Sartén |
© Justo Fernández López – www.hispanoteca.eu |
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Le ruego me solucione una duda con respecto al artículo de la palabra sartén. ¿Es correcto el uso de el sartén o solo se puede decir la sartén?
Según todos los diccionarios monolingües españoles el sustantivo sartén pertenece al género femenino, así también el diccionario de la Real Academia en su última edición, aunque éste observa que hay regiones, sobre todo en América, donde se dice el sartén. Algunos puristas condenan el uso de el sartén, aunque la RAE parece dispuesta a no condenar ninguna variante de la lengua.
Lo que no hay es que confundir los usos diferentes con la ambigüedad. Se lee a veces que sartén es un sustantivo ambiguo. Los nombres ambiguos son aquellos que se refieren a un grupo de nombres no animados que carecen de un género gramatical definido. A veces, como el caso de mar, el uso del determinante femenino indica un sentido afectivo; así, la gente de mar usualmente hablan del mar con determinantes femeninos: Estaba la mar brava. Ejemplos de nombres ambiguos no diferenciados: caparazón, calor, mar, azúcar, canal, lente, puente.
No son ambiguos algunos nombres que aunque tienen una sola forma, significan cosas distintas en masculino y en femenino: el capital – la capital, el orden – la orden, el guardia – la guardia, el capital – la capital.
No son tampoco ambiguos: sartén, radio, etc., que en algunas variedades del español, es decir, en algunas regiones, son masculinos, mientras que en el uso peninsular estándar son femeninos.
Los defensores del género masculino de sartén suelen argumentar que, aunque en latín sartago era femenino, en general, todos los sustantivos terminados -én son masculinos: andén, edén, almacén, terraplén, y que por eso herrén y llantén, que eran femeninos en latín (ferrago, plantago), se han hecho masculinos en castellano. Creen que sucede lo mismo con sartén.
Según el diccionario de la Real Academia Española (DRAE), sartén pertenece al género femenino, aunque la RAE observa que “en muchos lugares de América y España es usado como masculino”. Parece que el sartén es uso general en Venezuela, Chile, Nicaragua, y en general, en gran parte de América y que el empleo de la forma masculina está documentado también en Asturias, Bilbao, Canarias y en el judeo-español. Yo he nacido en Asturias y jamás he oído a nadie decir el sartén.
Citas
«sartén
‘Utensilio de cocina para freír’. En el habla culta general de España es femenino: «Echó los trocitos de cebolla en la sartén» (Rojo Matar [Esp. 2002]); su uso en masculino es muy escaso y se restringe al habla popular de algunas regiones. En América, alternan ambos géneros, con predominio del masculino: «Fregó el sartén y los platos» (Vergés Cenizas [R. Dom. 1980]); «En una sartén quedaban dos colas de iguanas carbonizadas» (Sepúlveda Viejo [Chile 1989]).»
[RAE: Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana, 2005, 588]
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sartén. (Del lat. sartāgo, -ĭnis).
1. f. Recipiente de cocina, generalmente de metal, de forma circular, poco hondo y con mango largo, que sirve para guisar. En muchos lugares de América y España, u. c. m. [u. c. m. = usado como masculino]
2. f. Lo que se fríe de una vez en la sartén.
tener alguien la sartén por el mango.
1. fr. coloq. Ser dueño de la situación, poder decidir o mandar. [DRAE]
La RAE en su Esbozo (1973) da una explicación filológica para explicar el género femenino de sartén. Este sustantivo viene del latín sartago y en latín era femenino. El género de los sustantivos latinos no iba necesariamente unido a las terminaciones. Había nombres masculinos y femeninos en todas las declinaciones, pero predominan los femeninos entre los terminados en –a y los masculinos entre los terminados en –us. El español generalizó este predominio y tendió a hacer femeninos o masculinos los sustantivos según acabaran en –a o en –o, con algunas excepciones como el día y la mano.
Según esto, el romance hizo masculinos los sustantivos latinos femeninos terminados en –ago, aginis y –igo, -iginis: el cartílago, el vértigo. Pero ocurre que sartén, lo mismo que vorágine, no se derivan directamente del nominativo latino sartago, vorago, sino del acusativo sartaginem, voraginem. “Entre los casos de la declinación latina subsitió sólo el acusativo, del cual se formaron los sustantivos castellanos, casi en su totalidad. Por esto en los libros de Gramática histórica y en los diccionarios etimológicos se parte del acusativo, quitándole la –m desinencial, que se pierde siempre en romance” (Gili Gaya). El sustantivo sartén se derivaría del acusativo latino sartaginem > sartaña > sartana > sartén. Así pues, cuando la forma romance de los femeninos latinos con el sufijo –ago, aginis no se deriva del naminativo en –o, sino del acusativo, se conserva en romance el género femenino latino.
«Es más importante formalmente el dato de que casi todos los nombre apelativos de cosa en –o o con morfemas derivativos terminados en –o son masculinos. Pocas veces se ha conservado en español el género femenino originario: la mano, la nao. La terminación –o ha impuesto el masculino, por un lado, a los nombres de árboles de la 2a declinación latina, todos femeninos en latín, que han pasado al español: el olmo, el chopo; por otro lado, a las voces cultas en –ago (pero algunas esdrújulas por cambio de acento): el lumbago, el fárrago, el cartílago, el vértigo, procedentes de femeninos latinos con el sufijo –ago, aginis y –igo, -iginis. El femenino se ha conservado a veces en estos nombres cuando no es el nominativo el que ha pasado al español: la calígine, la vorágine, la imagen, la sartén (el femenino virago tiene el mismo sufijo que estos nombres, pero ha conservado el género por tratarse de nombre de mujer).»
[RAE: RAE: Esbozo de una nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1973, § 2.2.7b]
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«Género de los sustantivos terminados en –n
Los sustantivos terminados en –n son masculinos en su mayoría; pero son numerosas las excepciones, entre las que se cuentan:
clavazón, clin, crin, comezón, desazón, imagen,
razón, salazón, sartén, sazón, sinrazón, trabazón
Son también femeninos (es decir, con también excepción) la mayoría de los terminados en –ión; aunque algunos son masculinos, como
alción, alubión, bastión, camión, centurión,
gorrión, limpión, sarampión, turbión
El sustantivo orden es de género masculino en los sentidos de “regularidad, disciplina” y semejantes (Es amante del orden y la puntualidad); también cuando se aplica a los órdenes arquitectónicos (Orden jónico, orden corintio). En cuanto al significado relacionado co cierto sacramento, es masculino en expresiones tales como El sacramento del orden; pero femenino en Recibió las sagradas órdenes. Es femenino cuando expresa significados como los que pueden apreciarse en los siguientes ejemplos:
Ha sido nombrado por real orden de fecha de hoy.
Es caballero de la orden de Calatrava.
Pertenece a la venerable orden de San Francisco.»
[Marsá, Francisco: Diccionario normativo y guía práctica de la lengua española. Barcelona: Ariel, 1986, p. 118]
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EL SARTÉN
Real Academia Española - Corpus de Referencia del Español Actual (CREA)
= 25 casos en 11 documentos
Real Academia Española - Corpus Diacrónico del Español (CORDE)
= 6 casos en 4 documentos
LA SARTÉN
Real Academia Española - Corpus de Referencia del Español Actual (CREA)
= 372 casos en 167 documentos
Real Academia Española - Corpus Diacrónico del Español (CORDE)
= 928 casos en 143 documentos