Números cardinales pluralizados

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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¿Los números se pluralizan? Por ejemplo: Noventa-Noventas, Cien-Cienes, Uno-Unos, Quince-Quinces, etc. Me gustaría saber si el plural es aplicable a todos los numerales, solo a algunos cuantos o a  ninguno, y en todo caso cuál sería la regla gramatical que apoye o justifique  dicho argumento. Me he "quebrado el coco", como se dice en mi país, tratando de averiguar  esta interrogante. He visitado muchísimos sitios y la verdad no encuentro  una sola página donde me den con claridad y veracidad una respuesta a tal  incógnita. De verdad, quedaría bastante agradecido si usted me ayudara a  clarificar dicha cuestión. 

Los numerales señalan con exactitud sobre la cantidad de objetos que el nombre designa (cardinales) o sobre el lugar de orden que poseen (ordinales).

Son sustantivos millón, billón, trillón, etc.: un millón de víctimas.

El cero es también sustantivo, excepto en la excepción cero grados o cero horas, donde se comporta como determinante numeral.

Los numerales no tienen variación de número: uno, una existe sólo en singular, es decir, se refiere a un nombre singular. Todos los demás cardinales son plurales en sí porque se referieren a nombres en plural. El cero puede preceder también a nombres en plural: cero euros.

Solamente en su función metalingüística, es decir, cuando no se refieren a un sustantivo sino al numeral mismo, es decir, al signo que lo representa, oponen un singular a un plural. Nombrar guarismos (del 0 al 9) se hace para dictar cifras: escriba cuatro treses, añada dos ceros. El plural, en estos casos, es poco usado cuando en la presentación aritmética del número hay más de dos guarismos.

Hay casos, sobre todo en Hispanoamérica, en que se pluralizan los numerales, en las expresiones de tiempo referidas a décadas de un siglo:

en los setentas

en los noventas

Según la Real Academia, este uso “no es idiomático en español”, es un anglicismo que no tiene en cuenta que en los sintagmas los veinte, los treinta, los cuarenta dejamos invariable el numeral por ser un elemento compositivo en una estructura de tipo apositivo, donde el segundo elemento es un nombre que se añade a otro nombre sin nexo alguno entre los dos, por lo que queda normalmente invariable:

en los años setenta

en los años noventa

Para la Real Academia, incluso la forma los treinta, los cuarenta, etc. es “inexpresiva y malsonante para oídos españoles como la fórmula reducida e idiomática del inglés. Resulta, además, innecesaria, existiendo como existe, por lo menos desde el siglo XVI, el término decenio, y hasta el más reciente década en esta acepción“. Así lo más correcto sería:

en la década de los setenta

en la década de los noventa

Los numerales cardinales

 

Los números cardinales cardinales se pueden usar como cómputo de los objetos de que se compone un conjunto y, en esta función, carecen de morfemas de género y número:

dos páginas

dos mil años

Los únicos numerales cardinales que, usados como adjetivos o como pronombres, tienen variación de género, son uno y los compuestos y combinados que terminen en uno; las formas femeninas son una, veintiuna, treinta y una, ciento una, mil una, etc., las centenas de doscientos y novecientos, cuyas formas femeninas son doscientas, trescientas, cuatrocientas, quinientas, etc.

doscientas páginas

trescientos mil euros

trescientas mil coronas noruegas

Los númerales cardinales también se pueden emplear para distinguir un objeto de los otros de la misma especie y darle su lugar en un conjunto:

la página dos

la página doscientos

el año dos mil

También se pueden emplear como nombre de cada uno de los diez guarismos: cero, uno... nueve. Su género viene determinado por el sustantivo número o guarismo. Decimos un número uno, el número uno, con una construcción apositiva de idéntica naturaleza a la de el color violeta:

el uno

el número uno

el tres

el número tres

el quinientos

el número quinientos

Es frecuente que los nombres de números vayan precedidos, en aposición, por la palabra número:

ha salido premiado el número doscientos dos

También se usa aposición en la designación de decenas de años:

los años noventa

Como apelativos de cosa de la que existen varios ejemplares, oponen un singular a un plural, aunque suele evitarse seises, acaso por la homonimia con la palabra del mismo origen seise-s:

añade tres ceros

pon dos unos

tengo dos doses

tengo tres treses

pon cuatro cuatros

Para designar los números enteros de la serie ilimitada: 1, 2, 3... 15... 20... 100... 1000...:

ha salido premiado el 15.946

la página 50

«El plural es de poco uso: se han retirado los onces (‘los tranvías del disco once’), especialmente cuando en la presentación aritmética del número hay más de dos guarismos. Empleamos un plural de aproximación o de valor incierto en fórmulas como:

la serie de los ciencuenta mil ha sido anulada

No es idiomático en español, en cambio, el plural los treinta, los cuarenta, o los treintas, los cuarentas, etc., para designar, como en inglés, los años del siglo comprendidos entre 30 y 39, 40 y 49, etc. Los introductores del reciente neologismo han tenido que idear una fórmula más explícita y elocuente:

los años treinta o treintas,

que sigue siendo tan inexpresiva y malsonante para oídos españoles como la fórmula reducida e idiomática del inglés. Resulta, además, innecesaria, existiendo como existe, por lo menos desde el siglo XVI, el término decenio, y hasta el más reciente década en esta acepción.»

[RAE: Esbozo 1973: § 2.9.2-2°]

Citas

 

«Los cardinales son nombres (masculinos y singulares) cuando se usan para designar las cifras o los números:

aquí tienes que escribir un nueve

ha salido premiado el doscientos dos

Es frecuente que los nombres de números vayan precedidos, en aposición, por la palabra número:

ha salido premiado el número doscientos dos

También se usa aposición en la designación de decenas de años:

los años sesenta

No deben confundirse estas aposiciones como con el caso en que el numeral cardinal funciona como adjetivo ordinal [pospuesto al sustantivo]:

el piso doce.

Variaciones de género y número en los cardinales:

Los únicos numerales cardinales que, usados como adjetivos o como pronombres, tienen variación de género, son, por una parte, uno y los compuestos y combinados que terminen en uno; las formas femeninas son una, veintiuna, treinta y una, ciento una, mil una, etc. Por otra parte las centenas de doscientos y novecientos, cuyas formas femeninas son doscientas, trescientas, cuatrocientas, quinientas, etc.

En cuanto a la variación de número, no existe: uno, una, solo se usa como singular, es decir, se refiere a nombre singular; y todos los demás cardinales son plurales, esto es, se refieren a nombres en plural. Cero precede también a nombres en plural: Cero pesetas.»

[Seco, Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 101998, p. 314]

«En cuanto al número en los cardinales, hay que señalar que cero concierta con sustantivos en plural: cero pesetas, no cero peseta. Aun siendo sustantivos que habitualmente no toman forman de plural, los cardinales pasan a tomarla en uso metalingüístico:

dos treses

cuatro cuatros

Este plural de los numerales es más frecuente en Hispanoamérica, donde comporta algunas modificaciones semánticas:

las onces (nótese también el femenino)

por el tentempié de media mañana

llega a las doces,

para indicar la hora aproximada, así como

allá por los ochentas

andar por los cuarentas

andar en los sesentas, etc.

El cardinal que multiplica a mil se refiere a este, en masculino y singular, no al sustantivo: la forma correcta, por tanto, es veintiún mil pesetas.

En el Lazarillo se usan ya los cardinales para las horas, frente a usos antiguos (prima, tercia, sexta, nona), con restos en siesta: que nol faziese mal la siesta (Razón de amor); con la gran siesta que haze (Romancero). Incluso se emplea possiesta para la hora posmeridiana.»

[Marcos Marín, Francisco A.: “Los cuantificadores: Los numerales”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 18.2.3]

Pluralizaciones de expresiones temporales

en Hispanoamérica

 

«Los veinte, no los veintes

Las llamadas estructuras apositivas presentan un nombre invariable.

Otras expresiones que aparecen con frecuencia en diarios, revistas y artículos de investigación son «historias de los veintes», «locuras de los sesentas», colocando en plural el numeral veinte o sesenta que se refiere a la década.

El filólogo Leonardo Gómez Torrego, especialista en gramática normativa, sostiene que estas frases no son correctas y que fueron adoptadas por influencia del inglés.

«Normalmente en esos sintagmas hablamos de los veinte, los treinta, los cuarenta, dejando invariable el numeral, porque sería un elemento compositivo en una estructura más amplia: los años treinta, cuarenta», explicó el autor de Manual del español correcto.

Gómez Torrego agregó que «esa índole de estructuras, como horas punta o ciudades dormitorio, son estructuras de tipo apositivo, donde el segundo elemento que va detrás es un nombre que se añade a otro nombre sin ningún tipo de nexo, y queda normalmente invariable» (Comunica. 25-03-02).»

[Anglicismos y galicismos que pasan por expresiones cultas. Unidad en la diversidad. Portal informativo sobre la lengua castellana]

«En expresiones temporales predomina [en Hispanoamérica] igualmente el plural en ciertas locuciones para las que es usual el singular en España. La expresión

¿qué horas son?

es general en Hispanoamérica por

¿qué hora es?

Surgió por analogía con las respuestas – salvo para la una – a la pregunta

¿qué hora es?,

es decir,

son las dos (horas),

son las tres (horas), etc.

Idéntico plural por atracción hallamos en

dieron las dos,

originalmente

(el reloj) dio las dos.

(Lazarillo, III: dio las once ... antes que el relox diesse las cuatro ... hasta que dio las dos).

Argentina, Chile, Colombia, Cuba:

¿qué horas son?

¿qué horas serán?

Nicaragua:

¿a qué horas estaremos en San Juan?

Guatemala, México:

¿a qué horas llegó?

El Salvador:

en horas buenas, me alegro.

En ocasiones se halla una –s añadida al numeral para hacer más patente su concordancia con horas o años:

la revolución literaria de los ochentas (cf. inglés in his eighties).

Costa Rica:

a las doces llegó el Padre

estaba echada atisbando el tan tan de las doces

ando en los cuarentas, en los ochentas

allá por los años ochentas

Cuervo (§ 198) registra el uso de las onces por las once (colación o bebida ligera que se tomaba al principio a las onces, interpretada en ocasiones de forma popular como disfraz de las once letras del aguardiente) y (§ 206) hacer horas por hacer hora ‘hacer tiempo’. A despecho de las protestas de los gramáticos, el plural onces se usa en Chile, en Venezuela y en otras partes, así como en Asturias. En algunos lugares de Colombia, las nueves indica el tentempié que se toma a media mañana.

La expresión hace tiempo se convierte con frecuencia en hace tiempos. Cuervo, ingnorante, al parecer, de la extensión de este uso en Hispanoamérica, sugiera que tiempos es una contaminación de hace tiempo + hace días, años. Pero bien puede ser una conservación del neutro latino tempus o una formación analógica con otros nombres usados en el plural para indicar extensión o abundancia con la fuerza de un singular, como amores, infiernos, mares, mientes, paces, comunes en el siglo XVI. Leemos en Oviedo (Historia general y natural de la Indias [ed. de 1851], II, 2): “esta tierra se supo grandes tiempos ha“.

Argentina:

hombre sea pa tiempos y pa güeno

Chile:

ahora tiempos, un oficial dejó olvidados unos fusiles

Perú:

Y velay que pasó tiempos

Ecuador:

las mujeres hace tiempos que están durmiendo

Colombia:

yo conozco hace tiempos a su taita

Costa Rica:

hace tiempos o hace tiempos de tiempos = ha tiempo o hace tiempo

En algunas regiones, particularmente en el Río de la Plata y zonas del Caribe, las expresiones temporales en que aparecen las palabras días y noche (en ocasiones mañana) se usan a menudo en el plural:

los otros días

las otras noches

las otras mañanas

El plural parece como si prestara tonalidades de vaguedad a estas expresiones, como si no fuera posible recordar el día o la noche exactos. Cf. plurales temporales consagrados, como a principios (mediados, fines) de, etc.

Argentina:

los otros días tuve que estar dos horas contre el cerco

Uruguay:

me la contaron las de Ibáñez los otros días

Venezuela:

los otros días vino a verme

Costa Rica:

Son los medios días = es el medio día

Puerto Rico:

me lo dio los otros días

A la inversa, hallamos en singular buen día por buenos días en numerosas regiones, siendo generalmente coloquial o rústico. En España es también rústico: güen día. Revollo opina que “el singular revela mezquindad”. Fidel Suárez encuentra el plural más cordial y amistoso. Rara vez buena noche.

Interesnte es el caso de los julios por julio en regiones de Colombia, con significado, por lo general, de “vacaciones de verano” (junio a agosto), y los inviernos “época de lluvias”. Cf. de los corrientes por del corriente (mes).

Antioquia:

así es que cuando lleguen los julios del año entrante...»

[Kany, Charles E.: Sintaxis hispanoamericana. Madrid: Gredos, 1976, p. 29-31]

Ejemplos de empleo metalingüístico de los cardinales

 

«Las otras cartas valen tantos puntos como señala su índice; por ello, los dieces valen lo mismo que las figuras. No es necesario hacer distinción entre estos naipes, ya que poseen idéntico valor, por lo que a todos ellos figuras y dieces se les llama diez.»

«Esta opción de Premium! 5 se encarga de crear redes caza-premios, introduciendo al quinielista en una técnica en principio muy clásica, a la vez que ahonda en unos conceptos que permitirán comprender algunas cosas relacionadas con los llamados premios menores, que son los treces, doces, onces y dieces. Rayando la combinatoria experimental.»

«Esto muestra que en el segundo orden ("de los cincos") estará la cifra 3, y en el tercero ("de los veinticincos") el 4.»

Ejemplos de pluralización incorrecta de los numerales

en expresiones temporales

 

«Los noventas: tras la mudanza. Los noventas representan para El Museo Mexicano un período rico en desafíos de crecimiento y de revisión, es la década que marca los primeros pasos progresivos hacia un hogar permanente.»

«En la década de los noventas el teatro en Guatemala ofrece un panorama muy diferente al que ofrecía años atrás.»

«Desde los inicios de la década de los ochentas, Emmanuel piso los más grandes escenarios de Estados Unidos, fue de los primeros latinos en actuar en el, Radio Music City Hall de Nueva York, y en el, Ceasar Palace de Las Vegas, así como el teatro de Chicago y los, Universal Studios de Los Ángeles.»

«En México, a mediados de la década de los setentas, ingenieros mexicanos desarrollan nuevamente, a escala industrial, la producción de alga Spirulina.»

«Un transformista que actúa en un club gay elige para su canto simulado o lipsynching, un repertorio de canciones inactuales. En los setentas canciones de los cincuentas, en los noventas canciones de los setentas

«De la Revolución a la Década de los Cincuentas. Sucedió a los compositores anteriores un grupo que se podría considerar de transición, ya que inicia sus actividades poco antes de la Revolución de 1910 y del pleno surgimiento del nacionalismo musical en México.»

«La Revolución, se insiste por enésima vez, fue un movimiento político, que aspiraba al "Sufragio Efectivo, No Reelección" que todavía hoy aparece en la antefirma de las comunicaciones oficiales de los priístas. Nunca fue un movimiento obrero y campesino, como la rusa, que se produjo siete años más tarde: esa pintura colorada se la pusieron al final de los veintes, en los treintas y en los cuarentas, para desfigurarla y explotarla, los autores de la insidia y el crimen de 1920: Obregón, los obregonistas y sus asociados.»

«Si la mujer no se embaraza, los niveles de hormona bajan de nuevo y la menstruación ocurre. Esto se repite mensualmente. A mediados de los trientas, los ovarios de la mujer producen cantidades más pequeñas de hormonas. Para finales de los cuarentas, los niveles hormonales descienden aún más.»

«Una vez establecidos los cuarentas días de duración de la Cuaresma, las discrepancias vinieron a la hora de contar los días ya que si bien ordenados desde el jueves anterior al Tríduo pascual (el Jueves Santo) el tiempo cuaresmal debería empezar el actual primer domingo de Cuaresma, pero surgió una dificultad: los domingos al recordar la Resurrección son días de alegría, y no podían ser considerados en consecuencia días de ayuno.»

«Las edades de la piel. La piel en los treintas. Para las mujeres cumplir 30 años significa darse cuenta de que la adolescencia y los primeros años de la juventud ya se quedaron atrás, sin embargo esto no tiene por qué ser una tragedia, a pesar de que muchas mujeres lo viven con gran temor. Si logras superar este infundado miedo a los treintas, te darás cuenta de que es una etapa en la que tenemos muchas ventajas.»

«En los veintes, los niños disfrutaban de un viejo juego de mesa europeo rebautizado con el exótico nombre de Damas Chinas, así como de Serpientes y Escaleras. Además, practicaban todo tipo de suertes con el juguete de moda, el Yo-Yo.»

Ejemplos de pluralización incorrecta de los numerales

en empleo cuantificador

 

«Desde la Declaración de Roma de 1990 se ha institucionalizado el diálogo con los doces países del Grupo de Río sobre los problemas del pluralismo político, de las libertades fundamentales y los derechos humanos.»

«Este año se ha superado las previsiones marcadas para el programa de permisos, pues tras los doces meses se han obtenido un total de 159.»

«A modo de resumen se destacan los resultados históricos de Cuba en los treces Juegos Panamericanos efectuados, haciendo fehaciente los resultados del movimiento deportivo cubano en la arena internacional.»

«La productora de  Chicho Ibáñez Serrador cobrará 6 millones de euros por la realización de los treces programas del concurso.»

«Dicha Biblioteca ha publicado hasta la fecha unos treinta títulos, entre los que destacan los pertenecientes a los treces galardonados con el Premio Reina Sofía, desde Gonzalo Rojas hasta José Manuel Caballero Bonald.»

«Cuando tenía seis años fue entregado a un tío suyo, arcipreste, para su educación literaria. A los catorces años fue enviado al Estudio General de Palencia, el primero y más famoso de toda esa parte de España, y en el que estudiaban artes liberales, es decir, todas las ciencias humanas y sagrada teología.»

«En sus comienzos Parafruts comercializaba un millón de kilos y desde entonces hasta la fecha se ha ido incrementando paulatinamente su producción hasta llegar a los quinces millones de kilos entre tomates (long life y racimo), berenjena, melón y calabacín principalmente, distribuyéndose en la Unión Europea (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Holanda y Suiza), como destinos preferenciales, EEUU y mercado nacional.»

«Hoy, en Haití (el único país americano que figura en la desoladora lista de los veinticincos países más pobres del mundo), las rutas son intransitables; sólo hay electricidad unas horas al día.»

«A partir del año 64, se hicieron celebraciones para conmemorar los veinticincos años de paz y se hicieron 8 grabaciones especiales.»

«La creatividad no se para automáticamente o deteriora con la edad y lo que vemos hoy en día es que en muchos de nosotros florece o le permitimos desarrollarse después de llegar a la mitad de nuestras vidas, cerca de los cuarenta y cincos o cincuenta años de edad