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LEHNÜBERSETZUNG Calco

(comp.) Justo Fernández López

Diccionario de lingüística español y alemán

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Vgl.:

Lehnwort / Entlehnung / Lehnbedeutung / Lehnbildung / Lehnprägung / Lehnschöpfung / Lehnübertragung / Fremdwort / Barbarismus

Lehnübersetzung.

Vorgang und Ergebnis einer genauen Glied-für-Glied-Übersetzung eines fremdsprachlichen Ausdrucks in die eigene Sprache: Dampfmaschine für engl. steam engine, Montag für latein. dies lunae, Geistesgegenwart für frz. présence d’ésprit.“ [Bußmann, H., S. 444]

Lehnübertragung.

Im Unterschied zu Glied-für-Glied-Wiedergabe der Lehnübersetzung basiert L. auf einem freieren Umgang mit dem fremdsprachlichen Ausgangswort, das durch eine angenäherte Übersetzung (Wolkenkratzer für engl. skyscraper) oder aber genauere Ausdeutung (Vaterland für lat. patria) wiedergegeben wird.“ [Bußmann, H., S. 444]

Lehnübersetzung (calque)

Übertragung einer lexikalischen Struktur in eine andere Sprache, wobei die Teile des Kompositums meist analog umgesetzt werden. Vgl. lat. con-scientia / Ge-wissen oder franz. dé-jeuner / break-fast u. a. (nach W. Betz).

 

Belege: 1) Vaterland (patria), 2) Wort (Logos)-Bibel, 3) Fenster (fenestra), 4) Erfindung (experimentum), 5) allmächtig (omnipotens), 6) Gemeinsamkeit (comunio).“ [Heupel, C., 133-134]

Calco (A. Abklatsch, Lehnübertragung).

(1)   Préstamo (1a acepción) que imita el esquema o la significación de una palabra o locución extranjeras, y no su entidad fonética. El alemán Ausdruck ‘expresión’ es un calco que reproduce el esquema del latín expressio; el italiano miraggio es un préstamo tomado al francés (mirage), mientras el español espejismo es un calco basado en el sentido (francés miroir, ‘espejo’). Los lingüistas alemanes distinguen entre calco del esquema (Übersetzungslehnwort) y calco de la significación (Bedeutungslehnwort). Los lingüistas ingleses utilizan un término único, translation loan word, como los franceses (calque), italianos y españoles (calco).

(2)  Proceso de incorporación de un calco, bien del esquema (A. Lehnübersetzung), bien de la significación (A. Bedeutungslehnwort). Los lingüistas ingleses llaman a este proceso loan translation. Los lingüistas franceses, italianos y españoles no distinguen, en general, este matiz.“

[Lázaro Carreter, F.: Diccionario de términos filológicos. Madrid: Gredos, 1981, p. 77]

El calco

El «calco» (fr. calque) es el segundo de los procedimientos de traducción enumerados por Vinay y Darbelnet, que lo consideran un préstamo de un género particular: «se toma prestado de una lengua extranjera el sintagma, pero se traducen literalmente los elementos que lo componen». El resultado es o bien un «calco de expresión, que respeta las estructuras sintácticas de la LT» (al. Kindergarten, esp. «jardín de infancia») o bien un «calco estructural, que introduce en la LT una estructura nueva», que podríamos llamar «extranjerismo sintáctico» (ingl. science fiction, esp. «ciencia ficción»).

He dicho que el préstamo, tanto naturalizado como en su forma original (extranjerismo) no es un procedimiento de traducción, sino precisamente la renuncia a traducir. El calco sí es traducción, y puede contribuir tanto como el préstamo naturalizado a enriquecer la lengua que lo realiza.

Se ha confundido a veces el «calco» con el «préstamo naturalizado». Desde tal punto de vista sería «calco» la naturalización del ing. igloo en el fr. iglou, esp. iglú («choza de hielo de los esquimales, con una sola abertura, que se cierra con un témpano o con pieles de oso»). Pero creemos que debe distinguirse entre «préstamo naturalizado» y «calco». El «préstamo naturalizado» es una asimilación fónica y morfológica que conserva en lo fundamental el significante de la LO; el «calco» es una construcción imitativa que reproduce el significado de la palabra o expresión extranjera con significantes de la LT. Así, fútbol es un «préstamo naturalizado», que trata de adaptar a la fonología española los elementos fónicos del significante ing. football; balompié sería un calco, que reproduciría con significantes preexistentes en esp. (balón y pie) el significado de la misma palabra inglesa. Son calco, p. ej. en al. Ausdruck, Eindruck (respectivamente del lat. expressio, impressio: al. aus = lat. ex, al. ein = lat. in; al. Druck = lat. pressio: drücken = premere); serían préstamos naturalizados Expression, Impression, posibles, aunque no usados; lo son en inglés (lengua mucho más hospitalaria que el alemán) expression, impression. El «préstamo» y el «calco», a veces referidos a la misma palabra, se daban ya en latín con relación al griego: atomus es «préstamo», e individuum (y el adj. insecabilis), «calco» del gr. átomos; sycrásis es préstamo, y commixtio, calco del gr. sýncrasis, etc.

Puede haber casos dudosos. Así, el fr. restaurant se ha usado en esp. con tres formas: restaurant, restorán, restaurante. Está claro que la primera es puro extranjerismo, y la segunda, préstamo naturalizado. ¿Es la tercera otra forma de naturalización del préstamo, o un verdadero calco? Nos inclinaríamos por el calco. [...]

El préstamo, naturalizado o no, se inserta en un movimiento de convergencia de las grandes lenguas de cultura. El calco, en cambio, tiende a mantener la separación, la autonomía de las lenguas. En el lenguaje científico moderno hay gran cantidad de términos, y cada día se forman otros, que son préstamos naturalizados de palabras griegas o, en menor cuantía, latinas: al. Grammatik, fr. grammaire, ingl. grammar, it. grammàtica, esp. y port. gramática, son préstamos naturalizados del gr. grammatiké; al. Telephon, ing. telephone, fr. téléphone, it. telèfono, esp. teléfono, port telefone son préstamos modernos construidos sobre dos temas griegos: tele («lejos») y phoné («sonido»). El al. usa también el calso Fernsprecher (de fern «lejos» y Sprecher «hablante», «parlante»). [...] El alemán debe en gran parte su riqueza y autonomía léxicas a su gran capacidad para el calco.

El calco tiene, además, la ventaja de hacer que los lenguajes técnicos resulten fácilmente comprensibles para hablantes no especializados, evitándoles el esfuerzo que los hablantes de otras lenguas tienen que realizar para entender y memorizar el significado de muchos términos que les resultan completamente opacos, mientras que los términos correspondientes del alemán son desde el primer momento transparentes para cualquier hablante de esta lengua. He aquí una breve lista de ejemplos, que podría alargarse indefinidamente.

Kopf («cabeza») + Schlag («latido») + Ader («vena», «arteria»): Kopfschlagader = «carótida».

Magen («estómago») + Schmerz («dolor»): Kopfschmerz = «cefalalgia».

Mensch («ser humano») + Fresser («devorador»): Menschenfresser = «antropófago».

Schnecke («caracol») + förmig («de forma de»): Schneckenförmig = «concoidal»

Cualquier alemán conoce la palabra Kopf  y Schmerz, Magen y Entzündung, términos del lenguaje usual. Al contrario, muchos hispanohablantes ignoran el significado de cefalalgia, e incluso entre los que se consideran cultos hay quienes piensan que gastritis significa cualquier inflamación intestinal. Y es que, para conocer el significado exacto de estas palabras, hace falta haber estudiado medicina o griego. [...]

El calco, más aún que el préstamo – al que, como hemos visto, se resisten algunas lenguas –, se difunde con facilidad por las grandes lenguas de cultura. [...] Alguien ha llamado a los calcos «extranjerismos invisibles» (unsichtbare Fremdwörter), «importaciones clandestinas», especialmente abundantes para traducir términos científicos o relativos a instituciones o actividades de la vida pública; mucho menos frecuentes en el vocabulario tradicional, p. ej. el que designa partes del cuerpo. A mi juicio, es inadecuada cualquier calificación peyorativa del «calco». Este procedimiento es tan útil para la lengua que lo practica como la traducción en general para la cultura que la recibe. Más aún, una traducción bien ceñida al original viene a ser una especie de calco prolongado. [...]

Cuando se reproduce por calco el sentido de una sola palabra, puede hacerse o bien por ampliación del significado de una palabra ya existente o bien por formación de una palabra nueva: el fr. punaise «chinche» (insecto) pasó a significar por metáfora una especie de claro; el esp. chiche, por calco del fr. punaise, incluyó entre sus significados el de «clavo de punta corta y cabeza grande y plana», desarrollando incluso el diminutivo chicheta. La palabra alemana Ente «pato» ha desarrollado, por influjo del fr. canard «id.», el significado de «bulo».

Algunos lingüistas alemanes llaman a este significado adicional Lehnbedeutung «significado de préstamo», y Bedeutungsentlehnung «préstamo del significado» al proceso de incorporación de ese significado adicional. La palabra extranjera de la cual se toma el nuevo significado coincidía ya en otros con la palabra nativa; p. ej., el al. lesen significaba primeramente «recoger» (así en Weinlese «vendimia», «recogida de las uvas»); posteriormente, por influjo del lat. (donde legere también comenzó significando «recoger»), desarrolló el significado de «leer», e. d., «recoger o reunir letras y palabras escritas»; el lat. aedificare, al. erbauen, ingl. edify, fr. édifier, it. edificare, esp. y port. edificar, tienen, además del significado material, el religioso, de «dar buen ejemplo», «instruir moralmente», por influjo del gr. oikodoméo. En este sentido, el calco, que, según hemos dicho, tiende a mantener frente al préstamo la autonomía formal de las lenguas, fomenta su convergencia semántica, al suprimir total o parcialmente la disparidad denotativa de sus significantes.

Pero la lengua que «calca» el significado de una palabra extranjera puede hacerlo también creando con elementos propios una palabra nueva. El calco, además de «calco», es entonces un neologismo. Con el fr. miroir «espejo» se relaciona mirage en su significado de «fenómeno óptico que produce imágenes invertidas», «ilusión engañosa». El it. reprodujo el significado de la palabra francesa mediante el préstamo naturalizado miraggio; el esp. prefirió el calco, y formó sobre espejo una palabra nueva, espejismo. [...]

Cuando el calco reproduce el significado de expresiones complejas, del tipo del fr. garder le lit «guardar cama» o traduction à la lettre «traducción a la letra», suele tratarse de modismos o frases hechas. A este tipo de calco se le ha dado en al. el nombre de Lehnwendung «giro prestado». [...]

Actitud del traductor frente al calco

Dijimos que el préstamo [ver Lehnwort] como extranjerismo sólo debe admitirlo el traductor en caso necesario, y siempre con la preocupación – si no tiene aún curso en la LT – de aclarar su significado con una nota al pie de la página o con una breve explicación en el texto, según los casos. Frente al calco, su actitud puede ser más despreocupada. Si el calco está ya introducido en la LT, es un elemento lingüístico como otro cualquiera, y su uso no está sujeto a ninguna reserva. Los calcos nuevos, cuando se producen en la traducción, son verdaderos neologismos motivados por una palabra o expresión de la LO. No pueden prohibírsele al traductor. Por el contrario, son, por una parte, imprescindibles para la traducción y, por otra, como el préstamo naturalizado, elementos enriquecedores de la lengua que los acoge.

El español es actualmente poco acogedor para el neologismo. Y es lástima, porque esta tendencia, como toda tendencia autárquica, puede ser empobrecedora. Las lenguas, como los pueblos, necesitan renovar su sangre; no pueden practicar una rigurosa endogamia. [...] «El extranjerismo y el neologismo – dice M. Seco – no son, en sí, un mal para el idioma. Lo que hace falta es que estas importaciones sean, ante todo, necesarias, y que se acomoden bien al ‘genio del idioma’, como diría Cuervo; esto es, que se amolden a las estructuras formales de nuestra lengua. Y sobre todo hay que evitar que esta introducción de extranjerismos y neologismos ocurra anárquicamente: que cada país o cada región escoja un término distinto para denominar un mismo objeto nuevo». Esta advertencia es particularmente importante para una lengua como el español, extendida por tantos países. Por lo demás – como escribía Américo Castro –, «todo idioma tiene suficiente vitalidad para asimilar o expulsar elementos extraños, y cuando esto no ocurre, es que está a punto de dejar de existir, y entonces casi no vale la pena ocuparse de él». Afortunadamente no es éste el caso de nuestra lengua.”

[García Yebra, Valentín: Teoría y práctica de la traducción. Madrid: Gredos, 1984, pp. 341-348]

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