Pelo de la dehesa

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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Estoy buscando en Internet la explicación de la expresión

"se le nota el pelo de la dehesa"

y no lo consigo. Creo que quiere decir que tiene rasgos de aldeanismo.

El sustantivo dehesa significa ‘tierra destinada a pastos’ y aparece en castellano ya hacia el 924. Viene del latín tardío defensa, nombre derivado del verbo latino defenderé: ‘campo acotado, generalmente de prados y dedicado a los pastos’. En la Edad Media significaba ‘prohibición’, porque la dehesa está comúnmente acotada.

Hasta el año 924 no aparece la voz dehesa, aunque encontramos el término en las Leyes visigodas referido al acotamiento de fincas, el llamado pratum defensum, seguramente tomado de los romanos. Con la Reconquista y la concesión de grandes extensiones a las Ordenes Militares, los Señoríos y los Concejos de Realengo se imponen las grandes propiedades. La creación de las Cañadas Reales provoca gran número de conflictos entre los trashumantes mesteños y los habitantes de los principales Concejos debido al empleo por aquellos de los mejores pastos para su ganado. Es cuendo surge el término defendere, con el que se denomina el permiso concedido por parte del rey para acotar y cerrar las fincas ante los impresionantes privilegios de los que disfrutaba el Real Concejo de la Mesta. La dehesa es un tipo de ecosistema seminatural.

Tener todavía o seguir con el pelo de la dehesa significa conservar ciertos resabios de rusticidad o tosquedad típicos de un estado anterior. Al que todavía tiene el pelo de la dehesa se le nota que ha nacido en el campo, que sigue apegado a sus raíces, que no se refinó como el habitante de la ciudad, que sigue mostrando la misma manera tosca que tenía en el campo.

Se usa en sentido figurado para indicar que alguien intenta dar apariencia de muy moderno, pero se le notan ciertos rasgos toscos que revelan su mentalidad retrógrada. Por muy refinado, moderno o civilizado que quiera aparecer, se le nota su origen rústico, primitivo, es decir, sigue siendo un cateto solemne.

La expresión se emplea mucho actualmente para criticar a alguien que se las de progre, pero en el fondo es un carca.

La dehesa es en España algo así como La Pampa en Argentina o Los Llanos en Venezuela.

Vocabulario español – alemán

 

dehesa

Weide

Viehweide

Koppel

Gehege

eingehegter Weideplatz

Aue

con el pelo de la dehesa

ungeschliffen

ungehobelt

se le nota el pelo de la dehesa

er ist ein echter Bauerntrampel

se le ve el pelo de la dehesa

er ist ein echter Bauerntrampel

man sieht ihm seine ländliche Herkunft an

está todavía con el pelo de la dehesa /

no ha perdido el pelo de la dehesa

er hat immer noch bäuerliche Manieren

er hat immer noch seine bäuerliche Manieren

er hat seine bäuerliche Manieren noch nicht verloren

er ist noch sehr ungehobelt

venir con el pelo de la dehesa

no ha soltado aún el pelo de la dehesa

ungehobelt sein

unziviliziert sein

er ist noch ganz ungehobelt

quitarle a alguien el pelo de la dehesa

jemandem verfeinerte Sitten beibringen

pulirle a alguien el pelo de la dehesa

jemandem verfeinerte Sitten beibringen

quitarse el pelo de la dehesa /

soltar el pelo de la dehesa

feine Manieren lernen

feine Sitten annehme

gesitteter werden

Kultur annehmen

no se le acaba de caer el pelo de la dehesa

man sieht im seine Herkunft immer noch an

sin perder nunca el pelo de la dehesa

ohne seine Herkunft zu verleugnen

no hay por qué ocultar el pelo de la dehesa

man soll den Ursprung nie verleugnen

Vocabulario español

 

«el pelo de la dehesa

La rusticidad o tosquedad de una persona de origen rural.

Usado frecuentemente con el verbo perder:

Por lo menos doce puñaladas tienen –decía el portero del 94, un cachazudo extremeño con el pelo de la dehesa todavía.

Hay que perder el pelo de la dehesa... Y viajando...

No seas tan señora, hijita, que hay muchas formas de mantener el pelo de la dehesa.»

[Seco, Manuel / Andrés Puente, Olimpia / Ramos González, Gabino: Diccionario fraseológico documentado del español actual. Locuciones y modismos españoles. Madrid: Santillana, 2004, p. 766]

dehesa. (Del lat. defensa, defendida, acotada).

f. Tierra generalmente acotada y por lo común destinada a pastos.

dehesa carneril.

f. Aquella en que pastan carneros.

dehesa potril.

f. Aquella en que se crían los potros después de separados de las madres, que es a los dos años de nacidos.

pelo de la dehesa.

m. coloq. Resabios que conservan las gentes rústicas.

Dehesa ist die spanische Bezeichnung für beweidete Eichenhaine (Hutewälder), die vor allem im Südwesten Spaniens (Extremadura, Andalusien) ausgedehnte Flächen einnehmen.

Dehesas sind entstanden, indem die ursprünglichen Steineichenwälder durch lokale Rinder-, Schaf- und Ziegenrassen beweidet wurden. Auf den flachgründigen, nährstoffarmen Böden im Südwesten Spaniens sind die Voraussetzungen für Ackerbau schlecht, Weidewirtschaft lohnt sich schon eher. Die Bäume schützen den Boden vor Erosion, spendeten den Weidetieren Schatten, und lieferten die vor allem zur Schweinemast geschätzten Eicheln. So entstanden hier parkartige Baumbestände, eben die Dehesas.

Dehesas gelten als ein Musterbeispiel für eine naturnahe Kulturlandschaft: Bäume schützen den Boden, liefern Brennstoffe (früher wurde aus Steineichen Holzkohle hergestellt) und Futter für die Weidetiere, die zudem auch moderne Ansprüche erfüllen (unbelastet von Fremdstoffen). Dennoch sind die Dehesas heute gefährdet, da die traditionellen Weidetiere durch moderne Rassen, die produktiver sind, deren Futteransprüche aber durch Importfutter gedeckt werden muss, ersetzt werden. Nicht mehr genutzte Dehesas sind an aufkommendem Buschbewuchs zu erkennen.

[http://de.wikipedia.org/wiki/Dehesa]

el pelo de la dehesa

en textos y contextos

 

«-Lo que es peligroso para este país es tener gente anclada en la década de 1960 con pretensiones catetas y retrogradas y lo peor de todo que van de modernos y se le ve el pelo de la dehesa a la legua.

-Ruego que me ponga en claro lo que significa el pelo de la dehesa. No alcanzo a darle un significado y eso que he pasado varias veces por su noble tierra.

-Cuando digo "el pelo de la dehesa" me refiero a esos pogres que van de modernos y luego resulta que su modernismo es puro teatro y todo es falsedad e hipocresía, eso sí envuelto en papel de celofán con lacito rojo de organdí.

-Lo del pelo de la dehesa, ahora lo entiendo, se nos ve que venimos del campo.

-Lo del "pelo de la dehesa" no lo dije por los rurales ni la gente del campo, puesto que yo soy campesino, sino por la gente que se traviste para no mostrar su verdadera faz y se le ve a la legua su hipocresía.»

«Si usted vive en Sevilla y quiere saber si alguien conserva todavía el pelo de la dehesa de su pueblo o lo ha perdido residiendo en la ciudad, observe lo que dice en los días de Semana Santa cuando se echa a la calle desde su casa. Puede decir dos cosas: 1. Voy a ver las procesiones. 2. Voy a ver las cofradías. Si oye la hipótesis 1, está usted ante un cateto imponente, que no se ha enterado de nada de Sevilla. Si oye usted la hipótesis 2, está ante un sevillano de toda sevillanidad.»

«Santiago Carrillo subrayó, en declaraciones a Antena 3 recogidas por Europa Press, que "mucha gente" piensa que al PP "se le ve el pelo de la dehesa", dado que "no acaba de romper de una vez con lo que fue el franquismo" a pesar de que buena parte de las gentes que están hoy en ese partido "no vivieron y no fueron responsables de aquello".»

«Los gestos son muchas veces importantes y hemos de acostumbrarnos a "escuchar su voz". A veces su lenguaje es sencillo. Cuando un director sale mascando chicle a recoger un premio en el pasado Festival de Cine de San Sebastián nos está dejando ver lo comúnmente denominado como "el pelo de la dehesa" o bien el desprecio a todos los que allí le rodean. Igual sucede cuando alguien abre el bolso y se empolva la nariz en medio de una conversación o, lo que aún es peor, delante de otros comensales.»

«Para ser europeo comunitario habrá que consumir más mantequilla, preferiblemente en tostadas, y veranear en el Sur. A nosotros, lo más al Sur que nos queda de Europa es Gibraltar, pero como no cabremos, tendremos que irnos a Marruecos, con todos los peligros, de toda índole, que tal decisión pueda acarrearnos. También tendremos que crecer más y tomar menos el sol, para que no se nos note tanto el pelo de la dehesa. Y tendremos que importar algunos protestantes, preferentemente belgas, para compensar tanto católico.» 

«En 1962, Felipe González conoce a Alfonso Guerra en el bar de la Facultad sevillana de Derecho, y a partir de entonces comienza a fraguar una sólida amistad personal y una imperecedera relación política. El periodista Pedro J. Ramírez pronunció una conferencia en el madrileño Club Siglo XXI en febrero de 1989, en la que, bajo el título Apogeo y crisis del felipismo, dijo: "La democracia a veces hace realidad el más clásico cuento de Perrault (...) El grupo de jovenzuelos sevillanos, a medio camino entre el existencialismo y el penibético pelo de la dehesa que a mediados de los sesenta posaron para una ya "histórica" fotografía antes de merendarse una tortilla de patatas campestre -González, Guerra, Galeote, Yáñez (...)- tendrían suficientes motivos para pellizcarse cada noche ante el espejo y preguntarse si de verdad es a ellos a quienes les ha ocurrido todo esto."»

«De un pueblo de Castilla la más Vieja, era viudo con hijas de la edad de Ricky. Las mujeres, muy parecidas a él, no se sentían capaces de perdonárselo. Supongo que cada día, al mirarse al espejo, exclamaban: "me vengaré", y así lo procuraban. Fue fiel a su mujer y a los curas del lugar hasta el punto y hora en que enviudó. Entonces, según él, descubrió que lo suyo eran los hombres, y actuó en consecuencia. Era calvo, con una calva morena, brillante y agresiva, y muy patente por razón de su estatura. Tenía no sé si un complejo de inferioridad o una inferioridad a secas, que le hacía estar de continuo malhumorado y sobreaviso no sabía de qué. Pensaba que cuanto se decía o se hacía, más o menos en su entorno, se decía o se hacía contra él. Disfrutaba de una nada envidiable manía persecutoria. O sea, no había perdido el pelo de la dehesa, el único que le quedaba, ni la desconfiada cazurrería propia de los aldeanos en Madrid. No se fiaba ni de su sombra, y no reconocía la superioridad de nadie ni de nada. En el fondo, detestaba a los amigos de Ricky, que era el que de veras los tenía.»

«¡Yo no me hubiera atrevido! No almorzábamos juntos porque su lugar de trabajo quedaba lejos del mío, pero nos encontrábamos al caer de la tarde, generalmente me esperaba en su coche en un lugar cercano a la City, íbamos a cenar, y, después, me llevaba a sitios para mí desconocidos: salas de conciertos o lugares de clientela con poco aire inglés, al menos al modo acostumbrado, gente bohemia, artistas, personas indefinidas o singulares, con las que era fácil hablar y divertirse. Conocí estudios de pintores y pisos de muchachas independientes, fiestas a escote y amaneceres fatigados. También me llevó a un local donde tocaban música de jazz, que para mí fue un descubrimiento grato, una revelación, y a otro donde se reunían hispanoamericanos a escuchar tangos. Ahora pienso que aquellas visitas, al parecer casuales, formaban parte de una prevista pedagogía amable, donde yo iba perdiendo el pelo de la dehesa que aún me quedaba en el alma. Ursula tenía una idea muy clara de lo que yo debía conocer, me lo ponía delante y hablábamos después; pero sin que yo me diese cuenta de que sus palabras formaban parte de una lección. »

«España ha mejorado lo indecible pero, a menudo, entre los oropeles de la modernidad le asoma el pelo de la dehesa. Y lo hace en forma de ridícula seguridad de quien ha prosperado sin demasiado esfuerzo. La ignorancia, la voracidad lucrativa, la insolidaridad o la manipulación, han dejado de ser vergüenzas que se esconden. Van camino de consagrarse como valores al alza que se exhiben con desparpajo en un país que siempre fue modesto.»

«Conectarme a Internet y pasar las vacaciones a siete mil kilómetros de distancia no basta para quitarme el pelo de la dehesa. Es necesario, además, admitir siquiera por un momento que lo que adorna mis hombros puede no ser nieve del Canigó... sino caspa.»

«Igual que el toro debe librarse del pelo de la dehesa y el ermitaño dejar atrás los bienes mundanos, el traductor debe mudar de idioma para adquirir uno nuevo. Debe abandonar su idioma para verlo desde fuera, para observarlo y observarse.»

«Los socialistas preguntaron ayer al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, si está dispuesto a apoyar "las contrarreformas en materia fiscal y de justicia" que prepara el Gobierno de José María Aznar. "Todos los días CiU va a tener que responder ante los ciudadanos si apoya, medida a medida, a este Gobierno, al que le aparece con frecuencia el pelo de la dehesa", opinó el portavoz parlamentario del PSOE, Juan Manuel Eguiagaray.»

«Si no se acepta el pluralismo religioso en la enseñanza, la suerte de la democracia está echada. Mejor que nadie lo saben quienes ni siquiera intentan disimular el pelo de la dehesa totalitaria que antes les cubría y hoy les molesta. La larga campaña para las próximas elecciones legislativas lo declara paladinamente entre nosotros.»

«Siempre me ha sorprendido que la gente aprecie al máximo, hasta matar, aquello que no tuvo ningún mérito en conseguir. Las migraciones, en un mundo tan poblado, habrán de resultar algo tan natural y lógico como no sufrir opresión ideológica, por ejemplo. Habrá que ir perdiendo, como seres humanos, el  pelo de la dehesa; lo que no es desarraigo, sino una manera distinta de arraigarse.»

«El pelo de la dehesa del viejo estalinismo asoma siempre en estos actos manipulados por los intoxicadores de turno.»

«La situación española en lo que se refiere a dominios tiene mucho que ver con los vicios secretos de nuestros gobernantes, amantes del corsé y el cilicio. Por mucho que se quieran equiparar con el neoliberalismo circundante, se les nota el pelo de la dehesa, y les salen leyes intervencionistas y plagadas de burocracia inútil.»

«Los visigodos eran un pueblo peculiar, muy belicoso y dado a derramar sangre por cualquier nimiedad. Es lo que se llamaba el morbus gothorum o morbo gótico, por el cual los reyes eran asesinados sin piedad y sucedidos por algún espadón del reino que contase con suficientes apoyos entre la aristocracia. Nada que ver con el refinamiento de los hispanos de entonces, a los que seis siglos de intensiva colonización romana les habían quitado el pelo de la dehesa. A pesar de eso, y de que eran muchos más, los godos les convirtieron en ciudadanos de segunda con los que, durante mucho tiempo, ni siquiera se dignaban casarse. Inexplicable.»

«Como se puede ver no he perdido el pelo de la dehesa y a la menor oportunidad me sale la vena conquense.»

«Toda lengua refleja y sufre las oscilaciones de los cambios sociales y políticos: la inmigración masiva del campo a la ciudad, ocasionó una considerable recesión de lenguas consideradas rústica en beneficio de la lengua urbana, el, castellano. Así ocultaban "el pelo de la dehesa" y se sacudían el sambenito infamante de "borono". Un hecho político, la voluntad de reprimir los focos separatistas catalanes y vascos, logra el mismo efecto de reducir el número de hablantes, mediante la prohibición de emplear públicamente el euskera y el catalán . Se identifican unidad de España y unidad de lengua. Si los griegos llamaban, bárbaros, etimológicamente "tartamudos" a los que no hablaban su lengua, los castellano hablantes exigían a los demás "hablar en cristiano".»