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KOLLOKATION Colocación

(comp.) Justo Fernández López

Diccionario de lingüística español y alemán

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Vgl.:

Isotopie / Bestimmungsrelation / Lexikalische Solidaritäten / Redewendungen

«Kollokation

Der Terminus ist vor allem von M. A. K. Halliday verbreitet worden. Er meint im Wesentlichen die Kombinierbarkeit von Wörtern. Welche Wörter können mit welchen anderen Wörtern zusammenstehen? Nach B. Carstensen werden die Wörterbücher der Zukunft auf solchen Prinzipien neu aufgebaut werden müssen. Hier wären vor allem die Primär-Assoziationen zu erfassen: Jedes Wort hat ein assoziatives Umfeld. Das Wort /Biene/ läßt an /Honig/ oder an das Verb /summen/ denken usw. Kollokationen + Frequenz sind Kriterien, nach denen in der fremdsprachlichen Didaktik der Wortschatz aufgebaut werden sollte.»

[Heupel, Carl: Taschenbuch der Linguistik. München: Paul List, 1973, S. 116-117]

«Kollokation

[lat. collocatio ‘Anordnung’ – Auch: Distribution, Konkomitanz, Kookurrenz, Kompatibilität, Selektion]

(1) Von J. R. Firth im Rahmen seiner Bedeutungstheorie eingeführter Terminus für charakteristische, häufig auftretende Wortverbindungen, deren Miteinandervorkommen auf einer Regelhaftigkeit gegenseitiger Erwartbarkeit beruht, also primär semantisch (nicht grammatisch) begründet ist: Hund : bellen, dunkel : Nacht. Diese Auffassung der Kollokation berührt sich mit den Wesenhaften Bedeutungsbeziehungen von W. Porzig ebenso wie mit E. Coserius Lexikalischen Solidaritäten.

(2) I. w. S.: Synonyme Verwendung für syntaktisch-semantische Verträglichkeitsbedingungen.» [Bußmann, H., S. 391]

"Kollokation

Besondere Art des Syntagmas; Wortkombination, bei der eine Komponente durch die andere semantisch spezifiziert wird; dadurch realisiert sich eine oder mehrere, aber niemals alle potentiellen Bedeutungen der einen Komponente (etwa: reißender Strom – elektrischer Strom) (Joos). (Helbig 1969b: 11)"  

[Abraham, Werner: Terminologie zur neueren Linguistik. Tübingen: Niemeyer, 1988, S. 361]

"Kollokation

Kollokation bedeutet das Zusammen-stehen-können von Wörtern. Der Stein fällt ist ein semantisch, also inhaltlich, richtiger Satz. Bei Der Stein schwebt ist keine Kollokation gegeben, denn die Kombination von Stein und schwebt ist zwar grammatikalisch, nicht aber inhaltlich richtig. Stein und schwebt enthalten keine gemeinsamen Seme."

[Daheim, C./Feld, S./Heising, A./Pflugmacher, T.: Alles, was Sie schon immer über Sprache wissen wollten, aber nie zu fragen wagtenScript zum Grundkurs Linguistik. Universität Gesamthochschule Essen, General and Theoretical Paper No. 488, Essen: LAUD 2000, S. 79]

«Lexikalische Solidaritäten [frz. solidarité ‘Übereinstimmung’]. Terminus von E. Coseriu zur Bezeichnung syntagmatischer Bedeutungsbeziehungen zwischen sprachlichen Elementen im Unterschied zu reinen Gebrauchsbeschränkungen wie bei Vorschub leisten. Die Untersuchung inhaltlicher Beziehungen in syntagmatischen Konstruktionen geht auf W. Porzig [1934] zurück, der diese Relationen als Wesenhafte Bedeutungsbeziehungen beschrieben hat. Bei L. S. handelt es sich um gerichtete (»orientierte«) semantische Beziehungen zwischen einem determinierenden (z.B. blond) und einem determinierten Lexem (z.B. Haar). In Abhängigkeit von dem semantischen Status des determinierenden Elements unterscheidet Coseriu zwischen drei Typen von L. S. So funktioniert die Inhaltsbestimmung des determinierten Lexems durch das determinierende Lexem

(a)  bei Affinität durch ein klassenbildendes Merkmal (Klassem), z.B. [TIERISCH] bei den Verben fressen, saufen;

(b)  bei Selektion durch ein übergreifendes Merkmal (Archilexem), z.B. [FAHREN] bei Schiff im Kontext von Zug, Wagen, Boot, Bus;

(c)  bei Implikation durch das ganze Lexem als solches: falb ist (im nicht übertragenen Sinn) eingeschränkt auf Pferd, d. h. es impliziert Pferd als determiniertes Lexem. Vgl. Bestimmungsrelation.» [Bußmann, H., S. 451]

«Colocación (del ingl. collocation)

Para J. R. Firth, tipo de significado lexemático situado entre el derivado de la situación contextual y el derivado de la gramática que se funda en la coaparición del lexema respectivo junto con otros en textos normales; por ejemplo, la palabra noche tienen a coaparecer con la palabra oscuridad, y ésta con aquélla.» [Diccionario de lingüística, ANAYA]

«Colocación

1.       En la tradición semántica inglesa (Halliday, 1973: 32) se emplea el término ‘colocación’ para aludir a la concurrencia, o tendencia que tienen nombres y verbos, y determinados nombres y adjetivos a “co-aparercer” en construcciones sintáctivas, como ladras y perro, relinchar y caballo, talar y árbol, etc. Estas estructuras forman conjuntos de palabras, que Halliday llamó conjuntos léxicos.

2.      Por extensión también se llama ‘colocación’ en morfología a la distribución de palabras que tienen algún morfema común con independencia de la clase a la que pertenezcan, como recibir, recepción, receptor, etc.»

[Alcaraz Varó, Enrique / Martínez Linares, María Antonia: Diccionario de lingüística moderna. Barcelona: Editorial Ariel, 1997, p. 117-118]

«Entendemos por ‘colocaciones’, con Corpas (1996), las combinaciones de palabras frecuentes en el uso, pero claramente composicionales y por tanto no lexicalizadas (desatarse una polémica, desempeñar un papel, importancia capital, rechazar categóricamente, profundamente dormido). Las formas que reciben están etiquetadas, o al menos las más características, son sencillamente clichés verbales; de ahí que Corpas (1996: 50-53) les atribuya como rasgo característico el pertenecer, no al ‘sistema’ de la lengua, sino a la ‘norma’. Ello equivale a decir que sus reglas de formación no son peculiares y que su significado es predecible a partir del de sus componentes. Ateniéndonos a esto, optamos por no ocuparnos de ellas como categoría específica en este capítulo. No obstante, debemos consignar dos observaciones. En primer lugar, no todas las formas complejas que se clasifican en la bibliografía como colocaciones lo son, en nuestro sentido restringido. Así, Corpas (1996: 74) incluye entre ellas banco de peces o diente de ajo, formas estrictamente denominativas e insustituibles que, o bien se tratan como no composicionales, o bien se han de vincular a una acepción especial de las palabras polisémicas banco y diente; en ambos casos, el diccionario de la lengua debe sin falta recogerlas. En segundo lugar, la atención a estas formas suele revelar insuficiencias en las definiciones de nuestros repertorios léxicos. Así, es posible afirmar, ordenar y rechazar algo tajantemente; pero no admitir o pedir tajantemente nada (aunque sí tal vez de forma tajante), aun cuando en todos estos casos se pueda pronunciar uno de modo “terminante, concluyente, contundente” (DRAE) o “que no admite réplica, discusión o términos medios” (Diccionario Clave). Más allá de los ejemplos concretos (y siempre en alguna medida discutibles), esto apunta a ciertas exigencias de generalidad y rigor en la descripción.

Hay que decir que la clasificación de Corpas incluye, en la línea de Zuluaga (1980), una tercera categoría, la de los ‘elementos fraseológicos’, que según Corpas pertenecen al ‘habla’. Se trata siempre de enunciados “completos en sí mismos” (Corpas 1996: 132), que se dividen a su vez en ‘paremias’ (como Los duelos con pan son menos) y ‘fórmulas rutinarias’. Los casos claros del primer grupo (refranes y similares) no tienen a nuestro juicio ninguna característica gramatical distintiva. Son ciertamente parte del acervo de la lengua, en cierto sentido, si bien no más que, por ejemplo, las citas literarias u otras, de conocimiento común: Se hace camino al andar, Trátale con cariño que es mi persona y quien sabe qué mañana. No estimamos preciso hacer de ello consideración aquí. En cuanto a las fórmulas rutinarias, son “fórmulas de la interacción social habituales y estereotipadas que cumplen funciones específicas en situaciones predecibles y, hasta cierto punto, ritualizadas” (Corpas 1996: 171). Esta “dependencia situacional” se da en fórmulas de cortesía (Buenas tardes), de dirección de discurso (Usted dirá), de expresión del hablante (¡Habrase visto!) y tal vez de otros tipos. Pero ni dicha dependencia ni su carácter de enunciado completo las distinguen de diversas palabras individuales (Hola, adelante o las interjecciones expresivas), ni, por otra parte, muestran otros rasgos exclusivos que no se den en locuciones o colocaciones, según el caso. Por ello nos inclinamos por considerarlas, a efectos gramaticales, dentro de uno u otro de estos últimos grupos, con independencia de que susciten consideraciones pragmáticas y sociolingüísticas peculiares.»

[Piera, Carlos / Varela, Soledad: “Relaciones entre morfología y sintaxis”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe. 1999, vol. 3, § 67.3.1.3, p. 4412-4413 ss.]

«Solidaridad léxica

Coaparición frecuente de determinadas piezas léxicas como resultado de sus propiedades de selección semántica, v.g.,

sabia decisión,

importancia capital,

atravesar una crisis,

celebrar un cumpleaños.

Las solidaridades léxicas se diferencian de las frases hechas en que son combinaciones lexicalizadas.»

[Eguren, Luis / Fernández Soriano, Olga: La terminología gramatical. Madrid: Gredos, 2006, p. 98]

«Frase hecha – Expresión fraseológica o idiomática – Modismo

Modismo: Expresión lingüística compleja que presenta un alto grado de fijación en su forma y en su significado. Ejemplo:

irse por los cerros de Úbeda

[Eguren, Luis / Fernández Soriano, Olga: La terminología gramatical. Madrid: Gredos, 2006, p. 81]

«Colocaciones

Las categorías que se interpretan como predicados, a saber, verbos, adjetivos, preposiciones y adverbios, no sólo seleccionan sus argumentos, a los que además asignan papel temático, sino que también exigen que estos posean propiedades semánticas específicas. Dicho de otro modo, no todos los SSNN pueden aparecer como objetos de cualquier verbo, ni todos los adverbios pueden acompañar a cualquier núcleo verbal, ni todos los adjetivos son capaces de modificar a cualquier nombre imaginable.

Existen siempre ciertas combinaciones permitidas, cuyo estudios y descripción pormenorizada ha sido, hasta hace muy poco, una asignatura pendiente de la investigación sobre el español (Bosque 2004). Pongamos algunos ejemplos sencillos de diferentes tipos de restricciones.

El verbo comer selecciona categorialmente como argumento un SN, pero dicho SN, por su parte, debe cumplir unas determinadas propiedades semánticas para poder ser reconocido como argumento de comer, esto es, debe de ser objeto concreto que tenga la etiqueta de ‘comible’. Lo mismo se puede aplicar al verbo beber y a los objetos susceptibles de ser bebidos. En cuanto a los adverbios, si dejamos aparte a las formaciones rápidamente y lentamente, capaces de acompañar a cualquier tipo de actividad, el resto de categorías adverbiales presentan muy distintos grados de restricciones. Por ejemplo, el adverbio fugazmente aparece documentado acompañando sobre todo a verbos que implican contacto entre dos superficies o que denotan percepción física o intelectual: acercarse, admitir, aparecer, atravesar, conoce, contactar, etc. [...] Por su parte, el adjetivo hondo puede modificar a una serie de nombres que suelen denotar entidades abstractas, tales como angustia, conflicto, consecuencias, convicciones, deseos, diferencias, huellas, pasiones, pena, pesar, preocupación, problemas, reformas, secuelas, sentimientos, tradiciones, tristeza, siendo la combinación más documentada hondas raíces, utilizada de manera productiva en secuencias como: hondas raíces culturales, espirituales, familiares, históricas, andaluzas, árabes, del pasado, de su alma, etc.

Las diversas posibilidades combinatorios que acabo de ejemplificar se conocen también con el nombre de “colocaciones”. Las colocaciones son procesos de restricción léxica que se documentan en todas las lenguas y que suelen constituir uno de los asuntos más difíciles de adquirir al estudiar una segunda lengua, especialmente, por la dificultad de ofrecer al alumno reglas para explicar el conjunto de combinaciones posibles.»

[Rodríguez Ramalle, Teresa María: Manual de sintaxis del español. Madrid: Editorial Castalia, 2005, pp. 68-70]

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«Colocaciones

Término que en lexicología designa las combinaciones restringidas de voces cuya frecuencia de coaparición es muy elevada». [RAE: Nueva gramática de la lengua española. Madrid, 2009, § 34.4h]

Combinaciones léxicas restringidas, frecuentes y referentes:

Ejemplos:

enemigo acérrimo

enfermo ímprobo

trabajo ímprobo

error garrafal

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