Al ante infinitivo

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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Me pregunto si la siguiente frase es correcta. En caso positivo, cómo se explica “al”?, ¿no es aquí = “a el ...”?

Ejemplo: Me siento ridícula al hablar español.

¿Equivale a decir: Me siento ridícula cuando hablo español?

Los infinitivos del español pueden ser nominales, es decir, pueden ir acompañados de artículo y de adjetivo como los sustantivos (el ladrar continuo de los perros), o verbales, con sujeto explícito y complemento (al leer yo la carta).

Los infinitivos verbales forman grupos verbales infinitivos, en los que el infinitivo es el núcleo de un grupo verbal, y puede estar acompañado de complementos (directos, indirectos, de régimen o circunstanciales) y tener sujeto explícito o implícito. Estos grupos verbales de infinitivo pueden formar oraciones

bullet

subordinadas sustantivas: lamento llegar tarde

bullet

subordinadas adverbiales: al salir el sol

El significado temporal se puede expresar por medio de una oración subordinada cuyo núcleo es una forma no personal del verbo: infinitivo, gerundio o participio.

al golpear el ladrón la puerta, saltó la alarma

paseando por el parque, me encontré con un antiguo amigo

visto el mal ambiente que allí había, nos fuimos a otro establecimiento

El infinitivo precedido de al también puede significar causa:

al no haber billetes de avión, tuvimos que coger el Ave.

La partícula al en al + infinitivo (al ver a sus padres) procede de la primitiva unión de preposición y artículo. La combinación del artículo con las preposiciones a y de da lugar a las formas contactas al y del. La contracción únicamente se produce con la forma el en singular. Cuando el artículo forma parte de un nombre propio, no hay contracción en la representación gráfica (saliendo de El Salvador), aunque en la lengua hablada la reducción vocálica es normal también en este caso.

En la combinación al + infinitivo, la partícula al parece comportarse como conjunción, ya que no introduce grupos nominales, pues el infinitivo en este caso admite sujetos expresos (al salir el sol / al enterarse su padre). Otra característica es la alternancia del sentido temporal (al salir a la calle, se dio cuenta de que había olvidado la cartera) con el causal (al no tener dinero, no pudo comprar el piso).

Para algunos gramáticos la partícula al en la combinación al + infinitivo es una combinación de preposición y artículo ([a] [el salir el sol]), mientras que para otros esta partícula es una conjunción subordinante y por tanto indivisible ([al] [salir el sol]), ya que no introduce grupos nominales ni pronominales.

En la lengua antigua se admitía el infinitivo nominal con la preposición de (al salir del sol), construcción que alternaba con la actual (al salir el sol). Ejemplos de infinitivos nominales:

al salir del sol

al caer del día

al acabar de la vida

Estas construcciones no han desaparecido del todo hoy:

al llegar de los fríos

al morir de la luz

al andar de los tiempos

al caer de la tarde

“La segmentación de las secuencias que se acaban de ejemplificar en la forma [a] [el caer de la tarde] ya no parece probable en la lengua actual, más aún cuando no se admiten en ellas paráfrasis como las que de ordinario acepta el infinitivo verbal precedido de artículo (el terminar el trabajo ‘el hecho de terminar el trabajo’). Cabe pensar, por tanto, que al (o su variante) se comporta como conjunción subordinante en estas construcciones, si bien no existe, como se ha señalado, acuerdo unánime de los gramáticos en este punto.” (RAE: Nueva gramática..., 26.13g)

Las construcciones «al + infinitivo» pueden tener, según el contexto, sentido causal o temporal. Se prefiere la interpretación causal con verbos de estado:

Al ser el hermano mayor, heredó el caserío,

con predicados negados:

Al no recibir noticias suyas, lo dimos por muerto,

o cuando el infinitivo aparece en su forma compuesta:

Al haberlo entendido así, ya no fijo nada.

Los adverbios focales, como exactamente o justo, favorecen el sentido temporal:

exactamente al sonar el reloj / justo al cruzar la calle.

Citas

 

“La construcción «al + infinitivo» (al leer el libro) ha llamado repetidamente la atención de los gramáticos por varias particularidades de su sintaxis, entre las que destacan tres. La primera es el hecho de que, aun careciendo el verbo de flexión, admita sujetos expresos, como en al salir el sol. Comparte esta característica con la mayor parte de las conjunciones subordinantes que admiten infinitivos. La segunda propiedad es la naturaleza de al, combinación de preposición y artículo para unos ([a] [el salir el sol]), pero conjunción subordinante indivisible para otros ([al] [salir el sol]). La tercera es la frecuente alternancia entre la interpretación temporal de la construcción (Se cayó al salir del baño) y la causal (Al ser concejal, entraba sin pagar). A estas tres propiedades cabría añadir una cuarta, que ha recibido menos atención: el hecho de que al denote aparentemente un punto temporal sin asimilarse por ello a los adverbios relativos.

El origen de la partícula al está en la combinación de la preposición a y el artículo el. En la lengua antigua se admitía el infinitivo nominal en esta construcción, por tanto con la preposición de (al salir del sol), en alternancia con la construcción actual (al salir el sol), especialmente con verbos intransitivos y en particular con caer, pasar, salir y otros de los verbos llamados semideponentes o inacusativos. Esta pauta se observa en los ejemplos siguientes:

al salir del sol

al caer del día

al acabar de la vida

La construcción no ha desaparecido totalmente del lenguaje de hoy, aunque está más limitada que en la lengua clásica:

al llegar de los fríos

al morir de la luz

al andar de los tiempos

al caer de la tarde

La estructura sintáctica de estas construcciones sugiere que el infinitivo mantiene en ellas su naturaleza nominal, como en el caer de la tarde y otras construcciones análogas. La segmentación de las secuencias que se acaban de ejemplificar en la forma [a] [el caer de la tarde] ya no parece probable en la lengua actual, más aún cuando no se admiten en ellas paráfrasis como las que de ordinario acepta el infinitivo verbal precedido de artículo (el terminar el trabajo ‘el hecho de terminar el trabajo’). El artículo está ausente además en algunas de sus variantes, como en a poco de llegar ~ al poco de llegar. Cabe pensar, por tanto, que al (o su variante) se comporta como conjunción subordinante en estas construcciones, si bien no existe, como se ha señalado, acuerdo unánime de los gramáticos en este punto.»

[RAE: Nueva gramática de la lengua española. 2 vols. Madrid: Espasa Libros, 2009, § 26.13f-26.13g.]

«Importa consignar aquí que en español, como en muchas otras lenguas, existe un conjunto limitado de palabras que no es posible adscribir a una sola categoría morfosintáctica, y ello no porque sean categorialmente ambiguas (como pudiera serlo para, preposición o forma del verbo parar) sino porque tanto formal como semánticamente equivalen a dos categorías sucesivas distintas. En el par de formas al y del se da el equivalente de una preposición seguida del artículo determinado masculino singular: cabría también mantener que otras formas de la lengua vulgar o coloquial de distintas regiones, como pal (= para el) o (en/a) ca la, cal (= {en/a} casa {de la/del}), presentan propiedades análogas. Las gramáticas anglosajonas suelen referirse a estas y otras palabras policategoriales con la denominación de palabras-perchero (portmanteau words), sugerida inicialmente por el escritor Lewis Carroll.

La singularidad de estas formas radica en que no se posible entenderlas como categorías léxico-morfológicas únicas, esto es, como preposiciones, artículos, etc., pero tampoco como categorías sintagmáticas o frasales (categorías ‘máximas’), esto es, como sintagmas preposicionales o de otro tipo. Se puede defender que la palabra aquí, por ejemplo, equivale a un sintagma preposicional completo, como pudiera ser en este lugar, y tratarla en consecuencia como un pro-sintagma preposicional, del modo como esto vendría a ser un pro-sintagma nominal.  Al y del, en cambio, son necesariamente partes de un sintagma preposicional que se compone de algo más que ellas.» [Piera, Carlos / Varela, Soledad: “Relaciones entre morfología y sintaxis”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 67.2.4]