Quisiera saber cómo se dice : doce, duodécimo o doceavo.

El número doce, como número cardinal, no presenta dificultad alguna. De modo que me imagino que lo que usted pregunta es ¿cómo se dice: doce, duodécimo o doceavo en función de numeral ordinal. Por ejemplo: 12° aniversario o 12vo. aniversario (el doce aniversario, el duodécimo aniversario o el doceavo aniversario).

Los numerales cardinales pueden sustituir a los numerales ordinales cuando el número de orden es muy elevado y la forma del numeral ordinal resulta muy complicada o no es muy familiar al hispanohablante. Así que es normal, cuando se trata de serie de reyes y papas, emplear hasta 10 la forma ordinal; más allá del 10, la forma cardinal: Pablo sexto, Juan Carlos primero, frente a Pío doce, Alfonso trece, Juan veintitrés. Los mismo ocurre con los siglos: siglo segundo, siglo quinto, siglo noveno, siglo décimo, frente a siglo once, siglo doce, siglo veinte, siglo veintiuno. El ordinal décimo, referido a reyes o a siglos, alterna con diez: Alfonso X (Alfonso décimo o Alfonso diez). Pero se considera preferible décimo. Hay series en las que sistemáticamente se indica el número de orden por medio de los cardinales. Es el caso de los años, los días del mes, las páginas, los kilómetros: el año veinte antes de Cristo, la página siete, el kilómetro nueve. María Moliner recomienda, sin embargo, emplear las formas de los ordinales hasta 100, y más allá de cien las formas cardinales. Así que no sería infrecuente encontrar: El doce aniversario, en vez de El duodécimo aniversario.

Pero la confusión más frecuente entre los hispanohablantes es la que no distingue el número ordinal del numeral fraccionario o partitivo. Así *El doceavo aniversario sería una expresión incorrecta, lo correcto sería El duodécimo aniversario. Veamos por qué y dónde está la confusión:

En el numeral ordinal tenemos una serie de elementos que están dispuestos por orden (cada elemento determinado antecede a otro elemento, que no tiene que ser exactamente igual). Pongamos una clasificación por equipos: El equipo del Sevilla está en el duodécimo lugar de una clasificación en la que el Madrid está en primer lugar y el Betis en el décimo. Ninguno de los tres equipos es intercambiable por el otro, aunque puede mudar de lugar en el orden de la clasificación, según gane o pierda cada encuentro de la Liga.

duodécimo

que ocupa el lugar número doce

el atleta quedó en el duodécimo puesto de la clasificación

[quiere decir que once atletas llegaron antes que él a la meta]

mañana se celebrará el duodécimo aniversario de ...

[quiere decir que el año pasado se celebró el undécimo aniversario]

el equipo se encuentra en el duodécimo lugar de la clasificación

[quiere decir que hay once equipos por delante de él en la clasificación]

Veamos ahora el numeral fracccionario o partitivo: Se refiere siempre a una unidad que ha sido dividida (partida) en varias fracciones iguales. Estas fracciones son intercambiables entre sí por ser exactamente iguales y no estar “numeradas“. No cambian de puesto en una clasificación o en una serie ordenada, como los ordinales, porque no están colocadas en un orden consecutivo. El número a que se refieren estos numerales fraccionarios es la cantidad de fracciones o partes en que se ha dividido determinada unidad. Si un padre tiene doce hijos y les quiere dejar la herencia a “partes iguales“, dividirá la herencia en doce partes, de modo que cada hijo recibirá una doceava parte de la herencia. Cada hijo recibirá la misma cantidad.

doceavo

En Cataluña, el testador deberá reservar una cuarta parte del valor de la herencia a los hijos. Así, sus tres hijas tienen derecho por partes iguales a una cuarta parte de la herencia, o lo que es lo mismo, cada una de ellas tiene derecho a una doceava parte de la herencia.

Justiniano en su Novela 89, dispuso la posibilidad de que el padre natural disponga una doceava parte de la herencia a favor de sus hijos naturales, cuando también existen hijos legítimos.

La doceava parte de una herencia significa que se ha dividido la herencia en doce partes exactamente iguales y cada parte, tomada por sí misma, es un doceavo de la herencia entera; y cada una de estas doce partes no está colocada en una serie ordenada de forma consecutiva, donde cada una tenga que seguir a la otra en un lugar determinado de la serie, como sería en el caso de estar en el duodécimo lugar.

Quizás provoque esta confusión el hecho de que los numerales fraccionarios de 3 a 10, cien y sus múltiplos, mil y sus múltiplos, así como un millón y sus múltiplos se formen con el numeral ordinal:

tercero (-a), cuarto (-a), quinto (-a), sexto (-a), séptimo (-a), octavo (-a), noveno (-a), décimo (-a), centésimo (-a), milésimo (-a), millonésimo (-a), dosmillonésimo (-a), la veintemillonésima parte de un metro

"El ordinal correspondiente a doce es duodécimo; no decimosegundo ni doceavo, como creen muchos periodistas, locutores y otros". José Martínez de Souza [Diccionario de usos y dudas del español actual. Barcelona: Bibliograf, 1996]. Es de la misma opinión que Manuel Seco. Fernando Lázaro (Curso de lengua española. Madrid: Anaya, 1988, p. 93) coincide con Seco y Martínez de Souza: "A partir del undécimo (11º) se suele cometer el error de usar los fraccionarios en lugar de los ordinales; y así se dice que tal ciclista llegó en el catorceavo lugar cuando debería decirse que llegó en el decimocuarto lugar".

A continuación puede ver las tablas y las reglas de construcción de todos los numerales: los cardinales, los ordinales y los fraccionarios o partitivos:

Los números cardinales indican la cantidad de los seres o de los objetos con referencia a la serie natural de los números.

Los numerales ordinales indican cantidad, sino añaden a la idea de número la de orden o lugar que, dentro de una serie, corresponde a los nombres a los que acompañan.

Formación de los numerales ordinales

De los ordinales sólo tienen forma propia los correspondientes a

los números del 1 al 12

las decenas del 20 al 90

las centenas del 100 al 900

A partir de 1000, todos los millares y todas las unidades de orden superior se forman añadiendo al numeral cardinal correspondiente la terminación –ésimo.

Los ordinales que no tienen forma propia se construyen por composición, añadiendo al ordinal de la respectiva decena el correspondiente a la unidad: vigésimo octavo (28°). De igual modo se procede con las centenas: centésimo septuagésimo quinto (175°).

«undécimo: El ordinal correspondiente a once es undécimo; no decimoprimero ni onceavo, como creen muchos periodistas y locutores: *Las Bases del Premi Josep Pra, en su decimoprimera convocatoria (Vanguardia).

duodécimo: El ordinal correspondiente a doce es duodécimo; no decimosegundo ni doceavo, como creen muchos periodistas, locutores y otros.

Decimosegundo, por duocécimo (como decimoprimero por undécimo), tiene en su apoyo la analogía con decimotercero, decimocuarto, etc., que lo siguen en la serie. No es este el caso de doceavo (o el anticuado dozavo), que es un numeral fraccionario cuyo sentido verdadero es ‘cada una de las doce partes en que se divide una unidad’, y cuyo empleo como ordinal se basa solamente en que la serie de los fraccionarios coincide en un pequeño tramo (de cuarto a décimo) con la serie de los ordinales.

decimotercero: también puede decirse decimotercio, aunque hoy es raro. La forma masculina singular decimotercero sufre apócope igual que tercero.

decimoctavo: no debe escribirse decimooctavo.

decimonoveno: también puede decirse decimonono, aunque hoy es raro.»

[Manuel Seco: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa, 1998, pp. 445, 172 y 151]

Variación de género y número:

Los compuestos escritos en una sola palabra sólo tienen variación en su último elemento: decimotercero (masculino), decimotercera (femenino).

Los escritos en palabras separadas sí tienen variables cada uno de sus componentes: vigésima segunda edición.

Empleo de los numerales ordinales

Cuanto más elevado es el número de orden que se quiere expresar, más complicada es la forma de los numerales ordinales y no le es familiar a todos los hispanohablantes. Así que, normalmente, a partir de 11 se emplean los números cardinales con la misma función que los ordinales. Es más frecuente decir el cincuenta aniversario que el quincuagésimo aniversario. Los cardinales usados como ordinales van en muchos casos pospuestos al nombre: el tomo veinte de la enciclopedia (no *el veinte tomo de la enciclopedia).

Es muy frecuente entre los hispanohablantes el confundir el número ordinal con el número fraccionario. El primero indica orden; el segundo, fracción o parte de una unidad. Una unidad puede estar dividida en partes iguales, en la que las partes no están ordenadas en serie. Así que no se debe confundir la terminación en –avo, propia de los numerales fraccionarios (onceavo, doceavo) con el ordinal undécimo, duodécimo.

*Soy el catorceavo ministro del Gobierno español ... [falso]

Soy el decimocuarto ministro del Gobierno español ... [correcto]

Para indicar el número de orden dentro de serie de reyes y papas, hasta 10 se emplea la forma ordinal; más allá del 10, la forma cardinal: Pablo sexto, Pío noveno, Juan Carlos primero, Felipe segundo, Carlos quinto, frente a Pío doce, Alfonso trece, Luis dieciocho, Juan veintitrés. Los mismo ocurre con los siglos: siglo segundo, siglo quinto, siglo noveno, siglo décimo, frente a siglo once, siglo doce, siglo veinte, siglo veintiuno.

El ordinal décimo, referido a reyes o a siglos, alterna con diez: Alfonso X (Alfonso décimo o Alfonso diez). Pero se considera preferible décimo.

Hay series en las que sistemáticamente se indica el número de orden por medio de los cardinales. Es el caso de los años, los días del mes, las páginas, los kilómetros:

el año veinte antes de Cristo

el día tres de diciembre

la página ocho

el kilómetro siete

Solamente con el 1 se puede emplear el ordinal: el primero de mayo, la página primera.

Los números fraccionarios sirven para expresar la fracción o parte de las varias iguales en que se divide un todo o una unidad.

Formación de los numerales fraccionarios

Las formas de los fraccionarios son

de 3 a 10

para cien, mil y sus múltiplos; así como un millón y sus múltiplos

las mismas formas que las de los ordinales:

tercero (-a), cuarto (-a), quinto (-a), sexto (-a), séptimo (-a), octavo (-a), noveno (-a), décimo (-a), centésimo (-a), milésimo (-a), millonésimo (-a), dosmillonésimo (-a), la veintemillonésima parte de un metro

Para todos los demás se usan las formas de los cardinales correspondientes con el sufijo –avo / -ava:

onceavo (-a), doceavo(-a), treceavo(-a), catorceavo (-a) ..., veinteavo (-a), veintiunavo (-a), veintidosavo (-a), treintavo (-a), treintaiunavo (-a), cuarentavo (-a), cincuentavo (-a), sesentavo (-a), setentavo (-a), ochentavo (-a), noventavo (-a), cientounavo (-a), cientodosavo (-a), cientoveinteavo (-a), cientocincuentainueveavo (-a), mildoscientosavo (-a), etc.

«En los casos en que la formación en –avo da lugar a la secuencia de dos vocales a, el uso de los matemáticos suele mantener las dos (treintaavo, cincuentaavo, etc.); sin embargo, la Academia prefiere reducirlas a una (treintavo, cincuentavo, etc.). Las dos opciones pueden considerarse válidas.» [Seco, Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa, 1998, p. 219]

„Las grafías onceavo, doceavo, treceavo, catorceavo, quinceavo, dieciochoavo y veinteavo han sido admitidas ya por la Academia, que las prefiere a las grafías anteriores: onzavo, dozavo, trezavo, dieciochavo, veintavo etc.“ [Seco, M.: Dudas y errores, p. 259]

Ejemplos

Empleo de los numerales fraccionarios

«-avo: Los matemáticos emplean a veces el sufijo –avo para formar numerales ordinales: el término veintidosavo, ’el término vigesimosegundo’. Pero no se considera aceptable en la lengua general esta formación de ordinales con –avo, como en estos ejemplos:

*Ahora hacen su catorceavo viaje de novios. [incorrecto]

Ahora hacen su decimocuarto viaje de novios. [correcto]

*Onceavo libro de versos de este peculiar poeta. [incorrecto]

Undécimo libro de versos de este peculiar poeta. [correcto]

*El quinceavo aniversario del museo que lleva su nombre. [incorrecto]

El decimoquinto aniversario del museo que lleva su nombre. [correcto]

*El onceavo de los álbumes en el que ... [incorrecto]

El undécimo de los álbumes en el que ... [correcto]»

[Seco, Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa, 1998, p. 70]