Adverbios adjetivales o cortos © Justo Fernández López Gramática española - Nivel superior
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resumen
«Adverbios adjetivales
Los adverbios adjetivales tienen la forma de la variante masculina singular de un adjetivo o un participio. Al igual que los demás adverbios, carecen de flexión. Son, por tanto, adverbios adjetivales los subrayados en
Las golondrinas vuelan bajo.
Las espinacas saben raro.
En cambio, son adjetivos que funcionan como complementos predicativos los marcados en
Las golondrinas vuelan bajas.
Las espinacas saben raras.
Estos últimos, al ser adjetivos, concuerdan con el nombre del que se predican.
Los adverbios de este grupo, más frecuentes en el español americano, se forman únicamente con ciertos adjetivos. Entre ellos, constituyen un grupo amplio los que expresan evaluación positiva de la manera de actuar: bárbaro (Jugó bárbaro), bonito (Que te vaya bonito), rico (Cantan rico), genial (Se portó genial), sabroso (Conversaron sabroso).
Pueden aludir a dimensiones espaciales (alto, bajo, hondo, profundo) o a diversas formas de percibir algo (recio, quedo), entre otras nociones.
Poseen ciertas restricciones combinatorias, ya que solo modifican a verbos (no a adjetivos ni a otros adverbios) y aparecen normalmente junto al verbo modificado. Entre las construcciones Hablar claro sobre una cuestión y Hablar sobre una cuestión claro, se prefiere la primera.
También presentan restricciones léxicas, ya que tienden a aparecer solo con ciertos verbos: se apunto alto o bajo; se juega limpio o sucio; se hila fino, delgado, basto...» [RAE: Nueva gramática básica del la lengua española. Madrid, 2011, p. 141]
Algunos adjetivos pueden pasar a la categoría gramatical de adverbio cuando se inmovilizan en la forma masculina singular y funcionan como complementos circunstanciales que complementan a un verbo. Son los llamados adverbios adjetivales, también llamados adverbios cortos. Se llaman adjetivales por adoptar la forma de un adjetivo en singular (y en género masculino si el adjetivo es de dos terminaciones): Corre rápido; Corren rápido; Se expresa fatal; Se expresan fatal.
«El latín formaba sistemáticamente adverbios a partir de adjetivos mediante la adición de los sufijos -e (amice ‘amistosamente’, de amicus, ‘amigo’) y –ter (fortiter ‘valerosamente’, ‘fuertemente’, de fortis ‘valeroso’). También se valía de la recategorización de adjetivos de género neutro en acusativo (multum ‘mucho’, facile ‘fácilmente’) o ablativo (raro ‘raramente’). El proceso de adverbialización de adjetivos se mantuvo, con intensidad variable, en todas las lenguas románicas. La pauta era especialmente productiva en el español antiguo.» [RAE: NGLE 2009, § 30.3b]
En la actualidad los adverbios adjetivales se documentan tanto en el español europeo como en el americano, pero poseen más vitalidad en este último.
A diferencia de los complementos predicativos, que concuerdan con el sustantivo en género y número, los adjetivos adverbiales se forman inmovilizando ciertos adjetivos, que pierden así su flexión. Estos nuevos adverbios se pueden coordinar con otros similares, ya que no se consideran adjetivos.
Hablar claro.
Hablar bajo.
Pasarlo estupendo.
Levantarse temprano.
Pasarlo fatal.
Atar fuerte.
Jugar sucio.
Caminar lento.
Correr rápido.
Hacerlo rápido.
Trabaja despacio y limpio.
Bebe sabroso y despacio.
No cambian de género ni de número:
Los ataron fuerte.
Juegan muy sucio.
Corren rápido.
Caminan lento.
Lo hicieron muy rápido.
Estos adverbios adjetivales pueden alternar con fórmulas adverbiales. No todos admiten la sustitución por el respectivo adverbio terminado en –mente:
Habla claro.
Habla muy claramente.
Habla con mucha claridad.
Juega sucio.
Juegan suciamente.
Juegan con suciedad.
Camina lento.
Caminan lentamente.
Caminan con lentitud.
Lo hizo rápido.
Lo hizo rápidamente.
Lo hizo con rapidez.
Volar alto.
*Volar altamente.
Comprar caro.
*Comprar caramente.
Cantar bonito.
*Cantar bonitamente.
Los adverbios adjetivales se diferencian de los adverbios terminados en –mente en que no modifican a los adjetivos ni a los participios:
Estaba hondamente afectado.
*Estaba hondo afectado.
Es infinitamente mejor.
*Es infinito mejor.
En otros casos no es posible la alternativa:
Lo pagaron muy caro.
Lo pasamos bárbaro.
Aquello me asentó fatal.
Los complementos predicativos admiten variación de género y número, concertando con un sustantivo (en función de sujeto o de complemento), mientras que los adjetivos adverbiales tienen como requisito que se inmovilicen en la forma masculina. Aunque este recurso no se puede extender indiscriminadamente:
*Ganaron fácil.
Ganaron con facilidad.
Ganaron fácilmente.
*Canta sencillo.
Canta con sencillez.
Los adjetivos adverbiales suelen modificar verbos como
verbos de habla y de voz:
decir, hablar, charlar, cantar
verbos de entendimiento y sentimiento:
ver, comprender, pasar, sentir, sentar, notar, percibir
verbos que denotan energía:
andar, pisar, golpear, dar
verbos que expresan cantidad o intensidad:
respirar, suspirar, costar, valer, sonar
verbos de movimiento:
correr, mover, ir, viajar
Las restricciones sintácticas de los adverbios adjetivales son notables. Muchos de ellos forman con el verbo un predicado complejo que equivale casi a una locución verbal:
pisar firme
irle a uno bonito
trabajar duro
hablar claro
jugar limpio
jugar sucio
chutar fuerte
disparar raso
sacar alto (fútbol)
dominar fácil
hilar fino (‘distinguir con gran sutileza’)
caer bajo (‘degradarse, desprestigiarse’)
Son numerosas las restricciones léxicas a las que están sometidos estos adverbios adjetivales:
Comer sano.
Comer saludable.
Sin embargo, el adverbio sano no se admite con igual naturalidad con verbos como alimentarse, beber, nutrirse, tomar, aunque se trata de acciones que se pueden hacer de manera sana. Análogamente, limpio modifica al verbo jugar, pero no a otros con los que sí puede combinarse limpiamente: actuar, atravesar, competir, cortar, ganar, luchar, robar.
Forman un grupo amplio los adjetivos adverbiales que expresan evaluación, generalmente positiva, de la manera de actuar, como los adjetivos bárbaro, bonito, chévere, fenomenal, genial, lindo, macanudo, rico, sabroso, brutal, bestial. Se asimilan a este grupo los sustantivos fenómeno y padre. Así como fetén, que suele considerarse como adjetivo, a pesar de que no posee flexión de género ni de número. Es de uso general el adverbio adjetival fácil.
Jugó bárbaro.
Me fue chévere.
El vestido te sienta fenomenal.
Lo pasamos genial.
En este local se come macanudo.
Nunca había visto a mis padres conversando tan sabroso.
El espectáculo funciona fetén.
Eso se dice fácil.
Los adverbios adjetivales en sentido negativo son algo menos frecuentes, pero también posibles (saber feo, oler feo, sentir feo, doler feo), aunque no en todos los países de habla hispana:
Esto huele feo.
Esto sabe horrible.
La comida me sentó fatal.
Se llevan pésimo.
Se suele emplear honro en sentido físico (cavar hondo, sembrar hondo, respirar hondo), en el figurado (calar hondo, llegar hondo) o en ambos simultáneamente. En cambio, profundo está mucho más restringido, ya que se usa con aspirar, respirar y pocos verbos más. El adverbio infinito se construye con sentir, alegrarse, lamentar y pocos verbos más en México, Centroamérica y España, pero no es general en todo el mundo hispanohablante (me alegro infinito de verte). El adverbio claro se usa con ver, hablar, distinguir y algunos más. Recio se emplea sobre todo con hablar, llover y pisar (Cuando salimos llovía recio; Los españoles pisan recio). Recto y derecho se adjuntan a verbos de movimiento (siga recto; continúe todo derecho). Las preferencias combinatorias de duro apuntan a trabajar, dar o pegar.
Los adjetivos bueno, claro, evidente, natural, seguro se utilizan en respuestas y exclamaciones en las que pueden alternar también con adverbios o locuciones adverbiales. Evidente alterna con evidentemente; natural con naturalmente; obvio con obviamente. Otras veces alternan con expresiones relacionadas solo semánticamente entre sí (claro alterna con por supuesto o con evidentemente).
Algunos adverbios adjetivales admiten diminutivos:
hablar cortito
volar bajito
volver rapidito
Algunos participios se asimilan a los adverbios adjetivales:
Iba muy seguido por allí (‘muy frecuentemente’).
Pautas para distinguir el predicativo y el adverbio corto o adjetival
«El complemento predicativo guarda algunas semejanzas con el adverbio corto o adjetival, razón por la cual se confunden a menudo en el análisis sintáctico.
a)
Él trabajó duro para sacar a su familia adelante.
El alumno respondió bajo a la pregunta del profesor.
Esta guitarra suena horrible.
b)
El príncipe encantado vive tranquilo en su palacio.
El deportista regresa agotado a su casa.
El boxeador español terminó victorioso el combate.
Los sintagmas subrayados en estas dos series tienen en común los siguientes rasgos:
1) responder a la pregunta ¿Cómo?
¿Cómo trabajó él? –Duro.
¿Cómo vive el príncipe encantado? –Tranquilo.
2) poder ser focalizados en una estructura ecuacional en la que la relativa va introducida por como (suelen ir encabezando la oración):
Duro es como trabajó él.
Tranquilo es como vive el príncipe encantado.
3) admitir su sustitución por el adverbio así:
El trabajó así.
El príncipe encantado vive así.
4) poder alternar, en muchas ocasiones, con adverbios modales en –mente:
Él trabaja duro / duramente.
El príncipe encantado vive tranquilo / tranquilamente.
No obstante, no todos los CPred reúnen estas características:
El agricultor regresa agotado / *agotadamente.
El niño llega hambriento / *hambrientamente.
Sin embargo, se comprueba que se trata de sintagmas de distinta clase y función si efectuamos un simple cambio morfológico en el sujeto de la oración: los sintagmas subrayados de la primera serie permanecen invariables y los de la segunda serie sufren una variación morfemática en virtud de la atracción que sobre ellos ejerce el sujeto:
Él trabajó duro. > Ella trabajó duro. / Ellos trabajaron duro.
El príncipe encantado vive tranquilo. > La princesa encantada vive tranquila. / Los príncipes encantados viven tranquilos.
Este distinto comportamiento ante la concordancia se debe a que los primeros (ejemplos a) son SAdv y funcionan como CC de modo, mientras que los segundos (ejemplos b) son SAdj y funcionan como CPred.
Además, el CPred, frente al adverbio corto, goza de mayor libertad posicional (el adverbio corto suele aparecer inmediatamente detrás del verbo:
Él trabajó duro. > ?Él duro trabajó. / ?Duro él trabajó.
El príncipe encantado vive tranquilo. > El príncipe encantado tranquilo vive. / Tranquilo el príncipe encantado vive.
El adverbio corto raramente se separa del verbo; en cambio, pueden producirse interpolaciones entre el verbo y el CPred:
?Él trabajó, como siempre, duro. / ?Él trabajó durante aquellos años duro.
El príncipe encantado vive, como siempre, tranquilo. / El príncipe encantado vive durante estos años tranquilo».
[Gómez Manzano, P. et al.: Ejercicios de gramática y de expresión. Con nociones teóricas. Madrid: Editorial Centro de Estudios Ramón Areces, 2006, p. 177-178]
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