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DISLOCACIÓN TEMPORAL

(comp.) Justo Fernández López

Diccionario de lingüística español y alemán

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Vgl.:

Dislocación / Modalität / Modus / Modus und Modalität 

«Es necesario diferenciar, para todas las formas verbales, entre un ‘valor recto’ y unos valores ‘dislocados’ o ‘desplazados’, que aparecen sistemáticamente como consecuencia de la expresión de un valor temporal distinto del recto.

La ‘dislocación temporal’ de las formas verbales es el mecanismo mediante el cual, por ejemplo, las formas que, empleadas conforma a sus valores temporales rectos, expresan alguna relación básica que incluye un vector de posterioridad adquieren, cuando son empleadas para expresar simultaneidad, un valor adicional de incertidumbre que no poseían inicialmente, como muestran los ejemplos

a. En este momento son las diez.

b. Dentro de un rato serán las diez.

c. Serán las diez (en este momento).

a. En aquel momento tenía treinta años.

b. Me dijo que cumpliría treinta años al día siguiente-

c. En aquel momento tendría treinta años.

Los ejemplos (a) y (b) muestran los valores rectos de las formas utilizadas. Los de (a) expresan simultaneidad a, respectivamente, el origen y una referencia anterior al origen. Los de (b), posterioridad a estos mismos puntos, Los de (c) muestran los mismos valores temporales que aparecen en (a), pero utilizan las formas de (b) y, como consecuencia de este desajuste entre el valor central y la relación temporal expresada, aparece un valor modal adicional de probabilidad que no aparece en los ejemplos (a) ni en los ejemplos (b). La adquisición de un valor modal de incertidumbre por parte de formas en cuyo valor recto interviene un vector de posterioridad constituye un primer caso general de dislocación que tenemos que señalar en el sistema verbal español. Como consecuencia de dicha dislocación, una secuencia como Serán las diez resulta ambigua fuera de contexto entre la expresión de la posterioridad al origen sin valor modal distinto del que le corresponde como forma indicativa y la expresión de la simultaneidad al origen acompañada del valor modal de incertidumbre.

Un segundo caso general de dislocación afecta a determinadas formas verbales en cuyo valor recto interviene algún vector de anterioridad. Utilizadas conforma a dicho valor, lo normal es que formas como cantaría y cantaba, en el indicativo, o cantara ~ cantase, en el subjuntivo, no añadan ningún contenido modal especial al que les corresponde de acuerdo con su condición indicativa o subjuntiva, tal como sucede en los ejemplos

a.    La radio anunció que llovería.

b.    Entonces me comunicaron que tu primo vivía en el campo.

c.     No creí que estuvieras ~ estuvieses tan enfadada.

En (a) llovería expresa una relación temporal de ‘pos-pretérito’, esto es, posterioridad directa a anunció, que a su vez expresa anterioridad al origen, mientras en los otros dos ejemplos las formas subordinadas estaba y estuvieras ~ estuvieses orientan temporalmente el proceso representado como simultáneo desde la referencia en que se ha constituido el verbo principal, por lo que en ambos casos nos hallamos ante la relación temporal de co-pretérito. [...]

En español, pues, existen determinadas formas verbales que pueden expresar, por un lado, contenidos temporales en que interviene la anterioridad y, por otro, contenidos modales relacionados con la irrealidad o el alejamiento en general. Esta doble posibilidad modo-temporal de significación ha sido defendida como fenómeno universal por Vairel (1979) y James (1982).

Es importante entender que las formas verbales empleadas conforme a sus usos ‘dislocados’ no pierden su condición modal de indicativas o subjuntivas por el hecho de añadir a su significado algún nuevo contenido de índole modal. En un contexto donde es exigida la aparición del indicativo, por ejemplo, tras afirmar que, es posible el establecimiento de oposiciones de base modal fundadas en todos los rasgos obtenidos mediante dislocación:

Afirmo que en estos momentos tu primo {está/estará [= probablemente está]/estaría [= no está]} encantado en la playa.

Y lo mismo sucede en contextos que exigen la aparición del subjuntivo, por ejemplo, tras dudar que, con la única particularidad de que las formas subjuntivas, por no poder expresar ninguna de ellas contenidos temporales específicos en que intervenga distintivamente un vector de posterioridad, solo admiten el segundo de los dos casos de dislocación a que hemos hecho referencia:

Duco que en estos momentos tu primo {esté/estuviera ~ estuviese [= no está]} encantado en la playa.

No resulta justificado, por tanto, separar cantaré o cantaría del indicativo (ni cantara ~ cantase del subjuntivo) por el hecho de que puedan expresar los contenidos modales resultantes de alguna dislocación, ni siquiera teniendo en cuenta que los usos dislocados de algunas formas son más frecuentes en el discurso que sus usos rectos. Los contenidos modales obtenidos por dislocación funcional independientemente de aquellos en que se fundamente la oposición ‘indicativo/subjuntivo’ y resultan combinables con ellos. Por otro lado, un hecho que debe ser destacado es que la dislocación constituye un fenómeno sistemático que afecta a conjuntos de unidades verbales que presentan algún rasgo común en sus valores temporales. No se trata, pues, de enumerar usos diversos para formas verbales inconexas, sino de reconocer y explicar un mecanismo que en el interior del sistema verbal interrelaciona ciertos rasgos de contenido temporal y ciertos rasgos de contenido modal, posibilitando que determinadas formas verbales puedan expresar más de una combinación modo-temporal de contenidos gramaticales, lo que supone una innegable economía para el sistema que, de otra manera, necesitaría de una mayor (y, en consecuencia, más difícilmente tolerable) pluralidad de formas verbales para poder expresar el mismo número de unidades de contenido.»

[Rojo, Guillermo / Veiga, Alexandre: “El tiempo verbal. Los tiempos simples”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 44.2.3]

«Al lado de los usos temporales rectos, es preciso tener en cuenta la posibilidad de que determinadas formas verbales (no todas) puedan presentar además unos empleos temporales dislocados, cuya característica es una alteración en el significado temporal expresado por cada forma respecto del que constituye su uso recto, con la consecuencia de que el cambio de contenido temporal viene acompañado también de un cambio en el contenido modal determinado por la adición al valor indicativo o subjuntivo de algún nuevo matiz modal ajeno a la base nocional en que se funda la oposición entre los dos modos señalados.»

[Rojo, Guillermo / Veiga, Alexandre: “El tiempo verbal. Los tiempos simples”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 44.3.3]

«Como indica Rojo (1974), también las formas que significan posterioridad, si son empleadas en una relación de simultaneidad a la referencia, llegan a modificar su asertividad: Ahora serán las diez.

Han sido muchos los lingüistas que, desde direcciones teóricas muy diferentes, han descrito y han pretendido explicar tales procesos. Unas veces como resultado de efectos relacionados con la metáfora (Weinrich, 1968, cap. 5.0, Lyons, 1977:2, 790 y sigs.), otras como un mecanismo gramatical (Rojo, 1974). Este último autor propone la existencia de un mecanismo propio del verbo español que denomina “dislocación”. La dislocación temporal consiste en la utilización de una forma verbal para expresar una relación temporal diferente a la que corresponde a su valor básico. Si, como en el ejemplo arriba citado, se produce la dislocación de una forma de posterioridad en una relación de simultaneidad, resulta el sentido de probabilidad. EL otro tipo de dislocación –que correspondería al fenómeno que advierte Klein Andreu– consiste en anular el significado de anterioridad y, en este caso, el resultado es la disminución de la realidad (Rojo, 1974; Royo y Montero Cartelle, 1983:42-3).

Como la dislocación está siempre condicionada por el funcionamiento de una forma verbal en un determinado entorno contextual o pragmático, no es imposible plantearle como un proceso de supresión (o de adición) sintagmática de algún rasgo semántico como consecuencia de su aparición en ese entorno. Por ejemplo, si aceptamos que el futuro (amaré) suma un contenido de probabilidad y otro de tiempo posterior al origen, suspendiendo este último rasgo en un contexto de simultaneidad, quedaría solo el primero.»

[Bosque, Ignacio (Hsg.): Indicativo y subjuntivo. Madrid: Taurus, 1990, p. 455 n. 1]

«Dislocación.

1.    El término ‘dislocación’, procedente de los estudios lingüísticos en lengua inglesa, hace referencia a la colocación de constituyentes en la periferia del núcleo oracional, bien sea en posición inicial (“Ese cuadro, ¿cuándo lo has comprado?”), bien sea al final del enunciado: “Realmente no lo aguanto, a tu hermano”; de ahí la diferencia que suele establecerse entre dislocación a la izquierda (“Ese cuadro, ¿cuándo lo has comprado?”) y dislocación a la derecha (“Realmente no lo aguanto, a tu hermano”). Cf extrapolación, tematización, topicalización, apéndice.

2.    También se da el nombre de ‘dislocación’ a la modificación de los valores temporales básicos de las formas verbales que se manifiesta en los denominados usos dislocados de los tiempos. Por ejemplo, según Porto Dapena (1989: 40), en “El martes salgo rumbo a América” se produce un caso de ‘dislocación’ en el uso del presente salgo, puesto que, en realidad, alude a un acontecimiento futuro, aún no realizado. Cf avance.»

[Alcaraz Varó, Enrique / Martínez Linares, María Antonia: Diccionario de lingüística moderna. Barcelona: Editorial Ariel, 1997, p. 180]

«Uso dislocado de los tiempos verbales:

Se denomina ‘uso dislocado’ de una forma verbal al empleo de dicha forma con un valor semántico no acorde con el significado temporal básico que tiene asignado en el sistema verbal. De conformidad con Rojo (1974), por ejemplo, los sentidos que aportan las formas verbales destacadas en los siguientes enunciados

Aunque lo niegue, Ana Isabel tendrá ya cuarenta años.

Son las diez, el partido ya habrá terminado.

corresponden a ‘usos dislocados’ de los futuros tendrá y habrá terminado. Tendrá, según su uso no dislocado o básico, sitúa un evento en un espacio temporal posterior al momento del habla:

Ana Isabel tendrá cuarenta años en el año dos mil.

La semana próxima tendrá Vd. terminadas las puertas.

En cambio, en

Aunque lo niegue, Ana Isabel tendrá ya cuarenta años.

no se manifiesta ese valor básico; lo denotado por el predicado se presenta como simultáneo al instante de la enunciación, con un matiz añadido de probabilidad (valor modal, no temporal) que no estaría expresado si se hubiera utilizado el presente, el tiempo indicativo de la simultaneidad:

Ana Isabel ya tiene cuarenta años.

Simultaneidad y probabilidad son, pues, valores asociados a un ‘uso dislocado’ del futuro tendrá, en cuanto que no se corresponden con su significado temporal básico: posterioridad. En

Son las diez, el partido ya habrá terminado.

el futuro perfecto habrá terminado sitúa el evento a que hace referencia en un espacio temporal anterior al momento de la enunciación, añadiendo, además, ese valor modal “probabilidad” que estaría ausente en

El partido ya ha terminado.

También es, por tanto, un ‘uso dislocado’, dado que ambos valores, “anterioridad al momento del habla”, “probabilidad”, no reflejan el significado temporal básico que tiene asignado en el sistema verbal habrá terminado: situar el evento designado por el verbo en un tiempo anterior a otro momento o a otro evento futuro con respecto al instante de la enunciación:

Cuando llegue Juan a la taquilla el partido ya habrá terminado.»

[Alcaraz Varó, Enrique / Martínez Linares, María Antonia: Diccionario de lingüística moderna. Barcelona: Editorial Ariel, 1997, p. 580]

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