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THEMATISIERUNG Tematización (comp.) Justo Fernández López Diccionario de lingüística español y alemán
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Thematisierung:
Änderung der Abfolge sprachlicher Einheiten mit dem Ziel, eine dieser Einheiten (die „thematisierte“) zum Thema der Äußerung zu machen.
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«Tematización.
La puesta en relieve, es decir, la transformación en tema, de un elemento determinado del enunciado, obtenida a través de uno o de más mecanismos entre aquellos previstos por la lengua: modificación del orden de las palabras, hechos de entonación y acento contrastivo, partículas específicas (como wa...ga en japonés).
Respecto a la frase no marcada „Juan ha pagado la comida“, podemos tener: „Es Juan el que ha pagado la comida“, „Ha sido Juan el que ha pagado la comida“ o, con el uso de entonación y pausa, „Juan // ha pagado la comida“ (como si respondiese a la pregunta „¿Quién ha pagado la comida?“).» [Cardona, G. R.: Diccionario de lingüística, p. 273]
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«Definiremos la tematización como aquel mecanismo sintáctico en virtud del cual el tema - sea o no el sujeto - aparece en un lugar periférico dentro de la oración, que suele coincidir (aunque no necesariamente) con la posición inicial:
En el jardín los niños se divierten mucho.
Del examen nadie ha hablado todavía.
Inteligente no lo es mucho.
Las acelgas María las detesta.
A pedro le escribiremos una carta.
Aunque la posición sujeto es de por sí no remática en el orden objetivo, ello no significa que deba necesariamente interpretarse como información dada. Cuando éste es el caso, el hablante dispone de estrategias diversas para recalcar el carácter temático del sujeto: separarlo el resto de la oración por medio de una pausa, o bien anteponerle expresiones tematizadoras como "en cuanto a", "respecto a", etc.
Cualquiera de estos procedimientos permite oponer netamente (i) - con sujeto no tematizado - a (ii):
(i) María lo sabe todo.
(ii) a. ¿María? Lo sabe todo.
b. En cuanto a María, lo sabe todo.
Desde el punto de vista semántico, lo característico de la tematización es que el sintagma que figura a la izquierda es una entidad que forma parte de la información de que dispone el interlocutor, bien sea porque se halla presente en el contexto lingüístico previo, bien sea porque es suficientemente relevante en el contexto extralingüístico de la enunciación.
Sintácticamente, son varias las propiedades que se han asignado a la tematización. De acuerdo con Cinque (1981 b, 15), cabe destacar, entre otras, las siguientes: ante todo, el elemento en posición temática puede pertenecer a diferentes categorías sintácticas (SN, SP, SAdj., etc), tal como se refleja en los ejemplos anteriores; en segundo lugar, no existe límite (teórico) en cuanto al número de sintagmas situados a la izquierda:
Ayer a María la vieron con su novio.
A Pedro la carta hay que escribírsela pronto.
En tercer lugar, el constituyente tematizado dispone dentro de la oración de un correlato pronominal que necesariamente deber ser un clítico. En los casos en que no existe el pronombre átono correspondiente a la categoría objeto de tematización [como es el caso de los complementos preposicionales], queda simplemente vacío.
La presencia de un hueco en
En el jardín los niños se divierten mucho.
Del examen nadie ha hablado todavía.
no impide hablar de tematización en estos casos. Las citadas oraciones son perfectamente discernibles de los casos de dislocación (en donde nunca puede haber un clítico vinculado con el sintagma de la izquierda). En rigor, cabe atribuir esta posición vacía a la defectividad del paradigma de clíticos en español, carente de formas como hi, en del catalán, ci, vi, ne del italiano, etc., cuya existencia reduce sensiblemente en tales lenguas el repertorio de tematizaciones sin pronombre:
a. Al jardí els nens s'hi diverteixen molt. ('En el jardín los niños se divierten mucho').
b. De l'examen ningú no n'ha parlat encara. ('Del examen nadie ha hablado todavía').»
[Hernanz, M. Ll./Brucart, J. M.: La sintaxis. Barcelona: Ed. Crítica, 1987, p. 82-83]
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«Tematización.
En algunos modelos explicativos del diálogo, éste queda caracterizado como un contrato que comprende las siguientes cláusulas: (1) la ‘topicalización’; (2) la tematización; (3) la colaboración (principio de cooperación, estrategia de colaboración) y el principio de relevancia y de cortesía; y (4) los turnos de habla o de palabra.
Dado que existe una correlación entre TEMA y posición inicial de un enunciado, se llama ‘tematización’ a la estrategia comunicativa mediante la cual pasan a posición temática o de arranque del ‘enunciado’, es decir, se convierten en ‘tema’, algunos constituyentes del enunciado, que no suelen estar en posición inicial. Desde un punto de vista sintáctico, ‘tematización’ es el proceso sintáctico mediante el cual se señala como TEMA un constituyente que normalmente no asume ese papel en la ordenación oracional considerada no marcada, por ser la más frecuente y, en consecuencia, la habitualmente esperada. El proceso de ‘tematización’ implicará el desplazamiento del constituyente seleccionado a la posición inicial de oración, la adjunción de partículas especiales, etc., según lo que sea característico de cada lengua para indicar a qué elemento se asigna el papel de tema. Por ejemplo, tanto en español como en inglés, el orden de constituyentes considerado no marcado en las oraciones declarativas es aquel en que el sujeto de la oración aparece en primer lugar y, por tanto, se identifica como tema. Habrá ‘tematización’ siempre que se seleccione como tema, y se marque como tal, un constituyente que no sea el sujeto de la oración. Así pues, en enunciados como “Esa canción la aprendí hace muchos años”, “Al perro le he dado ya su comida” se ha realizado un proceso de ‘tematización’. En ellos aparece el tema, ocupando la posición inicial, no es sujeto, sino un complemento (esa canción, al perro) que en la ordenación no tematizada se situarían en posición posverbal Aprendí esa canción hace muchos años, He dado ya su comida al perro).
En español la tematización de los complementos pertenecientes al ámbito de la categorización verbal está sujeto a ciertas restricciones. Si un objeto directo se ‘tematiza’, pero no se focaliza, debe dejar junto al verbo un clítico de acusativo (“Esa canción la aprendí hace muchos años”); y si fuera un objeto indirecto, dejaría un clítico de dativo (“Al perro le di ya su comida”). Según Hernanz y Bruccart (1987: 81 s.), no existen límites teóricos en cuanto al número de constituyentes que se pueden tematizar: “A Pamela, la chaqueta se la di hace tiempo”. En inglés un constituyente se puede tematizar siempre que se le dé la entonación adecuada (ascendente o descendente). Otros recursos de ‘tematización’ son la voz pasiva y las llamadas oraciones hendidas. La tematización es uno de los recursos de la intencionalidad textual.
Puede equivaler también a topicalización.»
[Alcaraz Varó, Enrique / Martínez Linares, María Antonia: Diccionario de lingüística moderna. Barcelona: Editorial Ariel, 1997, p. 553-554]
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