Verbos pronominales |
© Justo Fernández López – www.hispanoteca.eu |
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Doy clases de español a un grupo de alemanes, y tengo problemas
al explicar la gramática de "casarme", "poderme", "traerme",
o sea infinitivos en los que se añade "me".
Sé lo que significa, pero no lo sé explicar a base de gramática.
Tal como formulas la pregunta, no sé si tu problema radica en que todos los infinitivos que llevan una forma átona del pronombre personal (me, te, nos, os) te suenan a verbos reflexivos. Lo digo porque comienzas los ejemplos con el verbo casarse, que es un verbo pronominal. El próximo ejemplo es un verbo modal (poder) y el último es simplemente un verbo transitivo (traer algo a alguien).
Comencemos con el problema de las formas átonas de los pronombres personales (en alemán: „tonlose Formen des Personalpronomens“), que puedes ver en alemán aquí en la HISPANOTECA, sección GRAMMATIK IN STICHWORTEN. Haz clic aquí: Personalpronomen.
Estos pronombres átonos forman una unidad con el verbo, es decir, van delante del verbo conjugado, o añadidos de forma enclítica al infinitivo, al gerundio y al imperativo positivo:
Me enseña su casa.
[el pronombre va delante de la forma conjugada]
¿No me la quieres enseñar?. / ¿No quieres enseñármela?
[al tener una forma conjugada y un infinitivo en la misma oración, podemos poner el pronombre átono delante del verbo o añadido al infinitivo]
Me está enseñando su casa. / Está enseñándomela.
[al tener una forma conjugada y un gerundio en la misma oración, podemos poner el pronombre átono delante del verbo o añadido al gerundio]
Enséñame tu casa. / Enséñamela.
[en caso de los imperativos positivos, es obligatorio añadir la forma átona del pronombre]
Ejemplos con los verbos que citas:
Voy a casarme el mes que viene. / Me voy a casar el mes que viene.
No quiero casarme. / Me me quiero casar.
Mi mujer es filipina, para poder entenderme con ella, tengo que hablar inglés.
Mi mujer es filipina, para poderme entender con ella, tengo que hablar inglés.
[aquí hay dos infinitivos (poder entender) y ninguna forma conjugada, de modo que puedo añadir la forma átona del pronombre al primero o al segundo infinitivo]
Ha venido a traerme en coche un compañero de la oficina. /
Me ha venido a traer en coche un compañero de la oficina.
necesita ayuda porque no se puede valer por sí mismo /
necesita ayuda por no poderse valer por sí mismo
perdí el curso porque no me pude matricular a tiempo /
perdí el curso por no poderme matricular a tiempo
no podré casarme por la iglesia porque ya estuve casada
ich werde nicht kirchlich heiraten können, weil ich war schon mal verheiratet
vino a traerme un regalo
er ist gekommen und brachte mir ein Geschenk
El otro problema son los verbos pronominales en español, que es un conjunto heterogéneo de verbos que abarca tanto los propiamente pronominales (que siempre van acompañados de un pronombre reflexivo), como los reflexivos y los recíprocos. Aquí el peligro, al enseñar español a los alemanes, es ver en todos estos verbos una forma reflexiva o intentar buscar una forma reflexiva correspondiente en alemán cuando no la hay. Es decir, el español tiene muchos verbos pronominales, construidos como los reflexivos. Hay muchos verbos pronominales (o seudoreflexivos) en español que no lo son en alemán, y al revés. Por ejemplo, el verbo que citas: casarse (heiraten).
Los verbos pronominales van desde los puramente reflexivos (yo me lavo / yo me lavo las manos), hasta verbos con pronombre reflexivo que están muy alejados en su sentido de la reflexidad. En estos, el pronombre reflexivo indica simplemente intensidad, participación o interés del sujeto en la acción.
En la HISPANOTECA, sección GRAMMATIK IN STICHWORTEN, tienes la lista de estos verbos. Haz clic aquí: Verbos pronominales.
A continuación la cita de la Real Academia, que resume muy bien el problema de los así llamados verbos pronominales.
«En las oraciones de verbo reflexivo, el sujeto es a la vez agente y paciente. En la oración Yo me lavo, el pronombre me es complemento directo del verbo lavo. En Yo me lavo las manos, el complemento directo es las manos, y me es complemento indirecto. Por esto las oraciones de verbo reflexivo suelen llamarse directas o indirectas según que el pronombre átono ejerza en ellas la función de uno u otro complemento: Luisa se ha peinado, es reflexiva directa. Luisa se ha puesto un sombrero, es indirecta.
Los ejemplos anteriores representan el tipo reflexivo puro o primario, porque la acción vuelve de un modo u otro sobre el sujeto que la realiza. Pero con los verbos causativos el sujeto no es propiamente agente, sino que interviene o influye en la acción que otro ejecuta: Tú te haces un traje; Me construí una casa, indican únicamente que el sujeto encarga, ordena o costea la acción, sin que él la realice por sí mismo.
De un modo análogo la reflexión del acto puede atenuarse de tal manera que los pronombres no sean ya completamento directo o indirecto, sino que indiquen, con más o menos vaguedad, una participación, relación o interés en la acción producida.
Las gradaciones que atenúan y aun llegan a borrar el carácter reflexivo primario del pronombre son muy numerosas y frecuentes. Van desde los llamados dativos éticos y de interés (Ella se tomó el café; Se le hundió el mundo; No te me vayas), hasta las expresiones con verbos intransitivos, que se llaman seudorreflejas por sentirse ya muy distantes del significado propiamente dicho, como: Me voy; Nos estamos en casa; Mi vecino se ha muerto; Me salí del despacho. En estos ejemplos, el leve matiz de percepción o paticipación, que el pronombre denota, distingue con claridad estas oraciones de las activas o de estado que se obtendrían suprimiendo el pronombre: Voy; Estamos en casa; Mi vecino ha muerto; Salí del despacho.
En ciertos casos se llega a tal distancia del sentido reflexivo, que para dar a entender que el agua sale de la bañera o la lluvia atraviesa el tejado, decimos que La bañera se sale o El tejado se llueve.
Hay verbos que actualmente no admiten más formas de expresión que la pronominal. Tales son arrepentirse, atreverse, quejarse, jactarse.
El Diccionario de la Real Academia Española califica como pronominal a todo verbo o acepción que se construya en todas sus formas con pronombres reflexivos. “Hay verbos exclusivamente pronominales, como arrepentirse. Otros adoptan determinados matices significativos o expresivos en las formas reflexivas: caerse, morirse, frente a las formas no reflexivas: caer, morir”. La calificación de reflexivos, que el mismo Diccionario aplicaba antes uniformemente a estos verbos, no era propia para todos estos matices significativos o expresivos. En cambio, la de pronominal, aunque atiende únicamente a la forma, abarca los significados reflexivos y los que no lo son.» [RAE: Esbozo de una nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1977, § 3.5.4., pp. 379-381]
«Construccion pronominal: Con la denominación ‘construcción pronominal’ se alude, generalmente, a oraciones como las que se incluyen en los siguientes enunciados: «Yo no me arrepiento de nada», «Las modelos se maquillas cuidadosamente», «Las flores se han marchitado», «Tú te asustas enseguida», «Se vive muy bien aquí».
El rasgo sintáctico que comparten todas ellas, el que justifica el hecho de que se denominen ‘construcciones pronominales’, consiste en la presencia, junto al verbo, de una forma pronominal átona (me, te, se), un clítico de carácter reflejo que, como tal, concuerda en los rasgos de persona con el sujeto, en caso de que éste se halle presente en el esquema oracional («Tú te asustas», «Yo no me arrepiento»), y adopta la forma específicamente refleja se cuando el clítico que requiere la construcción es el correspondiente a la tercera persona: «Las flores se han marchitado», «Las modelos se maquillan cuidadosamente», «Se vive muy bien aquí».
Aunque coinciden en ese rasgo común, las ‘construcciones pronominales’ constituyen, no obstante, un conjunto heterogéneo de esquemas oracionales en el que habitualmente se diferencian varias clases: Cf oración reflexiva, media, pasivo-refleja, impersonal refleja, verbo pronominal.»
[Alcaraz, Varó, Enrique / Martínez Linares, María Antonia: Diccionario de lingüística moderna. Barcelona: Editorial Ariel, 1997, S. 134]
Abreviaturas referentes al verbo usadas por el DRAE |
aux. auxiliar; verbo auxiliar impers. impersonal; verbo impersonal tr. transitivo; verbo transitivo intr. intransitivo; verbo intransitivo prnl. pronominal; verbo pronominal defect. defectivo; verbo defectivo |
Clasificación sintáctica de los verbos
auxiliares |
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copulativos |
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predicativos |
transitivos |
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intransitivos |
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pronominales |
Exclusivamente pronominales |
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Ocasionalmente pronominales |
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Reflexivos |
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Recíprocos |
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Con valor pasivo |
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Construcciones impersonales |
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Causativos pronominales |
· Verbos auxiliares: ser, haber, estar
· Verbos copulativos: ser, estar, parecer
· Verbos predicativos o verbos plenos [Vollverben]:
§ Verbos transitivos: con complemento directo (acusativo)
§ Verbos intransitivos: sin complemento directo (acusativo)
§ Verbos pronominales: acompañados de un pronombre reflexivo
§ Exclusivamente pronominales: arrepentirse, quejarse, jactarse
§ Ocasionalmente pronominales: llamar / llamarse
§ Reflexivos: peinarse / afeitarse / lavarse
§ Recíprocos: saludarse / tutearse
§ Con valor pasivo: se venden libros
§ Verbos causativos en forma pronominal: cortarse el pelo
§ Construcciones impersonales: se oye ruido
Los verbos auxiliares se usan para formar las formas compuestas de los verbos, la pasiva y las perífrasis verbales: He comido. Ha sido premiado. Están reunidos. Está escribiendo una carta.
Los verbos copulativos son ser, estar o parecer. Los verbos ser, estar y parecer funcionan como verbos predicativos cuando les acompaña un complemento que no es un adjetivo: Ahora estoy en Madrid. Esto parece oro. Este animal es un armadillo.
Los verbos predicativos son los que encierran la idea de un predicado y siempre expresan estado, acción o pasión del sujeto al que se refieren. Podemos decir que el verbo predicativo es todo aquel que no funciona como copulativo, es decir, todo aquel que no sea ser, estar o parecer. Los verbos predicativos pueden ser transitivos o intransitivos.
Los verbos transitivos son aquellos que dejan pasar la acción, y ésta (la acción) recae sobre una persona u objeto. Esta persona u objeto es el complemento directo (acusativo): Le da un regalo para su cumpleaños. Vamos a tomar un café.
Los verbos intransitivos no necesitan de un complemento directo (acusativo) para completar la acción: Los secuestrados aún viven. Corre muy ligero. Muchos verbos se usan como transitivos o intransitivos según los casos: Corre los cien metros lisos en un tiempo récord.
Los verbos pronominales son verbos que van unidos a un pronombre reflexivo de igual persona que el sujeto del verbo: marcharse, arrepentirse, avergonzarse, alegrarse, asombrarse, casarse. A este grupo pertenecen los verbos exclusivamente pronominales, los reflexivos y los recíprocos, que son los que implican a varios sujetos que realizan la misma acción y la reciben mutuamente.
Los verbos exclusivamente pronominales se conjugan obligatoriamente con un pronombre: arrepentirse, quejarse, jactarse, dignarse, etc (no se puede decir yo arrepiento, él queja). Ese pronombre no es reflexivo. Estos verbos expresan procesos que suceden en el sujeto, y poseen una voz especial, llamada voz media. No son reflexivos porque no es una acción que vuelva sobre sí misma, sino que se produce en el interior del sujeto. En estos verbos pronominales, el pronombre es un morfema constitutivo del verbo, no un complemento como en los verbos reflexivos. Otras clases de verbos pronominales son:
Los verbos recíprocos son verbos transitivos que tienen por sujeto a dos o más personas, animales o cosas que ejercen una acción sobre los otros, al mismo tiempo que la reciben de ellos. Por ese motivo, los verbos recíprocos sólo se conjugan en las tres personas del plural; jamás en singular: Los amigos se saludan. Nos tuteamos todos. Estos verbos se construyen como los reflexivos, y para no confundirlos con estos, a veces es necesario añadir ciertas locuciones para reforzar el matiz de reciprocidad: los unos a los otros, mutuamente, recíprocamente, los dos. Para reconocer este tipo de se recíproco, basta con añadir al final de la oración expresiones como: el uno al otro, el uno del otro, el uno con el otro; o bien, mutuamente, recíprocamente, entre sí.
Los verbos reflexivos son verbos transitivos cuya acción se refleja o recae sobre el mismo sujeto que la realiza: Yo me lavo. Ella se peina. El sujeto y el objeto son la misma cosa. Para reconocer si el se es reflexivo, basta con añadir al final de la oración "a sí mismo(s)", y si el significado de la oración no varía en absoluto, no queda duda de que el se es reflexivo.