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Artículo indeterminado

Empleo y usos superfluos

© Justo Fernández López

Gramática española - Nivel superior

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 El empleo del artículo indeterminado

El artículo indeterminado realiza la función de actualizador del sustantivo o de un elemento sustantivado. No es compatible con otros determinativos, excepto cuando sigue al indefinido todo o precede al indefinido cierto:

es todo un hombre

es todo un sueño

toda una serie de atentados

aquí hay un cierto olor a quemado

tiene un cierto parecido con su abuela

Cuando aparece solo, referido a un sustantivo elidido, el artículo indeterminado actúa como un pronombre:

Estas camisas me gustas, pero he vistos unas más bonitas en ...

Todos me gustas, pero unos son más bonitos que otros.

«El papel esencial de uno consiste en la singularización de un objeto cualquiera de entre los de la clase designada por el sustantivo, o bien de una porción o variedad cualquiera de lo que denota este. Por ejemplo, en

Ladra un perro,

singularizamos un solo perro sin que nos importe su entidad concreta; en

Aquí se respira un aire purísimo,

singularizamos una variedad de aire especificada por el adjetivo.

La singularización no es incompatible con el morfema de plural, y por ello existen las formas unos y unas. A veces están exigidas por la concordancia con sustantivos caracterizados por plural;

unas tijeras

unos gemelos

unas tenazas

unos guantes

La imprecisión del valor singularizador de uno le permite unirse a numerales para designar cantidad o número aproximados:

Habría unos doscientos espectadores.

Se han vendido unos cinco mil ejemplares de la obra.

Le conozco desde hace unos quince años.

Figuradamente, la referencia de uno puede coincidir con la de otros adjetivos no cuantificadores:

Los políticos son todos unos (= todos son iguales).

Dios es uno y trino.

Con entonación exclamativa y tonema de suspensión, uno se utiliza en enunciados de intención enfática o encarecedora:

¡Hace un viento!

¡Dice unas cosas!

La curva melódica y la suspensión sustituyen en tales casos al término que especificaría a los sustantivos provistos de uno, como al decir

Hace un viento insoportable,

Dice unas cosas divertidísimas,

expresiones en que desaparece todo énfasis ponderativo. De ahí el uso en construcciones “consecutivas”.»

[Alarcos Llorach, E.: Gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe, 1994, § 167-168]

El artículo indeterminado o indefinido se emplea con nombres contables o discontinuos. Los nombre no contables o continuos no admiten el artículo indefinido, a menos que puedan convertirse en nombres contables o discontinuos.

*Una plata.

Un hierro. / Un vino.

La forma pronominal uno no puede ser anafórica referida a nombres no contables:

*La plata es nuestra especialidad. ¡Llévese una!

Con los nombres no contables precedidos de un y acompañados de modificadores o complementos se impone la interpretación contable:

Una plata de una pureza notable.

Una arena finísima.

«El artículo indeterminado se emplea mucho delante de un nombre especificativo con un adjetivo o una expresión adjetival ponderativos:

Tiene una frescura inaudita.

Tiene un genio que no hay quien lo aguante.»

[M. Moliner: DUE, vol. 2, p. 1420]

Con entonación suspendida y exclamativa, el artículo indeterminado o indefinido se usa con valor enfático o encarecedor:

¡Dice unas cosas!

¡Cuenta unos chistes!

¡Tiene una casa!

¡Tiene una mujer despampanante!

Es todo un + sustantivo / es toda una + sustantivo: Todo un en sintagmas predicativos tiene un valor enfático. Indica que el elemento de una clase posee la propiedad característica en su valor más alto. La construcción es imposible en plural.

Es todo un amigo.

*Son todos unos amigos.

El artículo indefinido presenta valor enfático en expresiones coloquiales formadas con los verbos ser / estar + la preposición de en oraciones exclamativas con entonación suspendida, o en oraciones con un segundo término comparativo que ... A la preposición de le puede seguir un adjetivo sustantivado (terminado siempre en –o) o un sustantivo:

¡Es de un cursi ...!

¡Es de un subido ...!

Es de un primitivismo atávico que sonroja.

Es de un celoso que se lo pisa.

Es de un cachondeo refinado que no veas.

Es de un buenazo que no veas.

Es de un lento insoportable.

Por elisión del sustantivo cantidad, el artículo indeterminado una forma con lapreposición de una locución cuantitativa o intensificadora en oraciones exclamativas con entonación suspendida:

¡Dijo una de burradas...!

¡Cayó una de agua...!

¡Había una de gente ...!

¡Perdí una de dinero ...!

¡Sacan una de dinero de sus sueldos de concejales y parlamentarios!

El artículo indeterminado se emplea, a veces, para aludir enfáticamente a cualidades conocidas de la cosa o persona de que se trata:

Todo un tren fue necesario para transportar la carga.

Los del pueblo de al lado son unos cobardes.

Su antigua amiga era toda una mujer.

Unamuno fue todo un hombre.

El artículo indeterminado se emplea con nombres propios para dar a entender que se trata de individuos desconocidos:

Ganó la carrera un Victorino Gómez.

El artículo indeterminado se puede emplear con nombres propios con un modificador para resaltar alguna cualidad:

Acabamos de escuchar a un Pavarotti inspiradísimo.

Es una Marylin de pacotilla.

El autor no es un Cervantes, pero es un buen narrador.

El artículo indeterminado no puede coaparecer con ningún determinante definido, ni con los cuantificadores universales cada y cualquiera, ni con los numerales e indefinidos:

*El un amigo. / *Un el amigo.

*Cada un amigo. / *Un cada amigo.

*Cualquier un amigo. / *Un cualquier amigo.

*Un otro amigo.

Excepciones son un poco y un tanto:

Dame un poco de azúcar.

Es un tanto hostil.

El artículo indeterminado no puede preceder a

otro / otra

Ha llegado otra carta para ti.

medio / media

Tengo que trabajar media hora más al día.

semejante

¿Quién ha dicho semejante tontería?

cierto / cierta

con cierta ironía

tal

en tal situación

parte

gran parte de los estudiantes

cantidad

recibí gran cantidad de libros gratis

El artículo indeterminado no aparece ante sustantivos que forman el objeto directo del verbo tener e indican existencia o no existencia de algo:

Tiene novia.

No tiene amigos.

No tengo reloj.

¿Tienes coche?

Tampoco se emplea el artículo indeterminado ante el objeto directo de los verbos gastar, llevar, vestir:

Gasta barba.

Llega gafas.

Viste traje de noche.

Uso superfluo del artículo indeterminado

«Uso superfluo de un. Por influjo del inglés, se usa muchas veces sin necesidad el artículo un, sobre todo en títulos y subtítulos de libros:

Domingo Sarmiento: Prosa de ver y pensar. UNA selección de escritos literarios a cargo de E. Mallea.

Carlos Castilla del Pino: Un estudio sobre la depresión

[Seco, Manuel: Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 101998, p. 445]

Otros ejemplos de un/una superfluos:

“Fortia”, Un específico contra la anemia.

“Vidas errantes”, Una película de emoción, una intriga interesante, una realización espléndica.

Ejemplos sin artículo:

La infracción será sancionada con multa de 100 euros.

Está joven y bella cual estrella de Hollywood.

Como se ha visto en capítulo anterior.

Yo soy hermano de Matías.

Esta será la primera noche que pasará con mujer nueva.

A veces es superfluo el artículo indefinido delante de un complemento aposicional (ver aposición). Se trata de un anglicismo:

*Claudio Arrau, un pianista de fama, dio ayer un concierto en ...

(correcto: Claudio Arrau, pianista de fama, dio ayer un concierto en ...)

Tampoco debe aparecer el artículo indeterminado delante de un nombre de profesión en función de atributo en un predicado nominal, si no va acompañado de un adyacente:

*Claudio es un pianista.

(correcto: Claudio es pianista)

Pero es correcto:

Claudio es un buen pianista.

Manuel es un profesor de la Universidad.

Frases nominales exclamativas

«No todas las frases nominales expresan constantes que el hábito ha consagrado como verdades atemporales. En las oraciones

¡Un tirano, tu jefe!

¡Lástima que no lo haya sabido antes!

¡Qué pena que muriese tan joven!

observamos que la frase nominal puede ser portadora de una interpretación temporal deíctica, claramente relacionada con el hablante y con el tiempo de la enunciación.

La inserción del verbo copulativo arroja resultados poco satisfactorios, sobre todo si el sujeto es una proposición como ocurre en los casos siguientes:

*¡Qué pena es que muriese tan joven! (agramatical)

¡Qué pena que muriese tan joven! (gramatical)

*¡Es lástima que se marchara! (agramatical)

¡Es una lástima que se marchara! (gramatical)

*¡Es suerte que te lo dijo a tiempo! (agramatical)

¡Es una suerte que te lo dijo a tiempo! (gramatical) [...]

En frases nominales cuyo sujeto es una cláusula organizada alrededor de un verbo la ubicación temporal responde a factores gramaticales, en concreto a la correlación con el tiempo o modo del verbo de la cláusula incrustada de sujeto. En el ejemplo siguiente

¡Qué pena que lo hiciera!

el pasado hiciera presupone un presente o un pasado

Fue una pena que lo hiciera,

Es una pena que lo hiciera,

mientras que en

¡Qué locura que se atreva a hacerlo!

el valor temporal asociado a la cláusula nominal es presumiblemente un presente o un futuro

Es una locura que se atreva a hacerlo.

Será una locura que se atreva a hacerlo.

El predicado no verbal de las frases nominales exclamativas tiene unas características semánticas especiales. Pueden asumir esta función predicados nominales o adjetivos. En el caso de que se trate de un sustantivo, este debe aparecer obligatoriamente con un elemento cuantificador como el artículo un con valor enfático, el marcador exclamativo qué, u otros segmentos capaces de desencadenar una interpretación exclamativa (menudo, vaya, valiente, etc.):

¡Qué insensatez que lo hiciera!

¡Qué asco que lo hiciera!

¡Qué ilusión que lo hiciera!

¡Qué locura que lo hiciera!

¡Una verdadera mala suerte que todo acabara así!

¡Una verdadera vergüenza que todo acabara así!

¡Menuda desfachatez que no llegara a tiempo!

¡Menuda sorpresa que no llegara a tiempo!

En estos casos la presencia del elemento cuantificador es esencial para que todo el conjunto tenga valor exclamativo:

*¡Insensatez que lo hiciera!

*¡Asco que lo hiciera!

*¡Ilusión que lo hiciera!

*¡Locura que lo hiciera!

*¡Verdadera mala suerte que todo acabara así!

*¡Verdadera vergüenza que todo acabara así!

*¡Desfachatez que no llegara a tiempo!

*¡Sorpresa que no llegara a tiempo!

Ahora bien, algunos elementos nominales parecen poseer este valor de forma implícita, sin la necesidad de un elemento cuantificador. Se trata de sustantivos como pena, lástima, suerte.

¡Pena que todo haya salido así!

¡Lástima que él no esté hoy aquí!

¡Suerte que te lo dijo antes!

Pena, lástima, suerte, a diferencia de otros predicados exclamativos, pueden usarse de forma aislada como respuestas o constataciones:

-Esto acabará mal.

-Pena. / Lástima. / Suerte.

Pero

 -Esto acabará mal.

-*Insensatez. / *Locura. / *Sorpresa

[Hernanz Carbó, Ma Lluïsa: “La predicación: La predicación no copulativa. Las construcciones absolutas”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe. 1999, § 39.2.2]

NB.: El asterisco * significa que la secuencia que le sigue es agramatical.

Expresiones enfáticas con construcciones estimativas de la forma un ...

«Al sujeto se le atribuyen las propiedades comunes a todos los individuos del conjunto en calidad de ejemplar del conjunto. Pero un N puede ser también un atributo caracterizador de ‘cualidad’ cuando los individuos del conjunto al que refiere se determinan por ciertas características físicas, psíquicas o morales ‘marcadas’ (por anómalas); generalmente se trata de cualidades por defecto (negativas) o de cualidades positivas excepcionales. Así, son posibles –y muy frecuentes en el coloquio– oraciones como

Juan es {un viejo / un egoísta / un impostor / un ladrón / un tirano / un impertinente / un holgazán / un infeliz...},

pero también emitimos oraciones como

Pepe es {un valiente / un genio / un sabio / un afortunado / un superdotado /...}

(las posibilidades son más restringidas en este último caso).

Estas expresiones sirven para ilustrar el uso del llamado tradicionalmente UN ‘enfático’ con sustantivos o adjetivos sustantivos: la construcción estimativa de la forma un N es una expresión enfática, por razón de su carácter focal y de su estricta vinculación al acto de enunciación. Se trata de una construcción atributiva por la que se pondera –casi siempre en sentido negativo– una cualidad o conjunto de cualidades del sujeto, distinguiéndolo como ejemplar representativo de una clase ‘marcada’ de individuos.

El atributo valorativo de la forma un N se aplica generalmente a seres humanos; tiene que ver con estereotipos socio-culturalmente definidos (su producción está condicionada a las categorías por las que los individuos humanos son valorados en las distintas comunidades). Son expresiones propiamente valorativas, a tal efecto, los ‘nombres de cualidad’ habitualmente empleados a modo de imprecaciones, insultos o alabanzas:

un desastre, una ruina, un diablo, un monstruo, una calamidad, un portento, un encanto, una gloria...

(es patente el sentido figurado que adquieren tales sustantivos como expresiones estimativas). Otros sustantivos –adjetivos sustantivados, o en función sustantiva, para algunos gramáticos– adecuados al respecto son los que denotan cualidades relativas al modo de ser o de comportarse el sujeto:

egoísta, mentiroso, ingenuo, antipático, estúpido, insolente, anormal...

Con menor frecuencia, pueden aparecer en la construcción estimativa con un los adjetivos léxicamente recategorizados como sustantivos que denotan características físicas por defecto:

un ciego, un bizco, un cojo, un inválido, un manco, un gordo, un loco, un sordo, un ignorante...(cf.: *un bajo, *un delgado, *un guapo, *un cuerdo...);

de hecho, las cualidades positivas –que el hablante estima, de algún modo, ‘marcadas’– son enfatizadas mediante procedimientos de sufijación apreciativa, con claro matiz peyorativo o despectivo, sobre adjetivos o sustantivos:

un buenazo

un guaperas

un grandullón

un rubiales

un sabiondo...

Los adjetivos ‘clasificadores’ o relacionales en uso sustantivo, así como los sustantivos de clases relativas a actitud o ideología política, religiosa, científica, artística o literaria, etc., que, en sí mismos, por su significado denotativo, no son valorativos, adquieren con UN ‘enfático’ cierta ‘coloración’ negativa:

Pedro es {socialista/un socialista}

Ana es {feminista/una feminista}

Luis es {budista/un budista}

Julián es {idealista/un idealista}

Carmen es {aristócrata/una aristócrata};...

Mayor resistencia a la construcción ofrecen los sustantivos de profesión, cargo, oficio y categorías similares, pero obtienen perfectamente rendimiento de atributos infravalorativos mediante sufijos adecuados

un abogaducho

una modistilla

una maestrilla.

Otros sustantivos que contienen, en su intensión, propiedades relativas a algún tipo de carencia, son susceptibles de aparecer en la construcción estimativa con UN:

un pobre

un viudo

un adolescente

(no utilizamos como expresiones enfáticas

un rico

un casado

un soltero

un adulto...,

sino:

un ricachón

un solterón...).

Ocasionalmente, el énfasis comporta traslación de sentido; así, en

María es una niña,

el SN poscopular puede ser un atributo valorativo, referido al carácter infantil de María. Singularmente expresiva es la construcción con todo, que, a modo de refuerzo intensivo, añade cierta dosis de ironía:

Es todo un hombre;

Pedro es todo un doctor.

Por otra parte, la presencia de un adjetivo calificativo valorativo en un sintagma nominal introducido por un favorece exclusivamente la lectura de atributo de valoración:

María es una buena enfermera;

Pedro es un {perfecto/verdadero/auténtico} caballero...»

[Fernández Leborans, Ma Jesús: “La predicación: oraciones copulativas”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 37.2.2.4]

Categoría gramatical de uno(s)

La RAE distingue «entre uno, pronombre indefinido o artículo indeterminado, frente a uno, numeral cardinal. En la forma plural unos, unas es exclusivamente indefinido, excepto cuando es nombre sustantivo (como apelativo de cosas de la que existen varios ejemplares).»

Para Emilio Alarcos:

«El numeral uno se emplea también como cuantificador impreciso. La distinción tradicional entre uno numeral, uno pronombre indefinido y un, una, unos, unas como artículo indeterminado carece de justificación. Su comportamiento funcional es unitario y la referencia que efectúan análoga. No puede ser artículo por cuanto este (el, la, etc.) carece de acento y no es palabra independiente. Separar, de otra parte, el sentido numeral respecto del indefinido es innecesario, ya que de todas las maneras se trata de un cuantificador.» [Alarcos Llorach, Emilio: Gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1994, § 167]

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