Templo - iglesia - basílica

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

ARCHIVO DE CONSULTAS

Quisiera concocer la etimología de la palabra templo.

La palabra templo viene del latín templum ‘recinto sagrado’, griego τέμενος - del verbo τέμνειν que significa ‘cortar’, ‘recortar’. Es un recinto reservado para los dioses, recortado, separado, aislado. Este espacio delimitado es sagrado (sanctus) y, por tanto, inviolable. Sanctus viene del verbo sancire ‘delimitar’, ‘establecer’, ‘acotar’.

Se discute si la palabra latina templum viene de

1. El espacio o círculo que entre los etruscos marcaba el augur en el cielo con su báculo (lituus) para determinar el campo de observación del vuelo de los pájaros (Varrón, De lingua latina, VII).  Dentro de la zona del cielo que el augur delimitaba con su báculo, contemplaba el vuelo de las aves al atresar el espacio delimitado en el cielo y el sentido del vuelo. La interpretación de el vuelo de las aves le servía para establecer su augurio.

2. Recinto separado y delimitado en la tierra por los augures tras recitar ciertas fórmulas solemnes y que estaba destinado a diferentes funciones religiosas, sobre todo para realizar los auspicios [Varrón, De lingua latina, VII, 8; Cicerón. De legibus, II, 8; Tito Livio I, 6).

3. Templo u edificio religioso consagrado y delimitado por los augures (Cicerón, Verr. II, 4, 43)

4. Todo recinto o marco delimitado consagrado por un augur: curia, etc.

5. Paneles de un tejado sobre los que se sujetan las tejas.

6. En arquitectura romana, los templa eran las viguetas o travesaños que formaban el armazón de un tejado sobre el que iban posadas las tejas.  

En su origen, el término templum no designaba la “casa de Dios”, sino un distrito sagrado que correspondía a un sector determinado en el cielo y desde el que se observaba el cielo a la búsqueda de signos que sirvieran de base para hacer un augurio. El el sector delimitado en el cielo se llamaba también templum. Según los etruscos, por el rayo se podía averiguar las intenciones y la voluntad de los dioses. Un gremio especial de sacerdotes eran los encargados de establecer los sectores según un esquema sagrado, desde este sector o templum observaban las señales del cielo y establecían sus presagios y augurios que revelaban la voluntad de Júpiter en lo que se refería a las cosas del estado.

Templum era pues el nombre que se daba a este sector o recinto sagrado desde el que se hacían las observaciones para las predicciones augurales. Más tarde comenzaron los romanos a construir los santuarios para los dioses en esos recintos sagrados. De ahí pasó el nombre templum de significar un sector delimitado y sagrado a el edificio dedicado a los dioses.

No decidían nada sin consultar a los augurios. Cuando se construía un edificio público, lugar sagrado o se fundaba una nueva ciudad, había que hacer una in-auguración. Inaugurare (‘inaugurar’) era consultar a los augures para saber si el lugar que se iba a abrir al culto o al servicio público era un lugar favorable o nefasto; había que buscar los buenos agüeros. El rito de inauguración rememoraba el antiguo rito de la fundación de una ciudad, un rito cosmológico o cosmogónico: fundar una ciudad era repetir el acto de la creación del mundo.

Desde el templum, a menudo desde un altozano, los auguros con-templaban el cielo y trazaban o hacían con su báculo un recorte en el cielo para determinar la demarcación o plano del templo. Este primer esbozo, recorte o demarcación en el cielo sería la pauta para los técnicos o arquitectos del templo. El augur recortaba el cielo trazando un aspa con meridianos: el cardus y el decumanus. Según la posición del sol se iba creando una especie de plano, desde esta posición el augur iba observando el vuelo de las aves para averigüar si los augurios serán favorables o no. Tras larga con-templación, el augur conseguía determinar o detectar el punto de intersección en el cielo que luego sería proyectado en la tierra para erigir el templo.

Los romanos tenían otra palabra para templo y era fanum ‘lugar sagrado’, el santuario de la divinidad. De ahí viene fanaticus, servidor del santuario. Por la actitud exaltada y el afán de sacralizar todos los aspectos de la realidad, el fanaticus adquirió ese sentido peyorativo que aún hoy tiene. Todo lo que cae fuera del recinto sagrado es profanus.

En Mesopotamia el templo era el Zikkurat, una torre escalonada que culminaba en un santuario. La Torre de Babel era una construcción de este tipo.

En Egipto, el templo no era sólo el lugar de culto, donde moraba la divinidad, sino también era una imagen del todo el universo. El templo estaba construido siguiendo un plan “caído del cielo”. Por eso cada parte del templo tenía un simbolismo especial, un simbolismo de carácter cosmológico. Los ritos que se hacían en el tempo estaban destinados a mantener el cosmos en movimiento, a garantizar el orden del universo y el curso regular de los astros, para evitar que sobreviniera el caos. El templo era una reproducción del cosmos, un reflejo cósmico: lo de arriba y lo de abajo se correspondían. El templo era centro de administración, archivo documental, biblioteca de todo el saber. El templo no era solo un lugar sagrado, un centro cósmico. Era el lugar donde se guardaba todo el saber tradicional y arcano (“Casa de la vida”) esencial para la supervivencia de la sociedad.

En Israel, el templo de Jerusalén estaba en el Monte del Templo (en hebreo, Har Habayt), lugar del Primero y Segundo Templo. Este templo fue destruido tres veces. En él se guardaba el Arca de la Alianza. El Templo de Salomón tenía fama de ser el edificio diseñado por el mismo Dios. La construcción de este templo influyó en la concepción de otros edificios. Su fama ha trascendido los tiempos, influyendo -como edificio ideal diseñado por el mismo Dios, "el Gran Arquitecto del Universo"- el la concepción de edificios como Santa Sofía de Constantinopla o El Escorial. Ver estos sitios en Internet:

Los intentos de reconstrucción del Templo de Jerusalén

El Escorial y el Templo de Salomón

Especial relación con el Templo de Salomón tiene la masonería, que se remonta al siglo XIII, época en que algunos albañiles (francés: maçons) construcctores de catedrales comenzaron a independizar sus gremios de la tutela de los monjes benedictinos. Estos nuevos gremios monopolizaron la construcción de edificios eclesiásticos. En sus talleres (francés: loges) celebraban sus  rigurosos procesos de selección de los nuevos miembros, procesos destinados a proteger sus técnicas y conocimientos relacionados con la construcción de las catedrales, conocimientos que se impartían según una estricta jerarquía que iba de maestro a aprendiz. Basaban sus construcciones en la descripción que hace la Biblia de la construcción del Templo de Salomón (1 Reyes 5 y 6). Ken Follett en su obra Los pilares de la tierra (1989), éxito editorial de los últimos años, ofrece una evocación novelada de la Edad Media centrada en la construcción de una catedral gótica.

En el Cristianismo, la palabra templo ha sido sustituida por la de Iglesia (del griego ἐκκλησία, comunidad de los fieles. Según San Pablo (1 Cor 3, 16-17), el cuerpo físico de la cada persona es un templo y es santo: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le aniquilará. Porque el templo de Dios es santo, y ese templo sois vosotros”.

En las lenguas germánicas, la palabra para iglesia o templo es Kirche (alemán) y church (inglés), tomada del griego popular bizantino kyriké ‘casa del Señor o familia del Señor’. Lutero quiso evitar todo lo que tuviera connotaciones jerárquicas y se inclinó por curia ‘comunidad’. En las lenguas románicas (iglesia, église, chiesa) se ha mantenido la palabra griega usada en el Nuevo Testamento que es ἐκκλησία (ekklesía) ‘asamblea o reunión del pueblo’, que traduce el hebreo kahal yahwe ‘asamblea del Señor’. El término iglesia pasó luego a significar el edificio dedicado al culto religioso.

Mientras que muchas sectas cristianas y las iglesias protestantes reformadas usan el término templo para designar el lugar de culto, la Iglesia Católica evitó siempre esta palabra para evitar la asociación con el Templo de Jerusalén.

La construcción de los grandes templos está rodeada de leyendas. Casi todas las culturas elevaron sus templos siguiendo “planos caídos del cielo” o “planos revelados”. Los grandes templos encierran así un simbolismo arcano, lo que les confiere un aura esotérica como “lugares de acceso a la realidad oculta”.

Etimologías

 

Teoría - Templum - Contemplatio

«Al entrever el horizonte diáfano de la visión, se presentan las cosas cubiertas, en tanto que encubiertas. En el encubrimiento a que la extrañeza profunda conduce nace la pregunta por las cosas encubiertas. Pero no se pregunta por cada cosa en sí misma, “tal como es”, ὡς στίν. No me extraña ni me está encubierta por su índole particular, sino que me extraño de que sea cosa vista, de que sea momento del todo. En esta extrañeza miro a la cosa, como decía Aristóteles, καθόλου (en traducción anodina, “universalmente”) mirando al Universo entero, envolviendo a la cosa en una mirada que lo abarca todo. Al panorama del todo llamaron los griegos θέα y los latinos templum. Por eso, esta manera de mirar a las cosas es θεωρία, teoría, contemplatio. En ella veo cada cosa en tanto que “cada”. El verla “cada” es verla mirándola dentro del horizonte de totalidad; por tanto, como una entre todas las demás. Al ver cada cosa, conveo, contemplo el todo. [...] La teoría, por ser visión de cada cosa, καθόλου es visión del Universo entero en que la cosa es; me descubre la cosa en tanto que es. [...]

Al mirar una cosa dentro del horizonte de totalidad, la veo como una cosa entre todas, es decir, la veo en cuanto es; y justamente por esto, para poder entenderla completamente, necesito co-pensar, con-entender el todo. [...] Cada cosa adquiere su ser por el lugar que ocupa en el Universo. No son, pues, como se ha dicho, dos problemas de la filosofía: la pregunta acerca del ser y la pregunta acerca del todo. No constituyen sino un mismo tema: la visión teorética, que arranca de la radical extrañeza del hombre ante las cosas, del θαυμάζειν, revelador de la totalidad. La unidad de ambos problemas es la unidad de la θεωρία. El θεωρός era el inspector que los atenienses enviaban a los juegos públicos para que contemplara el conjunto del espectáculo y viera si todo marchaba en orden, esto es, si cada cosa estaba en su sitio.» [Zubiri, Xavier: Sobre el problema de la filosofía. Madrid: Fundación Xavier Zubiri, p. 20-21]

«Templo, 1220-50

Tomado del latín templum íd. Del francés temple se tomó temple ‘Orden del Templo de Jerusalén’.

Derivados:

templario ‘perteneciente a esta Orden’, también templero, ant. S. XIV.

templete 1817

templén, hacia 1900, del latín templum en el sentido de ‘especie de viga’.»

[Corominas, Joan: Breve diccionario etimológico de la lengua española. Madrid: Gredos, 31987, p. 562]

«Fanático, 1520

Tomado del latín fanaticus 'inspirado, exaltado, frenético', hablando de los sacerdotes de Belona, Cibeles y otras diosas, los cuales se entregaban a violentas manifestaciones religiosas; propiamente valía 'perteneciente al templo' y 'servidor del templo', derivado del latín fanum 'templo'; se tomó por conducto del francés.

Derivados:

fanatismo, 1765

fanatizar, 1843

profano, 1430, del latín profanus íd., propiamente 'lo que está fuera del templo' es otro derivado de fanum.»

[Corominas, Joan: Breve diccionario etimológico de la lengua española. Madrid: Gredos, 31987, p. 267]

alemán:

Dom = Catedral

Tomado en el siglo XIV del francés dôme, que a través del italiano duomo viene del latín eclesiástico domus (ecclesiae) ‘casa de la comunidad cristiana’. Es una traducción del griego oikos tes ekklesias. En latín domus ‘casa’, ‘edificio’, como en griego dómos y indio antiguo dámah viene de la raíz indogermana *dem- ‘construir’, ‘ajustar’. Del latín domus viene dominus ‘señor o dueño de la casa’, ‘señor’, así como dominar, dominio; así como en latín dómina ‘ama de casa’.

Tempel = Templo (de latín templum).

Kirche = Iglesia

Del griego tardío kyrikón ‘casa de Dios’, que es una forma vulgar del antiguo kyriakón ‘lo que pertenece al señor’ ‘propiedad del dueño’, se sobreentiende casa que es propiedad del señor, casa con dueño. Posiblemen se introdujo en la época de Constantino en Alemania traída por los técnicos de la construcción. Antiguo viejo alemán kiricha, alemán medio kirche, antiguo sajón kirika, inglés antiguo cirice (inglés church), sueco kyrka.

Vocabulario

 

Español – Alemán:

abadía

alemán: Abtei

basílica

alemán: Basilika

capilla

alemán: Kapelle

catedral

alemán: Dom / Münster

colegiata

alemán: Stiftskirche

convento

alemán: Kloster

iglesia

alemán: Kirche

mezquita

alemán: Moschee

La palabra fue introducida en el siglo XVI en alemán, tomada del francés mosquée, tomada a su vez del italiano moschea (moscheta), que viene del árabe masğid (“lugar de oración”, “lugar de prosternación”) a través del español mezquita.

pagoda

alemán: Pagode

santuario

alemán: Heiligtum

sinagoga

alemán: Synagoge

tabernáculo

alemán: Tabernakel

templo

alemán: Tempel

abadía. (Del lat. tardío abbatia).

1. f. Dignidad de abad o de abadesa.

2. f. Iglesia y monasterio con territorio propio regidos por un abad o una abadesa.

3. f. Territorio, jurisdicción y bienes o rentas pertenecientes al abad o a la abadesa.

4. f. Especie de luctuosa que en algunos puntos, especialmente en Galicia, se paga al párroco a la muerte de un feligrés.

5. f. Ar. casa parroquial.

basílica. (Del lat. basilĭca, y este del gr. βασιλική, regia).

1. f. Cada una de las trece iglesias de Roma, siete mayores y seis menores, que se consideran como las primeras de la cristiandad en categoría y gozan de varios privilegios.

2. f. Iglesia notable por su antigüedad, extensión o magnificencia, o que goza de ciertos privilegios, por imitación de las basílicas romanas.

3. f. palacio (casa de los reyes).

4. f. Edificio público que servía a los romanos de tribunal y de lugar de reunión y de contratación.

Edificio público de planta rectangular, con tres o más naves, a menudo con ábsides en los lados menores, que servía a los romanos como tribunal, o como lugar de reunión y de contratación.

capilla. (Del lat.*cappella, dim. de cappa, capa).

1. f. Edificio contiguo a una iglesia o parte integrante de ella, con altar y advocación particular.

2. f. Oratorio privado.

3. f. Oratorio portátil de los regimientos y otros cuerpos militares.

4. f. Cuerpo de músicos asalariados de alguna iglesia.

5. f. Cuerpo o comunidad de capellanes, ministros y dependientes de ella.

6. f. En los colegios, junta o cabildo que hacen los colegiales para tratar de los negocios de su comunidad.

7. f. Pequeño grupo de adictos a una persona o a una idea. U. m. en dim. U. m. en sent. despect.

8. f. Capucha sujeta al cuello de las capas, gabanes o hábitos.

9. f. coloq. Religioso regular, a diferencia del clérigo secular.

10. f. Impr. Pliego que se entrega suelto durante la impresión de una obra.

11. f. ant. Capullo o vaina en que se cría la semilla de algunas hierbas.

catedral. (De cátedra). iglesia catedral.

f. iglesia principal en que el obispo, con su cabildo, tiene su sede o cátedra.

colegiata. (Del lat. collegiāta, t. f. de -tus, perteneciente a un colegio).

iglesia colegial: La que, no siendo sede propia del arzobispo u obispo, se compone de abad y canónigos seculares, y en ella se celebran los oficios divinos como en las catedrales.

convento. (Del lat. conventus, congregación).

1. m. Casa o monasterio en que viven los religiosos bajo las reglas de su instituto.

2. m. Comunidad de religiosos que habitan en una misma casa.

3. m. Mar. Clara o hueco entre dos cuadernas.

4. m. ant. Concurso, concurrencia, junta de muchas personas.

iglesia. (Del lat. ecclesĭa, y este del gr. ἐκκλησία, asamblea).

1. f. Congregación de los fieles cristianos en virtud del bautismo.

2. f. Conjunto del clero y pueblo de un país donde el cristianismo tiene adeptos. Iglesia latina, griega.

3. f. Estado eclesiástico, que comprende a todos los ordenados.

4. f. Gobierno eclesiástico general del Sumo Pontífice, concilios y prelados.

5. f. Cabildo de las catedrales o colegiatas.

6. f. Diócesis, territorio y lugares de la jurisdicción de los prelados.

7. f. Conjunto de sus súbditos.

8. f. Cada una de las comunidades cristianas que se definen como iglesia. Iglesia luterana, anglicana, presbiteriana.

9. f. Templo cristiano.

10. f. Inmunidad del que se acoge a sagrado.

mezquita. (Del ár. hisp. másǧid, y este del ár. clás. masǧid, lugar de prosternación).

Edificio en que los musulmanes practican sus ceremonias religiosas.

pagoda. (Del port. pagode).

1. f. Templo de las deidades en algunos pueblos de Oriente.

2. f. Cada una de las deidades que en ellos se adoran.

santuario. (Del lat. sanctuarĭum).

1. m. Templo en que se venera la imagen o reliquia de un santo de especial devoción.

2. m. Parte anterior del tabernáculo, separada por un velo del sanctasanctórum.

3. m. Col. Tesoro de dinero o de objetos preciosos que se guarda en un lugar.

sinagoga.

(Del lat. sinagōga, y este del gr. συναγωγή, de συνάγειν, reunir, congregar).

1. f. Congregación o junta religiosa de los judíos.

2. f. Casa en que se juntan los judíos a orar y a oír la doctrina de Moisés.

3. f. peyor. Reunión para fines que se consideran ilícitos.

tabernáculo. (Del lat. tabernacŭlum, tienda de campaña).

1. m. Sagrario donde se guarda el Santísimo Sacramento.

2. m. Lugar donde los hebreos tenían colocada el arca del Testamento.

3. m. Tienda en que habitaban los antiguos hebreos.

templo. (Del lat. templum).

1. m. Edificio o lugar destinado pública y exclusivamente a un culto.

2. m. Lugar real o imaginario en que se rinde o se supone rendirse culto al saber, a la justicia, etc.

[DRAE]