriente protogótica, y el claustro de San Fernando que es ya de claro estilo gótico, con bóvedas de yeserías mudéjares.

Es un monasterio amplio y complejo, con aspecto de fortaleza, con dependencias que se fueron añadiendo a lo largo de los siglos, como las viviendas tradicionales de los criados y los clérigos, las casas de la administración y las escuelas. Todo el recinto estuvo amurallado.

Colegiata de Santa Juliana de Santillana del Mar (Cantabria)

 

Santillana debe su nombre a Sant Iuliana > Santillana. La colegiata es uno de los monumentos románicos más representativos de la región. Dista algo separada del Camino de Santiago.

Un elemento de especial interés lo constituye el claustro adosado a finales del siglo XII y principios del XIII al muro norte de la iglesia. En una primera fase se levantaría el ala sur y una parte del ala oeste; ya entrado el siglo XIII se completaría esta ala y se construiría el ala norte. El lado este es de época posterior (siglo XVI) y no sigue las directrices del estilo románico.

Iglesia de Santo Domingo de Soria (Castilla y León)

 

La iglesia de Santo Tomé de la ciudad de Soria (Castilla y León) es un templo que data del siglo XII, aunque luego sufrió reformas de épocas posteriores. Cambió su advocación por la de Santo Domingo cuando se suprimió la parroquia a finales del siglo XIX convirtiéndose entonces en iglesia conventual.

Esta iglesia comprende tres partes bien diferenciadas, que se corresponden con otras tantas épocas y hechuras. El crucero y la cabecera son de finales del siglo XVI, de estilo renacimiento tardío. El tramo que sigue al crucero hacia los pies de las naves es un residuo del primitivo templo románico de Santo Tomé, levantado en la primera mitad del siglo XII.

A esa misma construcción pertenece la torre adosada al lado norte de dicho tramo. Los tres tramos finales y la fachada occidental, todo ello románico también, son obra del rey Alfonso VIII de Castilla, por tanto de fines del siglo XII.

En el siglo XVI se le adosó el convento que le da nombre.

Iglesia de San Esteban de Segovia (Castilla y León)

 

Iglesia de San Esteban de Segovia: templo románico de la ciudad de Segovia, construido originalmente en el siglo XII. Destaca por su torre de 56 metros de alto, la más alta de este estilo en la península ibérica. El románico segoviano es muy esbelto, con torres muy altas. La iglesia, situada en la plaza del mismo nombre de la ciudad, posee un pórtico en la fachada meridional con diez arcos y capiteles adornados con grabados medievales. El interior, reconstruido en el siglo XVIII tras un incendio, es de estilo barroco.

Catedral de San Pedro de Jaca (provincia de Huesca, Aragón)

 

La catedral de San Pedro de Jaca (provincia de Huesca, Aragón), es una de las construcciones más características y antiguas del románico en España. Comenzó a construirse casi al tiempo que la de Santiago de Compostela en el último cuarto del siglo XI como sede episcopal y cabeza del Reino de Aragón por iniciativa del rey Sancho Ramírez, que había obtenido el vasallaje vaticano tras su viaje a Roma en 1068, a resultas del cual se le concedió la sede episcopal.12

Esta catedral fue construida a mediados del siglo XI bajo el reinado del primer rey de Aragón, Ramiro, hijo de Sancho III el Mayor, es un monumento capital para entender el desarrollo del románico castellano-leonés en España.

Se trata de una iglesia de tres naves con crucero alineado y cabecera triabsidial escalonada. Los soportes, que alternan pilares compuestos acodillados con grandes columnas, reciben arcos de medio punto con una leve dobladura. Su cubierta original fue sustituida por bóvedas góticas en el siglo XVI. Sólo son originales los ábsides laterales, pues el central también fue reemplazado por un presbiterio gótico. Existen rasgos mozárabes como los modillones de rollos o el cimborrio del crucero: una cúpula semiesférica reforzada con arcos transversos desde el centro de cada lado del octógono.

Es muy notable el ábside que se conserva, con su característica decoración de billetes (molduras formadas por pequeños tacos cilíndricos colocados al tresbolillo) en las tres líneas de imposta, más acusada la superior, que marca la línea de cubierta, columnas enterizas que articulan los tramos de fachada, o los arcos de los huecos, con arquivoltas y sostenidos también sobre columnillas.

Iglesia de San Martín de Frómista (Palencia)

 

La iglesia de San Martín de Tours es un templo erguido en la segunda mitad del siglo XI en Frómista, en la provincia de Palencia (Castilla y León), y situado en el Camino de Santiago. Pertenece al estilo románico y está considerado como uno de los principales prototipos de románico europeo.

Las primeras noticias en las que se hace referencia a esta iglesia datan del año 1066, en el que ya se había iniciado su construcción. Su estilo se relaciona con el románico de la zona de Palencia así como con la catedral de Jaca ya que alguno de sus canteros pudo haber trabajado en esta edificación.

Iglesia de San Pedro de Ávila

 

Iglesia de San Pedro de Ávila, precioso ejemplar de románico castellano, presenta planta de cruz latina, con tres naves que terminan en tres ábsides. La nave central es más alta que las laterales. Las tres puertas de entrada son románicas, en la del lado occidental o de los pies destaca un gran rosetón sobre la fachada. El conjunto está rodeado de un espacio ajardinado y enlosado. En su interior cuenta, entre otras obras de arte, con tallas de santa Catalina y san Pablo.

Real Colegiata Basílica de San Isidoro (León)

 

Real Colegiata Basílica de San Isidoro (León) o, simplemente, San Isidoro de León, es un templo ubicado en la ciudad de León. Es uno de los conjuntos arquitectónicos de estilo románico más destacados de España, por su historia, arquitectura, escultura, y por los objetos suntuarios románicos que se han podido conservar. Presenta la particularidad de tener un Panteón Real ubicado a los pies de la iglesia, con pintura mural románica y capiteles originales, todo lo cual hace que sea pieza única del mundo románico de la época. El conjunto fue construido y engrandecido durante los siglos XI y XII.

En su origen fue un monasterio dedicado a San Pelayo, aunque se supone que anteriormente se asentaba en sus cimientos un templo romano. Con el traslado de los restos de San Isidoro, obispo de Sevilla, Doctor de las Españas a León, se cambió la titularidad del templo. El edificio de la iglesia conserva algunos vestigios románicos de la primera construcción de Fernando I y Sancha. El Panteón y las dos puertas de su fachada sur, llamadas Puerta del Cordero y Puerta del Perdón, más la Puerta Norte o Capitular, son las primeras manifestaciones del arte románico en los territorios leoneses. Con el transcurso del tiempo se hicieron modificaciones y añadidos góticos, renacentistas y barrocos.

Catedral de Santiago de Compostela (Galicia)

 

Catedral de Santiago de Compostela (Galicia) fue comenzada en el 1075 y terminada en el 1130. La catedral de Santiago de Compostela representa la culminación de las grandes iglesias de peregrinación, inspirada en los modelos franceses de Sainte-Foy de Conques, Saint-Sernin de Toulouse y las desaparecidas Saint-Martin de Tours y Saint-Martial de Limoges.

Acoge el que, según la tradición, es el sepulcro del Apóstol Santiago, lo cual convirtió al templo en uno de los principales destinos de peregrinación de Europa durante la Edad Media a través del llamado Camino de Santiago, una ruta iniciática en la que se seguía la estela de la Vía Láctea comunicando la península ibérica con el resto del continente. Esto fue determinante para que los reinos hispánicos medievales participaran en los movimientos culturales de la época. Fue declarada bien cultural Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985.

La catedral se fue ampliando y modificando con el transcurso de los siglos; se le añadieron nuevas torres, un claustro de estilo gótico flamígero, una cúpula sobre el crucero, y entre los siglos XVII y XVIII los exteriores originales se ocultaron bajo nuevos paramentos, entre los que sobresale la fachada del Obradoiro, una impresionante obra barroca proyectada por Fernando de Casas y Novoa.

De las entradas románicas tan solo se conserva la del crucero meridional, conocida como Portada de las Platerías, tallada probablemente por el maestro Esteban hacia el año 1103. Cuando el peregrino medieval llegaba a la ciudad del Apóstol, después de cruzar el mundano bullicio del atrio catedralicio, se encontraba con el mensaje de las imágenes sobre las puertas de entrada al templo. Toda esta serie de figuras que de manera algo confusa se acumulan sobre los paramentos han sido colocadas aquí en distintos momentos, aprovechando piezas de diferentes partes de la catedral románica que han ido sufriendo múltiples avatares.

De principios del siglo XII son las puertas y la decoración directamente relacionadas con ellas, tímpano y capiteles. En uno de sus tímpanos se encuentra una de las figuras más turbadoras de la escultura románica: la mujer adúltera, que tiene en su regazo el cráneo de su amante, obligada a besarlo como penitencia.

Entre los ornatos interiores destacan el enorme incensario conocido como botafumeiro (brasero con cadenillas y tapa, que sirve para incensar), que pende de la cúpula y en las ocasiones más solemnes oscila sobre la nave principal, y las excepcionales capillas barrocas, especialmente la capilla Mayor y la capilla de la Virgen del Pilar.

Durante el reinado de Alfonso III, ante el número creciente de peregrinos y las pequeñas dimensiones de la iglesia, se decidió la construcción de otra edificación, de estilo prerrománico y más amplia que la anterior. No se tocaron las sepulturas de Santiago y sus discípulos, en la cabecera central se colocó un altar dedicado a san Salvador y en los absidiolos laterales a la derecha se situó el altar de san Pedro y a la izquierda el de san Juan. La consagración, con gran ostentación, tuvo lugar en mayo del año 899 con la asistencia de «la familia real, 17 obispos, 14 nobles y otras personalidades».

En verano del 997 Santiago de Compostela fue atacada por Almanzor, el dominador del Califato de Córdoba, después de que, temiendo sus intenciones, el obispo Pedro de Mezonzo evacuara la ciudad. Almanzor y sus huestes musulmanas quemaron el templo prerrománico dedicado a Santiago, respetando el sepulcro. Eso permitió la continuidad del Camino de Santiago. Hacia el año 1000 se volvió a reconstruir.

El templo del siglo X también resultó insuficiente para atender las numerosas peregrinaciones que acudían a Santiago de Compostela. Bajo el impulso del rey Alfonso VI el Bravo y del obispo Diego Peláez se iniciaron las obras de una gran catedral románica en el año 1075. El obispo Diego Peláez fue destituido en 1088, parándose las obras por algún tiempo. Cinco años más tarde las obras estaban en marcha, impulsadas por el recién nombrado administrador de la diócesis, Diego Gelmírez, con el apoyo del nuevo obispo Dalmacio y de Raimundo de Borgoña. En 1101 abandona la ciudad de Compostela el maestro Esteban dejando completadas las capillas del deambulatorio e iniciadas las obras de la fachada de las Platerías. Desde este momento se continuaron con regularidad los trabajos, y durante las dos primeras décadas del siglo XII se remataron los trabajos de los brazos del crucero (en 1111), hasta la colocación de la última piedra, que, si atendemos las indicaciones del Codex Calixtinus, tuvo lugar en el año 1122.37 Diego Gelmírez, nombrado obispo en 1100 y primer arzobispo de Compostela en 1120, fue la figura más importante en la tarea de impulsar la actividad constructora en Santiago. Aunque hubo diversas paradas durante su construcción, la gran cantidad de limosnas conseguidas hizo posible su vuelta al culto y su consagración en 1128. En el año 1140 ya se habían cubierto seis tramos de las naves, y el maestro Mateo se hizo cargo de la dirección de obras en 1168 cuando inició el pórtico de la Gloria y, aunque continuaron las obras hasta buena parte del siglo XIII, se consagró definitivamente la catedral el año 1211.

El Pórtico de La Gloria de la catedral de Santiago de Compostela

 

El Pórtico de La Gloria de la catedral de Santiago de Compostela es una obra maestra del arte románico por la calidad de su decoración escultórica y la importancia del programa iconográfico. Es el mejor ejemplo de la escultura protogótica mundial.

Fue realizado por el maestro Mateo y su taller por encargo del rey Fernando II, quien donó a este efecto cien maravedís anuales, entre 1168 y 1188, fecha esta última que consta inscrita en piedra en la catedral como la de su finalización. El 1 de abril de 1188 se colocaron los dinteles del pórtico y la conclusión del conjunto se demoró hasta el año 1211, momento en el que se consagró el templo con la presencia del rey Alfonso IX.

Las obras de construcción del pórtico, realizado en mármol y granito, comenzaron hacia 1168 siendo obispo de la localidad gallega de Compostela Pedro Gudesteiz, y se terminaron en 1188 bajo el arzobispado de Pedro Suárez de Deza. El pórtico se eleva sobre una cripta y su distribución tripartita corresponde a la organización en tres naves de la planta de la catedral. Su autor fue el maestro Mateo, arquitecto y escultor, que se cree trabajó en Galicia desde 1168 hasta 1188.

La fachada exterior del pórtico desapareció en el siglo XVIII cuando fue sustituida por la actual, obra barroca de Fernando Casas y Novoa. En la fachada interior dos arcos flanquean otro central con parteluz, de mayor tamaño. La organización del conjunto no tiene precedentes hispanos, mostrando una clara influencia de modelos franceses, en especial del monasterio benedictino de la Magdalena en Vézelay.

En el gran tímpano central aparece representado el Salvador mostrando sus llagas, en actitud majestuosa, rodeado por los cuatro evangelistas con sus respectivos símbolos y ángeles con los instrumentos de la pasión, mientras los ancianos del Apocalipsis ocupan la arquivolta.

Una columna de cuádruple fuste define el parteluz sobre el que se encuentra la estatua sedente del apóstol Santiago, apoyado en un báculo y coronado por un nimbo con piedras engarzadas. En las jambas puede admirarse un magnífico conjunto de apóstoles y profetas, que parecen conversar entre sí, anunciando ya la estética del arte gótico.

La arcada izquierda del pórtico posee una decoración escultórica dedicada a la Ley de Moisés y la derecha al Juicio Final. Este pórtico, cuyas figuras aún conservan restos de policromía, ejerció una intensa influencia en ejemplos posteriores, como en la catedral de Chartres o en la de Lausana.

La catedral de Santiago de Compostela fue luego modelo para las de Lugo y Orense. El estilo románico arraiga en Galicia y dura mucho tiempo.

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