Duelos y quebrantos

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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¿Cuál es el origen de la expresión duelos y quebrantos que aparece en la primera página del Quijote? Algunos diccionarios bilingües la traducen al alemán como “Rührei mit Hirn” y parece que es una especialidad de la gastronomía manchega.

Yantar aquí es un encanto, si tomas duelos y quebrantos.

(Proverbio)

El lugar del Quijote donde aparece la expresión duelos y quebrantos es el siguiente:

«En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda.» [Quijote, primera parte, capítulo primero, página 1]

Se ha vertido mucha tinta para explicar el sentido y origen de esta expresión que Cervantes no explica en el Quijote. Ninguna explicación es del todo convincente. Lo que está claro es que se trata de una comida: una especie de tortilla de huevos revueltos con los menudillos o los sesos de algún animal. Se solía comer los sábados por ser una comida de semiabstinencia, es decir, no violaba o quebrantaba el ayuno que prohibía comer carne.

En la última edición del Quijote anota Francisco Rico que duelos y quebrantos era un plato que no rompía la abstinencia de carne selecta que en el reino de Castilla se observaba los sábados.

Es decir, ayunos y quebrantos era un plato con el que se podía “quebrantar” el precepto eclesiástico de ayuno y abstinencia que se debía guardar los sábados en los reinos de Castilla.

Según otros, el plato servía para que en su ofrecimiento se descubriera a judaizantes o falsos conversos. Aquellos a quienes su religión prohibía comer carne de cerdo o de res y lo hacían para proteger su condición de emboscados “quebraban” sus leyes.

Hay quienes creen que quebrantos se refiere en este caso más bien a los “huesos quebrantados” del animal, ya que no se comía la carne, sino solamente los menudillos o los sesos.

La cita siguiente da una explicación “lógica”:

«A consecuencia de la victoria de las Navas de Tolosa (1212), fue hecho voto de no comer carne los sábados en España. Andando el tiempo, porque “todo se corrompe” y también por conveniencias económicas, entró el uso de comer los despojos de los animales terrestres conocidos por el nombre de “menudos” o “grosura” como son cuellos, manos y pies de las aves, cabezas de carnero (con sus seos), o asaduras e incluso los huevos fritos con torreznos. A todo este pobre manjar se le aplicó el calificativo de penas y miserias o más bien su equivalente de duelos y quebrantos. Ésa es por lo menos la conclusión lógica que se puede sacar de la mucha tinta derramada para explicar esta expresión de la primera página del Quijote. Es de notar que la tortilla con torreznos fritos se llama vulgarmente: la merced de Dios

[Michel, R.-J. / López Sancho, L.: ABC de Civilización Hispánica. París: Bordas, 1967, p. 129]

Una explicación sociológica es la de Juan Goytisolo, que añade a la nota de Francisco Rico el siguiente comentario:

«Comenta Francisco Rico: "Los duelos y quebrantos eran un plato que no rompía la abstinencia de carnes selectas que en el reino de Castilla se observaba los sábados, podría tratarse de "huevos con tocino". Desde la edición del Quijote de Rodríguez Marín de 1928, sabíamos en efecto que Cervantes aludía a "huevos con torreznos". En Cervantes y Los casticismos españoles (Madrid, 1966), Américo Castro con muy fino olfato, observaba: "Lo que no se sabía era el motivo de tan extraña expresión, que no describe lo que ese plato sea, sino que expresa la desestima que tenía por él quien tuvo la ocurrencia de llamarlo así" para concluir unas líneas después que "desde el punto de vista cristiano nuevo, comer tocino era motivo de "duelos y quebrantos". Mas si nuestro historiador no andaba errado, el origen de la transferencia semántica permanecía envuelto en la bruma.

En una reciente cala en el Cancionero de obras provocantes a risa, topé con las deliciosas coplas del judeo-converso Antón de Montoro, más conocido por su apodo el Ropero (1404-1480)—un bardo muy popular en su tiempo, célebre par sus polémicas con otros poetas conversos—, que reproduzco a continuación: Sola del Ropero al corregidor de Córdova, porque no falló en la carnecería sino tocino, y ovo de mercar de él: "Uno de Los verdaderos / del señor rey fuerte muro / han dada en los carniceros / causa de me hazer perjuro: / no hallando por mis duelos / con qué mi hambre matar, / hanme hecho quebrantar / la jura de mis abuelos".

Como puede apreciar el lector, la asociación del tocino con duelos y quebrantos no puede ser más explícita. Y si tenemos en cuenta que la sección de Burlas del Cancionero general se imprimió siete veces en España (de 1511 a 1541) y dos en Amberes (1557, 1573)—pese a la creciente presión de la Iglesia y del Santo Oficio tocante a la expresión escrita del sexo, no resulta aventurado suponer que la fórmula duelos y quebrantos era conocida, si no popular, en los medios cristianos nuevos que frecuentó Cervantes. Un enfermo de libropesía—¡la fórmula no es mía ni de Julián Ríos, sino de Quevedo!—como el autor del Quijote, capaz de inspirarse en la totalidad del corpus literario de su época, homenajeaba así, a su manera, la amarga ironía del Ropero- según advirtió ya en 1980, conforme verifico al pergeñar estas líneas, el hispanista norteamericano Bruce Wardropper.»

[Juan Goytisolo: Sobre duelos y quebrantos. 08/1998. En: Ministerio de Educación y Ciencia. Centro Nacional de Información y Comunicación Educativa. Recursos Educativos. Páginas temáticas: Juan Goytisolo – Artículos:

http://www.cnice.mecd.es/tematicas/juangoytisolo/1998_08/1998_08_duelos.html]

Español > alemán:

duelos y quebrantos

Geflügel- oder Hammel-klein als Armengericht

Rührei mit Hirn

duelos y quebrantos.

m. pl. Fritada hecha con huevos y grosura de animales, especialmente torreznos o sesos, alimentos compatibles con la abstinencia parcial que por precepto eclesiástico se guardaba los sábados en los reinos de Castilla.

[DRAE]

Recetas manchegas: Duelos y quebrantos

Ingredientes:
Huevos, panceta de cerdo, jamón, sesos de cordero, manteca de cerdo, un chorrito de aceite de oliva, manteca, sal y pimienta.

Preparación:
En un cazo encallaremos los sesos y con un poco de manteca los saltearemos. En una sartén echaremos un chorro de aceite de oliva de forma que sólo cubra el fondo de la misma, y en ella freiremos el tocino y el jamón en trozos. Batimos y salpimentamos los huevos y lo añadimos a todo lo anterior. Nuestra sugerencia es servir con unos tostones de pan frito.

[Fuente: Gastronomía manchega]