Le und les |
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In einem Forum habe ich das folgende Zitat der RAE über die Personalpronomen gelesen:
LE: para el dativo de ambos géneros, y también para el acusativo masculino de persona.
LES: para el dativo plural de ambos géneros, y tambien para el acusativo masculino plural de personas. Demnach ist die Verwendung von le/les anstelle von lo/los von der RAE als korrekt anerkannt, wenn es sich hierbei um männliche Personen handelt.
In Ihrem Forum habe ich jedoch gelesen, dass dies nur für "le" anstelle von "lo" gilt, also im Singular. Hat sich das inzwischen geändert?
Es ist richtig, wie es in hier in diesem Forum steht. So schnell ändert sich die spanische Norm ja nicht.
Fassen wir zuerst nochmals zusammen. Anschließend ausführliche Zitaten belegen die drei Punkte: a) Norm; b) Gebrauch (uso); c) Sonderfall mit se.
Von der RAE wird die Form le («forma no etimológica») als Akkusativ der Person Singular maskulin anstatt lo («forma etimológica») erlaubt bzw. als eine Form akzeptiert, die sich mit dem «uso» [Gebrauch] durchgesetzt hat [«forma consagrada por el uso»], während für die RAE die Form les anstatt los für Akkusativ der Person maskulin Plural «no prospera tanto [hat sich nicht so durchgesetzt] como el singular le.» Der Gebrauch von les für Akkusativ der Peron Plural maskulin ist für die RAE eine «reprensible incorrección» [ein zu tadelnder Fehler].
Es finden sich Beispiele für les anstatt los (Akkusativ der Person Plural männlich) bei den modernen Autoren, aber «no es uso aceptado en la norma general» (Manuel Seco).
Spanische Entsprechungen für Akkusativ maskulin Singular ihn
le (korrekter leísmo) wird von den meisten spanischen Autoren bevorzugt.
lo wird von der RAE, Lateinamerika und einigen Regionen Spaniens bevorzugt.
Spanische Entsprechungen für Akkusativ maskulin Plural sie
los ist die Norm.
les häufig in der gesprochenen Sprache (lengua hablada), selten in der Schriftsprache (lengua escrita) zu finden, von der RAE als Norm nicht akzeptiert.
Se + le/les/la/las
In einem besonderen Fall wird in Spanien (nicht aber in Lateinamerika) les als Akkusativ der Person maskulin Plural verwenden und zwar nach se:
Al músico se le recibió con aplausos.
A los músicos se les recibió con aplausos.»
In Spanien wird bevorzugt: masculino, se le, se les; femenino, se la, se las.
In Amerika aber: masculino, se lo, se los; femenino, se la, se las.
Das von dir erwähnte Forum gibt eine falsche Zusammenfassung der Norm bzw. ein nicht korrektes Zitat von der RAE wieder. Im Esbozo de una nueva gramática de la lengua española der RAE ist von les als Akkusativ der Person männlich Plural als Norm keine Rede, dort steht les als Dativ für beide Geschlechter, nicht aber als Akkusativ:
a) Die Norm (norma):
Le als Akkusativ der Person maskulin Singular
«La Academia Española, teniendo en cuenta el origen etimológico de estas formas y la práctica más autorizada entre los escritores modernos, recomienda para el uso culto y literario la siguiente norma general: lo, para el acusativo masculino; la, acusativo femenino; le, dativo de ambos géneros, y además como acusativo masculino de persona, pero no de cosa; en plural, los para el acusativo masculino; las, para el acusativo femenino; les, para el dativo de ambos géneros. Así, pues, tratándose de un hombre podemos decir indistintamente No lo conozco o No le conozco; pero si se trata de una mujer, solo podemos decir No la conozco; hablando de un libro, Lo tengo en casa.»
[RAE: Esbozo..., 3.10.4 c), pp. 424-425]
Ein weiteres Zitat aus dem Esbozo:
«Algunos acusativos y dativos del pronombre de 3a persona tienen dos formas, por ejemplo, el acusativo singular masculino: lo (le). Colocamos en primer lugar la forma etimológica; en segundo lugar, encerrada entre paréntesis, la no etimológica. Las formas etimológicas se usan, con predominio sobre las no etimológicas, en Asturias, Aragón, norte de la Península, Canarias y en la mayor parte de los territorios americanos de habla española. Las no etimológicas, que aparecen ya en los primeros textos de la Edad Media y llegan a hacerse de uso casi regular en León y Castilla, representan un tendencia de la lengua a introducir en el pronombre de 3a persona una diferenciación genérica: le para el acusativo masculino, la para el femenino, lo para el neutro, a costa de la diferenciación casual. Pero la tendencia no llega a su pleno desarrollo. El dativo neutro le se mantiene inalterable. No prospera tanto el acusativo plural les como el singular le. Incide también en algunas zonas más que en otras de León y Castilla, o como una preferencia personal, la distinción entre un acusativo le referido a personas y el acusativo etimológico lo referido a cosas. Conviven, pues, en esos territorios dos sistemas irreconciliables y ninguna acción de política lingüística parece más conveniente, en beneficio del orden y la claridad, que la de dar paso, en lo posible, a las formas etimológicas. La lengua literaria que no reproduce el habla espontánea suele evitar hoy con bastante cuidado el dativo femenino la, las, de mucho uso en el Siglo de Oro, sobre todo en la literatura dramática, como reproducción acaso de la lengua coloquial: La he dado algunos azotes. Otros desajustes son más inofensivos, bien por tratarse de usos que hoy se consideran plebeyos, como el de lo/los dativo, aunque antiguo en la literatura: Dar les batalla e estorvar los su camino, o de usos muy minoritarios, como el empleo de le como acusativo femenino en Ecuador y Paraguay (donde el acusativo masculino le es popular), y en escritores españoles de origen no castellano, especialmente vascos: Mi madre se ponía donde yo no le viera (Unamuno).»
[RAE: Esbozo..., 2.5.2 d, pp. 204-205]
«Los errores de leísmo, laísmo, loísmo se explican por la tendencia a cambiar los subsistemas [le, les; lo, la, los, las], de carácter claramente funcional-etimológico (los casos acusativo y dativo del latín), por otros donde lo que importa es distinguir el género masculino del femenino y del neutro, por una parte; y la persona de la cosa, por otra).»
[Gómez Torrego, L.: Manual de español correcto. Madrid: Arco/Libros, 1991. vol. 2, p. 57]
«La utilización del le por el lo en función de complemento directo masculino no es incorrecta, ya que se trata de la fórmula más extendida en la mitad norte de España. El leísmo es aceptable cuando se usa le como pronombre representativo del complemento directo. En la mitad sur de España se utiliza lo.
Le llevé a Cádiz (a Juan).
En este caso, lo correcto en el sur es ’lo llevé a Cádiz’. La confusión viene de que sí es correcto decir ’le llevé a Cádiz un paquete’, porque en este caso le representa al complemento indirecto. Es decir, se utiliza le correctamente cundo el pronombre representa al complemento indirecto de la frase. En el ejemplo anterior, la persona a la que se llevó el paquete es complemento indirecto. El directo es el paquete. También se debe usar le para el complemento indirecto femenino.
Le llevé un paquete a Luisa.
El leísmo incorrecto se produce cuando le es utilizado como complemento directo que representa a animales o cosas.»
[El País – Libro de estilo. Madrid, 1990, p. 125]
«Leísmo. Sólo es correcto el uso de le como O. D. [objeto directo] de persona, masculino. Predomina el uso de le para el objeto directo masculino singular. Este uso es considerado correcto por la Real Academia Española cuandoo le objeto directo se refiere a persona masculina y esto en el uso castellano; en el uso hispánico general lo correcto es sólo lo. En los demás casos es mucho menos usado, y ademas es incorrecto. Le leísmo aparece con cierta frecuencia en el siglo XIII para la mención de cosas.
O. D. masculino:
Le vi ayer (correcto), persona.
Les vi ayer (incorrecto), personas o cosas.»
[Marcos Marín, Francisco: Curso de gramática española. Madrid: Cincel, 1980, p. 210-211]
«Como es sabido, se llama leísmo al empleo de le con función de complemento directo masculino: "A media tarde, le llamó por teléfono". Este fenómeno es típico del centro peninsular pero no de las otras regiones ni de Hispanoamérica, donde se mantiene con fortaleza la oposición le complemento indirecto, lo complemento directo. Sin embargo, la abundancia del leísmo en la lengua culta y literaria ha movido a la Real Academia Española a admitirlo, sólo cuando se refiere a personas masculinas (ejemplos anteriores). Con todo, la Academia manifiesta su deseo de que se mantenga la distinción etimológica entre le y lo. Procúrese observarla: los despachos leístas chocan en muchas zonas del país, que, en esto, se muestran más fieles al latín. En cualquier caso, es absolutamente incorrecto el leísmo referido a animales y cosas ("Se le desbocó el caballo y no pudo dominarle", "Se le perdió el reloj y no le encontró").» [Departamento de Español Urgente de la Agencia EFE]
«Als leísmo bezeichnet man den Gebrauch von le (oder, seltener, les) anstelle von lo, la (los oder las). Von laísmo spricht man, wenn le (manchmal les) (Dativ, feminin Singular und Plural) durch la (oder las) ersetzt wird. Beim loísmo wird anstelle von le oder (seltener) les (Dativ, maskulin Singular und Plural) lo, los gebraucht.
In allen drei Fällen wird dieselbe Absicht verfolgt: man will präzisieren, einen Unterschied machen, sei es zwischen Personen und Gegenständen (oder Tieren), oder zwischen Maskulinum und Femininum.
Das angestrebte Ziel, nämlich die Vermeidung von Mehrdeutigkeiten, wird dabei jedoch nicht immer erreicht. So will man z.B. in einem (inkorrekten) Satz wie la doy un libro („ich gebe iht ein Buch“) den Gebrauch von le vermeiden, um deutlich zu machen, dass das Buch einer weiblichen Person gegeben wird, aber andererseits kann le conozco je nach Kontext „ich kenne ihn“ oder „ich kenne sie“ bedeuten. Hier wählen manche Sprecher le, weil von einem Menschen die Rede ist und nicht von einem Tier oder einem Gegenstand. Durch die Verwendung von le versucht man, ein Missverständnis auszuschließen (Mensch / Gegenstand, Tier?), aber dadurch entsteht eine andere Unsicherheit: ist le männlich oder weiblich?
Wie auch in anderen Bereichen der spanischen Grammatik ist der Unterschied zwischen Theorie und Praxis hier sehr groß. Der Esbozo verweist auf den in dieser Hinsicht eindeutigen Standpunkt der Akademie: was den leísmo angeht, ist nur der Gebrauch von le im Akkusativ zu akzeptieren, als Ersatz für lo und wenn von einem Menschen die Rede ist. Es wird allerdings darauf hingewiesen, dass die Akademie selbst in solchen Fällen dem Gebrauch von lo den Vorzug gibt: No le conozco oder no lo conozco („ich kenne ihn nicht“). Laísmo und loísmo sind stets falsch. Von den drei –ismos ist der leísmo am häufigsten. Er wird vor allem in Madrid und in den umliegenden Provinzen gebräuchlich. Der leísmo kann auch gewisse soziolinguistische Aspekte in sich bergen: In Gegenden, in denen eigentlich die Formen lo und los üblich sind, kann der Gebrauch von le oder les das Streben nach einer besonders feinen und eleganten Ausdrucksweise implizieren. In Lateinamerika findet sich der leísmo – mit Ausnahme von Ecuador und Paraguay – nur selten.»
[Bruyne, Jacques de: Spanische Grammatik. Tübingen: Max Niemeyer, 1993, S. 156]
b) Der Gebrauch (uso):
Les als Akkusativ der Person maskulin Plural
«Para el plural, la norma culta registra solo dos formas: una masculina, los, designando persona o cosa: los encontré (a tus hermanos, o los papeles); otra femenina, las, designando también persona o cosa: Las encontré (a tus hermanas, o las carteras).
El empleo de les como complemento directo masculino de persona es mucho menos acusado que el de le para persona en singular. Según los recuentos de Fernánder Ramirez, solo se presente les de complemento directo directo de persona una de cada diez veces frente a los. La lengua literaria, pues, no lo admite en general, si bien no escasean ejemplos de escritores cultos. En la lengua hablada es mucho más frecuente, sobre todo en Castilla. He encontrado bastantes ejemplos en Miró, Azorín, Baroja, Galdós y hasta Cela; esporádicamente en otros autores. En la lengua hablada es mucho más frecuente, sobre todo en Castilla. Pero, como queda dicho, no es uso aceptado en la norma general.»
[Seco, Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1998, S. 180]
«La RAE considera correcto únicamente el leísmo de le por lo referido a personas masculinas y sólo en singular. De esta manera, lo y le pasan a ser variantes libres de complemento directo masculino de persona singular. Veámoslo: Complemento directo lo (le), los, la, las.
Tampoco es incorrecto el leísmo, general en España pero no en Hispanoamérica, que se da después del impersonal se:
Al embajador se le recibió con aplausos.
A los embajadores se les recibió con aplausos.»
[Gómez Torrego, L.: Manual de español correcto. Madrid: Arco/Libros, 1991, vol. 2, p. 53]
«La tolerancia académica respecto al uso de le en función de acusativo es el resultado de una fuerte presión de ”las vacilaciones, ya antiguas, en el empleo de las formas inacentuadas de tercera persona lo, la, le y sus plurales los, las, les, y los grados con que estas confusiones se producen en las diferentes regiones y países de nuestro idioma”. Todo ello da lugar a los fenónemos denominados leísmo, laísmo y loísmo; cada uno de los cuales merece adecuada atención.
Leísmo parcial
El leísmo denominado parcial, generalizado en la lengua española peninsular, consiste en la extensión de la forma le/les al acusativo masculino de persona, en sustitución de la forma ortodoxa lo/los; como puede apreciarse en los ejemplos:
Era mi jefe y no lo reconocí. = Era mi jefe y no le reconocí.
Seguí al ladrón y lo alcancé. = Seguí alladrón y le alcancé.
Esta extensión, consagrada por el uso, hay que considerarle irreversible en el español cisatlántico y es aceptada por la Academia, aunque sólo en forma de singular. El uso del plural les en función de complemento directo (o caso acusativo) es considerado por la Real Academia Española como una «reprensible incorrección»; reprensión aplicable al plural de los anteriores ejemplos:
Eran mis jefes y no les reconocí.
Seguí a los ladrones y les alcancé.
A pesar de tan servera adminición académica, el llamado leísmo parcial (limitado a personas) hay que considerarlo ya una adquisición en firme de la lengua española; más firme en singular, pero también en plural.
Leísmo total
Menos generalizado, pero en curso de afianzamiento, el leísmo total consiste en la extensión de la forma le/les a cualquien función de acusativo masculino, tanto de persona como de cosa.
Cayó el libro y lo recogí. = Cayó el libro y le recogía.
Tomó el pan y lo bendijo. = Tomó el pan y le bendijo.
La Academia, según propia expresión, “ha contemporizado” también con este uso, aunque con la misma limitación singular que aplica a la tolerencia del leísmo parcial. En realidad, el leísmo total es sólo dialectal y no puede considerarse un fenómeno de la lengua común española.»
[Marsá, F.: Diccionario normativo y guía práctica de la lengua española. Barcelona: Ariel, 1986, pp. 138-139]
«El llamado leísmo ofrece variedades. Consiste en el empleo de le, y con menor frecuencia de su plural les, como referentes de la función de objeto directo. El leísmo más extendido, y con mayor aceptación en la tradición literaria, es el ue establece distinción entre la alusión a persona (o ente personificado) y lo que no es persona, cuando el sustantivo eludido comporta masculino y singular. Se produce así una confusión parcial con el referente a objeto indirecto:
Objeto directo: masculino persona le, no persona lo, femenino la, neutro lo; plural masculino los, femenino las.
Objeto indirecto: sin género le singular, les plural.
Este esquema alterna con el del uso originario, y es sobre todo el más corriente entre escritores castellanos y leoneses. No rechazado por la norma académica, es un compromiso entre el uso conservador y las tendencias que luege se verán. A veces, la distinción de la persona y la no persona del masculino se extiende al plural, y se emples les para masculino personal y los para masculino de cosa. Otras veces, la preferencia de le y les como directo para el masculino se deriva de la distinción entre seres animados e inanimados. En fin, especialmente en Castilla la Vieja, el leísmo se refleja en las referencias a seres contables (como niño, perro, árbol, coche, etc.), en tanto que los sustantivos no contables o continuos (como vino, trigo, carbón, barro, etc.) siguen siendo referidos por las formas lo, los.
En relación con este uso, el habla rural de esas zonas representa con lo a todo sustantivo no contable, sea masculino o femenino, mientras que le y la se reservan para los sustantivos contables masculinos y femeninos respectivamente. Por ejemplo
El café ya no lo pruebo. La lecha tenían que llevarlo en camiones.
[se refieren a objetos no contables]
El coche no le mueven de ahí. La camisa no la pierde.
[llevan le y la respectivamente porque el masculino coche y el femenino camisa se refieren a objetos contables]
La tendencia a suprimir la diferencia de funciones entre objeto directo e indirecto en beneficio de la distinción de género se refleja también en el laísmo.»
[Alarcos Llorach, Emilio: Gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1994, § 263, p. 202]
c) Sonderfall se + le/les bzw. se + la/las:
«Cuando el pronombre personal de 3a persona en función de complemento directo concurre con se en oraciones de sentido impersonal, hay duda entre usar le, les para masculino y femenino:
Se les castigará (’ellos serán castigados’ o ’ellas serán castigadas’)
o bien le o lo, los para masculino
Se los castigará (’ellos serán castigados’)
y la, las para femenino
Se las castigará (’ellas serán castigadas’);
o bien le, les para masculino
Se les puede sacar a flote [a ellos],
y la, las para femenino
Según el punto de donde se las mira.
Aunque es cuestión mal dilucidada por los gramáticos, el hecho es que en la lengua general de hoy, en España, se prefiere la tercera y última opción de las mencionadas (masculino, se le, se les; femenino, se la, se las); en América, la segunda (masculino, se lo, se los; femenino, se la, se las).»
[Seco, Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1998, S. 180]