Pegarles o pegarlas |
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ARCHIVO DE CONSULTAS |
Le agradecería que me aclarara la duda sobre el uso de las
formas pronominales como "las" o "les" y el porqué. Ejemplo:
"La maestra las pegó a sus alumnas" o "La maestra les pegó a sus alumnas".
Verbos que pueden omitir u omiten regularmente su objeto directo
«En estos casos, un segundo objeto pronominalizado en dativo resulta el único objeto expreso. En realidad, el objeto pronominalizado en dativo no es directo, sino indirecto, y el cambio de caso entraña siempre un cambio de estructura (y de significado). No cabe hablar, pues, de leísmo.» [Fernández-Ordóñez, 1999: § 21.2.1.3]
Verbos: entender o servir.
Cuando el profesor hable en la clase, debéis atenderle.
Cuando un cliente entre en la tienda, debéis atenderlo debidamente.
La doncella lo sirvió con fidelidad toda su vida.
El café no lo sirvas todavía.
«Hay hablantes que no aceptan el acusativo con servir (el dativo era el régimen originario del verbo), y otros que rechazan el dativo con atender (esta es la situación de mis informantes de Chile y Perú), quizá por no percibir la variación semántica. El caso de entender es semejante. Cuando aparece el dativo, se sobreentiende un objeto directo que denota “lo dicho, lo expresado por” el argumento pronominalizado en dativo, el cual, de no existir ese objeto implícito, puede pronominalizarse en acusativo (cf. i) vs. (ii). En Canarias, México y América central parece conservarse el contraste entre el dativo y el acusativo (i’ y ii) (Cantero 1979: 307), mientras que en Sudamérica, en ausencia del objeto directo, las soluciones en acusativo (i’’) pueden ser las preferidas o únicas para referirse al objeto animado.
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i. |
A mi hijo hace tiempo que le entiendo lo que dice. |
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i’. |
Cuando mi hijo habla inglés, no le entiendo Ø. |
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i’’. |
Cuando mi hijo habla inglés, no lo entiendo. |
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ii. |
Desde que mi hijo regresó de aquel viaje, se porta fatal y ya no lo entiendo. |
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iii. |
Su comportamiento no lo entiendo. |
[Fernández-Ordóñez, 1999: § 21.2.1.3, nota 21]
«El uso generalizado de los verbos pagar, robar, aplaudir y silbar interpreta su objeto directo como inanimado, de modo que el pronombre de dativo se refiere necesariamente al objeto indirecto aunque el directo no esté presente. Si se ha hablado de leísmo en estos casos es porque una minoría de hablantes, fundamentalmente americanos (y del cono sur), pueden emplear el acusativo referido a un objeto animado. Ello supone una reinterpretación del verbo, aumentando su grado de transitividad e implicando un cambio de significado. En pagar significa “recompensar, contentar”, en robar puede ser sinónimo de “raptar” o “atracar” y en silbar denota “abuchear”.» [Fernández-Ordóñez, 1999: § 21.2.1.3]
A Juan, le pagué el alquiler.
A Juan lo pagué con creces.
En la calle le robaron el monedero.
Acababa de comprarse un monedero cuando se lo robaron.
A la niña la robaron unos delincuentes.
Otro tipo está representado por tocar o seguir. La alternancia entre dativo/acusativo en tocar también se explica por la existencia de un objeto sobreentendido que pertenece o forma parte de la entidad denotada por el objeto indirecto. Igualmente, cuando seguir se acompaña de dativo parece sobreentender un objeto directo con el significado de “los pasos, la ruta, el camino”. Con estos dos verbos el objeto indirecto puede ser animado o inanimado.
Se caído. No le toques (en) la herida.
Se hecho una herida, no le toques.
María se ha hecho una herida, no la toques.
Primero desfilaron los ministros. Les siguió el Presidente.
Los policías localizaron a los ladrones y los siguieron.
«La alternancia entre dativo/acusativo en tocar también se explica por la existencia de un objeto sobreentendido que pertenece o forma parte de la entidad denotada por el objeto indirecto.» [Fernández-Ordóñez, 1999: § 21.2.1.3]
En otras ocasiones, el cambio de estructura va asociado a un significado completamente diverso para el verbo en cuestión.
Dos de los ejemplos más significativos de este cambio son pegar y tirar.
En las construcciones anteriores, las alternancias entre le/lo, la no son libres.
«Ciertos verbos pueden esconder el complemento directo en la frase; pero se sobreentiende porque siempre podemos introducirlo. El pronombre, en cualquier caso, es complemento indirecto.
*A mi hija la pegaron. (correcto: ... le pegaron)
El complemento directo sería golpes, una patada, un puñetazo, que puede aparecer en la frase cuando el hablante quiera. La frase con la es correcta cuando pegar significa ‘adeherir’:
Ya pegué la tela .... ya la pegué.
Ya pegué el sello ... ya lo pegué.
Por tanto, la frase “A mi hija la pegaron” significaría que “la adhirieron [a algún sitio]”.
A mi novia, hace tiempo que no la escribo. (correcto: ... le escribo)
El complemento directo sería una carta, cartas, unas letras (la escrita no es mi novia, sino la carta).» [Gómez Torrego, 1991: 54-55]
Observación
El estudiante de español como lengua extranjera que tenga dificultades con el régimen verbal en español (complemento directo o indirecto), puede consultar el DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA (DRAE) en la siguiente dirección de Internet para saber si el verbo es transitivo, intransitivo o pronominal:
Diccionario de la lengua española
Para el régimen preposicional de determinados verbos:
Régimen verbal en español y en alemán
Para el empleo de determinados verbos que en el uso y en determinadas regiones o registros tienen un régimen diferente o alternan el régimen directo (acusativo) con el indirecto (dativo), ver en la sección GRAMÁTICA ESPAÑOLA de la HISPANOTECA: "Falso leísmo - Verbos con alternancia en el régimen":
Leísmo falso - Verbos con alternancia en el régimen
Para el empleo de se le / se les con independencia de género y caso en las oraciones impersonales, ver en la sección GRAMÁTICA ESPAÑOLA de la HISPANOTECA: "Se le y se les en oraciones impersonales":
Se le y se les en oraciones impersonales
Para el problema del leísmo, laísmo y loísmo, ver:
LEÍSMO - LAÍSMO - LOÍSMO - Enfoque sociolingüístico
LEÍSMO - LAÍSMO - LOÍSMO - Enfoque semántico