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NEGACIÓN ANTICIPADA (comp.) Justo Fernández López Diccionario de lingüística español y alemán
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«Negación anticipada
Se denomina ‘negación anticipada’ a la que niega el contenido de una proposición subordinada, pero aparece junto al verbo principal de la que esta es complemento. En una oración como
No quiero que vengas
la negación no afecta tanto al verbo quiero como al contenido de la subordinada, de tal manera que la oración es, salvando ciertas diferencias, sinónima de
Quiero que no vengas.
Es posible tener este efecto de sentido cuando la negación precede a verbos de opinión y expectación, como creer, imaginar, calcular, verbos de intención y volición, como querer, desear, apetecer, tener intención de, y verbos de aproximación perceptiva, como parecer, ser probable, ser plausible.
En cambio, es imposible con verbos o predicados factivos del tipo de lamentar, ser necesario, estar prohibido. Por ello, las oraciones
Deseo que no vengas,
No deseo que vengas,
están próximas semánticamente, pero no las oraciones
Lamento que no vengas,
No lamento que vengas,
cuyos respectivos significados son contrarios entre sí.
Los predicados que no admiten negación anticipada pueden ser negados y ello no afecta a la presuposición de verdad de la completiva. En cambio, los verbos de creencia y volición no pueden negarse sin que ello afecte a dicha presuposición. En otras palabras, algo puede ser un hecho con independencia de que se lamente o no; sin embargo, es imposible encontrarse en un estado de no creencia respecto de algo que debe presuponerse necesariamente. Así en
No creo que Pepe te conozca,
el oyente se siente obligado a pensar que el hablante tiene los suficientes datos respecto a la proposición “Pepe te conoce” para poder tener formada una opinión. De ahí que la negación de creo obligue a suponer no la ausencia de creencia, sino la existencia de una creencia negativa.
Una prueba de que la negación del verbo de creencia se interpreta como negación de la subordinada es que una afirmación como la de
No creo que Juan venga esta tarde
puede tener una réplica como la de
Yo tampoco lo creo,
o bien una como la de
Yo creo que tampoco,
que, si bien es estilísticamente marcada, resulta frecuentísima entre los hablantes.
Los verbos modales se comportan como los factivos en lo que respecta a la negación anticipada. De ahí que las oraciones siguientes no sean sinónimas:
Es posible que Juan no venga.
No es posible que Juan venga.
Es necesario que Juan no lea ese libro.
No es necesario que Juan lea ese libro.
En ambos casos, los predicados ser posible y ser necesario se comportan como modales epistémicos que significan posibilidad y necesidad, respectivamente. Ambas nociones pueden ser negadas si aparecen dentro del ámbito de la negación, como sucede en
No es posible que Juan venga,
No es necesaria que Juan lea ese libro,
en tanto que en los ejemplos
Es posible que Juan no venga,
Es necesario que Juan no lea ese libro,
lo que se niega es el evento modificado por el verbo modal.»
[Sánchez López, C.: “La negación”. En Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe, 1999, § 40.5]
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«Se llama tradicionalmente NEGACIÓN ANTICIPADA la expresada por el adverbio negativo no cuando, encontrándose en una oración principal, se comporta sintáctica y semánticamente como si se hallara en la subordinada. En la oración
No creo que asista a la ceremonia,
se niega en apariencia el verbo creer, pero más que la negación de una creencia, el hablante parece expresar en ella el contenido que corresponde a
Creo que no asistirá a la ceremonia.
Aun así, se ha señalado muchas veces que el grado de seguridad o de convencimiento que se expresa es mayor en este último caso que en el anterior.
Se ha observado que las respuestas negativas con el adverbio no que se dan a las interrogativas totales pueden recibir una interpretación similar a la que se sugiera en el apartado precedente, como muestra la posibilidad de contestar la pregunta
¿Han ido a visitarlo?
tanto con el fragmento Creo que no como con No creo. La negación anticipada muestra un grado de seguridad o de convencimiento menor. Se piensa que este factor puede explicar, en parte, por qué en la primera opción resultaría natural el pronombre yo (Yo creo que no), mientras que se sentiría más forzado en la segunda (Yo no creo). [...]
La negación anticipada ejerce desde la oración principal ciertas funciones sintácticas que corresponderían a la negación del predicado de la oración subordinada. [...]
El fenómeno de la negación anticipada se produce con mayor claridad con unos verbos que con otros. Entre los que expresan opinión o juicio destaca, sobre todo, creer, pero la admiten también pensar y suponer:
No supuso que su intervención, siempre vehemente, fuera a definir la situación a su favor.
Nótese que estos predicados son epistémicos, como lo son parecer o ser probable, que permiten asimismo la negación anticipada.
Entre los verbos que expresan intención y volición destaca especialmente querer, pero se admiten también, de forma más restringida, tener intención (de) y desear, no así odiar o detestar.»
[RAE: Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Libros, 2009, § 48.12]
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