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Diego Hurtado de Mendoza - Textos

(comp.) Justo Fernández López

Historia de la literatura española

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Diego Hurtado de Mendoza (1503 – 1575)

Textos

 

CANCIÓN EN REDONDILLAS Y QUINTILLAS

Desdichas, si me acabáis,
¡cuán buena dicha sería!
Si haréis, si no os cansáis
por mayor desdicha mía.

Poco os queda por hacer,
según lo que tenéis hecho,
en que os podáis detener
en un hombre tan deshecho
y tan hecho a padecer.

La costumbre dicen que es
muy gran remedio a los males;
yo digo que es al revés,
que los hace más mortales.

Ved a lo que me han traído
la costumbre y sufrimiento,
que de puro ser sufrido
vengo a decir lo que siento
cuando estoy ya sin sentido.

Los que vieren que porfío
a quejarme de mi suerte
pensarán que desvarío
con la rabia de la muerte.

Mas, con todo, bien verán
que no es tiempo de mentir;
gran agravio me harán
viéndome para morir
los que no me creerán.

Todo lo tengo probado,
hasta el bien me hace mal;
el no me hallar confiado
era mi peor señal.

Temblaba el alma en los pechos
en ver sombras de alegría;
bienes eran contrahechos,
que siempre el placer venía
víspera de mil despechos.

Si acaso estaba contento,
que pocas veces sería,
venía un remordimiento
que el alma me deshacía.

Profecías eran éstas
del mal en que hora me veo;
mil cosas llevaba a cuestas,
que las llevaba el deseo
sobre mi cabeza puestas.

Y aun me parecían a mí
tan ligeras de llevar,
que nunca tanto sentí
como habellas de dejar.

Esto, ya que era pasado,
si el dejallo me dio pena,
júzguelo quien lo ha probado;
si alguna hora tuve buena,
¡cuán cara que me ha costado!
 

CANCIONES EN REDONDILLAS

1

Pues que tanta priesa os dais
y yo tan poco me quejo,
pesares, libres os dejo;
quiero ver si me acabáis.

En tan peligroso trago,
aunque yo no lo procure,
¿no habrá un bien que me asegure
de este daño que me hago?

No, que no quieren valerme
mis cuidados como hermanos,
sino darme de las manos
cuando pueden ofenderme.

Siempre ofenderme desean,
y yo con ellos me junto
cada y cuando que barrunto
cosas que contra mí sean.

Remedio yo no lo pido,
consejo no lo recibo,
que a mí mismo, porque vivo,
me tengo ya aborrecido.

2

Cuidados, que me traéis
tan vencido al retortero,
acabad, que acabar quiero
porque vos os acabéis.

El ave que el pecho hiere
y tanto a sus hijos ama
con la sangre que derrama
les da vida, aunque ella muere.

Los pesares me maltratan,
dentro en el alma los tengo
y con ella los mantengo,
y ellos consigo me matan.

No es cuidado el que me manda
ni quien me hace la guerra,
mas pesar que me destierra
y placer que en otros anda.

Siempre doblada la pena,
siempre muerte ante los ojos,
por mis pesares y enojos
y por la holganza ajena.
 

SONETOS

1

Días cansados, duras noches tristes,
crudos momentos en mi mal gastados,
el tiempo que pensé veros mudados
en años de pesar os me volvistes.

En mí faltó la orden de los hados;
en vos también faltó, pues tales fuistes,
que podréis en el tiempo que vivistes
contar largas edades de cuidados.

Largas son de sufrir cuanto a su dueño
y cortas si me hubiese de quejar,
mas en mí este remedio no ha lugar,

que la razón me huye como sueño
y no hay punto, señora, tan pequeño,
que no se os haga un año al escuchar.

2

Como el triste que a muerte es condenado
gran tiempo ha y lo sabe y se consuela,
que el uso de vivir siempre en penado
le trae a que no sienta ni se duela,

si le hacen creer que es perdonado
y morir cuando menos se recela,
la congoja y dolor siente doblado,
y más el sobresalto lo desvela;

ansí yo, que en miserias hice callo,
si alguna breve gloria me fue dada,
presto me vi sin ella y olvidado.

Amor lo dio y Amor pudo quitallo,
la vida congojosa toda es nada,
y ríese la muerte del cuidado.

3

Vuelve el cielo, y el tiempo huye y calla,
y callando despierta tu tardanza;
crece el deseo y mengua la esperanza
tanto más cuanto más lejos te halla.

Mi alma es hecha campo de batalla,
combaten el recelo y confianza;
asegura la fe toda mudanza,
aunque sospechas andan por trocalla.

Yo sufro y callo y dígote: "Señora,
¿cuándo será aquel día que estaré
libre de esta contienda en tu presencia?"

Respóndeme tu saña matadora:
"Juzga lo que ha de ser por lo que fue,
que menos son tus males en ausencia."

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