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Fuerzas políticas y partidos de la Segunda República

(comp.) Justo Fernández López

España - Historia e instituciones

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Fuerzas políticas y partidos de la Segunda República

Agrupando los resultados de las tres convocatorias electorales durante la Segunda República (1931, 1933, 1936), se pueden agrupar las fuerzas políticas más significativas según su orientación ideológica:

Fuerzas políticas de izquierda

 

Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto. Profundiza las reformas sociales: agraria, labora, educación, etc.). Fue fundado en 1879 por el tipógrafo Pablo Iglesias, y durante cien años se definió como un partido de clase obrera, socialista marxista. En 1979 aceptó la economía de mercado, renunciando a toda relación con el marxismo.

 

Unión General de Trabajadores (UGT), organización sindical obrera, fue fundada en Barcelona en agosto de 1888. A pesar de su apoliticismo estatutario, en su XIV Congreso de 1920 asumió la lucha de clases como principio básico de la acción sindical, si bien nunca llegó a establecer un órgano mixto de conexión institucional con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con el que estuvo relacionado desde su nacimiento.  Con la llegada de Francisco Largo Caballero a la Secretaría General en 1918, adoptó acuerdos coyunturales de unidad de acción con los anarcosindicalistas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y los comunistas. Durante la Segunda República se radicalizó el ala de Largo Caballero. La Guerra Civil ahondó las fisuras internas y provocó la salida de Largo Caballero de la Secretaría General en 1937.

 

Confederación Nacional del Trabajo (CNT), organización sindical anarquista, fundada en Barcelona en 1910, como principal sindicato durante buena parte del reinado de Alfonso XIII, así como durante la Segunda República y la Guerra Civil. La CNT nació con el objetivo de constituir una fuerza relevante opositora al sindicato mayoritario, la socialista Unión General de Trabajadores (UGT). Su fundamento inicial lo halló en el anarcosindicalismo catalán de Solidaridad Obrera (1908).

 

Partido Comunista de España (PCE), a la izquierda del PSOE, formado el 14 de noviembre de 1921 a raíz de una escisión del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de un grupo disconforme con la socialdemocracia y cuya intención inicial era sumarse a la III Internacional convocada por Lenin.

 

Federación Anarquista Ibérica (FAI), organización anarquista, se constituyó en Valencia en 1927 con el objeto de orientar, influir y controlar a la central anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo (CNT), en contraposición al sindicalismo neutro defendido por algunos dirigentes de la CNT. Durante la Segunda República, la FAI mantuvo una oposición frontal contra las instituciones republicanas inspirando las sublevaciones de 1932 y 1933. Durante la Guerra Civil dos miembros de la FAI, García Oliver y Federica Montseny, se convirtieron en ministros del gobierno presidido por el socialista Francisco Largo Caballero, y muchos de sus militantes se prestaron a organizar las milicias para la defensa de la República.

 

Partido Obrero Unificado Marxista (POUM), fundado en 1935 por Andreu Nin y por Juan Andrade. Autodefinido como marxista revolucionario no estalinista, cercano al comunismo de izquierda.

 

Partido Sindicalista, creado por el anarquista del sector moderado varias veces secretario nacional de la CNT, Ángel Pestaña, en 1932. Objetivo: dotar al movimiento obrero de un partido con autonomía frente a los sindicatos, con representación en el Parlamento y con una finalidad: la consecución del comunismo libertario.

 

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), fundado en Barcelona en 1931, partido catalanista, federalista, con apoyo en los sectores populares y obreros catalanes. Sus líderes eran Frances Macià y Lluis Companys.

 

Izquierda Republicana (IR), histórico partido republicano de izquierdas, fundado por Manuel Azaña 3 de abril de 1934. Representa la izquierda burguesa que preconiza la lealtad a la Constitución, laicismo, reformas sociales. Apoyó a las clases medias. Izquierda Republicana se formó tras la fusión de los partidos de Manuel Azaña, la antigua Acción Republicana (AR), el sector izquierdista escindido de los radical-socialistas (el Partido Republicano Radical Socialista Independiente dirigido por Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz) o la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA), de Santiago Casares Quiroga.

 

Unión Republicana (UR), fundada en septiembre de 1934, tras la fusión del Partido Radical Demócrata (PRD) de Diego Martínez Barrio y el Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) liderado por Félix Gordón Ordás. En 1935 se integró en el Frente Popular junto con socialistas, comunistas, republicanos de izquierda (agrupados en la Izquierda Republicana de Manuel Azaña) y otros grupos progresistas.

 

Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) o Partido Radical Socialista, fundado en 1929 por la escisión de la tendencia más izquierdista de la opositora Alianza Republicana. Defendía un liberalismo social de raíces jacobinas y fuertemente anticlerical con elementos de la socialdemocracia. Contó con una elevada proporción de miembros de la masonería. Tras las elecciones de 1931 fue la tercera fuerza política en las Cortes Constituyentes. Sus líderes fueron Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz. Tras su derrota en las elecciones de 1933, desapareció en septiembre de 1934, al fusionarse con el Partido Radical Demócrata de Diego Martínez Barrio para dar lugar a un nuevo partido denominado Unión Republicana.

 

Partido Radical (PR) o Partido Republicano Radical (PRR), fue fundado por Alejandro Lerroux en 1908, durante el período de la Restauración. Si bien durante sus primeros años tuvo un papel discreto, durante la Segunda República se convirtió en uno de los principales partidos políticos españoles, llegando a participar en el gobierno en varias ocasiones. Puede ser considerado de centro, reformista en lo político y cultural, pero conservador en lo social. Apoyó a las clases medias.

 

Agrupación al Servicio de la República (ASR), grupo encabezado por el filósofo José Ortega y Gasset, el internista y ensayista Gregorio Marañón y el escritor López de Ayala, reconocidos intelectuales. Tuvo apoyo en los medios universitarios y culturales, y obtuvo catorce diputados en 1931, pero se deshizo posteriormente.

 

Organización Republicana Galleguista Autónoma (ORGA), estaba liderada por Casares Quiroga y profesaba un galleguismo con un programa social que le aproximaba a los partidos de izquierda.

Fuerzas políticas de derechas

 

Derecha Liberal Republicana (DLR), liderada por Niceto Alcalá Zamora, se fusionó con la formación republicana de Miguel Maura. Participó en las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931 dentro de las listas de la Conjunción Republicano-Socialista obteniendo 22 escaños. En el debate de la Constitución republicana, se opuso a la disolución de las órdenes religiosas y a la nacionalización de sus bienes. Su objetivo: redactar una Constitución viable para todos los españoles, equidistante de todo radicalismo y sectarismo, sea de izquierdas o de derechas. En agosto de 1931 la DLR cambió su nombre por el de Partido Republicano Progresista (PRP).

 

Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), fundada en 1933, fue un partido hegemónico de la derecha española durante buena parte de la Segunda República. Se disolvió cuatro años más tarde, durante la Guerra Civil. La CEDA se constituyó en Madrid en 1933. Integró a diversas organizaciones conservadoras: El principal partido integrado en la nueva organización política era Acción Popular, creado por Ángel Herrera Oria, con el nombre de Acción Nacional. Otros partidos integrantes de la Confederación: la Derecha Regional Valenciana; algunos monárquicos e incluso algunos democristianos progresistas. La CEDA surgió como alternativa a los primeros gobiernos republicanos y se erigió en portavoz de los que no se sentían representados por la Segunda República. Aglutinó a fuerzas que defendían el Estado confesional y una visión antisocialista de la acción política. Fue el instrumento de los grandes propietarios agrarios e industriales.

 

Bloque Agrario (BA), Acción Española y otras confluyeron en 1933 en la CEDA de Gil Robles.

 

Partido Agrario Español (PAE), fundado en enero de 1934 en Madrid como alternativa conservadora y republicana, en el que se integraron un gran número de representantes de la vieja clase política. Tuvo relevancia por la oposición a la reforma agraria del ministro Marcelino Domingo (Izquierda Republicana). En el PAE militaban pequeños y medianos agricultores defensores de la propiedad privada y de los latifundios tradicionales, especialmente en la Región de León y en Castilla la Vieja.

 

Liga Regionalista o Lliga Regionalista, partido representante del nacionalismo catalán conservador durante la mayor parte de la Restauración. Fue fundada en Barcelona el 25 de abril de 1901 para defender, desde la posición política de la burguesía conservadora, la autonomía hegemónica de Cataluña dentro del Estado español. Desaparece en 1936. Bajo la Segunda República pasa a denominarse Lliga Catalana (Liga Catalana), integrando a republicanos de derechas y sectores católicos, si bien carente ya de verdadera importancia política en el ámbito territorial que le era propio. Sus líderes más relevantes fueron Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó.

 

Partido Nacionalista Vasco (PNV), en euskera: Euzko Alderdi Jeltzalea, EAJ-PNV, fue creado en 1895. Su ideología es nacionalista vasca y, en su origen, de inspiración cristiana. Su ámbito principal de actuación reside en los territorios forales del País Vasco y Navarra, así como en el País Vasco francés. En sus estatutos, se define como partido "vasco, democrático, aconfesional y humanista, abierto al progreso y a todos los movimientos de avance de la civilización que redunden en beneficio del ser humano". Se trata de un partido demócrata-cristiano y nacionalista de centroderecha. A raíz de la proclamación de la Segunda República en 1931, el PNV encabezó el movimiento en favor de la autonomía, que no se consiguió hasta que comenzó la Guerra Civil, en 1936.

 

Falange Española (FE) y Falange Española de las JONS – Falange Española, nace en 1933, durante la Segunda República, que tres años después proporcionó las bases ideológicas originales al régimen dictatorial del general Francisco Franco. El fracaso del Estado corporativo del general y dictador Miguel Primo de Rivera provocó el nacimiento de grupos totalitarios acordes con el tono político de la Europa de entreguerras (1918-1939). En octubre de 1931, se forman las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), dotadas de una ideología basada en un nacionalismo antimarxista, totalitario y antiliberal.  

El 29 de octubre de 1933, José Antonio Primo de Rivera presentó un movimiento ultraconservador y antimarxista, que tomó el nombre oficial de Falange Española (FE). El 4 de marzo de 1934, en el Teatro Calderón de Valladolid, FE se fusionó con el grupo de Ledesma Ramos y Redondo (las JONS) para dar lugar a una nueva formación política cuyo nuevo nombre fue el de Falange Española de las JONS (FE de las JONS).

 

Renovación Española (RE), partido de ideología monárquica y derechista. Bajo la Segunda República jugó un importante papel en los meses previos a la Guerra Civil Española. Se formó en enero de 1933 tras una escisión de Acción Popular y tras recibir la aprobación del antiguo rey Alfonso XIII para formar un nuevo partido. Antes de la Guerra Civil, el partido estuvo vinculado a la Falange de José Antonio Primo de Rivera. Se definía como un partido monárquico, defensor del legado de Alfonso XIII. Representaba los intereses de las clases altas, entre ellas la todavía pujante aristocracia de la época. En 1934 el político derechista José Calvo Sotelo se convirtió en el líder natural de la derecha española. El asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936, en represalia por el asesinato del teniente Castillo el día anterior, fue uno de los detonantes del golpe de Estado frustrado que dio comienzo a la Guerra Civil Española. Renovación Española desapareció tras la aprobación del decreto de Unificación y la formación de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS).

Cortes Constituyentes de la II República española

El 3 de junio de 1931, el gobierno provisional de la Segunda República convocó elecciones para el 28 de ese mismo mes. De esas urnas saldrían electos los diputados de las que habrían de ser Cortes Constituyentes.

La Conjunción republicano-socialista, que había triunfado en los comicios municipales del anterior mes de abril, se mantuvo como tal y nuevamente triunfó.

Las formaciones que más escaños obtuvieron fueron el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Republicano Radical (PRR), el Partido Republicano Radical Socialista (PRRS), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Acción Republicana (AR), Derecha Liberal Republicana (DLR), la Agrupación al Servicio de la República (ASR) y la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA).


Lista de fuerzas políticas en la Segunda República

por orden alfabético

Acción Republicana (AR)

Acción Republicana, agrupación política progresista y republicana, fue fundada por Manuel Azaña en 1925, durante la Dictadura de Primo de Rivera, y se constituyó formalmente como partido en la asamblea general celebrada en Madrid en mayo de 1931.

Entre las señas de identidad del partido, destacaban el autonomismo, el laicismo, el compromiso con la reforma agraria y la reforma del Ejército. En 1934 se fusionó con otros partidos afines para crear Izquierda Republicana.

Acción Republicana fue promovida por Manuel Azaña, antiguo miembro del Partido Reformista hasta el golpe de Estado de Primo de Rivera. Azaña daba por liquidado el proyecto reformista de alcanzar la democracia en el seno de la Monarquía, y apostaba ya por la República, tal como lo expuso Azaña en el manifiesto Apelación a la República en mayo de 1924. Objetivo: crear «una nueva conjunción republicano-socialista capaz de oponer al bloque avasallador de las fuerzas oscurantistas coligadas, la resistencia primero, la contraofensiva después de la voluntad liberal latente so la mentida resignación del país».

Desde la revista España Azaña criticó a los viejos republicanos como Alejandro Lerroux o Vicente Blasco Ibáñez y propuso un nuevo republicanismo, concretado en 1925 con el nacimiento del grupo Acción Política, que en mayo de ese mismo año adoptó el nombre definitivo de Acción Republicana. Estaba integrado por intelectuales, algunos de ellos procedentes como Azaña del Partido Reformista, como Ramón Pérez de Ayala o José Giral, y otros no como Luis Jiménez de Asúa, Luis Araquistain, Honorato de Castro o Martí y Jara.

Agrupación al Servicio de la República (ASR)

Agrupación al Servicio de la República, grupo de carácter político fundado el 10 de febrero de 1931 por una serie de intelectuales que, encabezados por el pensador José Ortega y Gasset, contaba asimismo con el médico y ensayista Gregorio Marañón y el escritor Ramón Pérez de Ayala como principales figuras de relieve.

Creada dos días antes de que tuvieran lugar las elecciones municipales que supondrían la salida de España del rey Alfonso XIII y la proclamación de la II República, su objetivo fue defender el régimen republicano, establecido el cual se integraron de alguna manera en él, bien desde las Cortes (Parlamento) o desde algunos de los cargos públicos, o usando su capacidad de difusión cultural a favor del nuevo sistema político democrático.

Su objetivo había sido la aprobación de una nueva Constitución, pero, el 13 de octubre de 1933, sus componentes, desilusionados por el acontecer político y el rumbo que tomaba la República, decidieron disolver el grupo.

La Agrupación al Servicio de la República contribuyó notablemente a la labor gubernamental de los dos primeros años del nuevo régimen (el que estuvo marcado por la colaboración de los partidos republicanos de centro e izquierda y el Partido Socialista Obrero Español), cuando desempeñaron la función ejecutiva los gabinetes presididos por Niceto Alcalá Zamora y, principalmente, Manuel Azaña.

Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA)

La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), fundada en 1933, fue un partido hegemónico de la derecha española durante buena parte de la Segunda República. Se disolvió cuatro años más tarde, durante la Guerra Civil.

La CEDA se constituyó en Madrid en los últimos días de febrero y primeros de marzo de 1933, en un congreso celebrado. Integró a diversas organizaciones y personalidades conservadoras: Acción Popular, formación mayoritaria liderada desde hacía pocas fechas por José María Gil-Robles; la Derecha Regional Valenciana; algunos monárquicos e incluso algunos democristianos progresistas. Apoyaron a la CEDA grupos como las Juventudes de Acción Popular (JAP), cercanas al fascismo, y sectores agrarios conservadores. El principal partido integrado en la nueva organización política era Acción Popular, creado por Ángel Herrera Oria con el nombre de Acción Nacional.

La CEDA surgió como alternativa a los primeros gobiernos republicanos y se erigió en portavoz de los que no se sentían representados por la Segunda República. Aglutinó a fuerzas que defendían el Estado confesional y una visión antisocialista de la acción política. Fue el instrumento de los grandes propietarios agrarios e industriales. Su indefinición ante las formas de gobierno le llevó a no pronunciarse ni a favor del régimen republicano ni del monárquico, así como la defensa de la familia, de la religión católica y del orden, protector de la propiedad y del trabajo.

Su discurso interclasista y agrarista resultó eficaz para captar la confianza de los pequeños campesinos que, agrupados en la Confederación Nacional Católico Agraria, incidieron en su evolución. Las elecciones municipales de abril de 1933 mostraron un fuerte avance de la CEDA, lo que hizo previsible un triunfo electoral en las generales de noviembre del mismo año, en las que fue la fuerza mayoritaria con 110 diputados, pero sin la mayoría absoluta.

El presidente de la República, Alcalá Zamora, encargó el 12 de noviembre siguiente la formación de gobierno a Alejandro Lerroux, líder del Partido Radical, que apoyado por la CEDA, gobernó en solitario hasta que, el 4 de octubre de 1934, se constituyó un gobierno radical-cedista presidido por Lerroux. En este gobierno, Lerroux dio al a CEDA tres cargos ministeriales, lo que disparó la animadversión de las fuerzas políticas de izquierda (sobre todo el Partido Socialista Obrero Español) y desencadenó la Revolución de Octubre de 1934.

La participación de la CEDA en los dos gobiernos republicanos presididos, desde octubre de 1934 hasta diciembre de 1935, por Alejandro Lerroux y Joaquín Chapaprieta, consistió en frenar el reformismo de los primeros gabinetes encabezados por Alcalá Zamora y por Manuel Azaña. La CEDA se opuso a la laicidad del Estado, legisló la devolución de las tierras expropiadas por la reforma agraria emprendida en los gobiernos azañistas y concedió la amnistía a los participantes en la insurrección antirrepublicana llevada a cabo en 1932 por el general José Sanjurjo. En mayo de 1935 llegó a tener cinco ministros en el gobierno, con Gil-Robles en el Ministerio de la Guerra, desde donde nombró al general Francisco Franco jefe del Estado Mayor.

Desde diciembre de 1935 el gobierno de Manuel Portela Valladares dejó de contar con los miembros de la CEDA para el desempeño de las carteras ministeriales. En las elecciones generales de febrero de 1936, ganadas por el Frente Popular, tan solo obtuvo 88 diputados y un sector de sus juventudes se afilió a Falange Española.

La CEDA desapareció prácticamente al estallar la Guerra Civil. La mayoría de sus miembros apoyaron la sublevación del general Franco. La disolución de la CEDA en el territorio rebelde fue definitiva a partir del 19 de abril de 1937, cuando Franco creó el partido único llamado Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET y de las JONS). Gil-Robles, que se encontraba en el extranjero desde poco antes del estallido del conflicto, recomendó a sus seguidores la colaboración con el régimen franquista insurrecto.

Confederación Nacional del Trabajo (CNT)

La Confederación Nacional del Trabajo (CNT), organización sindical anarquista, fue fundada en Barcelona en 1910, como principal sindicato durante buena parte del reinado de Alfonso XIII, así como durante la Segunda República y la Guerra Civil.

La Confederación Nacional del Trabajo (CNT) era una unión confederal de sindicatos autónomos de ideología anarcosindicalista de España, integrada en la organización de carácter mundial Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), por lo que también se la conoce bajo las siglas de CNT-AIT.

Fundada en 1910 en Barcelona a partir de grupos organizados en torno al sindicato Solidaridad Obrera, recogió el testigo del espíritu del movimiento anarquista español que se traza desde la creación de la Federación de Trabajadores de la Región Española, organización que sucedió a la sección española de la Primera Internacional.

La CNT nació con el objetivo de constituir una fuerza relevante opositora al sindicato mayoritario, la socialista Unión General de Trabajadores (UGT). Su fundamento inicial lo halló en el anarcosindicalismo catalán de Solidaridad Obrera (1908).

En el I Congreso de la CNT (1911) ya se convocó una huelga general, motivo por el cual el sindicato fue declarado ilegal hasta 1914. Desde 1916, la Confederación cambió su estrategia de actuación respecto a la UGT: entabló relaciones con este sindicato y ambos llegaron al acuerdo de convocar conjuntamente la huelga general de 1917. Los vínculos entre ambas organizaciones se estrecharon y, en el Segundo Congreso de la CNT (1919), se formuló la posibilidad de unificar los dos sindicatos para propiciar la cohesión del proletariado. En dicho congreso se aprobó la vinculación provisional de la CNT a la III Internacional, pero, tras visitar la República Socialista Soviética Federada de Rusia, el dirigente Ángel Pestaña desaconsejó la incorporación y en 1922 la CNT se apartó definitivamente de la Internacional.

El año 1918, momento en que la crisis de la industria catalana impulsó a miles de obreros a afiliarse a la organización, marca el auge de la CNT.  Para contrarrestar la fuerza adquirida por la masa obrera organizada, surgió el pistolerismo financiado por los patronos, que sembró la violencia ciudadana y logró desestabilizar al sindicato.

En 1923, tras la implantación de la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, la CNT entró en la clandestinidad. Desestructurada y dividida internamente a causa de la presión ejercida por el ala radical de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), constituida en 1927 para incrementar el control anarquista sobre el sindicato, su actividad durante ese periodo estuvo marcada por la participación en varias confabulaciones dirigidas a terminar con el régimen.

Con la llegada de la Segunda República en abril de 1931, el número de afiliados a la Confederación llegó a alcanzar 1.200.000 militantes. En ese año tuvo lugar el Congreso Extraordinario de Madrid, en el que se planteó la puesta en práctica de una reforma agraria que expropiara los latifundios y concediera su usufructo a los campesinos, y se debatió la aceptación o no de las Cortes republicanas. Un grupo era partidario de su reconocimiento, alegando que las Cortes republicanas eran fruto de la acción revolucionaria del pueblo, mientras que otro era contrario a darles el respaldo anarcosindicalista. Se impuso el grupo que reconocía las Cortes republicanas, pero el debate permitió constatar la crisis interna del sindicato.

Ese mismo año se publicó el Manifiesto de los Treinta, firmado por treinta líderes de la Confederación, en el que defendían la idea de que la revolución no debía ser obra de un sector dirigente, necesariamente minoritario, sino de 'un movimiento arrollador del pueblo en masa, de la clase trabajadora', al tiempo que sugerían la actuación moderada del sindicato. Como reacción, la FAI y los dirigentes más radicales (entre los que cabe destacar a Federica Montseny, Buenaventura Durruti y Joan García Oliver) excluyeron a los firmantes del Manifiesto de los Treinta de la dirección de la CNT.

La división interna se puso también de manifiesto en la descoordinación de las acciones anarquistas en las distintas regiones. En Andalucía se llevó a cabo la revolución social inmediata, cuya represión fue violenta (sucesos en la localidad gaditana de Casas Viejas). Como protesta contra la represión, la CNT recomendó la abstención en las elecciones de noviembre de 1933, lo que dio la victoria a las fuerzas conservadoras.

En Asturias, los cenetistas firmaron con la UGT el pacto que recibió el nombre de Alianza Obrera y protagonizaron en 1934 la fracasada Revolución de Octubre. Las duras represalias que puso en práctica contra los obreros sublevados el gobierno del radical Alejandro Lerroux, que había incorporado miembros de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) a su gobierno, facilitó la formación de la coalición izquierdista del Frente Popular. La CNT no aconsejó en esta ocasión la abstención de sus afiliados, favoreciendo con ello en febrero de 1936 el triunfo electoral de las candidaturas de izquierda.

Al comenzar la Guerra Civil en julio de 1936, la CNT, en contra de sus ideas apolíticas y antiestatistas, participó en el gobierno republicano y en el de la Generalitat (órgano de gobierno autónomo de Cataluña). Los milicianos cenetistas consiguieron hacer frente a los sublevados en Cataluña y en Aragón. En las zonas que controlaron pusieron en marcha la revolución social y procedieron a las colectivizaciones.

La derrota republicana significó la muerte o el exilio para la mayoría de los militantes, aunque la CNT continuó participando en la lucha contra el general y dictador Francisco Franco, desde el movimiento obrero y desde la guerrilla, hasta 1948. A partir de este momento surgieron posturas divergentes en el seno de la Confederación que debilitaron la organización hasta hacerla perder toda su influencia entre la población.

Su revitalización desde 1961, y su posterior consolidación a lo largo de las décadas de 1960 y de 1970, fue posible gracias a la penetración y pervivencia de las ideas anarcosindicalistas en las organizaciones obreras católicas antifranquistas, como la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) o la Juventud Obrera Católica (JOC).

Tras la muerte de Franco en noviembre de 1975, en los años de transición hacia la democracia, la CNT fue legalizada, junto al resto de los sindicatos, en 1977. Postuló el comunismo libertario y el sindicalismo revolucionario, y manifestó su clara oposición a la dictadura franquista, pero sin situarse de forma nítida al lado de las organizaciones defensoras de la democracia. La CNT fue perdiendo su capacidad de incidencia en la vida sociopolítica española

Conjunción RepublicanO-Socialista

La Conjunción Republicano-Socialista fue la alianza electoral entre los partidos republicanos y el Partido Socialista. La primera Conjunción Republicano-Socialista tuvo lugar en 1909. Como consecuencia de los sucesos producidos en Barcelona durante la Semana Trágica (1909), el Gobierno conservador de Antonio Maura inició una dura política de represión y suspendió las garantías constitucionales. Ante la dureza de la represión, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y buena parte de las organizaciones republicanas se unieron para defender la democracia. Para los socialistas, la unión con el resto de las fuerzas republicanas suponía dejar a un lado su política obrerista y acercarse a posturas más burgueses. Pero el reto del gobierno de Antonio Maura les obligó el 7 de noviembre de 1909 a formar una coalición, conocida como la Conjunción Republicano-Socialista, presidida por el novelista Benito Pérez-Galdós.

Una coalición similar se presentó a las elecciones municipales de abril de 1931 y en muchas de las circunscripciones para las elecciones a Cortes Constituyentes de la República, celebradas en junio de 1931.

Este pacto se realizó como respuesta de los partidos antidinásticos (republicanos y socialista) a los hechos de la Semana Trágica de Barcelona de 1909. En las elecciones a las que concurrió la Conjunción, la suma de republicanos y socialistas fue de 27 actas. Pablo Iglesias fue el primer socialista representado en las Cortes Generales de España en representación del movimiento obrero.

En las siguientes elecciones la minoría republicano-socialista se mantendría más o menos estable con ligeras variaciones, con la dificultad añadida del caciquil sistema electoral de la Restauración, que manipulaba las elecciones a beneficio de los dos partidos dinásticos (Partido Liberal y Partido Liberal-Conservador).

Tras la caída de la Dictadura de Miguel Primo de Rivera en 1930, y con la convocatoria de elecciones municipales el 12 de abril de 1931, la oposición antimonárquica se une en el Pacto de San Sebastián. Socialistas, republicanos, nacionalistas y antiguos miembros de los partidos dinásticos firman el pacto en el que se comprometen a promover la proclamación de la República. Las candidaturas republicano-socialistas triunfan en 41 capitales de provincia y rápidamente se proclama la República en todo el territorio español.

En las elecciones de Cortes Constituyentes de la Segunda República, las fuerzas de la Conjunción copan buena parte de los escaños. Los partidos de la Conjunción gobernaron la República en el Bienio Progresista de 1931–1933 bajo las presidencias de Niceto Alcalá-Zamora y Manuel Azaña, hasta que sus disensiones internas provocaron la convocatoria de elecciones y el fin de la Conjunción Republicano-Socialista.

Derecha Liberal Republicana (DLR)

La Derecha Liberal Republicana (DLR) fue un partido liderado por Niceto Alcalá Zamora, que se fusionó con la incipiente formación republicana de Miguel Maura inmediatamente antes del Pacto de San Sebastián (17 de agosto de 1930), del cual formaron parte, siendo Alcalá Zamora elegido presidente del Gobierno Provisional de la República. Tras la proclamación de la República, participó en las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931 dentro de las listas de la Conjunción republicano-socialista obteniendo 22 escaños.

En el debate de totalidad del proyecto de la nueva Constitución republicana, el portavoz de DLR apoyó la propuesta de dotar de un "régimen de autonomía a todas aquellas regiones que quieran y puedan, por su vitalidad, aceptarlo" y se opuso rotundamente a la disolución de las órdenes religiosas y a la nacionalización de sus bienes. Su objetivo: redactar una Constitución viable para todos los españoles, equidistante de todo radicalismo y sectarismo, sea de izquierdas o de derechas.

En agosto de 1931 la DLR cambió su nombre por el de Partido Republicano Progresista (PRP). Durante la discusiones constitucionales, los progresistas, junto con los radicales de Lerroux abandonaron la coalición republicano-socialista. Poco después, en enero de 1932, su ala derecha, liderada por Miguel Maura se escindió, pasando trece de los diputados del PRP al Partido Republicano Conservador. El PRP desapareció al inicio de la Guerra Civil.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Izquierda Republicana de Cataluña, fue fundada en 1931, poco antes de proclamarse la Segunda República. Es un partido representante del nacionalismo catalán de izquierda. Se declara de izquierdas, aunque históricamente se sitúa al margen de los partidos de izquierdas de origen sindical y filiación socialista o marxista.

Favorable a la república y a la independencia de Cataluña, entendida como nación catalana o Países Catalanes, un conjunto que englobaría todos los territorios de cultura catalana. Esquerra propugna la independencia de Cataluña por la vía pacífica. Rechaza la violencia y participa activamente en las instituciones políticas con el objetivo de conseguir por la vía democrática el derecho a la autodeterminación. 

Esquerra Republicana desarrolló un importante papel en la política catalana y española durante la Segunda República, durante la lucha antifranquista y la Transición a la democracia. Tras las elecciones municipales de abril de 1931, fue la fuerza política hegemónica de Cataluña. Macià desempeñó desde abril de 1931 la presidencia de la Generalitat y consiguió que, en 1932, las Cortes españolas aprobaran el Estatuto de Autonomía. Muerto Macià en diciembre de 1933, le sustituyó Companys, quien intentó mantener un equilibrio entre nacionalistas radicales y moderados. Después de la Revolución de Octubre de 1934, el Estatuto fue suspendido y Companys fue encarcelado junto a su gobierno. En febrero de 1936, Companys retornó a la presidencia de la Generalitat, que ejerció durante la Guerra Civil (1936-1939).

Las instituciones autonómicas catalanas fueron desmanteladas por el general Francisco Franco, desde que en enero de 1939 sus ejércitos ocuparon Cataluña. Permaneció organizada en el exilio y sus miembros siguieron ejerciendo desde él la presidencia de la máxima institución autonómica, la Generalitat: Josep Irla y, desde 1954, Josep Tarradellas.

Falange Española (FE)

En la posguerra surge el fascismo, de “fasce” (en latín, 'haces'), haz del líctor romano, antiguo símbolo romano de la autoridad real o magistral, consistía en un haz de bastones de madera atados con cintas de cuero, que en un principio incluían un hacha. Los fasces se llevaban en los cortejos delante de los magistrados y los dictadores, eran transportados por funcionarios conocidos como lictores. Estaban hechos de abedul pero a veces eran de olmo, se ataban con una cinta de cuero escarlata y la cabeza del hacha sobresalía del haz. Simbolizaban el poder de castigo; el hacha simbolizaba el poder de la vida y la muerte. Entre 1919 y 1945 el Partido Fascista de Italia usó el fasces como su emblema oficial.

El fascismo hereda de los partidos conservadores el amor a la patria y a sus tradiciones y de los elementos nuevos una idea de mayor justicia social, con un Estado corporativo que evite la lucha de clases obligando a todos a servir el común denominador de patria. En el sistema corporativo no hay partidos políticos, ni un partido único, sino que todos los ciudadanos tienen una participación política desde la actividad económica que desarrollan en la sociedad. Desde tal condición, votan a sus pares, para designar a los mejores como representantes.

El fascismo encuentra en un camino en España con la creación de la Falange Española en 1933, durante la Segunda República, y tres años después proporcionó las bases ideológicas originales al régimen dictatorial del general Francisco Franco. El partido (palabra que no gustaba a José Antonio, que prefería hablar de Movimiento) no logra sacar más que un diputado, en las elecciones de 1933 y ni uno en las de febrero de 1936.

El fracaso del Estado corporativo del general y dictador Miguel Primo de Rivera (1923-1930) provocó el nacimiento de grupos totalitarios acordes con el tono político de la Europa de entreguerras (1918-1939). En marzo de 1931, Ramiro Ledesma Ramos publicó en Madrid La Conquista del Estado, en torno al que se formaría el grupo homónimo, y en agosto Onésimo Redondo fundaba las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica y el periódico Libertad. Ambos grupos formaron en octubre de ese año las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), dotadas de una ideología basada en un nacionalismo hispánico decididamente opuesto al marxismo, totalitario y antiliberal, que habrían de establecer una organización paramilitar. Contaban asimismo con un cierto antisemitismo y preveían la participación política corporativa a través de un sindicato estructurado por ramas de producción.

Durante la Segunda República nacerían también otros grupos fascistas. Como parte de la campaña electoral para los comicios de noviembre de 1933, el 29 de octubre de ese año José Antonio Primo de Rivera, el hijo del fallecido dictador, presentó en el Teatro de la Comedia de Madrid otro movimiento ultraconservador y antimarxista más, el falangista, que tomó definitivamente el nombre oficial de Falange Española (FE), hizo público su himno (Cara al Sol) y su uniforme (la camisa azul mahón).

El 4 de marzo de 1934, en el Teatro Calderón de Valladolid, FE se fusionó con el grupo de Ledesma Ramos y Redondo (las JONS) para dar lugar a una nueva formación política cuyo nuevo nombre fue el de Falange Española de las JONS (FE de las JONS), tomando de éstas su escudo (el emblemático yugo y las flechas de los Reyes Católicos) y su bandera (tres franjas verticales negra-roja-negra, colores asimismo del anarquismo).

Los tres líderes (Primo de Rivera, Ledesma y Redondo) pasaron a dirigir conjuntamente el nuevo partido, que tenía unos 3.000 afiliados, un insignificante sindicato (la Central Obrera Nacional-Sindicalista, CONS), una activa agrupación estudiantil (Sindicato Español Universitario, SEU), y unas “fuerzas de choque” que llevaron a cabo violentos enfrentamientos políticos callejeros contra los militantes de organizaciones obreras.

La Revolución de Octubre en Asturias y la proclamación del Estado catalán, en octubre de 1934, provocaron una fuerte reacción nacionalista. Algunos grupos de extrema derecha, y entre ellos FE de las JONS, anunciaron ya su participación en el conflicto civil que intuían muy cercano. Sus puntos programáticos procedían en su mayor parte del ideario nacionalsindicalista defendido por las antiguas JONS. No obstante, Ramiro Ledesma, que aspiraba a la jefatura, dejó el partido a principios de 1935.

FE de las JONS no obtuvo ningún escaño en las elecciones de febrero de 1936 que dieron el triunfo a la coalición de organizaciones de izquierda denominada Frente Popular. El gobierno surgido de esos comicios la declaró ilegal y sus principales líderes, entre ellos el propio José Antonio, fueron encarcelados. Desde la cárcel, Primo de Rivera ordenó a sus seguidores la participación en el “alzamiento” que trajo consigo en julio de ese año el estallido de la Guerra Civil.

La situación de los falangistas era muy débil. Sus principales líderes estaban encarcelados o eran fusilados en la zona republicana. El general Franco, intuyó que FE de las JONS podía suministrar la base ideológica a su rebelión. Y el 19 de enero de 1937, en un discurso que le preparó su cuñado Ramón Serrano Súñer, se manifestó como un nacionalsindicalista. Mientras tanto, Manuel Hedilla había sido elegido sucesor de José Antonio (fusilado en noviembre de ese año). Pero Franco decidió la integración de todos los grupos políticos (sobre todo falangistas y carlistas) en una única organización.

El 19 de abril de 1937 Franco promulgó el decreto integrador (el denominado Decreto de Unificación) por medio del cual se creaba Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (FET y de las JONS), de la que el general y máximo dirigente de los sublevados se constituiría en jefe único. Hedilla se opuso, pero fue condenado a muerte y, tras recibir el indulto, encarcelado.

Durante el franquismo quedaron quedaron a cargo de un partido único: una organización femenina (la Sección Femenina), otra juvenil masculina (el Frente de Juventudes), el SEU, los servicios sociales (Auxilio Social) y la estructura corporativa sindical. En estas instituciones, refugio de la parafernalia fascista, los militares no fueron más que pequeños burócratas. El propio nombre de Falange fue poco a poco sustituido en la década de 1940 por el de Movimiento Nacional, y el régimen acabó por convertirse en lo que se conoció como nacionalcatolicismo.

Tras la muerte de Franco en noviembre de 1975, se legalizaron los grupos escindidos del falangismo español: FE de las JONS auténtica y FE independiente, ambos sin importancia política alguna en la organización del nuevo Estado democrático.

Federación Anarquista Ibérica (FAI)

La Federación Anarquista Ibérica (FAI), rama pistolera del sindicato anarquista Confederación Nacional del Trabajo (CNT), se constituyó en Valencia en 1927 con el objeto de orientar, influir y controlar a la central anarcosindicalista CNT, en contraposición al sindicalismo neutro defendido por algunos dirigentes de la CNT.

Cuando dictadura del general Miguel Primo de Rivera tocaba a su fin, diversos grupos anarquistas (la Unión Anarquista Portuguesa, la Federación Nacional de Grupos Anarquistas de España y la Federación de Grupos Anarquistas de Lengua Española en Francia) se coordinaron para crear una vanguardia revolucionaria del movimiento anarquista con la que lograr la hegemonía en la confederación Nacional del Trabajo (CNT). En julio de 1927 se creó la Federación Anarquista Ibérica (FAI).

En los primeros momentos de la Segunda República (1931), la FAI expresó su oposición frontal a los intentos de reorganización sindical que pretendían algunos militantes que firmaron el llamado Manifiesto de los Treinta. Pero hasta la Guerra Civil en 1937, la FAI no se dotó de una consistente estructura organizativa ni dispuso de unas bases ideológicas comunes. Formaba un conglomerado de distintos grupos con cierta afinidad ideológica.

Durante la República, la FAI mantuvo una oposición frontal contra las instituciones republicanas inspirando las sublevaciones de 1932 y 1933. Otros grupos se dedicaron al trabajo teórico sobre cómo habría de ser la futura sociedad anarquista, a través de órganos como La Revista Blanca o Tierra y Libertad.

Durante la Guerra Civil dos miembros de la FAI, García Oliver y Federica Montseny, se convirtieron en ministros del gobierno presidido por el socialista Francisco Largo Caballero, y muchos de sus militantes se prestaron a organizar las milicias para la defensa de la República.

Finalizado el conflicto en 1939, el largo exilio y la dictadura del general Francisco Franco acabaron por poner fin a la organización, aunque la CNT logró mantenerse en la clandestinidad e incluso renacer legalmente, si bien con escasa implantación, tras el fallecimiento en noviembre de 1975 del dictador.

La FAI ejerció un papel importante en el movimiento obrero español a través de su trabazón con el sindicato anarquista la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). En la CNT, de orientación anarcosindicalista, estaban presentes elementos de la FAI, que defendían la violencia y la acción directa. Unía a ambas organizaciones el trabajo en los “comités pro-presos” que se encargaban de la defensa legal y el apoyo familiar de los detenidos tras las huelgas. Integrados en los sindicatos, los anarquistas de la FAI se fueron convirtiendo en un grupo que influía en las decisiones de los sindicatos, con lo que fueron adquiriendo mucho poder.

Esta intromisión externa era vista por ciertos sindicatos como el intento de la FAI de vigilar a la CNT para que no renegara de sus postulados anarquistas y ácratas. La organización de la FAI, basada en pequeños grupos de activistas autónomos, permaneció como una organización secreta y clandestina. Se estima que el número de los miembros de la FAI hacia 1933 no era mucho menor que el del PCE, a pesar de que el PCE concurría a las elecciones y la FAI era semi-clandestina.

La represión de las intentonas revolucionarias de 1932 y 1933, y en 1934 con la represión de la Huelga general revolucionaria de octubre, la FAI quedó muy mermada. En febrero de 1936 al Pleno Peninsular asisten representantes de 5.000 afiliados. Y ya en julio de 1936, se estima alrededor de 30.000. Durante la Guerra Civil la cifra crecerá hasta alcanzar los 100.000 afiliados.

Durante la Segunda República en la CNT convivieron por lo menos tres sectores diferentes: Uno más moderado, sindicalista puro, que terminó o fuera de la CNT, o que se identificaría con los treintistas. Otro más radicalizado, anarcosindicalista. Y otro anarquista, que sería la FAI. Para la derecha y para los republicanos y catalanistas, la FAI era la que "movía los hilos" dentro la CNT. Muchos de los más destacados militantes de la CNT pertenecían a la FAI, pero no eran ni mucho la mayoría.

Resumiendo, la FAI fue tácticamente revolucionaria, con acciones que incluían desde los robos de bancos para la adquisición de fondos, la constitución de bibliotecas populares a la organización de huelgas generales. Apoyó esfuerzos en contra de la dictadura de Rivera y la monarquía, y en 1936, contribuyó al establecimiento del Frente Popular a cambio de la liberación de los numerosos presos libertarios.

Al estallar la Guerra Civil en 1936, las organizaciones anarquistas comenzaron a cooperar con el gobierno republicano, aunque creando continuos conflictos. El gobierno republicano tuvo dificultades para controlar las ejecuciones sumarias o ciertos excesos anticlericales o antipatronales de los anarquistas.

La FAI propulsó activamente la Revolución Social Española de 1936 y sus objetivos ácratas: colectivizaciones de tierras e industrias, municipalismo libertario, etc. Para realizar este programa, la FAI llegó a cabo actos de represión contra simpatizantes del fascismo, pero también contra republicanos moderados, pequeños propietarios y contra la Iglesia. Destacados líderes de la CNT condenaron tales actos de violencia.

Durante el franquismo la FAI continuó clandestinamente, actuando en unión de las demás organizaciones y grupos del movimiento libertario español. Fueron miles los muertos y detenidos de la FAI por las fuerzas policiales del estado franquista. En general su labor estuvo muy estrechamente vinculada a la de la CNT, tanto en España como en el exilio.

Tras la muerte de Franco y la llegada de la democracia, se forman grupos en varias localidades, aceptando los postulados ácratas clásicos. Se negó a registrarse legalmente como asociación y manteniendo la independencia

Izquierda Radical Socialista (IRS)

Izquierda Radical Socialista (IRS) nació en 1932 de la escisión del sector más izquierdista del Partido Republicano Radical Socialista.

El Partido Republicano Radical Socialista era un grupo heterogéneo y de aluvión cuyo crecimiento desordenado impidió su consolidación, lo que se tradujo en numerosas crisis y escisiones por la izquierda a lo largo de su existencia.

El congreso del partido radicalsocialista, entre el 28 de mayo y el 1 de junio de 1932, votó la expulsión de los diputados Eduardo Ortega y Gasset y Juan Botella Asensi, así como la disolución de la agrupación radicalsocialista de Madrid. Los expulsados crearon Izquierda Radical Socialista, partido encabezado por Botella y Ortega, afirmando que pretendían conservar "el ideario de izquierdas y la disciplina de izquierdas que se dio al crearse el PRRS".

El primer congreso de IRS tuvo lugar en octubre de 1932. El segundo en junio de 1933. En él se aprobaron los estatutos del nuevo partido y un programa en el que apoyaban las reivindicaciones del proletariado sin definirse como partido de clase; pedía la disolución de todas las órdenes religiosas; aceptaba en algunos casos la socialización de la propiedad; exigía la expropiación forzosa y sin indemnización, de los latifundios y de las propiedades de la nobleza. En el plano de las relaciones internacionales, se declaraba pacifista y antifascista. El partido se disolvió durante la Guerra Civil Española.

Izquierda Republicana (IR)

Izquierda Republicana (IR), histórico partido político republicano de izquierdas, fue fundado por Manuel Azaña en 1934. Tuvo un destacado papel durante la Segunda República Española y en los momentos que precedieron al comienzo de la Guerra civil española. Azaña se convirtió en Presidente de la República entre 1936 y 1939. Durante la Dictadura franquista el partido prácticamente desapareció de la escena política salvo en el ámbito del exilio republicano en México, donde siguió teniendo alguna actividad. A partir de 1977 se volvió a reconstituir en España, aunque sin tener la importancia del partido histórico.

Después del descalabro que los partidos de republicanos de izquierda habían cosechado en las elecciones de 1933, a las que habían concurrido en solitario, el 3 de abril de 1934 se constituyó Izquierda Republicana, como resultado de la fusión de los partidos de Manuel Azaña, la antigua Acción Republicana (AR), el sector izquierdista escindido de los radical-socialistas (el Partido Republicano Radical Socialista Independiente dirigido por Marcelino Domingo y Álvaro de Albornoz) o la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA), de Santiago Casares Quiroga.

Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS)

Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), movimiento de extrema derecha fundado en octubre de 1931 por Ramiro Ledesma Ramos y por Onésimo Redondo como resultado de la fusión de La Conquista del Estado, organización creada por Ledesma en marzo de ese año, y las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, nacidas cinco meses más tarde bajo la tutela de Redondo.

Las JONS aspiraban a la formación de un estado nacionalsindicalista de orientación fascista, defendían la necesidad de una revolución que demoliera las estructuras del poder económico, y se erigiera en instigador de la restauración de la grandeza imperial española.

Nacionalistas y totalitarias, antimarxistas y antiliberales, las JONS adoptaron como emblemas el yugo y las flechas, que tomaron de los Reyes Católicos, la bandera rojinegra y el lema '¡España, una, grande y libre!'.

El 4 de marzo de 1934, ante su escaso fuerza política, las JONS se fusionaron con Falange Española, partido fundado por José Antonio Primo de Rivera en 1933, formando así Falange Española de las JONS, bajo el liderazgo inicial de Ledesma, Redondo y Primo de Rivera.

Desde entonces, la trayectoria de las JONS estuvo ligada a la de la formación joseantoniana. El inicio de la Guerra Civil en julio de 1936 supuso su vinculación directa con las fuerzas sublevadas lideradas por el general Francisco Franco.

En 1936, en medio de los avatares propios del conflicto, fallecieron los tres fundadores de FE de las JONS: Redondo murió en el frente segoviano pocos días después de comenzar las hostilidades, en tanto que Ledesma y Primo de Rivera fueron fusilados por los republicanos, en octubre y noviembre, respectivamente.

Liga Regionalista o Lliga Regionalista

Liga Regionalista o Lliga Regionalista, partido representante del nacionalismo catalán conservador durante la mayor parte de la Restauración. Fue fundada en Barcelona el 25 de abril de 1901, como resultado de la unión del Centre Nacional Català y la Unió Regionalista, con el objeto de presentarse a las elecciones de mayo de ese año para defender, desde la posición política de la burguesía conservadora, la autonomía hegemónica de Cataluña dentro del Estado español. Desaparece en 1936. Bajo la Segunda República cambia su nombre por el de Lliga Catalana (Liga Catalana).

Fue el principal partido del ámbito catalán. Sus líderes más relevantes fueron Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó. Pronto se convirtió en uno de los partidos más influyentes, gracias a una estructura organizativa de la que carecían las restantes formaciones integradas en el sistema político del reinado de Alfonso XIII.

El partido lideró el movimiento de Solidaridad Catalana en febrero de 1906, pero acentuó su ideario conservador a partir de los sucesos de la Semana Trágica (1909). El establecimiento de la Mancomunidad catalana (1914), promovida por la Liga, la prestigió, en tanto que el apoyo dado a la monarquía durante la crisis de 1917 la consolidó como fuerza necesaria en la formación de posteriores gobiernos de concentración.

Cambó convirtió desde entonces a la Liga en una formación decididamente favorable al mantenimiento del sistema propio de la Restauración. Así, algunos de sus miembros entraron a formar parte de los gabinetes de crisis. Su aparente connivencia ante el golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera (1923) fue insuficiente para evitar la ilegalización del partido, así como la censura de su órgano de expresión. Participó en el último gobierno del reinado de Alfonso XIII, encabezado en 1931 por el almirante Juan Bautista Aznar. El destino político de la Liga quedó unido al del monarca.

Se vio obligada a aceptar el advenimiento de la Segunda República, en abril de 1931. Dos años mas tarde, pasó a llamarse Liga Catalana (Lliga Catalana), integrando a republicanos de derechas y sectores católicos, si bien carente ya de verdadera importancia política en el ámbito territorial que le era propio.

Bajo los gobiernos del bienio restaurador (noviembre de 1933 a febrero de 1936), se alió con la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). La insurrección militar de julio de 1936, que dio inicio a la Guerra Civil española, la llevó a la desaparición. Sus miembros, perseguidos en la zona republicana, marcharon al exilio o se pasaron a las filas del general Francisco Franco.

Partido Agrario Español

El Partido Agrario Español fundado en enero de 1934 en Madrid, como una organización de derechas, en la que se integraron un gran número de representantes de la vieja clase política característica de la monarquía de Alfonso XIII que había inaugurado en 1886 Antonio Cánovas del Castillo al redactar la Constitución de 1876, en vigor desde ese año hasta 1923 y de 1930 a 1931.

Tuvo relevancia en la oposición a la reforma agraria del ministro Marcelino Domingo (Izquierda Republicana). Ganó escaños en el medio rural durante el bienio Radical-cedista de la Segunda República. En sus filas había pequeños y medianos agricultores defensores de la propiedad privada y de los latifundios tradicionales, especialmente en la Región de León y en Castilla la Vieja.

Partido Comunista de España (PCE)

El Partido Comunista de España (PCE), de ideología marxista, fue fundado el 14 de noviembre de 1921 a raíz de una escisión del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) formada por personas disconformes con la socialdemocracia y cuya intención inicial era sumarse a la III Internacional convocada por Lenin.

El 13 de abril de 1921, en el III Congreso Extraordinario del PSOE se abrió la brecha entre partidarios de adherirse a la III Internacional y y los que rechazaban la Internacional de Lenin. Antonio García Quejido, fundador del PSOE y de la UGT, declaró que los vocales de la Ejecutiva partidarios de la III Internacional se separaban del PSOE para constituir el Partido Comunista Obrero Español (PCE). El Comité Ejecutivo lo formaban Antonio García Quejido, Daniel Anguiano, Virginia González Polo, Evaristo Gil, Manuel Núñez de Arenas y Facundo Perezagua, que defendían la adhesión al régimen instaurado en Rusia en 1917 tras el triunfo de la Revolución Rusa.

Tras la proclamación de la República el PCE, después de estar prácticamente en la clandestinidad desde su fundación, pasaba a ser legal. El PCE pasó de tener un millar de militantes a principios de 1931 y escasa influencia social e institucional, a 8.800 a finales de ese año.

El 17 de marzo de 1932 se celebró el IV Congreso del PCE en Sevilla, con el objetivo de construir un gran partido comunista de masas. A finales de 1932 el PCE ya llega a 15.000 afiliados, abriéndose a alianzas con otras fuerzas políticas como el PSOE.

En la revolución de 1934 contra la política de derechas del gobierno radical-cedista, el PCE desempeñó un papel menor que el del PSOE. Sin embargo tuvo que volver a la clandestinidad, teniendo ya 20.000 militantes. En 1935 la Federación Comunista de Euskadi, se constituye en partido nacional y de clase, Partido Comunista de Euskadi-Euskadiko Partidu Komunista (PCE-EPK). El PCE se adhiere al Frente Popular que agrupa a todas las fuerzas de izquierda. Tras la victoria electoral del Frente Popular el 16 de febrero de 1936, el prestigio del Partido Comunista creció rápidamente: en cinco meses pasa de 30.000 a 100.000 afiliados.

Con política del Frente Popular el PCE entró en conflicto con los anarquistas de la CNT-FAI (Confederación Nacional del Trabajo y Federación Anarquista Ibérica) y los comunistas antiestalinistas del POUM, que no estaban de acuerdo con las alianzas con la pequeña burguesía ni en posponer la revolución a la guerra.

Durante la guerra civil, el Partido alcanzó los 300.000 militantes. Dos dirigentes del PCE desempeñaron sendos cargos ministeriales en el gobierno de Francisco Largo Caballero. El objetivo del partido a lo largo de la contienda fue derrotar a los rebeldes, encabezados por el general Francisco Franco, por encima de la defensa de la revolución proletaria, siguiendo así las tesis del máximo dirigente de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Stalin.

Tras la guerra, sus líderes más significativos se exiliaron a la URSS, como fue el caso de quien sería su secretaria general entre 1942 y 1960, Dolores Ibárruri (Pasionaria). El PCE defendió durante el franquismo una unidad de acción común, lo cual hizo que se configurara como la oposición más fuerte al régimen dictatorial de Franco, en especial cuando los demás sectores de la izquierda española se encontraban profundamente divididos. La infiltración comunista en el sindicalismo vertical, por medio de Comisiones Obreras (CCOO), influyó mucho en este sentido.

Partido Nacionalista Vasco (PNV)

Partido Nacionalista Vasco (PNV), en euskera: Euzko Alderdi Jeltzalea, EAJ-PNV, es una formación política vasca creada en julio de 1895 por Sabino Arana, cuya actividad ha influido decisivamente en los avatares de la historia española en los años en que el ejercicio democrático le permitió actuar como la fuerza hegemónica del País Vasco desde una ideología nacionalista estrechamente vinculada a la democracia cristiana.

En sus estatutos, el PNV se define a sí mismo como partido "vasco, democrático, aconfesional y humanista, abierto al progreso y a todos los movimientos de avance de la civilización que redunden en beneficio del ser humano". Se trata de un partido demócrata-cristiano y nacionalista. Mayoritariamente, el PNV ha sido definido por los politólogos y medios como un partido de centroderecha, aunque algunos como la Encuesta Social Europea5 lo sitúan en el centro dentro del eje izquierda-derecha.

Sus primeros componentes ideológicos defendían el integrismo católico, el rechazo al Estado liberal, la exaltación de la etnia vasca y la creación de un Estado vasco independiente. Tras la muerte de Arana, en 1903, el partido adoptó postulados más moderados, reclamando algún tipo de autogobierno para el País Vasco que no implicara la ruptura con el Estado español. Llevó los ideales nacionalistas fuera del ámbito político con la creación de organizaciones culturales con las que logró una hegemonía social por encima de su fuerza política.

A raíz de la proclamación de la Segunda República en 1931, el PNV encabezó el movimiento en favor de la autonomía, que no se consiguió hasta que comenzó la Guerra Civil, en 1936. En octubre de este año se instituyó el primer gobierno autónomo vasco, que presidió José Antonio Aguirre, el cual, desde 1939, siguió a su frente desde el exilio.

Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM)

El Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) fue un partido marxista español fundado en 1935. Autodefinido como marxista revolucionario en oposición al estalinismo, fue cercano en cierto modo al comunismo de izquierda y se podría definir como un partido de la izquierda comunista no estalinista.

El POUM nace en Barcelona el 29 de septiembre de 1935 entre el movimiento revolucionario de octubre de 1934 y la sublevación militar del 18 de julio de 1936 con la que estalla la Guerra Civil. El POUM fue el resultado de la unificación de la Izquierda Comunista de España (ICE) con el Bloque Obrero y Campesino (BOC). La ICE era un partido de origen trotskista que había roto con Trotski antes de 1935. Había sido fundado por Andreu Nin y por Juan Andrade. Nin y la mayor parte de los militantes de la ICE pretendían crear un partido unificado marxista revolucionario que fuese el partido marxista del proletariado por la fusión de los diversos partidos marxistas españoles, en vez de seguir la consigna de Trotski de realizar "entrismo" en el PSOE para apoyar a la facción izquierdista y "bolchevizar" el partido. El BOC era un partido comunista implantado sobre todo en Cataluña. Su máximo dirigente era Joaquín Maurín. Maurín ya había sido el dirigente de la Federación Comunista Catalano-Balear, federación territorial del PCE escindida de este partido.

Nin y Maurín pasaron a ser los grandes "líderes carismáticos" del POUM, que tuvo su mayor implantación en Cataluña y en Valencia, aunque tenía una implantación minoritaria en Madrid y una presencia testimonial en otras partes de España como Extremadura, Asturias y el País Vasco. Las organizaciones fundadoras del POUM eran facciones discrepantes del Partido Comunista de España y de la Internacional Comunista (Komintern). Su heterodoxia dentro del comunismo les hizo quedar marginados y enemistados con una Komintern, que seguía las consigna de la URSS.

El POUM criticó la degeneración burocrática y totalitaria de la revolución rusa bajo Stalin. Fue el único partido que condenó los Procesos de Moscú. Siendo por definición un partido marxista revolucionario, en el POUM había una pluralidad de tendencias internas.

Según el POUM, el proletariado debe defender activamente el derecho indiscutible de los pueblos a constituirse en estado independiente, si esta es su voluntad.

El POUM fue uno de los partidos firmantes del pacto electoral del Frente Popular a comienzos de 1936, porque el Frente Popular, aunque no proclamara la ruptura con el capitalismo, incluía la amnistía para los que hubieran participado en el movimiento revolucionario de octubre de 1934, y porque consideraba que, en 1935, el dilema político en España no era entre apoyar o atacar la República democrática y liberal, sino entre el socialismo y el fascismo.

En las elecciones de febrero de 1936, Joaquín Maurín, secretario general del POUM, fue elegido diputado para las Cortes de la República Española. En sus discursos parlamentarios, Maurín denunció que el gran peligro contra la República no era el movimiento huelguista y de ocupación de tierras de la primavera de 1936, sino la conspiración militar que se estaba organizando y la violencia política derechista. Maurín, además, acusó al gobierno de republicanos de izquierda de pasividad frente a los militares y la derecha.

Partido Radical (PR)

Partido Radical es el nombre de dos organizaciones políticas: la primera de ellas actuó en el contexto del Sexenio Democrático (1868-1874), liderada por Manuel Ruiz Zorrilla, y la otra, más conocida, encabezada por Alejandro Lerroux, fue una de las formaciones más importantes durante la II República (1931-1936).

El partido de Lerroux, cuyo verdadero nombre era el de Partido Republicano Radical, se creó en 1908 y comenzó a participar con cierto relieve en la política española durante la Semana Trágica (1909), alcanzando el poder municipal barcelonés en el año siguiente.

El Partido Radical volvió a adquirir notoriedad cuando Lerroux participó en el primer gobierno republicano de abril de 1931. En el debate de la Constitución de 1931 el grupo parlamentario del PRR, que con 90 parlamentarios era el segundo más numeroso de las Cortes Constituyentes, tras los socialistas, apoyó en general el proyecto presentado por la Comisión de Constitución, especialmente el Estado integral que permitía la formación de "regiones autónomas", pero discrepó en algunos puntos importantes: contra las Cortes unicamerales; contra la disolución de las órdenes religiosas; la socialización de la propiedad, pero sin confiscaciones; despojos sin indemnización, nunca, ni siquiera a las órdenes religiosas.

Dos años después el Partido Radical lograba 102 diputados, doce menos que la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) de José María Gil-Robles, pese a lo cual el grupo lerrouxista formó gobierno en diciembre de ese año con el apoyo de otras formaciones centristas. El último gobierno de Lerroux acabó en diciembre de 1935 tras uno de los escándalos que le acompañaron en su transcurso, el del estraperlo (nombre castellanizado de un juego trucado de ruleta).

El Partido Radical recorrió, como su jefe, todo el espectro político: desde la izquierda seudorevolucionaria hasta la coalición gubernamental con la CEDA que le convertiría en enemigo político del Frente Popular, que gobernó a partir de febrero de 1936 tras las últimas elecciones de la II República. El grupo de Lerroux, escindido desde 1934 (abandono de Diego Martínez Barrio para crear un nuevo partido) y carente de fuerza moral alguna tras sus continuos escándalos, dejó de ser desde entonces una formación política significativa.

Los gobiernos radicales se sucedieron durante el período 1933-1935, aunque cada vez más debilitados por numerosos escándalos de corrupción (entre ellos, el del "estraperlo" y el Asunto Nombela) en que se vieron envueltos sus líderes, lo que llevó a que Lerroux saliera del gobierno en septiembre de 1935. El Partido Radical nunca se recuperó.

En las Elecciones generales de 1936, que dieron el triunfo a la coalición de izquierdas del Frente Popular, el PRR sufrió un fuerte descalabro: obtuvo un 1,1% de los votos y sólo cinco diputados. En la práctica, esto dejó al Partido Radical en la irrelevancia política. Ni siquiera Lerroux logró obtener representación parlamentaria.

Partido Radical Demócrata

El Partido Radical Demócrata se fundó el 16 de mayo de 1934 en el seno del Partido Radical de Lerroux, por divergencias entre diferentes diputados radicales, con respecto a la política seguida por el partido, en coalición con los grupos de derechas, tras las elecciones de 1933. De ideología republicana y radical, tuvo como líder a Diego Martínez Barrio.

En septiembre de 1934, se agrupa con el mermado Partido Republicano Radical Socialista, liderado por Félix Gordón Ordás, para constituir Unión Republicana, partido que concurrió a las elecciones de febrero de 1936, formando parte del Frente Popular.

Partido Radical Socialista (PRS)

ver: Partido Republicano Radical Socialista (PRRS)

Partido Reformista

El Partido Reformista fue fundado por Melquíades Álvarez en 1912. Era un partido de ideales republicanos, laicistas y anticaciquiles, aunque la presentación oficial del mismo se produjo un año después cuando el 23 de octubre de 1913 Melquíades Álvarez pronunció un memorable discurso en el Hotel Palace de Madrid en el que defendió la necesidad de acometer una profunda reforma de la Constitución de 1876 para conseguir un régimen político democrático para el país.

En el Partido Reformista militaron inicialmente intelectuales y políticos importantes como el político Manuel Azaña, los filósofos José Ortega y Gasset y Manuel García Morente, el ideólogo socialista Fernando de los Ríos, el historiador Américo Castro, el hispanista Federico de Onís, el sociólogo Adolfo González Posada, el escritor y periodista Pedro de Répide, el crítico de arte Ricardo de Orueta, el médico y científico Gustavo Pittaluga Fattorini, el pensador y político krausista Gumersindo de Azcárate, el novelista, dramaturgo, cronista y político Benito Pérez Galdós, el poeta y crítico teatral Enrique de Mesa, el poeta postmodernista, traductor y crítico literario Enrique Díez Canedo, el escritor Luis Zulueta y Escolano, el neurólogo Luis Simarro Lacabra, el médico Toribio Fernández Morales.

El reformismo aspiraba ha un liberalismo auténtico, que eliminara las prácticas corruptas que se habían instalado en el antiguo Partido Liberal. Se confesaba laico y propugnaba en su programa la modificación del artículo 11 de la Constitución, que declaraba la confesionalidad católica del Estado. Dejaba abierta la posibilidad de defender una Constitución republicana, pero a corto plazo exigía que el rey no intervinieren en la vida parlamentaria y reconociese la opinión pública mayoritaria. El partido tuvo su más amplio electorado en Asturias.

En la asamblea del partido, entre los días 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre de 1918, fija su programa político y espera que Alfonso XIII lo llame para formar un gobierno que convoque Cortes Constituyentes destinadas a acometer la reforma de la Constitución de 1876, cuyos puntos fundamentales sería el reconocimiento de la soberanía nacional y fin de la soberanía compartida del rey con las Cortes; la modificación del Senado eliminando la designación directa por parte del rey de parte de sus miembros; el reconocimiento de derechos y libertades y la reforma de la estructura del Estado que permita la autonomía de los municipios y las regiones. Pero el rey no llama a gobernar al Partido Reformista y nombra presidente al conde de Romanones, volviendo así al sistema del turnismo de los partidos dinásticos, base de la Restauración.

A finales de 1922, ante la evidencia de la crisis de la Restauración, el Partido Reformista entra a formar parte del gobierno del liberal Manuel García Prieto, que llevaba en su programa la reforma de la Constitución, incluso del artículo 11. Para solucionar el “problema religioso clerical”, se evitaba proclamar la separación de la Iglesia y el Estado. La reforma no se pudo llevar a cabo por la oposición tradicional de la Corona, el Ejército y la Iglesia Católica. Ante la protesta de un cardenal y del nuncio, fue retirada la reforma del artículo 11. Con el comienzo de la de Primo de Rivera en septiembre de 1923, se terminan los intentos de reforma de la Constitución de 1896.

En 1924 Melquiades Álvarez disolvió el partido una vez que sus miembros más destacados, entre ellos Manuel Azaña que, en su manifiesto Apelación a la República de mayo de 1924, daba por liquidado el objetivo reformista de alcanzar la democracia en el seno de la Monarquía. En 1931 se proclama la Segunda República y Melquiades Álvarez reconstruyó el Partido Reformista con el nombre de Partido Republicano Liberal Demócrata.

Partido Republicano Conservador (PRC)

El Partido Republicano Conservador (PRC) fue creado en enero de 1932 por Miguel Maura tras la ruptura de la Derecha Liberal Republicana, desapareciendo al inicio de la Guerra Civil Española.

Miguel Maura trató de liderar la esencia de lo que había sido la Derecha Liberal Republicana: la incorporación al republicanismo español de las masas conservadoras e incorporar un modelo de derecha no vinculada a la Iglesia católica y, por lo tanto, aconfesional y de corte occidental.

Maura lideró la oposición al Gobierno de Manuel Azaña, pero en las elecciones de 1933, sus resultados resultaron inferiores a los cosechados por la Derecha Liberal Republicana en las elecciones de 1931, llegando apenas a los 17 diputados. El voto de la derecha votó a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), de condición corporativista y católica.

Su condición personalista en torno a la figura de Maura y el ascenso de la CEDA, llevaron al PRC a situarse al límite de su capacidad de representación política en 1935. Para la elección a presidente de la República, en abril de 1936, los compromisarios y diputados republicanos conservadores apoyaron la elección de Manuel Azaña.

El PRC despareció por completo durante la Guerra Civil.

Partido Republicano Liberal-Demócrata

El Partido Republicano Liberal Demócrata, más conocido como Partido Liberal Demócrata (PRLD), fue creado Melquíades Álvarez al instaurarse la Segunda República en 1931, como continuación del Partido Reformista previamente existente desde 1912.

Como formación minoritaria, se situó en el centro-derecha del espectro político de la Segunda República, y participó en los gobiernos republicanos de dicha tendencia del periodo 1933-1935.

El Partido Liberal Demócrata se extinguió tras la Guerra Civil Española.

Partido Republicano Progresista (PRP)

ver: Derecha Liberal Republicana (DLR)

Partido Republicano Radical Socialista (PRRS)

El Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) o Partido Radical Socialista nació en la segunda mitad de 1929 como fruto de la escisión de la tendencia más izquierdista de la opositora Alianza Republicana. Ideológicamente, defendía un liberalismo social de raíces jacobinas y fuertemente anticlerical con importantes influencias de la socialdemocracia. Contó entre sus fundadores, dirigentes y parlamentarios con una elevada proporción de miembros de la masonería. Participó en el Pacto de San Sebastián y en el tránsito desde la monarquía de Alfonso XIII a la Segunda República, y formó parte del Gobierno Provisional.

Ya en la República, tras las elecciones de 1931, fue la tercera fuerza política en las Cortes Constituyentes y participó activamente en la elaboración la nueva Constitución republicana, con una encendida defensa de los derechos civiles y políticos, lo que no le impidió oponerse a la introducción del sufragio femenino y apoyar la restrictiva Ley de Defensa de la República.

Su fuertes discrepancias internas dieron lugar a tres escisiones sucesivas por su ala izquierda; la última, motivada fundamentalmente por la división de opiniones respecto a las relaciones que se debían mantener con el Partido Socialista Obrero Español. Durante el primer bienio republicano participó en todos los gobiernos. Sus representantes lideraron importantes y controvertidas reformas e iniciativas legislativas.

Debilitado por la falta de unidad electoral de las izquierdas, sufrió una estrepitosa derrota en las elecciones de noviembre de 1933, en las que obtuvo un único representante. Pasó a la oposición por estar en desacuerdo con la inclusión de un ministro del Partido Agrario. Desapareció en septiembre de 1934, al fusionarse con el Partido Radical Demócrata de Diego Martínez Barrio para dar lugar a un nuevo partido denominado Unión Republicana.

Partido Sindicalista

El Partido Sindicalista fue creado por el anarquista varias veces secretario nacional de la CNT, Ángel Pestaña, en 1932. Ángel Pestaña pertenecía al sector moderado del anarcosindicalismo.

El objetivo del partido era contribuir al movimiento obrero dotándolo de un partido político que sin inmiscuirse en la labor de los sindicatos colaborase con los mismos pero con plena autonomía. Se diferenciaba del PSOE-UGT en que pretendía evitar toda supeditación de la labor sindical a los intereses partidistas. Su genealogía se correspondía más con el laborismo británico, una representación de intereses obreros en el parlamento, pero con una finalidad revolucionaria, esto es, la consecución del comunismo libertario, con una organización basada en las cooperativas, los sindicatos y los municipios.

Partido Socialista Obrero Español (PSOE)

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue el primer partido obrero de la historia de España y una de las principales fuerzas políticas durante las épocas en que ha vivido bajo el sistema político democrático. Durante la Segunda República (1931-1936) el PSOE podría ser, por número de diputados, centro de la vida política del país, pero lo destruyó su división interna: la fracción de los moderados, liderada por Julián Besteiro Fernández; el centro, liderado por Indalecio Prieto y el extremismo de izquierdas, de Largo Caballero. En 1934 Largo Caballero se hará con el control interno del partido y hará una alianza con el Partido Comunista de España (PCE), lo que debilitó el gobierno republicano. Largo Caballero declara la República como burguesa y como un paso hacia la dictadura del proletariado.

Fue fundado en Madrid el 2 de mayo de 1879 por el tipógrafo ferrolano Pablo Iglesias Possé y es uno de los partidos obreros más antiguos de Europa (el más antiguo es el el Partido Socialdemócrata de Alemania). Desde sus inicios, aspiraba a agrupar al proletariado industrial español bajo la ideología marxista. No obstante, su implementación fue muy irregular: sus principales núcleos se desarrollaron en Madrid, Asturias y el País Vasco, disponiendo de poca presencia en Cataluña, el mayor foco industrial de España.

Pocos días después de que naciera el sindicato socialista la Unión General de Trabajadores (UGT), el PSOE celebró su primer congreso en Barcelona, en 1889. Comenzó su andadura histórica en solitario, sin alianzas con fuerzas burguesas y según la estrategia rigorista diseñada por Iglesias, el principal dirigente del partido y del sindicato hasta 1925. Tras los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona (1909) y la dura represión del gobierno conservador, la conjunción con los republicanos en la Conjunción Republicano-Socialista permitió a Pablo Iglesias obtener el acta de diputado a Cortes en 1910. Iglesias fue reelegido en 1914. A partir de la alianza con los republicanos y la entrada en el parlamento, el PSOE fue alcanzando una mayor implantación en el mapa político español, apoyado por el sindicato socialista Unión General de Trabajadores (UGT), fundado por Pablo Iglesias en 1888 en la ciudad de Barcelona e íntimamente ligado al PSOE, ya que hasta la década de 1880 la sindicación a UGT suponía la afiliación al PSOE y viceversa.

«El gran triunfador de la política española en el siglo XX es el socialismo, cuyos afiliados suben de una forma asombrosa. La figura de Pablo Iglesias llega al mito. El “Abuelo”, será norte y guía de masas y, en el Parlamento, atacará constantemente al sistema, especialmente en el asunto de Marruecos, donde verá solamente egoísmos mineros y muerte de hijos del pueblo, aunque no participará en la Semana Trágica de Barcelona de orientación radical anarquista.» [Díaz-Plaja 1973: 543]

La huelga general de 1917 fue el mayor timbre de gloria del PSOE. El manifiesto del Comité de Huelga que firmaron Julián Besteiro y Largo Cabalero, entre otros, decía:

«El proletariado español ha asistido en silencio durante estos últimos meses a un espectáculo vergonzoso, mezcla de incompetencia y repulsiva jactancia, de descarado desprecio a la vida y de los derechos del pueblo. Cerca de medio siglo de corrupción han llevado a las instituciones políticas a un grado tal de podredumbre que los mismos institutos armados claman contra la injusticia, contra la arbitrariedad»

Debido al papel activo que tuvieron durante la huelga general de 1917, los futuros líderes socialistas Francisco Largo Caballero y Julián Besteiro fueron detenidos, juzgados y encarcelados con una condena a cadena perpetua, aunque en las elecciones generales de febrero de 1918 todos fueran elegidos diputados.

Como el resto de partidos obreros, el PSOE se vio seriamente afectado por la llamada crisis de las Internacionales o “pleito de las Internacionales”. El triunfo de la Revolución rusa de 1917 y la creación de la Internacional Comunista (separada de la unitaria Internacional Socialista) provocó la ruptura del partido entre los partidarios de adherirse al Komintern, que finalmente se agruparían en el Partido Comunista de España (PCE) en 1921, y los sectores más moderados, mayoritarios, que permanecieron en la Segunda Internacional. Un grupo de 8.808 delegados se declaraban admiradores de la revolución rusa, pero defendían que esto no les obligada a integrarse en la Tercera Internacional, que consideraba a Moscú como la Roma del comunismo mundial. Un grupo de 6.025 delegados se integraron a la Internacional Comunista. Esto sumió al partido en una aguda crisis, acentuada en 1923 con la dictadura de Primo de Rivera y la actitud colaboracionista del socialismo con el nuevo régimen, en medio de fuertes disensiones internas.

La dictadura de Miguel Primo de Rivera adoptó medidas represivas contra organizaciones obreras como la CNT, pero toleró los movimientos del sindicato socialista UGT, que se convirtió en la primera central sindical de España. Promovió también una extensa legislación social, parte de la cual se recogió en el Código del Trabajo (1926), en cuyo éxito fue clave la colaboración entre el régimen, el PSOE y la UGT.

La colaboración socialista con la dictadura de Primo de Rivera fue muy criticada por los anarquistas (CNT). Para Primo de Rivera el PSOE era el único partido honesto de la etapa anterior y expresó su voluntad de crear un nuevo sistema turnista con el PSOE y la Unión Patriótica. El socialista Francisco Largo Caballero llegó al cargo de consejero de Estado el 25 de octubre de 1924, a lo que se opusieron Fernando de los Ríos e Indalecio Prieto.

Los principales defensores de la participación en las estructuras políticas creadas por la dictadura fueron Francisco Largo Caballero, secretario general de la UGT, y el moderado presidente del sindicato socialista y del propio PSOE, Julián Besteiro, aunque se fueron alejando de la dictadura en los años finales de la dictadura. Durante esa época, fue el líder del grupo socialista que se mostró contrario a la política colaboracionista. En 1929 el PSOE rompió con la dictadura de Primo de Rivera y se declaró a favor de la república. Aunque a título personal, un líder del partido participó en el Pacto de San Sebastián para proclamar la II República.

Cuando cayó el régimen de Primo de Rivera, el PSOE era el partido político más extendido y mejor organizado del país. Al proclamarse la Segunda República en 1931, el PSOE accede al gobierno por primera vez y colaboró con los partidos republicanos en torno a Manuel Azaña.

El PSOE se convirtió en el partido mayoritario de las Cortes republicanas de 1931 al obtener 131 diputados y podría ser el centro de la vida política. Durante el primer bienio (1931-1933) fue una fuerza fundamental en la coalición que sostuvo los gobiernos de Manuel Azaña, gestionando diversos ministerios y colaborando con partidos como Acción Republicana o el Partido Republicano Radical Socialista. Largo Caballero, Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos fueron los tres dirigentes socialistas que desempeñaron el cargo de ministros durante los dos primeros años del régimen republicano (abril de 1931-septiembre de 1933) conocido como el bienio reformador o republicano-socialista. Pero el problema fue el de la división. La moderación se llamaba Julián Besteiro, el centro estaba liderado por Indalecio Prieto y el ala extrema del partido se llamaba Largo Caballero.

Las elecciones de 1933 supusieron un fuerte varapalo a las izquierdas republicanas, y consolidaron a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), como principal partido en el Parlamento. A lo largo de este bienio, la situación social sufrió un proceso de radicalización y confrontación ideológica del que no se salvó el PSOE, progresivamente escindido entre los sectores más centristas y demócratas, representados por Indalecio Prieto y Julián Besteiro; y el ala más radical liderada por Francisco Largo Caballero, cada vez más escorada hacia el rechazo de las instituciones republicanas y la defensa de una revolución proletaria al estilo soviético. Los dirigentes del PSOE no logran convocar un congreso extraordinario para dirimir la controversia entre los sectores encabezados por Indalecio Prieto (reformistas liberales), Julián Besteiro (marxistas puros) y Largo Caballero (radicales). Este conflicto quedó abierto y paralizó la participación del PSOE en los gobiernos del Frente Popular, surgidos tras la victoria electoral izquierdista de febrero de 1936.

En enero de 1934, Largo Caballero conquista el poder interno y coloca al partido en alianza con los comunistas, con lo que restaba a Izquierda Republicana el apoyo necesario para llegar a cabo su política. En 1934, el PSOE y la UGT lideraron un violento movimiento insurreccional que solo triunfó en Asturias, donde contó con la colaboración de la CNT y de los comunistas y se estableció un orden revolucionario precario; y en Cataluña, donde la revolución tuvo un marcado carácter nacionalista. En la rebelión de Asturias en 1934, actuaron conjuntamente los comités de acción del PSOE y de Izquierda Republicana. Ambos partidos sufrieron conjuntamente el castigo por la fuerte represión gubernamental. Esta acción conjunto sería la base del Frente Popular que alcanzaría la victoria en las elecciones de 1936.

En 1935, el PSOE participó en el Frente Popular, que aglutinaba a fuerzas republicanas de izquierdas, socialistas, comunistas y nacionalistas. Esta obtuvo un ajustado triunfo en las elecciones de 1936, pero su gobierno se vio interrumpido por el Alzamiento militar del 18 de julio de 1936 y la posterior guerra civil. El PSOE constituyó uno de los cimientos de los sucesivos gobiernos republicanos. El PSOE presidirá el gobierno desde noviembre de 1936 con Largo Caballero, al que sucederá Juan Negrín hasta el fin de la contienda.

El inicio de la Guerra Civil en julio de 1936, supuso el retorno del PSOE al ejercicio del poder, si bien tan sólo en la zona leal al régimen republicano. Largo Caballero y Juan Negrín se convirtieron en los dos primeros socialistas que desempeñaban la presidencia del gobierno y a partir de septiembre de 1936 formaron los últimos gabinetes de la II República.

La definitiva victoria del general Francisco Franco en abril de 1939 arrastró a los más destacados militantes socialistas al exilio y la dispersión, cuando no a la cárcel y la represión. Tras la muerte de Franco en 1975, el PSOE contribuyó a la transición pacífica a la democracia.

PARTIDO SOCIALISTA UNIFICADO DE CATALUÑA (PSUC)

El Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), en catalán: Partit Socialista Unificat de Catalunya, abreviado PSUC, fue un partido catalán de ideología comunista federado originalmente con el Partido Comunista de España (PCE). Su juventud estuvo formada primero por las Joventuts Socialistes Unificades de Catalunya (JSUC) y posteriormente por la Joventut Comunista de Catalunya (JCC).

Joan Comorera (1895-1960), emigrado a Argentine en 1919, regresó a España en 1931 e ingresó en la Unión Socialista de Cataluña, pasando a ser conseller de Economía y Agricultura en el gobierno de la Generalitat de Cataluña presidido por Lluis Companys. Fue procesado por los sucesos de octubre de 1934 en Cataluña y condenado a 30 años de cárcel. Liberado con el triunfo del Frente Popular en 1936, abogó por la fusión de socialistas y comunistas en un partido único que culminaría en la fundación del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) el 23 de julio de 1936, como producto de la fusión de las Federación catalana del PSOE, la Unió Socialista de Catalunya (USC) de Joan Comorera, el Partido Comunista de Cataluña (PCC), y el Partit Català Proletari (PCP). La idea de la fusión de las fuerzas obreras en un solo partido tomó fuerza a partir del desenlace de los hechos del 6 de octubre de 1934 y de la experiencia unitaria de las alianzas obreras.

Los internos debates en el seno de los partidos obreros catalanes no lograron la unidad de las fuerzas de izquierda, y el Bloc Obrer i Camperol y el pequeño grupo de Izquierda Comunista de España (ICE) acabaron creando el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM). Los otros partidos acordaron los principios del PSUC: partido nacional y de clase, de ideología marxista-leninista y adscrito a la Internacional Comunista, siendo la primera vez que esta aceptaba dos miembros de un mismo estado.

Desde el 17 de diciembre de 1936, el PSUC formó parte del gobierno de la Generalitat soguiendo su consigna de unidad de las fuerzas antifascistas. A pesar de su orientación marxista, el PSUC se convirtió en el mayor defensor de la clase media catalana frente a las colectivizaciones emprendidas por los anarquistas de la CNT-FAI y los trotskistas del POUM.

Tras la caída de Cataluña en febrero de 1939, la mayor parte de sus dirigentes pasaron a Francia, aunque muchos de sus cuadros quedaron en España y sufrieron la represión de la dictadura franquista. Ya en el exilio francés colaboraron en la resistencia contra la ocupación nazi, y algunos de sus dirigentes, como Josep Miret i Musté, murieron en campos de concentración.

Renovación Española (RE)

Renovación Española (RE), partido político de ideología monárquica y derechista. Bajo la Segunda República jugó un importante papel en los meses previos a la Guerra Civil Española. Se formó en enero de 1933 tras una escisión de Acción Popular y tras recibir la aprobación del antiguo rey Alfonso XIII para formar un nuevo partido. No obstante, inicialmente RE mantuvo buenas relaciones con los carlistas y trató de colaborar con ellos en diversas conspiraciones antirrepublicanas.

Antes de la Guerra Civil, el partido estuvo vinculado a la Falange de José Antonio Primo de Rivera. Renovación Española (RE) se definía como un partido monárquico, defensor del legado de Alfonso XIII. A pesar de tener una pequeña representación en las Cortes, su importancia se debía a que representaba los intereses de las clases altas, entre ellas la todavía pujante aristocracia de la época. Además recogía parte de la herencia del maurismo.

El partido fue liderado en un principio por Antonio Goicoechea, hasta que en 1934 el político derechista José Calvo Sotelo regresó del exilio e ingresa en Renovación Española. Calvo Sotelo se convirtió en el líder natural de la derecha española. Propuso la creación de un "Bloque Nacional", en la intención de unir a las derechas tras su ideario, pero solo consiguió la adhesión de ciertos sectores del carlismo.

Renovación Española estuvo íntimamente ligada con la asociación derechista Unión Militar Española (UME), que jugó un importante papel en la planificación del Golpe de Estado que llevaría a la Guerra civil. A mediados de la década de 1930 la derecha más extrema, ante el gobierno posibilista de José María Gil-Robles, fue escorándose hacia la figura de Calvo Sotelo, uno de los nuevos líderes de la derecha.

Después de la victoria electoral del Frente Popular, Calvo Sotelo se convirtió en la principal figura de las fuerzas de la derecha, a pesar del modesto éxito electoral obtenido por Renovación Española en las elecciones. El asesinato de Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936, en represalia por el asesinato del teniente Castillo el día anterior, fue uno de los detonantes del golpe de Estado frustrado que dio comienzo a la Guerra Civil Española. Al igual que otros partidos y movimientos políticos, RE desapareció tras la aprobación del decreto de Unificación y la formación de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS).

Unión General de Trabajadores (UGT)

La Unión General de Trabajadores (UGT), organización sindical obrera, se funda en Barcelona en agosto de 1888, en íntima relación con el socialismo marxista del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) a pesar de su apoliticismo estatutario.

Hasta su XIV Congreso de 1920 no asumió la lucha de clases como principio básico de la acción ugetista, si bien nunca llegó a establecer un órgano mixto de conexión institucional con el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con el que estuvo relacionado desde su nacimiento. Junto al cuestionado apoliticismo, destacan su burocratización y centralismo a raíz del traslado del Comité Nacional a Madrid en 1899, el paso en su X Congreso a las cotizaciones de base múltiple, o los cargos sindicales retribuidos.

Durante la Primera Guerra Mundial y con la llegada de Francisco Largo Caballero a la Secretaría General en 1918, adoptó acuerdos coyunturales y tácticas de acercamiento y unidad de acción con los anarcosindicalistas de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y los comunistas, interrumpidas bruscamente al advenimiento de la dictadura de Miguel Primo de Rivera y su régimen de monopolio sindical.

La radicalización del ala de Largo Caballero durante la Segunda República, cuando la UGT rebasó el millón de afiliados, y el cruento estallido de la Guerra Civil ahondaron las fisuras internas y provocaron la salida de Largo Caballero de la Secretaría General en 1937.

El exilio derivado de la victoria franquista en 1939 cerró el primer medio siglo de vida de esta central sindical, que pudo abandonar la clandestinidad con el inicio de la transición democrática. Durante esta nueva etapa de su historia, la UGT y Comisiones Obreras (CCOO) se convirtieron en las opciones con mayor arraigo entre los trabajadores españoles.

Unión Republicana (UR)

La Unión Republicana (UR) se fundó en septiembre de 1934, tras la fusión del Partido Radical Demócrata (PRD) de Diego Martínez Barrio —escindido el 16 de mayo de ese mismo año del Partido Radical de Lerroux en protesta por su acercamiento a la CEDA— y el Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) liderado por Félix Gordón Ordás.

La Unión Republicana jugó un destacado papel en la política española antes del comienzo de la Guerra civil española, tras la cual su actividad e importancia decrecieron mucho.

En 1935 se integró en el Frente Popular junto con socialistas, comunistas, republicanos de izquierda (agrupados en la Izquierda Republicana de Manuel Azaña) y otros grupos progresistas.

Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones generales de 1936, se convirtió en el cuarto grupo parlamentario de las Cortes. Izquierda Republicana (IR) y Unión Republicana formaron una coalición de facto repartiéndose las carteras gubernamentales hasta el estallido de la Guerra Civil Española.

El líder del partido, Diego Martínez Barrio, desempeñó interinamente la Presidencia de la República tras la destitución de Niceto Alcalá-Zamora, hasta el nombramiento de Manuel Azaña. Martínez Barrio encabezaría también el efímero gobierno formado el 19 de julio de 1936.

Durante la Guerra civil, UR se mantuvo siempre en el gobierno. Tras la guerra, Unión Republicana se convirtió, junto con Izquierda Republicana, en una de las principales organizaciones republicanas en el exilio. Se disolvió en junio de 1959, junto con Izquierda Republicana para dar paso a la fusión de ambas organizaciones en una nueva agrupación: Acción Republicana Democrática Española (ARDE).

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