Alemán de Austria |
© Justo Fernández López – www.hispanoteca.eu |
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La verdad es que yo no tengo preguntas, sólo quiero desahogar un poco la impotencia que siento a diario enfrentándome al Alemán de Austria, llevo más de dos años estudiando alemán y más de uno y medio viviendo en Viena. Tengo el Österreichisches Sprachdiplom Mittelstufe, que me capacita para estudiar en la universidad de Viena cualquier carrera. Bueno pues por desgracia en pocos meses me tengo que volver a España, y la razón es tan sencilla como que no entiendo a nadie.
En un año y medio he conocido más de un centenar de austriacos, de todo tipo, pero sobre todo gente con estudios a través de mi novia y sus amigos, familia etc... NO HE CONOCIDO A UNA SOLA PERSONA QUE HABLE ALEMÁN EN AUSTRIA. Nadie habla alemán, el DIALECTO es tan fuerte que es prácticamente imposible entender absolutamente nada. En la universidad escuchas alemán, pero en la vida real nadie lo habla...es de locos es como aprender catalán en china, en clase aprendes pero fuera no puedes hablarlo.
Ejemplo:
Yo también he hecho mi trabajo.
Aleman correcto:
Ich habe auch meine Arbeit gemacht.
Alemán de Austria:
Ihob a mei Orbeit mocht.
La diferencia escrita no se nota mucho pero os aseguro que es imposible entender nada. Solo tenéis que probar en una frase en español.
Has llamado ya a Manuela
Aplicando el dialecto Austriaco sería algo así como
Ho llomo yo Monuelo
Ahora prueba a decirle esta frase a alguien cerca de ti a ver qué te contesta, puede que un hispanohablante se da cuenta con mucha suerte que has cambiado las aes por oes y te has comido alguna sílaba, pero prueba a decírselo a alguien que estudie español ya verás qué gracia le hace.
Amigos, es terrorífico, terrible, desesperante y súper triste... se le quitan a uno las ganas de aprender nada... y el encanto de este bonito país desaparece a toda velocidad...
El problema de los dialectos del alemán lo he comentado en este FORO a propósito de un caso o queja igual a la de usted ahora:
No le quiero hablar ahora como lingüista sobre la importancia de los dialectos para comprender la historia de una lengua o sobre si los dialectos empobrecen o enriquecen una lengua. No hay argumentos para consolar a un desolado; "no hay consuelo para mi desolación", dijo algún poeta. La impotencia que usted siente ante el Alemán de Austria la siento yo ahora al tener que decirle algo que le acompañe en su tribulación. Lo primero que se me ha ocurrido es que el problema de la confusión de las lenguas y la falta de entendimiento entre todos los seres humanos es un problema que encontramos ya en la Biblia como un castigo divino.
Este es el relato original del Génesis:
«Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.» (Génesis 11:1-9)
Por lo que deduzco, es usted de Madrid, donde el "dialecto madrileño" tiene cierto prestigio y es hablado y entendido por todas las clases sociales. Quizá esperara usted encontrar algo parecido en una capital europea como Viena. Pero imagínese a un extranjero que entra en un bar en Sevilla y pregunta al camarero en español ¿Qué tienen hoy para comer? y el sevillano le responde zo pecá (= solamente pescado). Muchos de mis antiguos alumnos en la Universidad se me quejaban (ya estoy jubilado) de que habían hecho un curso de español en una escuela de idiomas de Galicia o Cataluña, pero que lo que aprendían en la escuela sólo lo podían ejercitar con otros alumnos extranjeros en la calle, ya que con los gallegos o catalanes les era imposible entenderse (no querían decir que hablaran dialecto, sino que no hablaban español). Por ese motivo elegían la mayoría cursos de español en Santander, Salamanca o Madrid, y los que querían "movida" se iban a Málaga, y, casualmente, eran los que menos se quejaban de que no entendían a los andaluces; el habla andaluza les caía en gracia.
Yo aprendí alemán en ambientes universitarios de Friburgo de Brisgovia y en Francfort, aunque el cambio de Friburgo a Francfort fue ya la confrontación con el dialecto alemán de Hessen. La primera vez que vine al Tirol y oí decir a alguien i geh hoam (= ich gehe heim - me voy a casa) creía que estaba oyendo algún dialecto arcaico de un idioma anglosajón. Con el tiempo, los dialectos alemanes han dejado de molestarme, aunque la pronunciación gutural de los tiroleses de algunos valles del río Inn me sigue irritando el oído tanto ahora como hace 35 años cuando llegué al Tirol. Yo soy asturiano y estoy casado con una española de Galicia y, aunque sólo sea por aquello de "gallegos y asturianos somos primos hermanos", en nuestra casa hemos hablado siempre español con los hijos, y éstos han aprendido el alemán en la escuela y el dialecto tirolés en la calle, pero, en casa con nosotros, nunca han hablado ni alemán ni dialecto. Sin embargo, la pronunciación gutural tirolesa no les afecta ni les irrita, aunque no la imitan nunca.
Gran Torre de Babel del pintor holandés Pieter Brueghel, el Viejo |
«La leyenda de la confusión de las lenguas tiene un origen etimológico. El relator bíblico, que escribió posiblemente en tiempos del cautiverio de los israelitas en Babilonia, interpreta la palabra Babel en el sentido de "confusión", en este caso confusión de lenguas. Del mismo modo, los griegos, que no comprenden el lenguaje de los extranjeros y, en primer lugar de los persas, adoptan más tarde la costumbre de designarlos con el nombre peyorativo de "bárbaros". La repetición de la sílaba "ba" simboliza la desorganización aparente de los dialectos no griegos, cualesquiera que sean, con respecto a la rigurosa organización de la lengua de Homero. Aún en nuestros días, el lenguaje abundante y confuso de los niños se denomina "balbuceo" y se califica como "bla bla". Pero la leyenda del castigo divino de la diversificación de las lenguas se inscribe igualmente en la nostalgia de una época de oro donde todos hablaban un lenguaje común que aseguraba la paz y la comprensión. Este sueño se revela en el relato cristiano de la glosolalia y de Pentecostés: San Pablo atribuye a los primeros cristianos la facultad de expresarse en una lengua distinta de la que hablaban comúnmente bajo el efecto de un trance místico, y los Hechos de los Apóstoles evocan el milagro de la venida del Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, que da a los discípulos de Cristo el don de expresarse en lenguas o dialectos de otro modo desconocidos por ellos.»
[Daniel Gustavo Adam: La torre de Babel]
Si de entre las más de 700.000 visitas que tiene mi HISPANOTECA al mes hubiera algún internauta que tuviera algo interesante que referir sobre este tema, que me escriba y yo pondré aquí su comentario.