Plural de polisílabos terminados en -s |
© Justo Fernández López – www.hispanoteca.eu |
ARCHIVO DE CONSULTAS |
Me gustaría saber el plural del sustantivo "paréntesis" = ( ).
Los sustantivos y adjetivos terminados en -s o en –x forman el plural en –es cuando son monosílabos o polisílabos agudos: el fax > los faxes, el portugués > los portugueses.
En el resto de los casos permanecen invariables en plural: el lunes > los lunes; la crisis > las crisis; el peréntesis > los peréntesis.
Hasta ahora la RAE venía recomendando mantener invariables en plural ciertos latinismos terminados en consonante. Ahora y la norma general es que «los latinismos hacen el plural en -s, en -es o quedan invariables dependiendo de sus características formales, al igual que ocurre con el resto de los préstamos de otras lenguas». Por tanto, paréntesis, del latín parenthĕsis, es invariable en plural por terminar en –s y ser una palabra esdrújula que lleva el acento prosódico en la antepenúltima sílaba.
Citas
«Sustantivos y adjetivos terminados en -s o en –x. Si son monosílabos o polisílabos agudos, forman el plural añadiendo -es: tos, pl. toses; vals, pl. valses, fax, pl. faxes; compás, pl. compases; francés, pl. franceses. En el resto de los casos, permanecen invariables: crisis, pl. crisis; tórax, pl. tórax; fórceps, pl. fórceps. Es excepción a esta regla la palabra dux, que, aun siendo monosílaba, es invariable en plural: los dux. También permanecen invariables los polisílabos agudos cuando se trata de voces compuestas cuyo segundo elemento es ya un plural: ciempiés, pl. ciempiés (no *ciempieses); buscapiés, pl. buscapiés (no *buscapieses), pasapurés, pl. pasapurés (no *pasapureses).
Sustantivos y adjetivos terminados en -l, -r, -n, -d, -z, -j. Si no van precedidas de otra consonante, forman el plural con -es: dócil, pl. dóciles; color, pl. colores; pan, pl. panes; césped, pl. céspedes; cáliz, pl. cálices; reloj, pl. relojes. Los extranjerismos que terminen en estas consonantes deben seguir esta misma regla: píxel, pl. píxeles; máster, pl. másteres; pin, pl. pines; interfaz, pl. interfaces; sij, pl. sijes. Son excepción las palabras esdrújulas, que permanecen invariables en plural: polisíndeton, pl. (los) polisíndeton; trávelin, pl. (los) trávelin; cáterin, pl. (los) cáterin. Excepcionalmente, el plural de hipérbaton es hipérbatos.»
[Real Academia Española: Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana, 2005, p. 506]
●
«Plural de los latinismos. Aunque tradicionalmente se venía recomendando mantener invariables en plural ciertos latinismos terminados en consonante, muchos de ellos se han acomodado ya, en el uso mayoritario, a las reglas de formación del plural que rigen para el resto de las palabras y que han sido expuestas en los párrafos anteriores. Así pues, y como norma general, los latinismos hacen el plural en -s, en -es o quedan invariables dependiendo de sus características formales, al igual que ocurre con el resto de los préstamos de otras lenguas: ratio, pl. ratios; plus, pl. pluses; lapsus, pl. lapsus; nomenclátor, pl. nomenclátores; déficit, pl. déficits; hábitat, pl. hábitats; vademécum, pl. vademécums; ítem, pl. ítems. Únicamente se apartan hoy de esta tendencia mayoritaria los latinismos terminados en -r procedentes de formas verbales, como cónfer, confíteor, exequátur e imprimátur, cuyo plural sigue siendo invariable. También constituye una excepción la palabra álbum. En general, se aconseja usar con preferencia, cuando existan, las variantes hispanizadas de los latinismos y, consecuentemente, también su plural; así se usará armonio (pl. armonios) mejor que armónium; currículo (pl. currículos) mejor que currículum; podio (pl. podios) mejor que pódium. No deben usarse en español los plurales latinos en -a propios de los sustantivos neutros, tales como *córpora, *currícula, etc., que sí son normales en otras lenguas como el inglés. Las locuciones latinas, a diferencia de los latinismos simples, permanecen siempre invariables en plural: los statu quo, los currículum vítae, los mea culpa.»
[Real Academia Española: Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana, 2005, p. 507]