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Epigramas (comp.) Justo Fernández López Lengua española
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epigramas
Epigrama: Composición poética muy breve que expresa un solo pensamiento ingenioso o satírico con gran precisión y agudeza. el epigrama se usa tanto para mostrar defectos ajenos como para expresar elogios
Préstamo (s. XVI) del latín epigramma 'inscripción', 'pequeña composición en verso' y este del griego epígramma, derivado de epigráphein 'inscribir' y este de gráphein 'escribir'. De la familia etimológica de gráfico.
¿Por qué contra un mentís luego
una bofetada alargo?
Porque son los cinco dedos
lo que tengo más a mano.
●
Del dolor todo el rigor
muere con la muerte fuerte.
Luego la muerte es mejor,
porque el dolor de la muerte
es la muerte del dolor.
●
Alábasme de ingenioso;
pero yo, en igual aprecio,
que no te alabe es forzoso,
porque así, haciéndome necio,
te hiciera a ti mentiroso.
[Francisco de la Torre (1534-1594)]
A UNA PASTORA
Si vais a ver el ganado,
muy lejos estáis de verme,
pues, en haberos mirado
no supe sino perderme.
Si vais a ver el perdido,
tampoco me ved a mí,
pues desde que me perdí,
por ganado me he tenido.
Y si al perdido y ganado
vais a ver, bien podéis verme,
pues en haberos mirado
supe ganarme y perderme.
[Juan Rufo (1547-1620)]
Vuestra dentadura poca
dice vuestra mucha edad,
y es la primer verdad
que se ha visto en vuestra boca.
●
Belisa a cinco
gorriones, y a cuatro dellos
antes con sus ojos bellos
que con el tiro mató.
El otro solo quedó,
y luego se fue al desierto,
y sobre un peñasco yerto
escribió el pico dorado:
¡Aquí ya un desdichado
que murió de no haber muerto!
[Juan Salinas de Castro (1559-1642)]
Hundí, rompí, derribé,
rajé, deshice, vendí,
desafié, desmentí,
vencí, acuchillé, maté.
Fui tan bravo que me alabo
en la misma sepultura;
matóme una calentura.
¿Cuál de los dos es más bravo?
●
Un jugador que solía,
de lenguas, que no de manos,
ser tahúr de cuentos vanos
y hablar sin otrografía,
muerto de hablar, no cansado,
yace en este espacio breve,
séale la tierra leve,
aunque él fue a todos pesado.
●
Mil cosas, señor, están
escondidas, que saldrán
descubiertas algún día.
El vivir de engaños llenos
los reyes, causa también
que todo lo que no ven
lo ven con ojos ajenos.
De aquí viene no poder
remedial el porvenir,
porque ven por el oír,
oyendo lo que han de ver.
[Lope Félix de Vega y Carpio (1562-1635)]
¿Qué importa al recato vuesto
que cerréis, señora mía,
la puerta al Ave María,
si la abrís al Padre nuestro?
●
A su mujer, ofendido,
cabra un marido llamó;
y ella se desagravió
con llamarle su marido.
[Gabriel del Corral (1588-1625)]
Juan a comer convidó
a Pedro, que fue en ayunas,
y poniéndole aceitunas,
al principio, lo admiró.
Y dijo: "En mi tierra vi
que estas siempre postres fueron."
Juan respondió: "Y no mintieron,
que también lo son aquí."
[Miguel Moreno (1596-1655)]
El marqués y su mujer
contentos quedan los dos.
Ella se fue a ver a Dios,
y a él le vino Dios a ver.
[Álvaro Cubillo de Aragón (1596-1661)]
Cristóbal Santo, una duda
me tiene con grande asombro,
viéndoos el mundo al hombro,
que de verlo un hombre suda.
Aquesta mi duda es:
decid, santo rubicundo,
si lleváis al hombro el mundo,
¿en dónde ponéis los pies?
[Salvador Jacinto Polo de Medina (1607-1658)]
De frailes acompañado
pasaba un entierro un día,
y uno, a quien le parecía
el entierro autorizado,
a un fraile, con inquietud:
"¿Quién ha muerto?", preguntó.
Y el fraile le respondió:
"El que va en el ataúd".
[Agustín Moreto y Cabaña (1618-1669)]
El señor don Juan de Robres,
con caridad sin igual
hizo este santo hospital
y también hizo los pobres.
●
Aba piadosa labró
para los pobres vivienda;
a muchos, de toda hacienda
su marido despojó.
Quisiera saber quién vio
matrimonio que haya sido
más conforme, más unido.
¡Qué acción de dos tan igual!
Ana hizo el hospital
y los pobres, su marido.
●
Ya tenemos una bula
que comer carne concede.
Así tuviéramos otra
que mandara que la hubiese.
[Juan de Iriarte (1702-1771)]
De lo imposible Santa Rita
es abogada; y Filena
con devoción muy contrita
reza a la santa bendida
a fin de que la haga buena.
●
La calabera de un burro
miraba el doctor Pandolfo,
y enternecido decía:
"¡Válgame Dios, lo que somos!"
●
Ayer convidé a Torcuato:
comió sopas y puchero,
media pierna de cornero,
dos gazapillos y un pato.
Doyle vino, y respondió:
"Tomadlo, por vuestra vida,
que hasta mitad de comida
no acostumbro a beber yo."
●
Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés:
"Arte diabólica es
–dijo, torciendo el mostacho–,
que para hablar el gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo, y lo habla mal,
y aquí lo parla un muchacho."
[Nicolás Fernández de Moratín (1737-1780)]
En la cabeza le dio
un palo Juan a Ginés:
¿y rompiósela? Al revés:
el palo se la rompió.
Ginés era aragonés.
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El que aquí está sepultado,
porque no logró casarse
murió, de pena acabado;
otros mueren de acordarse
de que ya los han casado.
●
Solo murió de constante
la que está bajo esta losa;
acércate, caminante,
pues no murió tal amante
de enfermedad contagiosa.
[José Cadalso y Vázquez de Andrade (1741-1782)]
Pregúntame un amigo,
cómo se habrá de hoy más con las mujeres;
y yo a secas le digo:
"Que (bien que en esto hay varios pareceres)
ninguno que llegare a conocellas,
podrá vivir con ellas, ni sin ellas."
[Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811)]
De toda la vida mía
los agüeros más siniestros
fueron el tener maestros
de quien el buen gusto huía.
Y si bien de ellos me río,
si yo llego a tener fama,
veréis cómo alguno exclama:
"Ese es discípulo mío."
●
Hablando de cierta historia,
a un necio se preguntó:
"¿Te acuerdas tú?", y respondió:
"Esperen que haga memoria."
Mi Inés, viendo su idiotismo,
dijo risueña al momento:
"Haz también entendimiento,
que te costará lo mismo."
●
Contándome ayer Lucía
el cuento de los compadres,
que oyó a Blas, cuando sus padres
fueron a una romería,
muchas veces lo empezóm
rió y volvió a proseguir,
y en comenzarle y reír
la tarde se nos pasó.
[José Iglesias de la Casa (1748-1791)]
Cierto escritor de sainetes
dice que hace lo que sabe,
y autores hay que aseguran
que no sabe lo que hace.
●
–He reñido a un hostelero.
–¿Por qué? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo?
–Porque donde, cuando como,
sirven, me desespero.
[Tomás de Iriarte (1750-1791)]
Con Juan hablé mal de Pablo,
con este hablé mal de Juan:
sábenlo, y conmigo están
por esto dados al diablo.
Con gusto Pablo me oía,
con gusto Juan me escuchaba,
y uno y otro me incitaba;
¿en qué, pues, los ofendía?
●
A un muchacho que ignoraba
a quién por padre tenía,
y que piedras cierto día
a muchos hombres tiraba,
uno le dijo: "No quieras
tan malvado, niño, ser,
porque puede suceder
que a tu padre entre ellos hieras."
[Juan Pablo Forner (1756-1797)]
En un cartelón leí
que tu obrilla baladí,
la vende Navamorcuende...
No ha de decir que la vende,
sino que la tiene allí.
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Tu crítica majadera
de las obras que escribí,
Pedancio, poco me altera;
más pesadumbre tuviera
si te gustaran a ti.
[Leandro Fernández de Moratín (1760-1828)]
"¡Hasta chismosa has de ser!
¡Hasta de vergüenza poca!
¡Hasta presumida y loca!",
dijo Fabio a su mujer.
"¡Jesús, qué mal humor gastas!
–respondió ella con viveza–;
yo no sé como hay cabeza
que pueda aguantar tus astas."
[Juan Bautista Arriaza (1770-1837)]
A la puerta de Tomasa
vino un galán a llamar,
muy ajeno de pensar
que estaba el marido en casa.
Éste a responder sal´´ia,
cuando ella en el pasamano
gritó: "¡Dios le ampare, hermano;
ya se lo daré otro día!"
[José Somoza y Muñoz (1781-1852)]
Eres oprobio del arte,
y sordo, que es lo peor.
Ni aun tiene el espectador
el consuelo de silbarte.
[Manuel Bretón de los Herreros (1796-1873)]
Retratábase Narcisa,
y así hablaba al pintor:
"Ponedme hermoso color,
blanca tez, boca de risa,
los ojos negros... ¿A ver?
¿De veras así soy yo?"
Y el pintor le dijo: "No;
así es como queréis ser."
[Ramón de Mesoreno Romanos (1803-1882)]
Dentro está de este recinto
un tirador de escopeta
que jamás infringió el quinto.
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"Un doctor ronda tu puerta
y un escriban te adora",
le dijo a una labradora
otro también de la huerta.
"No es extraño, majadero
–contestó con gracia suma–,
que toda gente de pluma
venga en busca de tintero."
[José Bernat y Baldovi (1810-1864)]
Nada pido, dices luego
con tu boca viperina.
¿Nada pides, Joaquina?
Pues, mujer, ¡nada te niego!
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Las ligas quiso a Pilar
quitarle don Baltasar,
y ella tal audacia al ver
no se las dejó quitar...,
mas se las dejó poner.
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Una casada sencilla
de la cama se salió,
y a su marido gritó:
"¿Qué va a que usted no me pilla?"
El maridote, hombre brusco,
estornudó, dio una vuelta,
y exclamó con voz resuelta:
"¿Qué va a que yo no te busco?"
[Miguel Agustín Príncipe (1811-1866)]
Al dar en la cama un beso
dijo un ciego a su mujer:
"¡Chica! ¿Te das colorete?"
Y besaba la pared.
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"Aquí los restos están
de la casta doña Bruna",
decía cierto letrero
a la puerta de la Inclusa.
Y, oyendo yo un batallón
de chicos, metiendo bulla,
dije: "Si estos son los restos,
¿cuál será toda la suma?"
●
Sin cuidar cierto gorrero
de orto´gráficos aliños,
plantó el siguiente letrero:
"Aquí hay gorros para niños
hechos con gusto y esmero".
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Viendo un entierro el caribe
de un centinela inexperto,
gritó a lo lejos: "¿Quién vive?"
Y contestaron: "Un muerto."
●
La lengua inglesa intentó
aprender don Juan de Lara,
y al que antes se la enseñara
dos mil duros le ofreció.
Agarró un inglés lapresa,
y dijo a Lara el muy soca:
"Ahí tenéis." Abrió la boca
y enseñó la lengua inglesa.
[Juan Martínez Villergas (1817-1894)]
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