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LATÍN - Prosodia - Cantidad vocálica (comp.) Justo Fernández López Diccionario de lingüística español y alemán
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Vgl.: |
Latín - Fonética - Pronunciación / Latín métrica |
PROSODIA - VOCALES LARGAS Y BREVES
ă ĕ ĭ ŏ ŭ |
⋃ – |
ā ē ī ō ū |
En cuanto al punto de articulación, las vocales se clasifican en anteriores, centrales y posteriores. En cuanto a la calidad o modo de articulación, las vocales se clasifican en abiertas y cerradas. En cuanto a la cantidad, se dividen en vocales largas y breves.
Se llama anceps la vocal o sílaba que puede ser larga o breve según las necesidades métricas – las vocales se dividen en largas, breves y variables. Escandir (del lat. scandĕre) es medir el verso, contar el número de pies o de sílabas de que consta.
La cantidad es la duración de un sonido consonántico o vocálico, de un diptongo o de una sílaba. Este carácter de los sonidos, no distintivo en español, era fundamental en sánscrito, griego y latín, que eran lenguas cuantitativas, es decir, distinguían entre vocales y sílabas largas, por un lado, y vocales y sílabas breves, por otro. La cantidad era distintiva: vĕnit ‘viene’, vēnit ‘vino’. Se señalaban dos tipos de cantidad: breve y larga indicados gráficamente con los signos ˘ y ¯, respectivamente, colocados sobre la vocal. El signo que marca que una vocal es larga se llama macrón (del griego μακρόν makrón ‘largo’). En el Alfabeto Fonético Internacional se señala mediante este signo [ː].
El término latino mora fue introducido por G. Hermann (siglo XIX), como traducción del griego χρόνος πρῶτος. Designa la unidad de medida de la cantidad, que se considera equivalente a la duración de una breve. La duración de una larga equivaldría a la de dos breves.
El latín perdió hacia el siglo III la cantidad como rasgo distintivo. Las lenguas románicas carecen, por tanto, de cantidad distintiva, y la duración, en estas lenguas, está condicionada por el acento, por el contexto fonético, por circunstancias afectivas, etc.
Al pasar el latín clásico al latín vulgar, las vocales dejaron de dividirse en largas y breves para dividirse en abiertas y cerradas. En general, las vocales breves tendieron a las formas abiertas, y las largas, a las cerradas.
Para determinar la cantidad vocálica del latín, cuando la tradición de la métrica latina no es fiable, solo podemos recurrir a la información de los gramáticos latinos, a las inscripciones que nos dan información sobre la cantidad vocálica, la configuración de las palabras latinas en otras lenguas y al desarrollo de las lenguas románicas. Las informaciones que nos proporcionan los poetas son un poco arbitrarias, las teorías de los gramáticos son a veces falsas o ignoran determinados datos, y las inscripciones tampoco son de fiar por contener errores y ser inconsecuentes.
No hay reglas para determinar cuándo una vocal es larga por naturaleza, de modo que no queda más remedio que consultar los diccionarios que suelen marcar las vocales largas con una rayita como signo diacrítico: crēdō, mēnsa. Los diccionarios marcan las vocales breves solo en casos especiales como en nĕ- (prefijo negativo: negō, nesciō, o en –nĕ (partícula interrogativa enclítica: necne). Una forma de saber la cantidad de las vocales es aprenderse las desinencias de las declinaciones y de las conjugaciones.
La evidencia de la longitud de las vocales es por tanto indirecta y procede en gran medida de dos fuentes: La poesía latina (donde la cantidad vocálica era importante, ya que esa poesía se basaba en patrones regulares de largas y breves para dar cierto ritmo). La evidencia de otras lenguas, fundamentalmente las románicas, donde las vocales largas y breves dejaron diferente rastro en las sílabas tónicas. También las transcripciones de palabras latinas en griego podían mostrar ocasionalmente la longitud vocálica. Si conocemos la acentuación de una palabra podremos saber, al menos, la cantidad de la penúltima sílaba.
No existe equivalencia total entre sílaba tónica y larga o sílaba átona y breve. No se puede confundir cantidad con intensidad, pues dos intensidades débiles sucesivas no equivalen a una fuerte; pero dos sílabas breves sí equivalen a una larga tomando como referencia de unidad de duración la mora (unidad de medida de la cantidad, que se considera equivalente a la duración de una breve; la duración de una larga equivaldría a la de dos breves). La intensidad no se suma linealmente, la duración sí.
REGLAS GENERALES
Se consideran sílabas largas por naturaleza todos los diptongos latinos ae, au, oe, eu, ei, oi, ui: āūrum. También las vocales procedentes de diptongos monoptongados o contracciones: inclūdo < inclaudo; cōgo < cŏăgo; nīl < nĭhĭl.
Se consideran sílabas largas por naturaleza todos los los monosílabos: dīc, hīc, hūc, lār, pār, fūr, quīn, cūr,… (con excepción de preposiciones y algunos nexos).
Se consideran sílabas largas por naturaleza los acusativos plurales: rosās, dominōs, legēs, exercitūs, diēs, etc.
Se consideran sílabas largas por naturaleza los ablativos del singular de todas las declinaciones (excepto los de la 3ª): rosā dominō, senatū, diē.
Se consideran sílabas largas por naturaleza las vocales temáticas de los verbos: amāre, monēre, audīre.
Largas son la vocal e y la vocal i cuando corresponden al grupo vocálico griego ei: Aenēas, Thalīa.
Breve es toda vocal que precede a otra, aunque entre las dos vaya intercalada una h muda (vocalis ante vocalem corripitur): pĭus, trăho. La h es muda a todos los efectos.
Se considera breve por naturaleza la desinencia -ă de los neutros plurales de cualquier declinación: templă.
Se consideran breves por naturaleza los enclíticos: -quĕ, -vĕ, -nĕ.
Se consideran breves por naturaleza los ablativos singulares de la 3ª declinación: legĕ.
Las vocales largas por naturaleza y los diptongos se abrevian cuando preceden a otra vocal: dĕorsum, prăeopto.
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Excepciones: |
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En genitivo y dativo de la quinta declinación, en la terminación ei la e es larga si precede a otra vocal: fidēi. |
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En el genitivo terminado en ius la i es larga: illīus. |
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En el vocativo de los nombres propios terminados en aius y eius, la a y la e son largas: Gāi, Pompēi. |
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El verbo fīo tiene una i larga en todas las formas que no contengan una r: fīent, fĭeri. |
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Las voces de origen griego conservan la cantidad que tenían en esta lengua: āer, ēos. |
Una vocal breve por naturaleza se hace larga por posición cuando va seguida de dos consonantes o una consonante doble (x, z) o una i semiconsonante, aunque una de las consonantes o las dos pertenezcan a la sílaba siguiente (ēst, ēs-sem, rē-stare, dūx, ēius) o la sigan dos consonantes de las que una de ellas va al final de palabra y la otra a principio de la palabra siguiente: sūb sīdĕrĕ. Son excepción las palabras compuestas con iugum: bĭiŭgus quadrĭiŭgus; qu cuenta como una sola consonante, y la h junto a otra consonante no alarga la sílaba. La vocal en una sílaba larga por posición se pronuncia como breve.
La sucesión mutta cum liquida (b, d, g, p, t, c, f + l, r) no hace posición, ya se trate de una sola palabra o de palabras separadas, estando siempre el resultado de la naturaleza de la vocal en función de las necesidades métricas, aunque si el grupo pertenece por entero a la palabra siguiente, suele ser breve: alăcris, tenĕbrae, mediŏcris, rĕpleo (sillaba anceps – positio debilis).
En poesía se consideraba breve la vocal final de una palabra cuando la palabra siguiente comenzaba por consonante s seguida de una muta: ă ĕ praemĭa scribae; quem mală stultitia.
La sílaba radical de las palabras compuestas y las derivadas conserva la cantidad que tiene la voz de la que procede: occĭdo de caedo, inĭquus de aequus; accŭso de causa; occĭdo de cădo; ămicus, ămīcitia, ămābilis; inĭmicus de ămo; fīnio de fīnis.
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Excepciones: |
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hūmanus (hŏmo); lex lēgis (lĕgo); rex rēgis (rĕgo); pax păcis (păciscor); sēdes (sĕdeo); vox vōcis (vŏco); dux dŭcis (dūco); fĭdes, fĭdelis, perfĭdus (fīdo); pero en confīdo, diffīdo, fīdus, infīdus, fīducia se conserva la ī (larga). |
Resumiendo, se puede decir que todas las sílabas latinas son largas; son breves solo cuando a) terminan en una vocal breve o b) terminan en una vocal breve seguida de una consonante y la sílaba siguiente comienza por vocal. A esta regla hay que añadir los siguiente:
Las vocales breves se alargan cuando van seguidas de –ns- y –nf-: cōnsŭl, īnfēlīx, īnfāns, īnfantis.
Una vocal breve seguida de la combinación de muta cum liquida (b, d, g, p, t, c seguidas de l o r) es variable (syllaba anceps), es decir, puede ser larga o breve según lo exija el verso. Si las dos consonantes pertenecen a sílabas diferentes (p. e. en los compuestos) o a palabras diferentes, la vocal es larga por posición aunque se trate de muta cum liquida: ăbrĭpĕrĕ (– ⋃ ⋃ ⋃) , ăd rĕm (– ⋃).
Una sílaba terminada en una vocal larga se abrevia si le sigue en la misma palabra otra vocal o una h con vocal: vĭdērĕ (⋃ – ⋃) > vĭdĕō (⋃ ⋃ –). Este fenómeno se llama vocalis ante vocalem corripitur (vocal ante vocal se abrevia). Esta regla no se puede aplicar a las voces de origen griego: āēr (– –), Mēdēă (– – ⋃).
Tampoco se abrevian las vocales largas a y e cuando preceden a la terminación ī del vocativo en los nombres propios de la segunda declinación: Gālī (––), Pŏmpēī (– – –).
Asimismo no se abrevia la ī en la terminación del genitivo –īŭs: tōtīŭs (– – ⋃). Ni la ē en genitivo y dativo de la declinación en –e- cuando le antecede una i: dĭēī (⋃ – –). Ni la i del verbo fīō cuando no le sigue –er-: fīăm (– ⋃).
Ley de abreviación yámbica: El abreviamiento yámbico está regido por la ley de las breves abreviantes, según la cual, cuando dos vocales forman yambo, con acento en la breve o sobre la sílaba siguiente a la larga, el yambo (⋃ –) pasa a pirriquio (⋃ ⋃), aunque la segunda vocal sea larga por naturaleza.
Algunos nombres procedentes del griego pueden transgredir las normas que establecen la cantidad de una sílaba. Conocer la etimología de la palabra ayuda muchísimo. Especial atención hay que prestar a los nombre propios.
CANTIDAD DE LOS POLISÍLABOS
La primera sílaba de los perfectos y los supinos bisílabos es larga, aunque la vocal en el presente sea breve: vēni, vīdi, vīci – vīsum.
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Excepciones: |
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bĭbi, dĕdi, fĭdi, stĕti, stĭti, scĭdi, tŭli; dătum, rătum, sătum, stătum, ĭtum, cĭtum, lĭtum, quĭtum, sĭtum, rŭtum. |
La primera sílaba de los perfectos reduplicativos es larga, así como la segunda si la vocal no se alarga por posición: tĕtĭgi, dĭdĭci, cĕcĭdi (perfecto de cădo; cĕcīdi perfecto de caedo).
La vocal radical de los perfectos terminados en ui es breve: vĕto, plăceo, cŏlo.
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Excepciones: |
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pōno (posino), dēbeo (dehibeo), flōreo (flōs), pāreo (obedezco). |
La vocal radical de los verbos de la tercera conjugación terminados en io / ior es breve: căpio, făcio, iăcio.
La penúltima sílaba de los supinos terminados en itum es larga solo si el perfecto termina en ivi (ii): cupītum, petītum.
Las terminaciones de las conjugaciones imus, itis tiene solamente en el presente de la cuarta conjugación la penúltima larga, así como en el subjuntivo: sīmus, sītis – possīmus, possītis, velīmus, velītis, nolīmus, nolītis, malīmus, malītis. En el Futurum exactum y en el perfecto de subjuntivo la terminación imus, itis tiene una ĭ (breve): dederĭmus, dederĭtis.
La penúltima de las terminaciones del dativo y del ablativo plural abus, ebus, obus es larga, mientras que la de las terminaciones ibus y ubus es breve. La penúltima de nobis y vobis es larga.
Es larga la penúltima vocal de las sílabas derivativas de los adjetivos terminados en alis, aris, anus, ivus, osus: naturālis, vulgāris, humānus, natīvus, odiōsus. Mientras que la de los terminados en icus / idus es breve: bēllicus, cupīdus. Se exceptúan: amīcus, pudīcus, aprīcus, antīcus, postīcus.
La penúltima de los adjetivos terminados en ilis es breve si se deriva de un verbo, y larga si se deriva de un sustantivo: docĭlis, facĭlis, laudabĭlis; pero hostīlis, puerīlis. Excepciones: humĭlis (de humus) y parĭlis (de par).
Es larga la penúltima de los adjetivos terminados en inus: divīnus, genuīnus, vicīnus. Pero es breve si el adjetivo es un complemento temporal: crastĭnus, diutĭnus, pristĭnus, o si el adjetivo denota un material: adalmatĭnus. Sin embargo, tienen una penúltima larga los adjetivos temporales: matutīnus, vespertīnus y repentīnus.
CANTIDAD DE LAS SÍLABAS FINALES TERMINADAS EN VOCAL
La vocal final a es breve.
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Excepciones: |
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En el ablativo de la primera declinación. En el imperativo de la primera conjugación. En voces indeclinables: anteā, contrā, ergā, frustrā. Es breve solamente ită, quiă. Cuando corresponde a la vocal larga griega α en el vocativo de las voces terminadas en as, ae (Aeneā) y en as, antis (Atlā). Los nombres propios griegos terminados en eus tienen en latín una a breve cuando el acusativo termina en ea: Orphĕă, Nerĕă. |
La vocal final e es breve.
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Excepciones: |
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En el ablativo de la quinta declinación y en los adverbios hodiē, pridiē, quarē. En el imperativo de la segunda conjugación: En vide y cave pueden ser breves o largas. En los adverbios derivados de adjetivos de la segunda declinación: doctē, miserē, así como en ferē y fermē y en la interjección ohē. Pero es breve en benĕ, malĕ, temerĕ, paenĕ, y anceps en superne e inferne. Impunĕ y necessĕ se derivan de las antiguas formas impunis y necessis. Cuando la e corresponde a la η (eta) griega: Niobē, Tempē. |
La vocal final i es larga.
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Excepciones: |
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En nisĭ, quasĭ. En el dativo y el vocativo de las voces griegas: Daphnidĭ, Alexĭ; anceps in mihi, tibi, sibi, ibi, ubi. Los compuestos de ubi son ubĭnam, ubĭvis. Excepción: ubīque. Por contracción tenemos ibīdem. Los compuestos de ut (utī): utĭnam, utĭque. |
La vocal final o es larga.
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Excepciones: |
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citŏ, octŏ, cedŏ y el compuesto quandŏquidem. Anceps es la o en immo, quomodo; a veces es breve en la primera persona del singular del presente de indicativo: volo, veto, eo, scio, nescio, en imperativo y en el futuro (dixero), así como en el nominativo de la tercera declinación: homo, leo. |
La vocal final u es siempre larga: senatū.
CANTIDAD DE LAS SÍLABAS FINALES TERMINADAS EN CONSONANTE
Todas las sílabas finales que terminan en una consonante que no sea s son breves.
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Excepciones: |
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Los compuestos de par: dispār, los casos de illic y istic, excepto el nominativo sincular masculino, y varias voces griegas como aēr, aethēr, cratēr. Pero la sílaba final es breve en patĕr, matĕr y en los sustantivos terminados en or: rhetŏr, Hectŏr, Nestŏr. |
Reglas especiales para las sílabas finales terminadas en s: ās, ēs, ĭs, ōs, ŭs:
as |
es larga. |
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Excepciones: |
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Es breve en el nominativo de las voces griegas que tienen en el genitivo adis (ados), y en el acusativo plural griego de la tercera declinación: Pallăs, heroăs; así como en la voz latina anăs (ătis). |
es |
es larga. |
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Excepciones: |
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En el nominativo singular de la tercera declinación cuando el genitivo termina en ĭtis, ĕtis o ĭdis con penúltima breve: milĕs, segĕs, obsĕs. Excepto: abiēs, ariēs, pariēs. En lapreposición penĕs. En los compuestos de ĕs (presente o imperativo). En el nominativo plural de las voces griegas terminadas en ες: Thracĕs, Arcadĕs. |
is |
es breve. |
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Excepciones: |
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En todos los dativos y ablativos plural, así como nobīs, vobīs. En el nominativo de las voces cuyo genitivo contiene ītis, īnis y entis: Samnīs, Salamīs, Simoīs (Simoentis). En el acusativo plural de la tercera declinación: partīs, omnīs. En la segunda persona singular del presente cuando en plural termina en ītis, en la cuarta conjugación. Asimismo, en velīs, nolīs, malīs, en possīs y en el resto de los compuestos de sīs. |
os |
es larga. |
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Excepciones: |
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En compŏs, impŏs. Cuando corresponde al griego ος: Delŏs, Arcadŏs. |
us |
es breve. |
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Excepciones: |
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En el nominativo singular de la tercera declinación cuando el tenitivo contiene una ū larga: virtūs, palūs, tellūs. En el genitivo singular y en el plural de la cuarta declinación: fructūs. (ys solo en voces griegas es breve: chlamys [χλαμΰς], Halys [Ἅλυς]. |
CANTIDAD DE LOS MONOSÍLABOS
Todos los monosílabos terminados en vocal son largos. |
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Excepciones: |
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Los sufijos: quĕ, vĕ, nĕ, cĕ, tĕ (tutĕ), ptĕ (suoptĕ), y el prefijo rĕ en los compuestos. La preposición prō es breve en varios compuestos: prŏfanus, prŏfugus, prŏfundus, prŏfiteor. |
Todos los monosílabos terminados en consonante son breves. |
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Excepciones: |
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La mayoría de los sustantivos: sōl, iūs, pēs, mōs, flōs, vīs, rēs, así como plūs (más). Los plurales terminados en os (nōs, vōs), as (quās, hās) y quīs (por quibus) y lūs. Las voces terminadas en c (excepto nĕc y el imperativo făc) – solo el pronombre hic en el masculino es anceps. Las formas verbales terminadas en ās, ēs, īs siguen, en parte, las reglas generales para las voces terminadas en s, como dās, dēs, excepto ĕs (‘tú eres’), pero ēs en vez de ĕdĭs. O cuando son excepciones como sīs, scīs; vīs (‘tú quieres’) es larga, lo mismo en los compuestos: mavīs, quamvīs, quivīs. El adjetivo pār (genitivo păris), así como las partículas: ēn, nōn, quīn, cūr, crās, sīn. |
REGLAS DE ACENTUACIÓN
En latín no hay tilde, en el latín clásico no se escribe el acento; el acento es intensivo. El latín poseía reglas fijas para determinar la posición del acento prosódico dentro de la palabra. La cantidad era determinante para aplicar las reglas del acento prosódico:
a) Los monosílabos casi siempre se acentúan: nox, fac, ne, se, me. Se exceptúan los enclíticos que van unidos a la palabra anterior: -que, -ve, como sucede con los enclíticos castellanos me, te, se, le, la, lo. También se exceptúan los proclíticos: las preposiciones in, ad, per, trans, de y las conjunciones et, vel, aut, tam, quam. En cambio, sí se acentúan las interjecciones: heu!, proh!, vae!
b) Una sílaba final nunca se acentúa. Excepto en palabras que han perdido su última vocal: illic’(e), illuc’(e).
c) Las palabras bisílabas llevan el acento en la primera sílaba: Rōma, rosa, mānus.
d) Ley de la penúltima o Ley de las tres sílabas: Las palabras polisílabas llevan el acento prosódico en la penúltima sílaba si esta es larga por naturaleza (obscēnus), diptongo (tragoedia) o larga por posición (vocal breve a la que siguen dos o más consonantes: castellum – x = ks), y esdrújulas si la penúltima sílaba es breve (agravius, comedo). Si la penúltima sílaba es breve, el acento recae en la antepenúltima sílaba: parĕre (‘parir’), fēmina.
e) Muta cum liquida no alarga la sílaba: obsecro, emigro.
f) Las palabras enclíticas –que, -ne, -ve, atraen el acento a la sílaba que las precede, aunque sea breve: ómnia > omniáque, ámat > amátne, it > itáque, hómines > moninésque (‘y los hombres’), plúvia > pluviáque (‘y por la lluvia’). Excepto ílaque (‘por lo tanto’), ítaque (‘de ahí’), útique (‘de todos modos’), úndique (‘de todas partes’) que forman una sola palabra y se acentúan siguien la regla general de acentuación.
g) Las palabras griegas y hebreas siguen la acentuación de sus respectivos idiomas.
El acento latino jamás recae en la última sílaba ni puede remontarse más allá de la antepenúltima sílaba. Toda palabra bisílaba será necesariamente grave y toda polisílaba, grave o esdrújula. No hay agudas ni sobreesdrújulas. Las bisílabas son siempre llanas: béne, rósae, ámor.
DIVISIÓN DE LAS SÍLABAS
Las sílabas se dividen en abiertas o libres cuando acaban en vocal (casa, paso) y cerradas o trabadas cuando acaban en consonante (altar, pastor).
Una sola consonante (sin exceptuar la x) y la segunda vocal de una serie de dos vocales pertenecen a la sílaba siguiente:
do-mus, a – mi – cus, re – li – qui- ae, u – xor, me – us
Cuando siguen a una vocal dos o más consonantes, la última pertenece a la sílaba siguiente:
an – nus, mi – le, cur – rus, ful – men, cen – tum, men – sa, ar – bor, am – nis, ip – se, dig – nus, ves – per, pas – tor, con – temp – tus, sans - tus
En una secuencia muta cum liquida (b, d, g, p, t, c con l o r) percenecen ambas consonantes a la sílaba siguiente:
pu – bli – cus, ce – le – bro, ce – drus, mi – gro, du – plex, pa – tres, sa – crum, cas – tra, am – plus, mem – brum
Las palabras compuestas se dividen según los elementos componentes:
prod – esse, ne – scio, red – eo, sic – ut, post – ea, ab – eo, dis - cerno
incluida la secuencia muta cum liquida (b, d, g, p, t, c con l o r):
ob – ruo, ab – luo, neg – lego
PARADIGMAS PROSÓDICOS DE LAS DECLINACIONES LATINAS
Conocer la cantidad de muchas vocales en la morfología puedan colaborar a deducir la cantidad de muchas otras vocales.
Los nombres neutros son breves en singular y en plural.
Singular |
Primera declinación Tema A |
Segunda declinación Tema O |
Tercera declinación Consonante |
Tercera declinación Tema I |
Cuarta declinación Temas en U |
Quinta declinación Tema E |
Nominativo |
-ă |
-ŭs, -ĕr, -ĭr |
|
-ĭ-s |
-ŭ-s |
-ē-s |
Genitivo |
-a-i > -āē |
-ī |
-ĭ-s |
-ĭ-s |
-ū-s |
-e-ī |
Dativo |
-a-i > -āē |
-ō |
-ī |
-ī |
-ŭ-ī |
-e-ī |
Acusativo |
-ă-m |
-ŭ-m |
-ĕ-m |
-ĭ-m |
-ŭ-m |
-ĕ-m |
Vocativo |
-ă |
-ĕ, -ĕr, -ĭr |
|
-ĭ-s |
-ŭ-s |
-ē-s |
Ablativo |
-a-d > -ā |
-o-d > -ō |
-ĕ |
-i-d > ī |
-u-d > -ū |
-e-d > -ē |
Plural |
Primera declinación Tema A |
Segunda declinación Tema O |
Tercera declinación Consonante |
Tercera declinación Tema I |
Cuarta declinación Temas en U |
Quinta declinación Tema E |
Nominativo |
-a-i > -āē |
-o-i > -ī |
-ēs |
-i-es > -ēs |
-u-es > -ūs |
-e-es > -ēs |
Genitivo |
-ā-rŭm |
-ō-rŭm |
-ŭm |
-ī-ŭm |
-ŭ-ŭm |
-ē-rŭm |
Dativo |
-a-is > īs |
-o-is > -īs |
-ĭ-bŭs |
-ĭ-bŭs |
-ĭ-bŭs/-ŭ-bŭs |
-ē-bŭs |
Acusativo |
-a-ns > -ās |
-o-ns > -ōs |
-ns > -ēs |
-i-ns > -īs |
-u-ns > -ūs |
-e-ns > -ēs |
Vocativo |
-a-i > -āē |
-o-i > -ī |
-ēs |
-i-es > -ēs |
-u-es > -ūs |
-e-es > -ēs |
Ablativo |
-a-is > īs |
-o-is > -īs |
-ĭ-bŭs |
-ĭ-bŭs |
-ĭ-bŭs/-ŭ-bŭs |
-ē-bŭs |
PROSODIA DE LA MORFOLOGÍA VERBAL
En los verbos, todos los tiempos derivados conservan la cantidad de los primitivos: lĕgo, lĕgebam, lĕgi, lĕgisse.
Tienen vocal larga:
Tienen vocal breve:
Otros:
Resumen de la cantidades de las vocales de los temas, sufijos y desinencias verbales:
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