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PRONOMBRE Pronomen (comp.) Justo Fernández López Diccionario de lingüística español y alemán
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Vgl.: |
Personalpronomen / Voseo |
„Pronomen [lat. pro ‘für’, nomen ‘Name.- Auch: Anzeigewort, Fürwort, Stellvertreter].
Nach ihrer Funktion als »Stellvertreter des Nomens« bezeichnete Wortart, die eine unter syntaktischem und semantischem Aspekt sehr heterogene Gruppe von Einzeltypen umfasst. Allen Vertretern gemeinsam ist die semantische Funktion des Verweisens: im Unterschied zu nominalen Ausdrücken wie Eigennamen, die unabhängig von der jeweiligen Redesituation immer dieselben Objekte der außersprachlichen Welt bezeichnen, dienen P. dazu, in Abhängigkeit vom sprachlichen Kontext bzw. der jeweiligen außersprachlichen Realität auf verschiedene Objekte zu referieren, vgl. die engl. Bezeichnung shift-words. In morphologischer Hinsicht haben P. in flektierenden Sprachen eine komplexe Deklination und unterliegen der Kongruenz mit ihren Bezugselementen. Unter syntaktisch-semantischem Aspekt werden mehrere Untergruppen unterschieden: Personal-, Reflexiv-, Possesiv-, Demonstrativ-, Indefinit-, Interrogativ-, Relativpronomen, Pronominaladverb u.a.“ [Bußmann, H., 615]
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„Los pronombres son palabras que se usan en sustitución del nombre. Como sucedáneos que son del nombre pueden usarse desempeñando el papel de sustantivo o adjetivos, con la excepción de los pronombres personales, que se usan sólo como sustantivos y de los posesivos que tienden a comportarse más como adjetivos.
Atendiendo al tipo de mostración, pueden ser:
a) Situacionales: identifican una persona u objeto en el espacio circundante, equivaliendo a un gesto (mostración «ad oculos», lenguaje + situación extralingüística).
b) Anafóricos: la identificación no rebasa la esfera textual, señalando una persona o cosa ya mencionada (anáfora) o que va a mencionarse (catáfora).
En latín, los pronombres personales son situacionales; el relativo, los demostrativos is, idem, ipse son anafóricos. Los restantes pueden asumir ambas acepciones.
Aunque funcionalmente equivalen al nombre, normalmente se comportan de modo extraño a lo nominal:
a) El pronombre tenía en latín una flexión algo diferente que el nombre, diferencia que se acentúa en romance.
b) El nombre sólo mantuvo el caso acusativo (excepción hecha de los restos fonéticos, formales o desinenciales de los casos latinos), mientras que el pronombre, además del acusativo mantuvo otras desinencias casuales.
c) A diferencia del nombre el pronombre conservó el género neutro singular.
d) El pronombre distingue con el caso régimen, dos formas: una acentuada o tónica y otra inacentuada o átona (distinción que no se daba en latín).“
[Urrutia Cárdenas, H. / Álvarez Álvarez, M.: Esquema de morfosintaxis histórica del español. Bilbao: Publicaciones de la Universidad de Deusto, ²1988, p. 133]
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«Entre las discrepancias terminológicas y conceptuales que afectan a las categorías gramaticales o clases de palabras son particularmente notorias en los libros de Lengua Española de ESO y Bachillerato las que tienen que ver con los determinantes y los pronombres.
Las palabras en cursiva de los ejemplos (1) reciben distintas denominaciones en los textos escolares. En opinión de algunos autores estas piezas léxicas, a excepción del artículo, son ‘adjetivos determinativos’, otros prefieren llamaras ‘actualizadores’ y la mayoría emplea bien el término ‘determinante’, bien el término ‘determinativo’, para referirse a ellas.
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(1) |
a. |
{La/Esta/Su} novela. |
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b. |
{Todo/Cada/Cualquier} actor. |
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c. |
{Dos/Muchos/Algunos} profesores. |
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La gramática tradicional dividía, ciertamente, los adjetivos o modificadores del nombre en ‘adjetivos calificativos’ y ‘adjetivos determinativos’, un grupo este último que estaba formado básicamente por los demostrativos, los posesivos, los numerales y los indefinidos que se combinan con un sustantivo. Pero la inclusión de estas palabras en la categoría gramatical de los adjetivos no es muy afortunada ya que pasa por alto una importante propiedad de un buen número de los llamados tradicionalmente ‘adjetivos determinativos’ que los diferencia claramente de los adjetivos propiamente dichos: como muestran los contrastes de (2), cuando introducen un sintagma nominal, los primeros, pero no así los segundos, hacen posible que dicho sintagma pueda funcional como sujeto preverbal, función esta que los nombres comunes no pueden desempeñar solos en español.
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(2) |
a. |
{Esta/*Sorprendente} novela de García Márquez ha recibido un premio |
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b. |
{Cada/*Antiguo} actor representó un papel de la obra. |
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c. |
{Muchos/*Verdaderos} profesores suspenden a pocos alumnos. |
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Como se observa en (3), los sintagmas nominales introducidos por un demostrativo, un posesivo, un numeral o un indefinido se comportan, a este respecto, como un nombre propio o un pronombre, unidades léxicas que denotan individuos o entidades y funcionan como sujetos oracionales:
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(3) |
a. |
{García Márquez/Él} ha recibido el premio. |
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b. |
{María/Ella} representó un papel en la obra |
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c. |
{Antonio y Pedro/Ellos} suspenden a pocos alumnos. |
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Datos como los recogidos en (2) y (3) nos indican que las palabras de las que estamos tratando no pertenecen a la clase de los adjetivos. Darles este nombre no parece ser, por tanto, la opción más adecuada (lo cual no quiere decir que no exista una subclase de ‘adjetivos determinativos’, en la que se incluyen unidades como los posesivos posnominales o el identificativo mismo).
Emplear el término ‘actualizador’ para denominar a los demostrativos, los posesivos, los numerales o los indefinidos que introducen un sintagma nominal también presentan problemas. El más importante es que el concepto mismo de ‘actualización’ es impreciso, e incluso inexacto (al menos en el ámbito de las expresiones nominales). La ‘actualización’, tal y como fue concebida originariamente por el lingüista Ch. Bally, es un proceso por el que los elementos virtuales de la ‘lengua’ saussuriana se convierten en unidades concretas del ‘habla’. Desde esta perspectiva, los demostrativos, los posesivos, los numerales y los indefinidos que preceden a un nombre lo ‘actualizan’, esto es, le otorgan una significación y una función reales en el discurso. No es verdad, sin embargo, que un sustantivo sea intrínsecamente una unidad virtual de la ‘lengua’. [...]
Los demostrativos, posesivos, numerales e indefinidos que introducen un sintagma nominal no convierten unidades de lengua en unidades de habla, no actualizan a un nombre. Su verdadera función es otra: indican qué o cuántos miembros de la clase denotada por el sustantivo con el que se combinan deben tomarse en consideración y contribuyen decisivamente, de este modo, al establecimiento de la referencia de la expresión nominal de la que forman parte. El proceso por el que se escogen objetos o cantidades de objetos de la clase denotada por un sustantivo se conoce habitualmente con el nombre de ‘determinación’. Es por ello por lo que los términos ‘determinante’ o ‘determinativo’ son, sin duda, los más apropiados para denominar las palabras de las que estamos hablando. [...]
Llamaremos ‘determinativo’ a cualquier constituyente del sintagma nominal que denote una cantidad o contribuya directamente a establecer su referencia. Las tres palabras en cursiva de los ejemplos
Su película,
Una película suya,
La misma película,
serían, por tanto, determinativos.
Reservamos el nombre de ‘determinante’ para los determinativos que introducen un sintagma nominal y hacen posible que dicho sintagma funcione como sujeto preverbal. [...]
Los determinativos que se posponen al nombre (y también los que lo anteceden y son precedidos a su vez por un determinante) constituyen, por su parte, una clase de adjetivos, los ‘adjetivos determinativos’, esto es, unidades predicativas que modifican al nombre al que acompañan y tienen un significado relacionado con la referencia o la cuantificación. Los que aquí llamamos ‘adjetivos determinativos’ serían, por tanto, un subconjunto de las palabras a las que la tradición gramatical daba este mismo nombre. En la siguiente tabla se resume e ilustra esta propuesta terminológica:
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Determinativos |
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Determinantes |
Adjetivos determinativos |
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{la/esa/nuestra} película |
la misma película |
la película esa |
{otro/cierto} político |
los demás participantes |
un amigo mío |
{toda/cada} respuesta |
el otro coche |
problema alguno |
{sendos/ambos} problemas |
los dos estudiantes |
una ciudad cualquiera |
{algún/cualquier} coche |
esos {muchos/pocos} libros |
gente bastante |
{dos/muchos/pocos} libros |
otros {tantos/cuantos} líos |
una idea {semejante, parecida} |
{tanto/cuantos} estudiantes |
mis numerosos amigos |
un paisaje {idéntico/distinto} |
{bastantes/varios} conflictos |
tus escasos recursos |
un coche igual al tuyo |
{demasiadas/más/menos} faltas |
las distintas modas |
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{dicho/tal} individuo |
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{semejante/tamaño} disparate |
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{qué/cuántos} artículos |
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{distintas/numerosas} personas |
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También existen diferencias en los libros de Lengua Española de Secundaria y Bachillerato tanto en la definición del concepto de pronombre como en la extensión que se atribuye a dicho concepto. Todavía se puede encontrar hoy en día en algunos textos escolares la caracterización tradicional de los pronombres como unidades que sustituyen a un nombre. No es cierto, sin embargo, que un pronombre sustituya a un nombre. [...] Un pronombre es una palabra que tiene la distribución de un nombre propio o un sintagma nominal y permite hacer referencia por sí sola a una entidad o a una cantidad (o puede incluso sustituir a una oración y denotar un estado de cosas, v.g., Yo no he dicho {que esté enfermo/eso}).
Los autores de textos escolares tampoco se ponen de acuerdo en la caracterización extensional de la clase de pronombres. Todos coinciden en que hay pronombres personales (yo, me, mí...), demostrativos (este, esto, tal, tanto...), indefinidos (alguien, algo, nadie, nada...), interrogativos/exclamativos (qué, quién, cuál...) y relativos (quien, el cual...), pero en muchos textos se afirma además que los determinantes que no van seguidos de un nombre funcionan como pronombres. [...]
Otros autores sostienen, en cambio, como se recoge en los siguientes ejemplos
a. [Esa Ø] no me ha gustado nada,
b. Ana conoce a [algunos Ø],
c. Juan ha escrito dos artículos y yo he escrito [tres Ø],
d. El primer clasificado es del mismo equipo que [el segundo Ø],
e. Mi coche es más rápido que [el Ø tuyo],
que en estos casos debe sobreentenderse un sustantivo elidido o tácito (Ø), cuyo contenido se recupera gracias a la información aportada por la situación discursiva o el contexto oracional. De este modo, los determinantes seguirían siendo tales y no se recategorizarían como pronombres.
Analizar los sintagmas nominales entre corchetes en los ejemplos anteriores como casos de ‘elipsis nominal’ tiene la ventaja, entre otras, de que restringen significativamente la extensión de la clase de pronombres: no habría pronombres numerales o posesivos y evitaría la ‘duplicación categorial’, esto es, el hecho de que un buen número de piezas léxicas sean unas veces determinantes y otras pronombres.
Los determinantes y los pronombres son palabras claramente emparentadas: tienen a menudo un origen histórico común (como ocurre con el artículo y el pronombre personal de tercera persona), presentan claras semejanzas fonéticas (algún/alguien, ningún/nadie...) y tanto unos como otros son categorías ‘nominales’ que poseen un significado gramatical vinculado con la referencia o la cuantificación. No resulta muy arriesgado afirmar, en consecuencia, que los determinantes y los pronombres constituyen, en realidad, una sola clase gramatical. La única diferencia importante que existe entre ellos es que los primeros se combinan con un nombre mientras que los segundos constituyen por sí mismos un sintagma nominal.»
[Eguren, Luis / Fernández Soriano, Olga: La terminología gramatical. Madrid: Gredos, 2006, p. 20-26]
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