Sino y si no

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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¿Cuándo se escribe sino y cuándo si no? Ya sé que sino es conjunción adversativa, mientras que si no es una condicional en forma negativa. Pero hay algunos casos en que lo tengo que pensar dos veces antes de decidir el significado . ¿Podría dar alguna regla práctica? ¿Cómo sería en alemán?

La conjunción adversativa pero expresa una reserva en relación a una idea expresada anteriormente: La película fue larga, pero interesante.

Mientras que sino implica una contradicción entre dos ideas y se emplea cuando, negada una cosa, se afirma a continuación otra en su lugar. Es decir, el empleo de sino exige negación en la primera de las dos oraciones que une, a la cual contrapone siempre, de manera excluyente, una oración afirmativa:

La contraposición puede ser:

sustantivo con sustantivo

no vino en coche sino en bicicleta

adjetivo con adjetivo

la conferencia no fue aburrida sino muy interesante

pronombre con pronombre

no lo invitaron a él sino a ella sola

preposición con proposición

no llegamos antes sino después de acabada la función

oración con oración   

cuando se contraponen dos oraciones (sean los verbos distintos o no), se añade que a sino = sino que

no me saludó sino que miró para otro lado

no sólo le insultó sino que le amenazó con ...

si las oracioens son breves, suele suprimirse que:

no corta el mar, sino vuela un velero bergantín (Espronceda)

Frecuentemente en las construcciones con sino se eliden elementos análogos sobrentendidos: Yo no quiero sino encontrar un trabajo digno.

Para un hispanohablante es fácil discernir por el acento prosódico („Betonung“)  cuándo se escribe sino y cuándo si no. La conjunción adversativa sino es átona („tonlos“), de modo que no se debe cargar el acento prosódico sobre no, como ocurre cuando se trata de la conjunción condicional si + no.

Otro criterio sería: si se puede decir de lo contrario / en caso contrario („sonst“ / „wenn [es] nicht [so wäre]“), entonces se trata de la conjunción condicional + negación = si no.

el programa no funciona si no [wenn] instalas antes ...

tienes que instalar antes ..., si no [sonst], el programa no funciona

no tenía euros sino [sondern] dólares

no tenía euros, si no [sonst] no hubiera pagado con dólares

Se puede ver la diferencia en estos ejemplos:

No come sino bebe vino.

[’no come, sino que bebe vino’ / ’en vez de comer, bebe vino’ = „sondern“]

No come si no bebe vino.

[’es incapaz de comer sin beber vino con la comida’ / ’si le falta el vino, no come’ = „wenn...“ / „er muss dabei Wein trinken, sonst kann er nichts essen“]

En alemán:

sino = sondern

no solo ..., sino también... = nicht nur ..., sondern auch ...

sino que = sondern

si no = sonst / wenn nicht / andernfalls

«sino

  1. La conjunción adversativa sino (que se pronuncia átona) se emplea cuando, negada una cosa, se afirma a continuación otra que ocupa su lugar: No lo hizo él, sino ella; No es bondadoso, sino tonto. Cuando la conjunción se enuncia en medio de dos oraciones con verbo explícito, toma normalmente la forma de sino que: No le pegó, sino que le insultó.

  2. A veces se usa sino que con sentido restrictivo (como pero): Él es bueno, sino que a veces los hombres más buenos tienen que hacer cosas que parecen malos.

  3. No solo ... sino ... Estos elementos se anteponen a enunciados sintácticamente equivalentes (dos oraciones, dos nombres, dos adjetivos, etc.) para indicar la suma o acumulación del uno al otro. El segundo elemento va frecuentemente acompañado de también o de otro adverbio equivalente a éste: No solo vinieron sus padres, sino (o sino también) sus tíos y sus abuelos. Cuando los unidos son oraciones, el segundo elemento copulativo es sino que (o sino que también): No solo vinieron, sino que les trajeron muchos regalos. En todas estas construcciones puede aparecer, como variante, solamente en lugar de solo.

  4. No debe confundirse sino, conjunción adversativa, con si no, conjunción condicional seguida de negación. Sino es palabra átona - la pronunciación /sinó/ es errónea -; si no tiene tónico el segundo elemento. Véase la diferencia en estos ejemplos: No come, sino trabaja (’en lugar de comer, trabaja’); No come si no trabaja (’no come en el caso de que no trabaje’).

  5. ¿Qué podía hacer sino resignarse? equivale a ’no podía hacer más que resignarse’. En este caso se emplea sino. Pero, si el segundo miembro de la frase es una oración (verbo en forma personal), la construcción es si (conjunción condicional) + no (adverbio de negación), y por tanto son dos palabras separadas: ¿Qué podía hacer, si no era resignarse?».

[Seco, Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa, 1998, pp. 414-415]

«Las formas sino y si no

La primera forma es átona; y en la segunda es tónico el adverbio no.

La forma sino:

Es una conjunción coordinante adversativa. Necesita una negación en la proposición a la que no pertenece la conjunción. Si en la proposición de sino aparece el verbo en forma personal, entonces debe ir seguida dicha conjunción de que, formándose así la locución sino que. Nunca se puede intercalar elemento alguno entre si y no, por tratarse de una sola palabra:

No fui yo sino mi hermano quien lo hizo.

No fui al cine, sino que preferí ir al teatro.

No me lo dijero a mí, sino a mi compañero.

Nunca me lo dirán a mí, sino que preferirán decírselo a mis padres.

No tuvo la culpa él, sino el profesor.

No es simpático, sino todo lo contrario.

En estos casos, la forma sino es equivalente a pero.

Tiene también el valor de más que, otra cosa que:

¿No harás (otra cosa) sino reírte siempre?

¿Quién sino tu hermano es el responsable del accidente?

No quiero sino ayudarte siempre.

¿De dónde sino de España proceden esos vinos?

Por último, la forma sino es un sustantivo sinónimo de ‘destino’:

Don Álvaro o la fuerza del sino.

El sino de mi vida es trabajar siempre.

La forma si no: se trata de la conjunción condicional si y el adverbio tónico de negación no. Se reconoce bien esta forma porque con frecuencia puede incrustarse en medio de alguna palabra, y la proposición de “si” puede intercambiarse con la principal:

Si (tú) no me lo dices, pero para ti

(= peor para ti si no me lo dices)

Si vienes, te doy el regalo; si no, no

(= si (tú) no (vienes), no (te lo doy). O bien: No te lo doy, si no vienes)

Díselo si no quieres seguir sufriendo más

(= si no quieres seguir sufriendo más, díselo)

¿Por qué voy a ir al colegio, si no me sé la lección?

(= si (yo) no me sé la lección, ¿por qué voy a ir al colegio?)

Diles que, si no desean más cosas, que se vayan

(= diles que se vayan si (ellos) no desean más cosas)

-¿Se lo vas a decir al profesor? -¿Y a quién, si no?

(= y si no, ¿a quién?)

Pero si no hay clase, ¿por qué vas al colegio?

(pero, ¿por qué vas al colegio si (como es sabido) no hay clase?).»

[Gómez Torrego, L.: Manual de español correcto. 2 vols. Madrid: Arco/Libros, 1991, vol. 1, § 2.5]

«Negación y foco:

Se denomina ‘foco de la negación’ aquel elemento sobre el que recae la exclusión o refutación de tal manera que puede considerarse responsable de la falsedad o inadecuación de la frase en la realidad. [...] El foco de la negación tiene un carácter presuposicional, pues es un elemento presupuesto o realmente proferido el que resulta refutado. A menudo esta refutación viene acompañada de un sintagma correctivo que aporta la información que rectifica la del elemento negado. Existen varios modos de hacer dicha corrección:

§         la conjunción sino:
Juan no habló hoy con María, sino con Ana.

§         una perífrasis de relativo:
No fue con María con quien habló Juan.

§         el giro y no:
Juan habló con Ana, (y) no con María.

La negación puede ocupar su lugar característico ante el verbo o bien preceder inmediatamente al foco:

Juan ha comprado en la subasta [no los cuadros, sino varias esculturas].

Para que ello suceda, es condición indispensable la presencia del elemento correctivo introducido por sino que formará junto con el foco un solo constituyente inseparable, de ahí la agramaticalidad de

*Juan ha comprado [no los cuadros] en la subasta, [sino varias esculturas].

El foco contiene información dada. El sintagma correctivo encabezado por sino en los ejemplos anteriores, introduce, en cambio, un nuevo elemento de naturaleza remática. Lógicamente, el foco de la negación sólo coincidirá con el foco de la oración si este es de naturaleza contrastiva, nunca si se trata de un tópico con información novedosa. [...]

Ningún elemento puede ser interpretado como foco de la negación si media entre él y la oración un término de polaridad negativa. De ahí que no podamos añadir a una frase como

No he visto a nadie en tu despacho

un sintagma correctivo como

*... sino en la sala de reuniones.

Hay que notar que las palabras negativas parecen ser incompatibles con los sintagmas correctivos en cualquier posición:

Los alumnos de esta clase no han suspendido el álgebra, sino la trigonometría.

*Ningún alumno de esta clase ha suspendido el álgebra, sino la trigonometría.

Los ahorradores no invertirán su dinero en bienes inmuebles, sino en acciones de empresas rentables.

*Nadie invertirá su dinero en bienes inmuebles, sino en acciónes de empress rentables.

Cabría buscar la razón de estos contrastes precisamente en la naturaleza remática de las palabras negativas, incompatible con el hecho de que el sintagma correctivo introduzca una información novedosa que hace presuponer el resto de la oración como información dada.

Como conjunción de carácter correctivo, sino está restringido a contextos negativos y puede introducir todo tipo de palabras, sintagmas u oraciones; si estas son flexivas, exige la presencia de la conjunción que como en

No quiero que me ayudes, sino que lo hagas tú solo.

Es posible, incluso, que la oración tenga dos focos, en cuyo caso sino introducirá un constituyente formado por los dos elementos réplica de los focalizados, en contrucción similar a la que se da con otro tipo de construcciones coordinadas, como en

No ha hablado Juan con María, sino Pepe con Ana.

La conjunción sino puede tener otros valores estrechamente relacioandos con la negación, y de alguna forma con el foco.

En primer lugar, adquiere un valor exclusivo o de excepción cuando afirma el elemento introducido por la conjunción como el único frente a una generalidad que resulta negada en el contexto previo, sea explícita o implícitamente.

¿Quién sino él puede haber pronunciado conferencia tan interesante?

No quiero otra cosa, sino que me dejéis en paz.

El silencio no fue interrumpido sino por una sola observaciónd el guía.

Nadie puede ser dichoso, señora, ni desdichado, sino que os haya mirado.

La diferencia entre el sino correctivo y el exceptivo radican en la distinta relación semántica entre los dos términos coordinados.

El sino correctivo introduce un sintagma que sustituye al negado, de tal manera que estos se excluyen mutuamente.

El sino exceptivo, en cambio, coordina dos elementos tales que el segundo está incluido en la denotación del primero. El valor de sino consiste precisamente en excluir al segundo término de la coordinación de lo predicado respecto del primero. El elemento negado, el foco, coincide ahora no con un elemento particular, sino con la totalidad de las posibilidades, como en

 El silencio no fue interrumpido sino por una sola observaciónd el guía.

Comparten el valor exclusivo de sino elementos como salvo, excepto, etc.

Finalmente, sino puede terner también un valor restrictivo, equivaliendo entonces al fino no ... más que, o a cuantificadores como sólo o únicamente. La peculiaridad de este uso es que sino no introduce un elemento que contraste con un foco negado (como en el caso correctivo) ni tampoco uno que constituya la excepción a una generalidad negada (como en el caso exclusivo), sino que tiene un mero valor cuantitativo. Como en los siguientes casos:

Quien no tiene sino un ojo, ¡mira a cuánto peligro anda!

No quiero sino que me dejéis en paz.»

[Sánchez López, Cristina: “La negación”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, vol.2, § 40.2.2]

sino (Del lat. signum).

1. m. hado.

2. m. desus. pero (defecto).

3. m. ant. Cosa que evoca en el entendimiento la idea de otra.

pasar el sino

4.    fr. coloq. And. Pasar grandes trabajos o disgustos.

sino (De si1 y no).

4. conj. advers. Usada para contraponer un concepto afirmativo a otro negativo anterior. No lo hizo Juan, sino Pedro. No quiero que venga, sino, al contrario, que no vuelva por aquí. No sentí alegría ninguna por él, sino, antes bien, pesadumbre.

2. conj. advers. Denota idea de excepción. Nadie lo sabe sino Antonio.

3. conj. advers. Solamente, tan solo. No te pido sino que me oigas con paciencia.

4. conj. advers. Denota adición de otro u otros miembros a la cláusula. No solo por entendido, sino también por afable, modesto y virtuoso, merece ser muy estimado.

[DRAE]

si no en textos y contextos

 

«Hay que volver a ahorrar, tanto si hay guerra como si no

«Zidane juega al fútbol como una bailarina. La forma en la que corre, cómo controla en balón, cómo lo pasa, todo lo que hace... Es uno de los mejores del mundo, si no el mejor.»

«Si no tenés acceso a Internet podes utilizar nuestro acceso a Internet! gratuito desde varias ciudades: Bs.As, La Plata, Rosario, Cordoba, Mendoza, Pilar y alrededores.»

«Si eres responsable de formación en tu empresa o eres consultor de formación selecciona "Empresa"; si no lo eres, selecciona "Particular".»

«Dediquemos algo de tiempo, hasta que sea un hábito adquirido, para seleccionar los productos que compramos: entre dos iguales, elegir el de una marca que no tenga vínculos con las guerras; si no hay opción, pensemos en otro producto diferente aunque a veces signifique algo más de dinero.»

«El programa no puede funcionar si no instalas antes ...»

«¿Que pasa si no declaré Renta o la información de mi declaración no cuadra con la del SII?»

«Pero, se nos ocurre preguntarnos, que hubiera pasado si no hubiera existido la Luna... ¿Nuestra vida sería igual?»

«Lo malo es que nosotros, los inmigrantes, es como si no existiéramos, y no tenemos derechos.»

«¿Cómo sobrevivir en Windows si no tienes ratón?»

«Funcionarios estatales amenazan trabar elecciones si no ganan más.»

«Si no eres flaca, no eres linda.»

«¿Qué harían los hombres si no existieran las mujeres?»

«A partir de discusiones con otros curadores, con artistas y con gestores al interior del ministerio, esbozo algunas propuestas para someterlas a discusión, si no completamente abierta, al menos desde esta misma Columna, cuya estructura de diseminación permitiría que quienes la reciban puedan responder directamente a mi dirección de eMail.»

«Si decides echarte "p´alante", mándanos tu historia escrita de forma clara y sin frases complicadas. Sé espontáneo y elabora tu relato como te apetezca pero, eso , no incluyas en él nombres verdaderos o frases de mal gusto, e intenta que lo que escribes no sobrepase las 300 o 400 palabras. Aproximadamente, media página.»

«Clica aquí si no se ve el índice a la izquierda Linguaphone languages.»

sino en textos y contextos

 

«La filosofía clásica antigua y moderna afrontó el problema de lo real con una inteligencia concipiente. Y así pensó que lo real tiene un carácter muy preciso. Parménides pensó que lo inteligido está dado como un jectum (keímenon); fue el origen de la idea de ‹átomo› (Demócrito). Aristóteles dio un paso más: lo inteligido no es jectum, sino sub-jectum (hypo-keímenon). Sus notas son ‹accidentales›, algo que sobreviene al sujeto y que no se puede concebir sino como siendo inherente a él. La filosofía moderna dio todavía un paso más en esta línea. Lo inteligido es jectum, pero no es sub-jectum, sino que es ob-jectum. Sus notas serían predicados objetivos. Jectum, subjectum, objectum, son para una inteligencia concipiente los tres caracteres de lo real inteligido.

Pero para la inteligencia sentiente, la realidad no es jectum (ni subjectum ni objectum), sino que lo real es lo que tiene la formalidad del ‹de suyo›, sea una nota sea un sistema de notas sentidas en su realidad. Lo real no es ‹cosa› sino algo ‹en propio›, sea o no cosa. A diferencia de lo que se pensó en inteligencia concipiente, a saber que lo real es sustancialidad y objetualidad, en inteligencia sentiente lo real es sustantividad. Por tanto, las notas no son accidentes ‹in-herentes› a un sujeto sustancial, ni son predicados de un objeto, sino que son momentos constitucionalmente ‹co-herentes› en un sistema constructo sustantivo. He aquí lo que desde la inteligencia sentiente es lo real.» [Zubiri, Xavier: Inteligencia sentiente. Inteligencia y realidad. Madrid: Alianza Editorial, 1998, pp. 206-207]

«Que no existe sino un solo y mismo objeto es algo que, con razón, viene afirmándose desde Aristóteles hasta nuestros días frente a todo dualismo platónico o platonizante. No hay un mundo propio de los sentidos, un mundo sensible, y un mundo propio de la inteligencia, el mundo inteligible; no hay sino un solo mundo real. Esta mismidad del objeto sentido y del inteligido envuelve innegablemente para ser aprehendido en su mismidad alguna unidad en el acto aprehensor mismo. Esta unidad consistiría en que ambos actos, el sensible y el intelectivo, son conocimientos, son actos cognoscitivos.» [Zubiri, Xavier: Sobre la realidad. Madrid: Alianza Editorial, 2001, p. 256]

«Con su catastrófico inicio de la presidencia italiana de la UE, Silvio Berlusconi se ha convertido no sólo en una vergüenza para Italia, sino para el conjunto de Europa.» (El País)

«No sólo exhibe la derecha democrática su cresta con cacareante orgullo, sino que se encuentra en la cresta de la ola.»

«Y es que en la actual situación en la que vive hoy día Venezuela, y debo aclarar que es domingo 14 de abril, para evitar confusiones, ya que no sabemos que pasará mañana, no podemos estar ni a favor ni en contra, sino todo lo contrario.»

«El hombre no es sólo un productor de bienes materiales, de riqueza acumulativa, sino también un ente necesitado de otredad, de metafísica.»

«En contraposición con la generosidad, la avaricia significa no sólo, según el Diccionario etimológico: «Apetito desordenado de adquirir y tener riquezas», o «amor excesivo al dinero con fines acumulativos», sino medio para adquirir poder y dominar a sus semejantes y al mundo.»

«Para los idealistas, las almas religiosas, los espiritualistas, el capitalismo es un vulgar materialismo, el interés es usura, la producción no es para satisfacer necesidades humanas sino para superproducción, en un crecimiento diabólico. No se trata de disfrutar de riquezas sino de acrecentarla continuamente. Esta es una forma de avaricia disfrazada de consumo, de productividad. Los empresarios no son ya Shylock o Harpagon, prototipos de avaros individualizados, sino inmersas y poderosas corporaciones sin rostro, donde la antonimia cunde como protección de una de las tentativas más codiciosas de la historia.»

«El racionalismo ya no sirve sino para justificar la prepotencia avara de los grandes consorcios y los meandros teóricos de la disciplina economicista, apenas golpeada por quienes la padecen pero puesta en tela de juicio por especialistas menos fanáticos que los cerebros calculadores de los consorcios y sus planificadores.»

«El nivel de riqueza alcanzado por los grandes consorcios ya no se puede apreciar con la noción de individuo, sino de estamentos sociales en plena actividad de depredación pública, internacional y mundial.»

«“Nadie puede servir a dos amos: odiará a uno y amará al otro, se vinculará a uno y despreciará al otro. No podréis servir a Dios y al Dinero“. La antinomia permanece porque las obras de bien de los codiciosos de dinero, no salen del corazón sino forman parte de la estrategia dual de servir a dos amos.»

«Sí, os lo repito, más fácil es que un camello pase por el hueco de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos». (Se impone señalar que no se trata literalmente del hueco de una aguja sino de las puertas de la ciudad llamadas agujas).»

«Entra el sol en el signo de Acuario. Se cumplieron dos milenios de cristiandad. Lo que va a regir no son las palabras de Jesús, sino las del Apocalipsis. La codicia sin límites del mercantilismo evolucionado hasta el CAT llegó a un cenit. El dinero ya no es dinero, sino papeles financieros. La decadencia del Nuevo Orden apenas se anuncia en la crisis de la bolsa y de la banca coreanas. Ningún avaro del Nuevo Orden oye el galope de los jinetes destructores.»

«La senectud del silencio es cierta madurez, pero también tristeza pues los juegos juveniles - incluyendo los desaforados - no existen más. Esta callada y triste ancianidad es así quizás por el absoluto enrejado del día; no un enrejado cualquiera, sino uno absoluto, brutal, ineludible. Anciano prisionero, el poema, la voz, deviene pirueta multicolor que se cuela entre las rejas. Lugar de la infancia, del juego, de la belleza, el poema podría malinterpretarse como la salvación de un poeta burgués y aburrido que no sabe qué hacer con su pobre salario para ligar un sábado por la noche. Pero no es así. No hay vanas angustias existenciales - muy respetables por cierto -, sino una tragedia honda tras estos breves versos de apertura.»

«Imagine si cada vez que un perro ladrase en la noche estuviese anunciando no el merodeo tramposo del delincuente, sino la desaparición inexplicada de su vecino.»

«Creemos que más de una universidad va a disputarse la presencia de tan sabio jurista como Allan Randolph Brewer-Carías, que se raspó no sólo la democracia, sino bibliotecas enteras de ciencia jurídica.»

«Lo primero que Carmona usurpó fue la condición de soberano, que toda constitución republicana y democrática hace residir en el pueblo. Es más, Pedro I no dependía como mandatario del decreto sino al revés.»