Pretérito perfecto psicológico

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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Al leer un libro preparativo para el examen de DELE de nivel superior, “punto final”, me surgieron algunas reflexiones sobre los valores de los tiempos pasados. Le cito:

Pretérito perfecto: Expresa acciones realizadas en el pasado (terminadas) en un tiempo que se prolonga hasta el presente:

En mi vida he hecho mucho ganchillo.

Empleo de marcadores de tiempo: todavía, hoy, esta mañana, este mes, siempre, etc.

Valor de futuro inmediato:

Dentro de tres días he terminado el proyecto y lo entregaré.

Valor psicológico de pasado reciente:

Se ha sacado el carné el mes pasado.

Yo, por mi parte, nunca he oído a la gente usar el pretérito perfecto con sentido de futuro inmediato, y aun más con un sentido psicológico.

En hebreo, sí se usa el pretérito perfecto con el sentido de futuro inmediato. Pero, que yo sepa, este valor no se ha impuesto y sólo los “ineducados” lo siguen usando. Además, he preguntado a unos amigos míos madrileños sobre esto, pero la ignorancia, parece, sigue engrosando sus filas. Por consiguiente, quería saber más cosas sobre los dos valores temporales antedichos.

Con un cordial saludo desde Israel.

El pretérito perfecto compuesto (he cantado) es una forma verbal que no existía en latín. Nació en la época prerrománica, cuando el verbo haber conservaba su acepción de poseer o tener. En los textos castellanos arcaicos el participio concertaba con el complemento. Al convertirse el verbo haber en auxiliar, se inmovilizó el participio en su forma masculina del singular y la perífrasis se convirtió en un tiempo del verbo.

En su origen, este tiempo verbal era una perífrasis con haber en presente, y actualmente sigue teniendo el matiz de acercamiento al presente, ya sea por estar cerca en el tiempo, ya sea porque se asocia al presente por sus resultados aún relevantes. Las acciones pueden estar alejadas del presente, pero sus consecuencias para el hablante duran todavía.

Es decir, el pretérito perfecto significa una acción pasada que guarda relación con la esfera del presente. Esta relación puede ser real, o simplemente pensada o percibida emocionalmente por el hablante. De ahí que algunos gramáticos hablen del valor psicológico del pretérito perfecto para indicar que el hablante emplea el pretérito perfecto para conectar las acciones consigo mismo y con sus oyentes.

El adjetivo psicológico no es muy afortunado, ya que sugiere que el hablante emplea este tiempo verbal de forma “subjetiva”, es decir, por capricho. Lo más acertado sería decir que a menudo la relación del hecho pasado con el presente no es real, sino “sentida” por el hablante; como dice el Esbozo, es una relación “afectiva”.

Así, ante la misma situación objetiva de un hecho concluido en el pasado, como puede ser la muerte de mi madre, si un hablante dice

Mi madre ha muerto hace cinco años,

entendemos que ese hecho objetivo alejado en el pasado repercute aún en el sentimiento actual del hablante: la muerte de su madre le sigue “afectando”, la tiene muy presente, no la puede ver como algo objetivo y distanciado que ha ocurrido en el pasado. El hablante se encuentra todavía en la fase de duelo por la muerte de su madre.

Si el hablante dice

Mi madre murió hace cinco años,

da a entender al oyente que la muerte de su madre es algo que emocionalmente ya ha superado; el hablante da al oyente la noticia objetivamente, desprovista de toda emotividad.

El adjetivo “psicológico” puede significar

un punto de vista subjetivo > nivel mental,

una actitud emocional > nivel emocional o afectivo o

una intención del hablante > nivel volitivo.

Cuando el hablante emplea el pretérito perfecto para referirse a un hecho pasado y alejado del presente, está hablando desde una perspectiva no puramente temporal, sino emocional: el hablante siente el evento concluido en el pasado como algo que le sigue afectando en el presente, como algo que repercute aún en su vida actual.

Al emplear el pretérito perfecto compuesto, el hablante da también a entender que, aunque el hecho pertenece al pasado, en el momento actual seguir recogiendo los frutos resultantes de aquel hecho:

Los griegos nos han dejado un legado de principios que se siguen aplicando en varias disciplinas, como son la Lógica de Aristóteles y la Geometría de Euclides.

El dejar está en pretérito perfecto, porque en el momento actual seguimos recogiendo los frutos resultantes del legado griego.

El pretérito perfecto compuesto y el pretérito perfecto simple (indefinido)  coinciden en significar hechos anteriores al momento en que hablamos, no en su transcurrir (que se expresa por el imperfecto), sino en cuanto transcurridos:

La guerra ha terminado.

La guerra terminó.

Pero el indefinido no presenta un hecho más antiguo que el representado por el perfecto. La diferencia entre las dos formas usadas se funda en la extensión que quiera dar el hablante al momento presente en que habla.

Esta mañana he pasado por tu casa, pero no estabas.

(el presente del hablante es ‘hoy’)

Esta mañana pasé por tu casa, pero no estabas.

(el presente del hablante es ‘esta tarde’)

Ese presente del hablante (presente psicológico) puede tener una amplitud muy variable: puede abarcar muchos años.

La guerra terminó hace tres meses.

(el presente psicológico es ‘este mes’);

La guerra ha terminado hace tres meses

(el presente psicológico es ‘este año’).

«La explicación de la preferencia de indefinido o perfecto es necesario buscarla siempre en el punto de vista del que habla, en el cual intervienen juntos un elemento objetivo (distancia temporal) y un elemento subjetivo (mayor o menor interés en el hecho).

No obstante, es norma general que para acciones inmediatamente anteriores al momento presente se use el pretérito perfecto y no el indefinido. Por ello no es adecuado el uso que de este último hacen los locutores de radio cuando dicen, refiriéndose a una audición que acaba de terminar:

Oyeron ustedes el Intermedio de “Goyescas”, de Granados;

Fue el espacio radiofónico “Gane el dinero que quiera”.

El uso existe también en el castellano hablado de Galicia y Asturias, y no es raro hallarlo en escritores nacidos en esas regiones. Probablemente de dichas regiones procede el mismo uso extendido por gran parte de Hispanoamérica. (Y de este continente, a su vez, puede haber venido el hábito radiofónico citado antes).

También suele darse como norma general el uso del pretérito perfecto para acciones de ‘hoy’ y el uso del pretérito indefinido para acciones anteriores a ‘hoy’:

Hoy hemos ido al Museo;

pero:

Ayer fuimos al Museo.

Sin embargo, hay muchas excepciones a esta regla, explicables por lo dicho en los párrafos anteriores.» [Seco, Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe, 1998, p. 357]

Cuando el hablante siente que un hecho concluido en el pasado le afecta emocionalmente y repercute aún fuertemente en su vida, emplea el pretérito perfecto compuesto (en vez del indefinido) para acercar el hecho pasado al presente e indicar así que ese hecho ocurrido en el pasado sigue teniendo una gran importancia en su vida.

Mi madre ha muerto hace diez años.

(murió hace diez años, pero la sigo recordando y echando de menos)

Cuando el hablante dice

Mi madre murió hace cinco años,

quiere dar a entender al oyente que la muerte de su madre es algo que emocionalmente ya ha superado. Con el indefinido o pretérito perfecto simple, el hablante da al oyente la misma noticia pero de forma más objetiva, más distanciada y desprovista de toda emotividad.

Aquel año hemos perdido a dos familiares.

Mi hijo ha muerto en la guerra de 1936.

En aquellos días he llorado noches enteras.

Hemos sufrido mucho en los años de la posguerra.

Pretérito perfecto con valor de futuro:

El presente (canta) puede usarse en vez del futuro (cantará):

Mañana canta Carreras en Viena. =

Mañana cantará Carreras en Viena.

 

pasado

< presente >

futuro

presente histórico:

ayer llego a casa y...

presente actual:

hoy estoy en casa

presente por futuro:

mañana voy al cine

 

Por su relación con el ámbito del presente, el perfecto compuesto puede aparecer también en vez del futuro compuesto de indicativo:

En un minuto habré acabado y ya nos vamos. =

En un minuto he acabado y ya nos vamos.

El mes que viene ya habremos terminado las clases =

El mes que viene ya hemos terminado las clases.

También puede tener valor de futuro respecto al momento del habla, cuando sustituye a un tiempo del modo subjuntivo en oraciones condicionales con adverbios o expresiones temporales de futuro:

Si mañana a estas horas no he vuelto, llama a este teléfono.

Si la próxima semana no ha pagado la cuenta, avisa a mi abogado.

Si mañana el paciente no ha reaccionado, habrá que operarlo.

Si mañana le ha bajado la fiebre, ya puede comer y beber de todo.

 

Citas

 

«Pretérito perfecto compuesto

En su origen significa el resultado presente de una acción pasada:

Has guardado mucho dinero

equivaldría a la expresión moderna

Tienes guardado mucho dinero.

Nació en la época prerrománica, cuando el verbo haber conservaba su acepción de poseer o tener; y quedan ejemplos de este empleo en los textos castellanos arcaicos, con el participio concertado con el complemento. A medida que se iba afirmando el carácter auxiliar de haber, se inmovilizó el participio en su forma masculina del singular, y la perífrasis quedó convertida en tiempo del verbo.

El pretérito perfecto significa en la lengua moderna la acción pasada y perfecta que guarda relación con el presente. Esta relación puede ser real, o simplemente pensada o percibida por el hablante. Por esto nos servimos de este tiempo para expresar el pasado inmediato; por ejemplo, un orador suele terminar su discurso con la frase he dicho, que significa “acabo de decir”. También denota el hecho ocurrido en un lapso de tiempo que no ha terminado todavía:

Hoy me he levantado a las siete.

Este año ha habido buena cosecha.

Durante el siglo actual se han escrito innumerables novelas.

Ha caído durante todo el día una espesa nevada.

Yo he estado siempre (y estaré) en Buenos Aires.

Lo empleamos asimismo para acciones alejadas del presente, cuyas consecuencias duran todavía. Decir

La industria ha prosperado mucho

significa que ahora están patentes los efectos de aquella prosperidad, que puede continuar; decir

La industria prosperó mucho

enuncia simplemente un hecho pasado sin conexión con el presente.

A veces la relación con el presente es afectiva: así, ante una misma situación objetiva decimos

Mi padre ha muerto hace tres años,

si aquel hecho repercute en mi sentimiento actual; en cambio,

Mi padre murió hace tres años

no es más que una noticia desprovista de emotividad.

Tanto el pretérito perfecto compuesto (he amado) como el pretérito perfecto simple (amé) denotan acciones medidas directamente y acabadas o perfectas. Esta coincidencia acerca la significación de ambos tiempos. Así se explica que varias lenguas romances los confundan en el uso real, aunque la lengua literaria procure mantener sus diferencias, como ocurre en francés y en italiano. En España se conserva bien en el habla oral y literaria el uso que hemos descrito antes; pero Galicia y Asturias muestran marcada preferencia por canté, a expensas de he cantado. Frases como

Esta mañana encontré a Juan y díjome

son características de aquellas regiones, contra el uso general español, que en este caso diría sin vacilaciones he encontrado y me ha dicho. También en gran parte de Hispanoamérica predomina absolutamente canté sobre he cantado en el habla usual, aunque entre los escritores convivan la forma simple y la compuesta en proporción variable.

El habla popular madrileña muestra cierta inclinación en favor de he cantado. La misma inclinación se encuentra también en las provincias andinas de la República Argentina, contra el uso dominante de canté en el Río de la Plata.»

[RAE: Esbozo de una nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe, 1973, § 3.14.2]

«Tiempos pasados:

Los tiempos pasados enfocan el hecho “pasado” de diferentes maneras. El hecho paso que presentamos como “terminado” puede expresarse así:

Me GUSTÓ el café.

(tiempo llamado pretérito o pretérito indefinido),

o así:

He HA GUSTADO el café

(antepresente o pretérito perfecto).

En el primer caso sentimos el hecho como ocurrido en un tiempo ido, anterior al momento que vivimos ahora; en el segundo caso, el hecho ocurrió dentro de un tiempo que todavía alcanza a incluir nuestro momento actual.

Esta distinción a menudo es solo psicológica: un mismo suceso puedo exponerlo diciendo:

MURIÓ ayer

o también

HA MUETO ayer,

según que lo considere como un hecho ya liquidado y ajeno al hoy, o como un hecho que todavía hoy es operante.

Frente a estos dos tiempos que dan el hecho pasado como terminado, el copretérito o pretérito imperfecto lo muestra “en su transcurrir”:

El día de la bomba, la gente IBA tranquilamente a su trabajo.

Por último, los otros dos pretéritos presentan un hecho pasado como “anterior” al momento pasado del que se habla:

Hasta entonces nunca HABÍA ESTADO enfermo.

(antecopretérito o pretérito pluscuamperfecto)

Cuando todos se HUBIERON MARCHADO, Luisa dio un suspiro de alivio.

(antepretérito o pretérito anterior).

Esta última forma –el pretérito anterior– añade a la idea de anterioridad la insistencia de la “terminación” del hecho. Su empleo (solo en proposiciones introducidas por cuando u otra conjunción equivalente) es muy reducido, y solo surge, raras veces, en la lengua escrita.»

[Seco, Manuel: Gramática esencial del español. Madrid: Espasa Calpe, 1989, pp. 174-176]

«El pretérito perfecto indica un hecho que se acaba de verificar en el momento en que hablamos, o bien un hecho cuyas circunstancias o consecuencias tienen en cierto modo relación con el presente:

He dicho (esto es, “acabo de decir”);

He visitado hoy a tu tío.

En uno y otro caso los hechos enunciados han terminado dentro del momento presente.

En el ejemplo

Los griegos nos han dejado el arquetipo de la tragedia antigua,

el “dejar” está en pretérito perfecto, porque en el momento actual seguimos recogiendo los frutos resultantes de este hecho.

Los dos tiempos, pretérito indefinido y pretérito perfecto, coinciden en significar hecho anteriores al momento en que hablamos, no en su transcurrir (que se expresa por el imperfecto), sino en cuanto transcurridos:

La guerra terminó,

La guerra ha terminado.

No representan el uno un hecho más antiguo que el otro: según las circunstancias, podríamos decir:

La guerra terminó el mes pasado y

La guerra ha terminado hace tres meses.

La diferencia que hay entre

Pasamos por tu calle y

Hemos pasado por tu calle

se funda en la extensión que quiera dar el hablante al momento presente en que habla. Si para él esa acción de “pasar por tu calle” tiene cierta cohesión temporal con el presente, entonces empleará el pretérito perfecto; si, por el contrario, la acción no cae dentro de ese presente psicológico, el tiempo usado será el pretérito indefinido. Ese presente psicológico tiene una amplitud variable: puede abarcar solo el instante actual o puede abarcar muchos años:

Esta mañana ha llovido

(el presente psicológico es “hoy”);

Esta mañana llovió

(el presente psicológico es “esta tarde”);

La guerra ha terminado hace tres meses

(el presente psicológico es “este año”).

La explicación de cada caso es necesario buscarla siempre en el punto de vista del que habla, en el cual intervienen juntos un elemento objetivo (distancia temporal) y un elemento subjetivo (mayor o menor interés en la acción).»

[Seco, Rafael: Manual de gramática española. Madrid: Aguilar, 1980, p. 73-74]

«Esta forma verbal he cantado es de creación románica, no existía en latín. En su origen es una perífrasis con haber en presente, que intenta dar el matiz de acercamiento al presente, ya sea por estar cerca en el tiempo, ya sea porque se asocia al presente por sus resultados aún relevantes.

Esta forma del pasado pertenece al plano actual, es decir, es una acción o estado anterior al presente, en cuanto a la temporalidad, pero, al ser una forma del mundo comentado y presentar una perspectiva de presente, tiene una función en el sistema de relevancia en el presente, de conexión con el presente.

En el español peninsular hablado tiene una mayor funcionalidad y de ahí su mayor índice de frecuencia que el existente en la mayoría de las variedades del español de América. En la actualidad, el español hablado peninsular muestra una clara tendencia a narrar mediante el perfecto. ¿A qué se debe este fenómeno que la lengua francesa ha desarrollado muy intensamente con anterioridad? El hablante, al hacer uso del perfecto, conecta las acciones consigo mismo y con sus oyentes.

En la lengua escrita, la comunicación es más distanciada y el hablante suele atenerse más a las oposiciones modélicas, por lo que hace menos uso del imperfecto que la lengua hablada.»

[Gutiérrez Araus, María Luz: Formas temporales del pasado en indicativo. Madrid: Arco Libros, 1995, p. 37]