Ocho cuartos |
© Justo Fernández López – www.hispanoteca.eu |
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¿De dónde viene la expresión no vale ocho cuartos?
Un cuarto era una moneda de cobre, primitivamente de vellón, que tenía un peso de 1,35 gramos. Fue acuñada durante los siglos XV al XIX y su valor era el de cuatro maravedís de vellón.
El maravedí era una moneda española medieval, acuñada por primera vez por los almorávides. El nombre viene del árabe hispano murabití o ‘relativo a los almorávides’, y este de mitqál murabití o ‘dinar [de oro]’.
Los primeros maravedíes fueron acuñados en oro por Alfonso VIII de Castilla (1158-1214) en 1172 y Fernando I de León (1037-1065), en árabe y castellano. Hace el plural en maravedís, maravedises o maravedíes. A lo largo de su historia, sufrió infinidad de cambios y devaluaciones hasta quedar convertida en moneda de vellón en tiempos de los Reyes Católicos.
La moneda de vellón era la acuñada de plata y cobre en proporciones variables y solo de cobre desde el reinado de Felipe V.
La expresión ocho cuartos se emplea en la frase exclamativa ¡qué + sustantivo + ni qué ocho cuartos!
Locuciones idiomáticas con cuarto(s) en sentido de 'moneda'
¡qué ... ni qué ocho cuartos!
la expresión se usa para subrayar el desacuerdo con algo, disconformidad que previamente se ha expresado de una forma exclamativa
¡qué dieta ni qué ocho cuartos!
dar un cuarto al pregonero
Lo mismo es decírselo a la vecina, que dar un cuarto al pregonero
‘hacer que se sepa públicamente lo que no se debiera sacar de puertas afuera’, ‘divulgar o hacer público algo que debía callarse’, ‘si se lo dices a la vecina, al poco lo sabe todo el mundo’
La expresión viene de la costumbre de dar antiguamente al pregonero del pueblo una propina en forma de una moneda de cuarto para que pregonase en la plaza del pueblo algún determinado producto (vino, frutas, trigo, miel). También se daba al pregonero esta propina cuando alguien había perdido algo para que lo anunciara públicamente por si alguien lo había encontrado.
De ahí el sentido de esta expresión idiomática: ‘divulgar o hacer público algo que debía callarse’.
echar su cuarto a espadas
Estoy seguro de que hay muchos que desearían echar su cuarto a espadas sobre el mismo tema.
‘tomar parte oficiosamente en la conversación de otros’
Este modismo no tiene relación alguna con los naipes o con el palo de espadas del juego de la baraja.
A principios del siglo XIX, ambulaban por los pueblos de España los maestros de armas dando lecciones públicas de esgrima y del manejo de la espada. Se instalaban en la plaza pública. Todo aquel que quisiera tomar una lección o adiestrarse en el manejo de la espada enfrentándose al maestro, tenía que echar primero una moneda de cuarto en la bandeja que el maestro de esgrima había colocado a su lado. De ahí la expresión echar su cuarto a espadas para indicar que alguien quiere intervenir en un debate.
Según otros autores, la expresión alude al hecho de que una discusión es posible sólo con un máximo de tres interlocutores. Cuando interviene un cuarto interlocutor, la discusión desemboca en una pelea y deja de ser un debate.
estar sin un cuarto
estar muy falto de dinero
quedarse sin un cuarto
quedarse in un céntimo
quedarse sin dinero
estar a tres cuartos y un repique
estar muy falto de dinero
no dársele a alguien un cuarto algo
no importale algo a alguien
tener cuartos
tener dinero
tener cuatro cuartos
tener poco dinero
tener que mirar mucho por el dinero
no tener un cuarto / no tener ni un cuarto
estar muy falto de dinero
dos cuartos / cuatro cuartos
una cantidad insignificante de dinero
trabajar por cuatro cochinos cuartos
alquilar un piso por dos cuartos
Otras expresiones sin relación con cuarto como moneda
poner cuarto
amueblar y disponer vivienda para su uso
poner cuarto a alguien
asignarle habitación y servidores
tener buenos cuartos
ser membrudo y fornido
tres cuartos
dicho especialmente de ciertas prendas de vestir, como un abrigo, un chaquetón, etc. y significa que tienen aproximadamente las tres cuartas partes del largo habitual
tres cuartos de lo mismo / tres cuartos de lo propio
se emplea para afirmar que lo dicho de una persona o cosa es igualmente aplicable a otra
estar a la cuarta pregunta
‘estar escaso de dinero o no tener ninguno’
«Fernán Caballero, en su Cuentos y poesías populares andaluzas (Sevilla, 1859, pág. 74) escribe lo siguiente: “Es muy usual el ponderar la pobreza de un individuo diciendo que está a la cuarta pregunta. Derívase esta aserción de que en los interrogatorios para justificaciones de testigos sobre varios objetos, y entre ellos el de acreditar pobreza, se acostumbra comprender este extremo en la cuarta pregunta, en los términos siguientes: Cuarta. Si sabe el testigo y le consta que la parte quel o representa es pobre, sin poseer bienes raíces ni rentas, por manera que cifra su subsistencia absolutamente en el producto de su personal trabajo.
Coinciden con la opinión de Fernán Caballero otros escritores. Don Francisco Cuntada le comunicó a Sbarbi que en los interrogatorios para informaciones de insolvencia, la cuarta pregunta era la de Cómo N. carece de bienes y rentas y es pobre de solemnidad”.
Por mi parte diré que en la revista Alrededor del Mundo de 22 de septiembre de 1899 leí la siguiente explicación, firmada por C. Ropes – Santander:
“Tiempo atrás había en los juzgados un formulario de preguntas, al que se ajustaba el escribano cuando tomaba declaración a cualquier pelambre. Las preguntas eran las siguientes:
1. Nombre y edad. 2. Patria y profesión. 3. Religión y estado. 4. Rentas.
Casi siempre, los declarantes, al responder a la última, declaraban ser pobres de solemnidad.
Sucedía que, en posteriores declaraciones, hacía el juez preguntas relacionadas con el bolsillo del declarante, y éste contestaba remitiéndose a lo dicho al responder a la cuarta pregunta.
Preguntado, por ejemplo, si tal día había gastado diez duros en una francachela, respondía que eso no era posible, por estar a la cuarta pregunta.
Las preguntas a que aluden estos escritos son las que en el lenguaje judicial se llaman generales de la ley, las primeras que se hacen a los testigos.»
[Iribarren, J. M.: El porqué de los dichos. Madrid: Aguilar, 1956, p. 47]
Español – Alemán
¡qué ... ni qué ocho cuartos!
woher ...?
¡qué sexo débil ni qué ocho cuartos!
von wegen schwaches Geschlecht!
¡qué + sustantivo + ni qué ocho cuartos!
von wegen + Substantiv!
hacer a alguien cuartos
jemanden in Stücke reißen
aus jemandem Hackfleisch machen
írsele a alguien cada cuarto por su lado
sehr unansehnlich sein
sehr hässlich sein
dar un cuarto al pregonero
etwas an die große Glocke hängen
alles ausposaunen
echar su cuarto a espadas
seine Meinung sagen
seinen Senf dazugeben
etwas mitzureden haben
ein Wörtchen mitreden
hacer cuarto a alguien
jemandem helfen
estar sin un cuarto
keinen Pfennig besitzen
quedarse sin un cuarto
ohne einen Pfennig dastehen
völlig blank sein
no tener un cuarto
bettelarm sein
estar a tres cuartos y un repique
aus dem letzten Loch pfeifen
blank sein
estar a la cuarta pregunta
aus dem letzten Loch pfeifen
blank sein
völlig pleite sein
abgebrannt sein
schlecht bei Kasse sein
dos cuartos / cuatro cuartos
eine Kleinigkeit
ein lächerlicher Preis
trabajar por cuatro cochinos cuartos
alquilar un piso por dos cuartos
cuarto sobre cuarto
bis auf den letzten Heller
dar cuarto a cuarto / pagar cuarto a cuarto
jeden Euro dreimal umdrehen müssen
hacer cuartos
Geld machen
zu Geld kommen
tener cuartos
Zaster haben
tener cuatro cuartos
jeden Euro umdrehen müssen
valer cuatro cuartos
spottbillig sein
lo vendió por cuatro cuartos
er hat es spottbillig verkauft