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VOSEO (comp.) Justo Fernández López Diccionario de lingüística español y alemán
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Vgl.: |
Personalpronomen / Pronomen |
„Die Form vos ist etymologisch 2. Pers. Pl.; sie diente in zweistufigen Anredesystem des Altspanischen als Respektform: Sg. tú „du“ - vos „Ihr“, Pl. vos „ihr“. Im Siglo de oro bildete sich eine dreistufige Anrede aus: Sg. tú - vos - vuestra merced „Euer Gnaden“, Pl. vos(otros) - vuestras mercedes, wobei vos als vertrauliche Anrede in die Nähe von tú rückte. Durch Schwund von vos und Grammatikalisierung von vuestra merced zur phonetischen Reduktionsform usted (Erstbeleg 1620) entstand das heutige zweistufige Anredesystem des europäischen Spanisch. In weiten Bereichen des amerikanischen Spanisch blieb hingegen vos erhalten, es schwand tú.
Historisch gesehen kongruiert vos mit der 2. Pers. Pl. des Verbs. Diese Pluralkongruenz wird im Voseo bei einigen Tempora beibehalten, teilweise in deren alter, in Spanien bis zum 17. Jh. lebendigen Form: vos sabéis [= sabéis], vos tomastes [= tomasteis], vos sos [= sois]; ansonsten kongruiert vos mit der 2. Pers. Sg. (vos sabías).
Die Verbreitung und morphologische Ausprägung des Voseo gelten als wichtiges sprachgeographisches Einteilungskriterium für das amerikanische Spanisch. Ganz grob kann man drei Verbreitungszonen unterscheiden: In der La-Plata-Region (Argentinien, Uruguay, Paraguay) und Zentralamerika (außer Panama) herrscht der Voseo, in Peru, Mexiko und der Karibik der Tuteo; im übrigen spanischsprachigen Amerika kommen Voseo und Tuteo vor, teils räumlich getrennt, teils als Registervarianten. Die Verbreitung des Voseo wird im allgemeinen kulturhistorisch erklärt: Der Voseo trete an der Peripherie des ehemaligen spanischen Kolonialreiches auf, der Kernbereich, der in engem Kontakt mit dem Mutterland stand, machte die Entwicklung des europäischen Spanisch mit.
Die besprochenen Anredesysteme gelten unter Standardbedingungen, sie berücksichtigen keine Sondernormen. Zum Beispiel lebt vos im europäischen Spanisch als formelle Anrede einer Person weiter, sie wird doch bei feierlichen Anlässen verwendet: Vereidigung von Ministern (Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones ... „Schwört oder versprecht Ihr auf (Euere) Ehre und Gewissen, die Verpflichtungen ... treu zu erfüllen“), Aufnahme in die Akademie, usw. Im Amerikanischen Spanisch kommt in Gebieten mit Voseo die Anrede tú in bestimmten Bereichen weiter vor, etwa in der Dichtung, aber auch in der Schule, wo tú als sprachkorrektere und „internationalere“ Form angesehen und gelehrt wird.“
[Berschin, H. / Fernández-Sevilla, J. / Felixberger, J.: Die spanische Sprache. München: Hueber, 1987, S. 193-194]
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„Voseo
«En la España del 1500 – relata Lapesa – tú era el tratamiento que se daba a los inferiores o entre iguales cuando había máxima intimidad; en otros casos aun dentro de la mayor confianza se hacía uso de vos. Al generalizarse vuestra merced > usted como tratamiento de respecto, tú recobró terreno a costa de vos en el coloquio familiar hasta eliminarlo durante el siglo XVII y quizá parte del XVIII. Las cortes virreinales adoptaron y difundieron estos cambios en las formas de trato social, que hoy son las únicas vigentes en casi todo Méjico, en la mayor parte del Perú y Bolivia y en las Antillas, donde influyó la acción cultural de la Universidad de Santo Domingo, así como la mayor duración de la dependencia política respecto a España. Pero en Argentina, Uruguay, Paraguay, América Central y el estado mejicano de Chiapas domina el vos en la conversación familiar con intensa y espontánea vitalidad; en Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile, zonas norteñas y Sur del Perú, así como en el Sur de Bolivia, alternan tú y vos».”
[Abad, Francisco: Diccionario de lingüística de la escuela española. Madrid: Gredos, 1986, p. 244]
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„Los orígenes del voseo:
Con el fin de tener una información necesaria, sucinta, haremos una breve síntesis de los orígenes del voseo que perdura en América.
El vos americano se usa como forma de familiaridad e intimidad en la vida social. Como hemos anticipado, el voseo implica unas desinencias específicas en determinadas formas de los modos indicativo, subjuntivo e imperativo. Ejemplos:
tú bailas |
- |
vos bailás |
tú bailes |
- |
vos bailés (o vos bailes) |
tú hayas bailado |
- |
vos hayás bailado (o vos hayas bailado) |
baila tú |
- |
bailá vos |
En el voseo el vos se usa sólo como sujeto, complemento preposicional y en la comparación. Su paradigma pronominal se completa en las demás funciones con las formas del paradigma del tú: vos te quedás hasta mañana.
Su origen está en la coexistencia de TU / VOS como expresiones de confianza en el siglo XVI. Y en que la homomorfia de singular, plural (vos cantas, tú cantás), en los testimonios antiguos, influyó, según Rafael Lapesa, en la «formación y consolidación» del voseo hispanoamericano, proyección del español que llegó a América en el siglo XVI (Cf. R. Lapesa. „Las formas verbales de persona y los orígenes del voseo“. En: Actas del Tercer Congreso Internacional de Hispanistas, México: El Colegio de México, 1970).
Suelen distinguirse dos modalidades verbales en el voseo: la argentina y la chilena. Ambas con fuerte tendencia a la monoptongación, y la chilena con tendencia al uso de la i tónica final (tomaí(s), comís, vivís ...).
En general, donde la influencia de la Península o de la metrópoli fue mayor, se ha perdido el voseo, frente a las zonas más alejadas donde se mantiene:
a) Zonas de voseo: Argentina, Uruguay, Paraguay, América Central (Guatemala, Salvador, Honduras, Nicaragua).
b) Zonas de tuteo-voseo: Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile, Perú.
c) Zonas de tuteo: México, Perú, Bolivia, Puerto Rico, Santo Domingo ..., etc.“
[Urrutia Cárdenas, H. / Álvarez Álvarez, M.: Esquema de morfosintaxis histórica del español. Bilbao: Publicaciones de la Universidad de Deusto, ²1988, p. 150-151]
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«El voseo:
Es el uso de vos por la forma tú.
En España, hacia 1500, la forma tú era el tratamiento que se daba a inferiores o entre iguales de mucha confianza. Para el tratamiento de respeto se empleaba vuestra merced que triunfó en el siglo XVI; y vos pasó a usarse como forma de tratamiento entre iguales de mucha confianza y para inferiores. Así que vos y tú llegaron a tener el mismo uso y valor. En zonas de América se usa vos para la intimidad, cosa que en España ha desaparecido.
La distribución del uso de vos y tú en Hispanoamérica parece que se debe a hechos culturales:
§ Las regiones que poseían cortes virreinales, como Méjico y Perú, o universidades como Santo Domingo, recibían los usos que triunfaban en la metrópoli: rechazaban el vos y rehabilitaban el tú. Lo mismo ocurría en Cuba y Puerto Rico.
§ Las zonas que no tuvieron el influjo político-cultural anterior y su vida era más rústica, como América Central, llanos de Colombia y Venezuela, sierra ecuatoriana, Chile y Río de la Plata prefirieron el vos, con distinta intensidad y no en todas las formas pronominales.
§ Para el régimen sin preposición es te y no os. El posesivo es tu y tuyo pero no vuestro: vos te comes tu comida.
§ El voseo americano es una mezcla de vos y tú. Utiliza el esquema: vos, te, tu, tuyo y no el tú, ti, os, vuestro.
§ El plural de vos en las zonas voseantes es ustedes. Este uso de vos afecta a las formas verbales. El profesor Zamora Vicente esquematiza así la incidencia del voseo en la conjugación:
a) Vos cantáis-teméis-reís: iguales con las normales de plural del castellano.
b) Vos cantaís-temís-reís: sierra de Ecuador, sur de Perú, Chile.
c) Vos cantás-temés-reís: sur de Méjico y Centroamérica, Colombia, Venezuela, costas de Ecuador, Paraguay, Argentina (pampa y guaraní), Uruguay.
d) Vos cantas-temes-ríes: Santiago del Estero.»
[Pérez Moreta, J. / Viudas Camarasa, A.: Lengua española. Madrid: ed. sm, 1992, pp. 388-389]
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«VOS, h. 1140.
Del latín VOS ‘vosotros’. En los SS. XII-XIV conserva el valor de plural que tenía en latín, pero desde los orígenes aparece también como pronombre singular reverente; desde fines de la Edad Media y en el Siglo de Oro se había extendido tanto su empleo, que ya no implicaba respecto alguno y sólo servía para indicar la falta de la familiaridad propia de iguales, indicando falta de respeto en boca de un noble; de ahí que se evitara su empleo, salvo en las zonas únicamente rurales en aquel tiempo: de ahí su supervivencia con el valor de ‘tú’, en las partes de América que tenían este carácter en aquel entonces. Con el valor de plural se empleó desde el principio el compuesto vosotros, 1251, que al principio tenía carácter enfático (‘vosotros sí, no yo’), pero ya en el S. XIV, para evitar la ambigüedad de vos, se generaliza vosotros como pronombre plural.
Derivados: Vosear, principios S. XVII; voseo. Vuestro, h. 1140, latín vulgar VOSTER, -TRA, -TRUM (clásico vester).
Compuestos: Usted, 1620, contracción de vuestra merced, principios S. XV, inventado para sustituir a vos, desgastado como pronombre de respeto; formas intermedias son vuasted, 1617; vuested, 1635; vusted, 1619, etc. (también corrieron voacé y otras). Vuecelencia, vuecencia (por vuestra excelencia), vusiría y usía (por vuestra señoría), presentan contracciones análogas.»
[Corominas, Joan: Breve diccionario etimológico de la lengua española. Madrid: Gredos, 1987, p. 611]
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«Evolución histórica de los sistemas de tratamiento pronominales
Para entender el desarrollo de los diferentes sistemas de tratamiento pronominales existentes actualmente en español, resulta necesario partir de los usos del siglo XVI, en los que se plantea una serie de conflictos que van a desembocar en la multiplicidad de usos actuales. En esa etapa, tres son las formas usadas para segunda persona singular: tú, vos y Vuestra Merced (y las formas derivadas de Vuestra Merced –que finalmente dará usted–, cuyo estado muchas veces no se puede precisar en los documentos, ya que aparece normalmente la abreviatura V.M.). A estas formas debe agregarse aún una cuarta, de mucho menor frecuencia, él/ella, que por su grado de formalidad se ubicaba entre vos y V.M.
Un estudio realizado sobre un epistolario formado por 650 cartas enviadas por inmigrantes desde América entre 1540 y 1616, a parientes en España (Fontanella de Weinberg 1994ª) muestra la complejidad en la selección de los pronombres de tratamiento. En este epistolario se puede observar una notable mayoría de la fórmula V.M., que constituía el único trato posible en las relaciones en las que predominaba el respecto. De tal modo, V.M. resultaba la forma exclusiva en todas las relaciones asimétricas en el sentido de menor a mayor poder y era también la forma predominante en relaciones simétricas. Así, V.M. se usaba con exclusividad en la relación entre personas ajenas a la familia y entre parientes lejanos y casi con exclusividad entre cuñados, mientras que predominaba decididamente entre hermanos y entre primos.
Sólo aparecía mayoritariamente vos en una relación simétrica, la relación entre esposos, lo que parece indicar que esta era la forma que expresaba la intimidad por antonomasia en relaciones simétricas.
En el caso de las relaciones asimétricas, cuando el destinatario estaba en el polo de menor poder, vos era la forma predominante, como ocurría en el trato de tíos a sobrinos y de padres a hijos.
Esta última relación era prácticamente la única en la que aparecía en forma significativa tú, aunque su uso, aún en ella, era minoritario con respecto a vos.
El siguiente gráfico muestra los usos de los tratamientos considerados:
Parentesco |
VM s. XVI-XVII |
VM s. XIX |
VOS s. XVI-XVII |
VOS s. XIX |
VOS s. XX |
tú s. XX |
Parientes lejanos |
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Tíos |
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Padres |
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Madres |
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Primos |
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Sobrinos |
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Hermanos |
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Esposos |
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Hijos |
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El gráfico nos muestra que V.M. [Vuestra Merced] cubría un espectro muy amplio de usos, aún en este caso en que los destinatarios eran su totalidad miembros de la familia. Vos, en cambio, cubría un espectro pequeño, limitado a relaciones de intimidad (esposos) o poder negativo (hijos, sobrinos). En cuanto a tú, se hallaba reducido a su mínima expresión, pues se lo empleaba prácticamente en una sola relación (padres e hijos) y en ella su uso era minoritario, ya que la fórmula más empleada era vos. [...]
Ante esta situación compleja, es indudable que estábamos en la presencia de un sistema inestable, en el que era previsible una simplificación, para la que se ofrecían tres alternativas:
1) Eliminación de vos y su paradigma
2) Eliminación de tú y su paradigma
3) Fusión de ambos paradigmas
Las tres alternativas presentaban ventajas y desventajas, lo que explica, a mi juicio, que no haya habido una solución única en todo el mundo hispánico. [...]
Esto explica que el proceso no haya arraigado en el español metropolitano, ni en las cabeceras de los dos grandes virreinatos americanos, México y Lima, donde la lengua tenía un alto grado de estandarización. En cambio, en casi todo el resto de América Hispánica, se produjo el proceso de fusión con el mantenimiento de vos en las funciones más conspicuas. Lo complejo del proceso de reestructuración que implica la conformación del voseo, así como el hecho de que se trata de un fenómeno realizado al margen de la normalización lingüística explican la variabilidad e inestabilidad de los paradigmas en la mayor parte de las regiones voseantes.
En cuanto a la situación del plural, la superposición de las formas de vos con las de vosotros, contribuyó sin duda a erosionar los usos de vosotros y a favorecer la generalización de ustedes como única forma de tratamiento plural, lo cual explica que en todas las regiones en las que perduró vos se eliminó vosotros. Es posible que en las que se impuso tú y también se eliminó vosotros –como en la región americana en la que actualmente se usa el paradigma pronominal II– vos haya perdurado lo suficiente como para actuar en la pérdida de vosotros. De hecho, las confusiones entre vos y tú perduran en México y Lima hasta fines del siglo XVIII.
La oposición entre los tratamientos de confianza y respeto constituye un fenómeno ampliamente extendido entre las lenguas europeas y ha sido extensamente estudiado a partir de los postulados de Brown y Gilmn (1960), quienes distinguen dos ejes fundamentales en los usos de tratamientos:
a) el eje del poder, que se manifiesta en los tratamientos asimétricos en los que un hablante recibe usted y su interlocutor tú o vos, manifestándose de tal modo las diferencias de poder o estatus, que por diversas razones –edad, relación familiar, relación de trabajo, situación social, etc.– existen entre ambas; y
b) el eje de la solidaridad, en el que existe una relación de simetría, ya sea que los interlocutores se intercambian usted o tú/vos en forma recíproca.
De acuerdo con este esquema, la relación es de poder cuando se maneja en el eje vertical, mientras que es de solidaridad en el eje horizontal, ya se trata de solidaridad formal (usted – usted) o de solidaridad informal (tú/vos – tú/vos).
Brown y Gilman (1960) postulan que históricamente en las lenguas europeas se ha ido produciendo un cambio desde el predominio de relaciones asimétricas hacia un predominio de relaciones simétricas y aun dentro de estas últimas se ha ido pasando en muchos casos de relaciones recíprocas formales hacia relaciones recíprocas informales.
En el caso del español, este cambio es muy claro a través de los siglos.»
[Fontanella de Weinberg, M.a Beatriz: “Sistemas pronominales de tratamiento usados en el mundo hispánico”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 22.4-22.5]
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