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Fuentes Carlos

(comp.) Justo Fernández López

Historia de la literatura hispanoamericana

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CARLOS FUENTES

SEMBLANZA

Carlos Fuentes (México, 1928-2012), escritor y ensayista, cosmopolita y polígloto, uno de los grandes narradores y pensadores mexicanos.

Nació en la ciudad de Panamá, donde su padre era embajador de México. Como su padre era diplomático, el escritor pasó su infancia en diversas capitales de América: Montevideo, Río de Janeiro, Washington D.C, Santiago de Chile, Quito y Buenos Aires, ciudad a la que su padre llegó en 1934 como consejero de la embajada de México.

Los veranos los pasó en la Ciudad de México, estudiando en escuelas para no perder el idioma y para aprender la historia de su país. Se graduó en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México y en Economía en el Instituto de Altos Estudios Internacionales de Ginebra. Vivió en Santiago de Chile (1941-1943) y Buenos Aires en donde recibió la influencia de notables personalidades de la esfera cultural americana.

En Francia conoció a Octavio Paz, cuyos libros Libertad bajo palabra y El laberinto de la soledad ejercieron una enorme influencia en él. En 1963 conoció en París a Julio Cortázar y a Mario Vargas Llosa y, un año más tarde, inició su amistad con Gabriel García Márquez. Sus obras han sido traducidas a varias lenguas y son constantemente reeditadas.

Entre sus premios literarios destacan: Premio Nacional de Literatura (México, 1984), Cervantes (España, 1987) y Príncipe de Asturias de las Letras (España, 1994).

Hasta el día de su fallecimiento, fue considerado candidato principal para obtener el Premio Nobel de Literatura. El último latinoamericano en recibir este premio, el peruano Mario Vargas Llosa, expresó su deseo de que el siguiente autor de la lengua en recibirlo fuera Carlos Fuentes. Dijo Fuentes poco tiempo antes: "Cuando se lo dieron a García Márquez (1982) me lo dieron a mí, a mi generación, a la novela latinoamericana que nosotros representamos en un momento dado. De manera que yo me doy por premiado".

Se desempeñó como delegado de México en numerosos organismos internacionales y, desde 1972 hasta 1976, como embajador de su país en Francia. Destacó como profesor en las universidades de Princeton y Columbia y catedrático en las de Harvard y Cambridge.

Gran aficionado al cine, escribió varios guiones. Durante toda su vida colaboró en periódicos y revistas de ambos lados del Atlántico.

Hijo de un diplomático, la política estuvo presente y condicionó tempranamente la vida y la obra de Fuentes. Los constantes viajes por el mundo le permitieron adquirir una cultura cosmopolita y hablar fluidamente idiomas como el inglés y el francés. Elemento central en muchas de sus obras, Fuentes siempre se mantuvo cercano y opinando sobre la situación política mexicana, escribiendo artículos sobre cuestiones de actualidad. En su papel de intelectual y figura pública tuvo lugar una de sus actuaciones más polémicas, cuando defendió al presidente Luis Echeverría de las acusaciones que lo señalaron como responsable de la matanza de Corpus Christi del 10 de junio de 1971, en medio de una polémica que dividió a la intelectualidad mexicana de la época entre quienes criticaban y quienes apoyaban al gobierno, bajo la consigna "o Echeverría o el fascismo".

Entre 1975 y 1977 ocupó el cargo de embajador en Francia como homenaje a su padre. Durante su gestión, abrió las puertas de la embajada a los refugiados políticos latinoamericanos y a los de la resistencia española. Asimismo, actuó como delegado en la Conferencia sobre Ciencia y Desarrollo en Dubrovnik, Yugoslavia. Renunció al cargo durante el gobierno de José López Portillo, en protesta por el nombramiento del expresidente Díaz Ordaz, como primer embajador de México en España después de la muerte de Francisco Franco.

En diversas ocasiones habló favorablemente de Fidel Castro aunque, en algunas otras, le puso reparos importantes. Elogió también la apertura de Raúl Castro. Fue amigo personal de hombres poderosos de la política mundial, como Bill Clinton o Jacques Chirac.

En las elecciones federales en México de 2006 acabó criticando duramente al candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador. Tras el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, al principio se mostró favorable a la candidatura de López Obrador para los comicios de 2012, pero poco antes de su muerte calificó tanto a este como a los otros candidatos, Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, de "mediocres" y "poco interesantes" y aseguró que no votaría por ninguno de ellos, al tiempo que lamentó que el jefe del Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, estuviera ausente de la contienda porque, en su opinión, era el "más inteligente".

Obra

La edad del tiempo es el nombre que Carlos Fuentes le dio al conjunto de su obra narrativa a partir de 1987. A la manera de la Comedia humana de Honoré de Balzac, el escritor mexicano aglutinó sus novelas en grupos, a menudo cambiándolas de lugar e incluso agregando títulos tentativos de obras futuras que nunca escribió. Muchas novelas quedaron sin entrar en ningún grupo, como obras independientes dentro de su programa narrativo.

Las obras de Fuentes tienen tres elementos recurrentes: el rescate y la reflexión de la historia; el estudio del ejercicio y las estructuras del poder y el análisis de los problemas de la sociedad mexicana de cada momento. Siguiendo la tesis de Octavio Paz en su libro El laberinto de la soledad, Fuentes consideraba que el mexicano estaba reñido con su pasado y su condición de mestizo cultural, tanto con su herencia prehispánica como con su herencia española, tratando este conflicto en muchas de sus obras.

Estos temas ya están presentes su primera novela, La región más transparente (1958), en la que hace un inmenso fresco de la ciudad de México y de la sociedad mexicana a través de historias de diferentes personajes que se cruzan entre sí, con el personaje de Ixca Cienfuegos como nexo conector entre todos ellos y a la vez representante y encarnación del pasado prehispánico negado y no asumido. La novela fue un éxito inmediato, pese a algunas críticas adversas, que le reprocharon su estructura "caótica" y un supuesto afán extranjerizante, y algunos incluso la ven como la primera del boom latinoamericano.

La crítica del México posrevolucionario se ahondaría en La muerte de Artemio Cruz (1962), novela con la que entró a formar parte definitivamente del boom. La novela narra la agonía de un empresario mexicano que en su lecho de muerte recuerda su vida y cómo pasó de combatiente revolucionario a traicionar sus ideas y convertirse en un poderoso caudillo y finalmente en un corrupto millonario.

Ese mismo año publicó la novela corta Aura, una de sus obras más leídas y reconocidas. Alejada de la temática histórica y socio-política de la obra anterior, es una historia de corte fantástico donde un joven estudiante oficia de traductor para una anciana viuda de un militar, que vive en una vieja y oscura casa con su nieta Aura, tan fascinante como misteriosa. La novela recobró notoriedad en años recientes a raíz del intento de censura de Carlos Abascal, secretario de Trabajo durante el sexenio de Vicente Fox, que consideraba "pornográficas" algunas escenas de la novela.

Entre 1967 y 1975 Fuentes continuó desarrollando los mismos tópicos en novelas más vanguardistas y complejas, como Cambio de piel (1967), Zona sagrada (1967) y Cumpleaños (1969). Esta tendencia alcanzó su punto más álgido en Terra Nostra (1975), la novela más ambiciosa y compleja de Fuentes, y la que recoge de manera más completa sus temas y obsesiones recurrentes. La obra pretende retratar y explicar el concepto mismo de hispanidad en su conjunto a través de la historia. 

En los años siguientes Fuentes atenuó el experimentalismo formal y la complejidad de sus obras, incursionando en géneros como el policial (La cabeza de la hidra, 1978) o la novela histórica (Gringo Viejo, 1985), sin por ello abandonar los temas abordados en sus primeras obras: la constante preocupación del autor con las problemáticas que afectan a su país a través de los años.

Novelas

La región más transparente (1958), su primera novela que lo consagró en los medios literarios mexicanos. Tata el tema de la ciudad de México en franco futuro apocalíptico, superpone distintas técnicas literarias y diversas clases sociales, así como diferentes épocas y culturas. Se considera la obra precursora del llamado boom de la nueva novela hispanoamericana. Cuando Carlos Fuentes comenzó a escribir esta novela consideró que la temática del campo mexicano, la influencia de la revolución en el mismo y la descripción de sus cacicazgos, ya había sido tratada por Juan Rulfo en la novela Pedro Páramo, por lo que decidió ocuparse en describir y narrar la realidad urbana de la Ciudad de México a la manera de Manhattan Transfer de John Dos Passos o del Berlin Alexanderplatz de Alfred Döblin. Utilizó un estilo narrativo que plasma el léxico de los diferentes estratos sociales de la ciudad. El título fue inspirado en la misma frase que pronunció, en 1804, el viajero Alexander von Humboldt para referirse al valle de la ciudad de México.

La mayor parte de las historias de los personajes ocurren en la década de 1950, época de la primera generación del México postrevolucionario, no obstante, las narraciones del pasado de algunos personajes comienzan en 1900, de esta forma el cuadro cronológico de la novela abarca desde los años finales del porfiriato hasta el alemanismo. En la novela se hace recurrente la crítica al sistema político y social de México especialmente al fracaso de la Revolución mexicana, contrario al discurso triunfalista oficial del gobierno, así como a las traiciones cometidas por quienes lucharon entre sus filas y medraron a sus expensas. La técnica narrativa rompe con la linealidad del pasado, presente y futuro, las historias de los personajes se mueven y presentan de forma simultánea sin ningún orden.

Las buenas conciencias (1959) explora otra vena más realista. Jaime Ceballos está al final de su adolescencia; pronto deberá decidir el rumbo que tomará su vida. Por lo pronto, su percepción del mundo es que no tiene lugar definido en él. Se debate entre la moral cristiana y los impulsos físicos de su ardiente juventud; entre la jerarquía familiar y sus ansias de independencia; entre su pequeño mundo de pueblo chico y el horizonte infinito que vislumbra; entre el pecado y la salvación. La vida, entonces, pone a Jaime ante verdades desnudas que lo harán cambiar radicalmente.

La muerte de Artemio Cruz (1962). En su lecho de muerte, durante su último medio día en el mundo, el anciano y enfermo Artemio Cruz recuerda: no siempre fue ese triste saco de huesos y fermentos corporales; alguna vez fue joven, osado, vigoroso. Y tuvo ideales, sueños, fe. Para defender todo eso, incluso combatió en una revolución. Mas la rapiña, la codicia y la corrupción extinguieron su fuego y aniquilaron su esperanza. Tal vez por ello perdió a la única mujer que de verdad lo amó.

La novela nos narra los últimos momentos de la vida de un hombre con muchísimo poder, un soldado revolucionario, un amante sin amor, un padre al que su hija desprecia. Un hombre que traicionó a sus compañeros, pero que no pudo soportar las heridas con las que lo daño el destino.

Carlos Fuentes nos revela los procesos mentales de un anciano que ya no es capaz de valerse por sí mismo y que se halla postrado de cara ante una muerte inminente e indigna, pero su voluntad -que le ha otorgado una posición sobresaliente en la sociedad- se resiste a dejarse derrotar.

Utilizando una brillante técnica narrativa el autor, a través de Artemio Cruz, mal hablado, audaz, corrupto, oportunista, nos conduce por las entrañas de la Revolución, el sistema político mexicano y la idiosincrasia de las clases dirigentes. Reconstruye cincuenta años de la vida nacional y enjuicia las consecuencias de la Revolución Mexicana. Presenta una visión panorámica de la historia del México contemporáneo tal como la rememora un industrial y político agonizante. Es una radiografía de la historia de México. En esta novela adquiere su perfil característico y muestra la asimilación de técnicas modernas, como el monólogo interior y la alternancia de narradores, propias de la literatura estadounidense.

La novela se inicia cuando Artemio Cruz, desde su lecho de muerte, recuerda las etapas más importantes de su vida, y en particular su participación en la Revolución mexicana. Recuerda cómo, después de la Revolución, fue perdiendo sus ideales a la par que el amor de la única mujer que de verdad lo amó. Evoca también su matrimonio con la hija de un terrateniente y cómo las relaciones de su familia política le permitieron amasar una inmensa fortuna. Mal hablado, audaz, corrupto, oportunista, Artemio Cruz representa las paradojas de la historia reciente de México, el sistema político que hasta hace poco gobernaba, las costumbres de las clases media y alta arraigadas en el poder.

Artemio regresa de un viaje de negocios a la ciudad de Hermosillo. Sufre un ataque gástrico y espera la muerte en su gran mansión, situada en la ciudad de México. Le pasan dos pensamientos: el de su vida corrupta y el del cuerpo que se descompone. En su lecho rechaza al insistente cura que le quiere dar la extremaunción. Los médicos lo avejentan con sus exámenes y con su instrumental le extirpan su dignidad. Siente la presencia de su esposa, a la que no lo une nada, y la de su hija que lo desprecia, que simulan preocupación, porque Artemio no les ha querido declarar dónde está su testamento.

Artemio recuerda los sucesos que lo han llevado hasta donde está. Se recuerda a sí mismo en 1919 como un joven veterano de la Revolución mexicana que llegó a la casa de los Bernal en Puebla. Su propósito era ganarse la confianza del viejo padre de Gonzalo y casarse con la hija para así apoderarse de las propiedades de los Bernal. Sin embargo, Catalina, la hija de don Gamaliel, jamás llega a comprender que Artemio se ha enamorado de ella. Catalina se odia por la pasión que por las noches Artemio le despierta. Terminan por aborrecerse el uno al otro, y ella lo culpa de la muerte del hijo Lorenzo, quien una vez fuera de su control se alista para luchar en la guerra civil española.

Antes de Catalina hubo otra mujer, Regina, una soldadera de quien estuvo enamorado pero que fue ejecutada por las tropas de Pancho Villa. Después hubo otras mujeres. Recuerda también a los hacendados de Puebla, sus vecinos, y cómo se apoderó de sus tierras; cómo fue elegido por primera vez diputado, para lo que se valió de todo tipo de métodos: soborno, chantaje, grandes fiestas donde los invitados se reían de él a sus espaldas. Recuerda sus grandes negocios y cómo arruinó a sus rivales. Poco antes de su hora final, Artemio revela algunos episodios: cómo fue capturado por las tropas villistas y sentenciado a muerte. Fue allí cuando decidió dar información al enemigo, aunque más tarde mató al oficial que le había prometido la traición sintiéndose culpable por el hecho.

En el último capítulo se ve cómo empezó todo: Artemio Cruz nació a consecuencia de una violación de una mulata, Isabel Cruz, por parte de un terrateniente, un tal Atanasio Menchaca. Fue Lunero, el hermano de Isabel, quien lo crio en una choza, ya que su madre murió apaleada por Atanasio. Lunero servía a una anciana, que resultaba ser la madre de Atanasio, y a un borracho inútil, segundo hijo de la anciana. Al enterarse Artemio de que un enganchador estaba a punto de llevarse a Lunero a una hacienda para siempre, Artemio pensó que los responsables de la marcha de Lunero eran los de la casa de al lado, los Menchaca. Se acercó a la casa, agarró una escopeta y mató a Pedro. Después, emprendió su huida hacia Veracruz. Pronto Lunero tendría que alcanzarlo, pero mientras huía oyó como alguien disparó a Lunero. A partir de allí, un maestro se iba a encargar de él en Veracruz y lo iba a preparar para desempeñar el papel que llevó a cabo en la Revolución antes de perder sus ideales y de elegir la traición que lo condujo a usar el poder para corromperse.

«Las revoluciones las hacen los hombres de carne y hueso y no los santos, y todas acaban por crear una nueva casta privilegiada» [Carlos Fuentes]

Aura (1962), una narración breve y uno de sus mejores textos, a caballo entre lo histórico y lo fantástico, es una versión singular del eterno tema del vampiro. Esta narración continúa trazando un gran fresco de la sociedad mexicana contemporánea. La historia está situada en el año 1961 en la Ciudad de México. Esta obra es considerada como una de las más importantes de este novelista y una de las mejores de la narrativa mexicana del siglo XX.

Felipe Montero, un joven historiador inteligente y solitario que trabaja como profesor con un sueldo muy bajo, encuentra en el periódico un anuncio en el que solicitan a un profesional de sus cualidades para un trabajo con un muy buen sueldo. El trabajo consiste en organizar y terminar las memorias de un general para que puedan ser publicadas. La calle está mezclada por lo viejo y lo moderno. Hay casas nuevas y ancianas, donde ambas llevan el número viejo y el moderno de la calle. Al entrar en la casa por la puerta abierta, Felipe se encuentra con la viuda del general en la oscuridad de la casa. Solamente se oye la voz de una mujer dirigiéndole la palabra ya que no puede ver nada. Habla con la viuda del general y, aunque le pagará mucho dinero para editar el diario, él tendrá que vivir en casa. Felipe no está seguro hasta que conoce a la sobrina de la viuda, Aura, que vive con ella. La joven tiene unos impresionantes ojos verdes y pelo muy rojo. La viuda y Aura viven en la oscuridad porque toda la casa les recuerda al general muerto. La novela transcurre alrededor de Aura y su extraña relación con su anciana tía. Felipe se enamora de Aura y quiere llevársela de allí porque piensa que Aura no puede hacer su vida con Consuelo la viuda que la tiene atrapada. Consuelo parece controlar a Aura y también ha querido hacerle la vida imposible.

Zona Sagrada (1967) es la historia de una relación entre una madre y un hijo. La madre, Claudia Nervo, es una gran estrella del cine mexicano, una pantera oscura, tierna y peligrosa. Pero el hijo es el protagonista de este libro, su libro. Se llama Don Guillermo, o Guillermito, o Mito, y siente que su vida es sólo un espectáculo. Lo vivimos a través de sus propios recuerdos: la infancia tranquila en Guadalajara, en la casa paterna, bajo la mirada protectora de una abuela afectuosa; después, el secuestro por la madre y el cambio brusco; el abandono por esta, siempre gran actriz, siempre lejana; la vida de internados, carente del afecto maternal que, al faltarle, se convierte en obsesionante, y, por último, el regalo de las llaves del apartamento al cumplir la mayoría de edad.

Mediante un nuevo lenguaje que aspira a formular la definitiva contemporaneidad de la obra, Fuentes emprende la tarea de convertir la utopía y la épica en otra cosa y elaborar un mito a partir de elementos reales.

Cambio de piel (1967) regresa a lo épico y esboza una cosmovisión carnavalesca irreverente. El autor dedicó la obra a Julio Cortázar. Fuentes vincula el imaginario mexicano con la cultura occidental realizando una crítica de los patrones sociales mezclando lo mítico con lo real. La historia comienza describiendo un viaje que realizan en automóvil, de la Ciudad de México a Veracruz, cuatro personajes que se ven obligados a pernoctar en Cholula. Cuando visitan la pirámide del sitio arqueológico, poco a poco se va describiendo la personalidad de cada uno de ellos a través de sus propios recuerdos:

Javier: Es un hombre que sacrificó su vida intelectual y política por su vida sentimental con Elizabeth. Escritor fracasado busca una renovación creadora la cual visualiza en Isabel, amante que es en realidad una versión más joven de Elizabeth.

Elizabeth: Es una mujer judía subordinada a la espera del futuro, de mediana edad quiere recobrar su juventud y revivir su amor pasado.

Franz: colaboró con los nazis construyendo prisiones y hornos crematorios, busca la expiación de su culpabilidad. Abandonó su profesión para convertirse en vendedor de automóviles.

Isabel (“Novillera”): Es alumna de de Javier. Los tres personajes buscan un cambio de piel o renovación.

Esta obra fue prohibida en España durante la época del franquismo, por ser considerada una obra pornográfica, antirreligiosa, comunistoide, projudía y antialemana.

Cumpleaños (1969). La historia transcurre en una casa sin fachada, sin una real estructura, habitada por un viejo, un niño (ambos son George), que se ven entre sí, se hablan, más poco se comunican, y Nuncia (madre-amante). A lo largo del texto, el niño va creciendo y el viejo enjuveneciendo, al grado de llegar, en un momento dado, a compartir también la misma edad, como en los 33 o 34 años, en la que comparten habitación, historia y mujer.

Según Julio Etiené, el relato aprovecha recursos oníricos y desvaríos para plantear una preocupación sobre la perpetuidad de la conciencia tras la muerte del cuerpo. Sus constantes puntos suspensivos son el equivalente de aquellos hoyos negros del universo. La idea de la perpetuidad mediante infinidad de reencarnaciones, en una historia en que se vive el personaje desdoblado en dos épocas de su vida. Al final de la obra, Fuentes escribe: “Dios dejó incompleta su creación. Ésa es su imperfección. La verdadera creación debió ser absoluta, fatal, sin fisuras, sin posibilidades ulteriores; un verdadero Dios no pudo entregarla al capricho de los hombres débiles y concupiscentes”.

«Si el mundo es eterno, no pudo haber creación; si la verdad es doble, no puede ser infinita; si la especie humana posee una inteligencia común, el alma individual no es inmortal, pero el género de los hombres sí». (Carlos Fuentes)

Terra Nostra (1975) es la novela más ambiciosa, extensa y compleja de Carlos Fuentes y uno de los títulos fundamentales de la narrativa hispánica contemporánea. Está considerada por algunos críticos como la mejor novela de Fuentes.

Un lenguaje en constante ignición, crea, destruye y reinventa la maquinaria crítica de la fábula: desde el remoto silencio del mundo de los mitos cosmogónicos a la noche mohosa y chirriante de grilletes y gorgueras de la España de los Austrias. Es un vasto viaje por el tiempo que se remonta a la España de los Reyes Católicos para desvelar el ejercicio del poder trasplantado a las colonias; el de Felipe II, el absolutismo español de los Austrias, el mecanismo y las estructuras verticales del poder en la América española, en definitiva. Y es, también, un texto que somete a crítica la noción misma de relato.

Es la historia vista a través de los ojos de un novelista, con todos los recursos de la imaginación literaria a su disposición. El conflicto de las dos Españas proporcionó a Fuentes un tema para su novela y una clave interpretativa para su historia. Es un trabajo intrincado con el lenguaje y la historia, uno de los textos más atrevidos que se hayan construido en español, en donde entrelaza distintos tipos de ficción y distintos mitos. El escritor hace un complejo recorrido por diferentes tiempos y espacios rastreando los sustratos que formaron la cultura hispánica a través del tiempo. En la novela confluyen historia y literatura, filosofía y mito, un complejo mosaico de referencias culturales de todo tipo, que se funden en una vasta novela que es, sin duda, un hito en la literatura en español de todos los tiempos. Es un vasto viaje por el tiempo que se remonta a la España de los Reyes Católicos para develar el ejercicio del poder trasplantado a las colonias; el de Felipe II, el absolutismo español de los Austrias, el mecanismo y las estructuras verticales del poder en la América española, en definitiva. Y es, también, un texto que somete a crítica la noción misma de relato. En la historia de la novela representa un caso límite: epifanía y fundación.

La cabeza de la hidra (1978), ensayo de una novela policiaca con un tema histórico mexicano. Es la historia de Félix Maldonado, un James Bond del subdesarrollo –según la visión de uno de los personajes– que debe aprender a diferenciar lo verdadero de lo falso, encontrar certezas en medio de las múltiples dudas y luchar contra su apasionado mundo interno para no cometer errores ni tropezar en el enrevesado camino que ha elegido.

Mientras México nada en los veneros petroleros que le fueron escriturados por el Diablo, un burócrata es arrojado a un torbellino de intriga y espionaje internacional donde descubre que las tripas de la bestia a cargo son unas y las mismas y el conducto de evacuación el mismo: somos las mierdas de ese monstruo. Al mismo tiempo, un hombre y una mujer descubren que detrás de su pasión hay una realidad oscura que los impulsa a disfrazar de acción lo que sólo es hambre, padecimiento, deseo.

«La creciente dificultad de la novelística de Carlos Fuentes había llegado, tal vez, a su máxima complejidad con esa vastísima obra que es Terra Nostra (1975). La cabeza de la hidra supone, sin embargo, un retorno a la sencillez, al menos aparente, en la obra de Fuentes. Ahora Fuentes pretende experimentar algo que ya habían intentado otros autores del continente: recuperar la novela de intriga y espionaje para la gran literatura. Sin embargo, bajo esta armazón subsisten las preocupaciones esenciales del novelista mexicano.

De las cuatro partes de la novela, las tres primeras plantean la acción típica de una novela de espionaje, con el uso y abuso de la intriga y del dato escondido, clave en este tipo de obras en las que el autor dosifica con cuidado la información que va proporcionando al lector. Félix Maldonado se ve de pronto sumergido en una red inextricable tendida por las conspiraciones de los agentes árabes y judíos que pretenden proteger sus intereses frente a la riqueza petrolera mexicana.

Maldonado –curioso doble del pintor Velázquez, del que luego adquirirá su nombre– encarna al hombre mejicano y a México mismo, y por extensión, a todas las naciones débiles, víctimas del poderío del águila de las dos cabezas, la CIA y la KGB, de las dos potencias rectoras del mundo. Este poderoso animal retiene atrapadas las innumerables cabezas de hidra que simbolizan a estos pequeños países. Las peripecias de Félix Maldonado tratando de desasirse de las garras de ese monstruo feroz alcanzan matices verdaderamente kafkianos.» [Carmen Ruiz Barrionuevo]

Una familia lejana (1980) se enraíza en la fantasía y en la historia, relacionando varios continentes, diversos niveles de historicidad (el mundo prehispánico) y tradiciones literarias. «Es una de mis obras preferidas, porque quizá resume mis obsesiones mejor que ninguna otra» [Carlos Fuentes]

En esta inquietante y magistral novela, Fuentes hace una incursión hacia el interior de los individuos huérfanos de identidad. Es el relato de la extraordinaria relación del conde de Brandy, anciano caballero imbuido de los valores de la vieja aristocracia, con Hugo Heredia, antropólogo mexicano, y su hijo Víctor. Los Heredia se dedican, por las ciudades que visitan, a localizar personas que tengan sus mismos nombres y apellidos.

Gringo viejo (1985) versa sobre el periodista y escritor estadounidense Ambrose Bierce y dio lugar a una película producida y protagonizada por Jane Fonda. Cuenta la historia de un escritor y columnista estadounidense que lo abandona todo para cruzar la frontera mexicana con el propósito de unirse a las tropas de Francisco Villa. Basada en la historia real del periodista y escritor Ambrose Bierce, la novela lanzó a Fuentes a la fama, y se convirtió en el primer best seller de un autor mexicano en la ciudad de Nueva York. Gringo viejo refleja la tensión con que viven los mexicanos la relación entre su país y los Estados Unidos.

Fuentes ha querido demostrar que los destinos no pueden analizarse solamente desde una perspectiva política. Plantea contrapuntos: amor-violencia, vida-muerte, el traspaso de los límites de nuestras propias fronteras internas, de lo individual a lo colectivo, de lo político a lo afectivo, de la realidad a la ficción. La temática central gira alrededor de los avatares de la Revolución mexicana con sus diferentes manifestaciones de terror y su profundo sentir popular hasta llegar a la degeneración del compromiso final con el capitalismo rapaz, el dominio y la corrupción.

Cristóbal Nonato (1987). En el México de 1992 se cumplieron todas las predicciones catastrofistas sobre la ciudad ms poblada y contaminada. Permanece, en cambio, la corrupción y la manipulación de las personas, gracias a toda suerte de festejos y concursos, incluso un premio para la pareja cuyo hijo nazca en el primer minuto del 12 de octubre, aniversario del quinto centenario del descubrimiento de América. Ese niño en gestación, Cristóbal Nonato, es el protagonista de esta historia.

El futuro ser es el testigo omnisciente y ubicuo que observa el momento corporal y biológico en que sus padres lo conciben (para ganar el rimbombante y demagógico concurso con que el gobierno mexicano celebrará el Quinto Centenario del descubrimiento de América); por ende, sigue paso a paso las minuciosas transformaciones desde el segundo en que el espermatozoide fecunda al óvulo, hasta el minuto en que nace.

Carlos Fuentes imagina un apocalíptico y caótico país que ha perdido territorio a causa de la impagable deuda externa y por el estrepitoso crack de 1990; más agringado que nunca y hundido en la polución y en el desempleo.

Constancia y otras novelas para vírgenes (1990), contiene 5 novelas cortas: “Constancia”, “La desdichada”, “El prisionero de Las Lomas”, “Viva mi fama” y “Gente de razón”. La escritura de los textos revela la enorme erudición de Fuentes. Su construcción es compleja e incluso difícil. Las cinco novelas tienen parentesco con Aura en la forma, pero también en el contenido.

El hilo conductor es “el deseo”: «El deseo es como la nieve que se funde en nuestras manos».

Constancia: Los fantasmas de una familia de origen ruso, asesinados por soldados franquistas cuando intentaban embarcarse rumbo a Estados Unidos, se reencuentran después de cuarenta años.

La desdichada: un maniquí con forma de mujer que dos estudiantes de preparatoria compran para que les haga compañía; poco a poco ésta los hará enfrentarse para disputarse su amor y compañía.

El prisionero de Las Lomas: el exitoso abogado Nicolás Sarmiento obliga al general Prisciliano Nieves a heredarle su casa y su fortuna a cambio de no revelar el secreto que lo encumbró como el Héroe de Santa Eulalia.

Viva mi fama: cuenta los amores malogrados de Rubén Oliva y Elisia Rodríguez la “privada” del torero Pedro Romero, quien murió en su cama sin siquiera un rasguño causado por un toro.

Gente de razón: los hermanos José María y Carlos María Vélez, reconocidos arquitectos, siguen los preceptos que les inculcó su profesor Santiago Ferguson: cada edificio es un ser vivo y con historia.

La campaña (1990). Es la víspera del 25 de mayo de 1810, día de la revolución de Independencia argentina. La novela recrea la intensidad vital de un momento privilegiado al tiempo que se traza una reflexión crítica sobre América Latina y su destino histórico.

El obsesivo amor carnal de Bustos por Ofelia Salamanca, esposa del Marqués de Cabra, Presidente de la Audiencia de Buenos Aires, lo lleva a dejar su acomodada vida porteña y a seguirlo a lo largo de toda América. A la par se desarrollará su participación en las guerras de independencia desde el lado patriota y su búsqueda del amor carnal con la marquesa. Dos caras de una misma moneda. Dos deseos en busca de realización. No obstante, el viaje, como ocurre con otras novelas de iniciación, se torna aquí en el motivo de descubrimiento de la identidad de Bustos. El viaje por Sudamérica lo hará reflexionar acerca de su origen, su vida y su destino, encadenado al de toda América, una especie de Che Guevara prerrepublicano. La estancia de Bustos en los países en los cuales guerrea y sigue a Ofelia, también lo obliga a cavilar sobre sus realidades y sus posibilidades.

Diana o la cazadora solitaria (1994). ¿Qué pasiones o ideales mueven al ser humano y lo arrastran hasta su propia muerte? Se pregunta Carlos Fuentes al reflexionar acerca de la vida y la muerte de la actriz Diana Soren: tan solitaria como bella, tan fuerte como destruible, de ojos profundos, que encierra en su persona, y en el apasionado episodio erótico que vive con un escritor mexicano, los ideales de toda una generación, la de los años sesenta, cuando las ilusiones de la década se resistían a morir.

En Diana o la cazadora solitaria encontramos el retrato de un ser humano que vivió en carne propia la ambigüedad de la era de la cual finalmente fue víctima, al tiempo que un reflejo del mundo intelectual de un México que despertaba tras el genocidio de Vietnam y los homicidios masivos del sesenta y ocho. Como afirma el escritor mexicano Héctor Aguilar Camín: «En la búsqueda llano, insaciable y esnob de la felicidad, los personajes de Diana encuentran el paraíso de los amantes, que es la eternidad de sus momentos, y su infierno rutinario, que es la provisionalidad de su amor eterno.»

Los años con Laura Díaz (1999). Recorrido por la vida íntima de una mujer y de las pasiones, los obstáculos, los prejuicios, el amor filial, las alegrías y los dolores que la conducen a conquistar su propia libertad y su personalidad creativa. A través de la historia de un personaje entrañable que es testigo de los acontecimientos nacionales e internacionales, Carlos Fuentes escribe la memoria del siglo XX mexicano, apoyando su narración en hechos y personas que determinaron la conformación del México actual.

Esta novela ofrece una síntesis del último siglo de la historia de México a través de una mirada femenina, la de Laura Díaz. Pero el país no ha permanecido al margen de la Historia y además de sus conflictos internos (sindicalismo, PRI, etc.) se integran en ella la guerra civil española, el nazismo, la emigración intelectual española, con notas sobre Cernuda, la interdependencia del Sur de los EE UU y México y el papel de Los ángeles como nueva Babel.

«Las mejores novelistas del mundo son nuestras abuelas y a ellas, en primer lugar, les debo la memoria en que se funda esta novela.» [Carlos Fuentes]

Instinto de Inez (2001), sobre la relación amorosa entre un director de orquesta y una cantante de ópera. Dos historias, dos parejas, dos tiempos y dos pasiones. Una de estas encarna en Gabriel Atlan-Ferrara, director de orquesta, y Inez Prada, una excelsa cantante de opera. La otra remite al primer encuentro de la humanidad entre un hombre y una mujer; esas pasiones rompen con todos los límites para consagrarse en una historia que comenzó en la prehistoria y que continúa en una espiral infinita hacia el futuro. Por un lado, participamos de un desencuentro amoroso que marca para siempre a los protagonistas; por otro, gozamos de la intensidad de la música de Berlioz, en su obra La Damnation de Faust. Esta dualidad posee el espejo de dos eras: la de un tiempo remoto y otro por venir, contenidas ambas en los reversos de un mismo sello. En esta novela reencontramos al Carlos Fuentes de las mejores obras fantásticas.

La silla del águila (2003), novela política escrita en clave epistolar sobre lo que será el México del año 2020. Es una sátira política, que desarrolla su argumento en una visión futurista del México del año 2020 con sus problemas políticos y sociales, nacionales e internacionales. El título hace alusión a la silla presidencial. En el marco nacional se aproximan las elecciones presidenciales. En el país hay huelgas de obreros, marchas de estudiantes y masacres de campesinos. En el marco internacional, el presidente mexicano realiza declaraciones que no son del agrado del gobierno de los Estados Unidos. En la visión futurista de Fuentes, México continúa siendo un país dependiente de su vecino del norte, el gobierno de Washington.

La voluntad y la fortuna (2008). «Vi lo que es el poder: una mirada de tigre que te hace bajar los ojos y sentir miedo y vergüenza.» Lamida por mansas olas nocturnas en una playa del Pacífico, la cabeza cortada de Josué Nadal cuenta, recuerda, divaga. Sabe que es la número mil en lo que va de año y que gobierna la delincuencia (traficante o corporativa) con tal cinismo que incluso se celebra el mal como si fuera el bien de la voluntad y la fortuna.

En México no hay tragedia: todo se vuelve telenovela. Josué aspiró a entender el mundo en tanto Jericó, su amigo entrañable, llegó a admirar a Caín. Ambas voluntades chocan tras recabar agravantes en la premeditación y alevosía de Asunta Jordán, mujer indómita. En cambio, Lucha Zapata representa el peligro de la generosidad y el amor. El vasto reparto de esta obra incluye Filopáter, el cura rebelde; el magnate Max Monroy; el abogado Antonio Sanginés, intermediario entre estado y empresa; Miguel Aparecido, encarcelado por propia voluntad, y por encima (o por debajo) la matriarca, la Antigua Concepción. ¿Por qué si hay cinco tigres en una jaula cuatro se alían para matar a uno? Esta espesa novela iniciática propone algunas respuestas.

Adán en Edén (2009). Ciudades perdidas, callampas, villas miseria, favelas, Gorozpevillas – todas son lo mismo. O vives ahí, o eres uno de los culpables de su existencia. Eso lo sabe Adán Gorozpe, cínico arribista que pasó de pobretón estudiante a poderoso mandamás gracias a un afortunado braguetazo, y también Adán Góngora, ministro a cargo de la seguridad nacional que ha puesto en marcha una estrategia espeluznante – se alía con los peores criminales y encierra o manda matar los menos aptos; encarcela inocentes y uno que otro culpable, exhibe a todos y así se gana a la opinión pública como garante la justicia.

Un día, Góngora le propone a Gorozpe asociarse para elevar su jueguito al más alto nivel: ¿Qué tal si usted y yo, tocayo, apoyamos a un candidato imposible para la primera magistratura del país? Ese candidato, claro, sería Gorozpe, sólo que para ese momento él sabe que debe deshacerse de Góngora, o al menos neutralizarlo. ¿Cómo proceder contra tan formidable adversario? ¿Cómo detener el remolino que arrastra al país hacia la cloaca? Mientras tanto la gente se aferra a cualquier esperanza por vana que parezca, aunque sea la predicación de un niño con alas postizas que sermonea a los transeúntes.

Adán en Edén combina el drama y la comedia, la ficción y la crónica periodística, el terror y el humor, lo real y lo fantástico para trazar un mapa detallado del poder, el narcotráfico y la violencia en la América del siglo XXI.

Vlad (2010), originalmente fue parte del libro de relatos Inquieta compañía, de 2004. Un vampiro bestial, cruel y milenario irrumpirá con verdaderas negras intenciones a la Ciudad de México, alejado del cliché de bueno, bonito y romántico.

El personaje principal de este relato es Yves Navarro, un abogado que recibe un misterioso encargo: legalizar las gestiones para que un excéntrico rumano, el Conde Vladimir pueda habilitar como su próxima residencia un palacio cercano a una barranca. Cuando cree que ha terminado su labor, se da cuenta de que la pesadilla en esa casa, de ventanas tapiadas y sin espejos, apenas comienza. La sangre es tan roja hoy como hace cinco siglos, tan dulce en la Ciudad de México como en la lejana Rumania. Navarro queda impactado por el aspecto del conde, quien viste de negro, es delgado, alto, de rostro pálido y siempre porta gafas oscuras, y sobre todo, cuando se convierte en testigo del precio que tiene la vida eterna.

Federico en su balcón (2012). Dante Loredano entabla un diálogo con su vecino de balcón Federico Nietzsche y se deja guiar por éste a través de una ciudad encendida por una violenta revolución social contra la oligarquía del poder. Cada uno de los personajes representa una clase social. El diálogo que se establece entre Dante y Nietzsche y que se va mechando en el relato de los hechos da lugar a una novela de simbolismo, en la que las acciones y los personajes son ejemplificaciones de conceptos del pensamiento del filósofo alemán.

Esta novela es el testamento literario de Carlos Fuentes, una lección definitiva sobre lo que fue y seguirán siendo como escritor. "La novela que acabo de terminar, Federico en su balcón, está protagonizada por dos interlocutores: el autor de la novela y el personaje Federico Nietzsche. Como Nietzsche dijo "Dios ha muerto", Dios, para contradecirlo, le da una segunda vida a Nietzsche, pero le permite observar un mundo donde todo es un eterno retorno." [Carlos Fuentes]

Cuentos

Los días enmascarados (1954), colección de cuentos en la que empieza a definirse su narrativa: lo fantástico colinda con lo real y empieza a fusionar el mundo prehispánico con el actual. El libro consta de seis relatos de corte fantástico:

Chac Mool es uno de los cuentos más conocidos de Fuentes, en el que se narra la historia de Filiberto y su desafortunado encuentro con un antiguo dios maya.

En defensa de la Trigolibia es una sátira mordaz de la guerra fría.

Tlactocatzine, del jardín de Flandes trata sobre un hombre que, por órdenes de su jefe, se muda a una vieja casona donde se encontrará con el fantasma de una anciana.

En Letanía de la orquídea Muriel, su protagonista, se despierta una mañana con una hinchazón en la rabadilla, de la cual brota una orquídea situación.

Por boca de los dioses es un relato surrealista en el que un hombre persigue por la Ciudad de México una boca que se ha escapado de un cuadro y que lo llevará a un encuentro indeseado con las viejas divinidades aztecas.

El que inventó la pólvora es un cuento de ciencia ficción en el que Fuentes hace una crítica al consumismo.

Cantar de ciegos (1964), consta de siete relatos:

Las dos Elenas cuenta la historia de Víctor y su esposa Elena, quienes gustan de llevar una vida de esnobismo puro aunque esto los enfrenta de continuo con los padres de la mujer: don José y la otra Elena, quien tiene un oscuro secreto.

La muñeca reina es el mejor relato de la colección. Su temática lo acerca a las grandes obras oscuras de Carlos Fuentes. En ella, un hombre que recién ha alcanzado la madurez se encuentra en un viejo libro una tarjeta de Amilamia, una amiga de su juventud, en la cual le mostraba cómo llegar a su casa por si algún día deseaba buscarla. Embargado por la nostalgia, el hombre regresa al parque donde jugaba con la niña y sigue el croquis hasta una vieja casa, donde está a punto de asistir a una ceremonia obscena.

Fortuna lo que ha querido narra la vida y milagros de Alejandro, brillante pintor y Don Juan irredento, quien se verá envuelto en varios problemas a causa de sus amantes.

Vieja moralidad relata las vivencias de Alberto en la vieja casona de su tía soltera, a donde fue llevado a la fuerza por esta señora y sus hermanas para apartarlo de la mala influencia de su abuelo paterno, antiguo revolucionario y anticlerical que vive amancebado con una jovencita, para escándalo de las tías mojigatas. Alberto, empero, recibirá en esta casona su educación sentimental.

El costo de la vida narra la mala fortuna de Salvador Rentería, maestro de escuela metido a ruletero por necesidad, quien acabará en medio de un lío comunista.

Un alma pura cuenta el regreso a México del cadáver de Juan Luis, que se ha suicidado en Suiza por razones que se esclarecerán en el monólogo de Claudia, su hermana.

Chac Mool y otros cuentos (1973) es un cuento fantástico en el que se argumenta la importancia de enfrentar los problemas y el valor que tienen los mexicanos hacia su cultura. Filiberto, el protagonista del cuento, adquirió una estatuilla que más tarde cobró vida y comenzó a hacer de él su esclavo. Filiberto no se atreve a enfrentarlo y huye, terminando muriendo ahogado.

Constancias y otras novelas para vírgenes (1989). Los fantasmas del pasado y del presente conviven en las cinco novelas que conforman esta obra. El dolor del recuerdo y el amor sin futuro constituyen el mundo de los misteriosos personajes de constancia, la desdichada, el prisionero de las lomas, viva mi fama y gente de razón. En constancia los fantasmas de una familia de origen ruso, asesinados por soldados franquistas cuando intentaban embarcarse rumbo a Estados Unidos, se reencuentran después de cuarenta años. La desdichada es un enigmático maniquí con forma de mujer que dos estudiantes compran para que les haga compañía; poco a poco la desdichada los hará enfrentarse para disputarse su amor y compañía. En el prisionero de las lomas, el exitoso abogado Nicolás sarmiento obliga al general prisciliano nieves a heredarle su casa y su fortuna a cambio de no revelar el secreto que lo encumbró como el héroe de santa Eulalia. Viva mi fama cuenta los amores malogrados de Rubén oliva y Elisia Rodríguez, la privada del torero Pedro romero, quien murió en su cama sin siquiera un rasguño hecho por un toro. Finalmente, en gente de razón los hermanos José María y Carlos María Vélez, reconocidos arquitectos, siguen los preceptos que les inculcó su profesor Santiago Ferguson: cada edificio es un ser vivo y con historia.

Agua quemada (1983) Los protagonistas de esta obra, "cuarteto narrativo"", en los términos de su autor, son la ciudad de México, asfixiada por la contaminación y su gigantismo desordenado, y la Revolución, hecho ya remoto, pero referencia inexcusable de tantas vidas mexicanas. Comprende los siguientes cuentos: "El día de las madres", "Estos fueron los palacios", "Las mañanitas" y "El hijo de Andrés Aparicio".

El naranjo, o los círculos del tiempo (1994) contiene cinco cuentos largos. Fuentes juega con diversos mitos –el conquistador conquistado, la atemporalidad de la historia- y recorre las obsesiones típicas de su literatura. El naranjo es la cifra de la fertilidad, del mestizaje y de la nueva vida en otras tierras, y a partir de hechos históricos concretos (como el cerco de Numancia o la Conquista de México), de la condición circular del tiempo.

En Las dos orillas, Jerónimo de Aguilar narra cómo, tras vivir años con los indios, sirve de intérprete a Hernán Cortés en la conquista de México, pero con el propósito de hacer fracasar su empresa.

En Los hijos del conquistador, Martín II, hijo de Cortés con la Malinche, intercambia juicios sobre su padre, su madre y la colonia con su hermano Martín I; finalmente, ambos son acusados de conspiración y desterrados a España.

En Las dos Numancias, Polibio de Megalópolis reflexiona sobre Escipión Emiliano, el general romano que, tras tomar la ciudad de Numancia, alcanza la gloria.

En Apolo y las putas, Vince Valera, galán de Hollywood, visita un prostíbulo de enanas en Acapulco, sale a pasear con ellas en lancha y, en medio de una larga orgía, muere súbitamente.

En Las dos Américas, un marinero genovés cuenta en su diario sus mentiras sobre el oro y las perlas, pero también sus verdades sobre los frutos y la gente del Nuevo Mundo.

La frontera de cristal. Una novela en nueve cuentos (1995). Esta novela está conformada por nueve cuentos en los que Fuentes muestra la separación entre México y Estados Unidos en el lapso de doscientos años; esta ruptura es vista desde el cristal del racismo, la discriminación, el rencor, el sufrimiento, la desesperanza, la violencia y el desamparo que han padecido los mexicanos al atravesar la línea fronteriza, pero también esta realidad nos enfrenta a la fortaleza con la que los mexicanos se han defendido para salir adelante frente a un gobierno malo y corrupto. La frontera de cristal es también el lugar donde las líneas no son divisibles ni divisables, pues los sueños se desvanecen ante la voraz realidad que sobrepasa al mexicano.

Inquieta compañía (2004). El libro consta de seis cuentos de misterio y fantasía que narran historias fantásticas que se van desenvolviendo en distintos espacios. Respetando los elementos de la literatura de terror, el autor nos irá mostrando la mezcla que se produce entre esta escritura llena de elementos sobrenaturales con situaciones que sutilmente se dejan vislumbrar y que tienen que ver con nuestro mundo actual. Se tocan temas como, por ejemplo, la religiosidad, las creencias precolombinas, la decadencia de la clase burguesa en México, como también la decadencia humana a través de los actos más atroces en contra de una mujer minusválida, dejándonos ver que la psiquis del hombre es tremendamente compleja como a veces ininteligible. Fuentes creará una atmósfera de suspenso que nos llevará por una senda llena de demonios, ángeles y fantasmas que no se alejan tanto de lo real.

Todas las familias felices (2006), libro compuesto por una colección de dieciséis relatos que narran las historias de otras tantas familias con la violencia y el dolor como puntos en común. Es el testamento literario de Carlos Fuentes. A cada oportunidad Fuentes se vuelve sobre sus temas y recursos ya clásicos y, en un afán de resumirlos, los caricaturiza.

Un ranchero quiere que sus cuatro hijos sean sacerdotes; ellos piensan distinto. Un hombre es humillado por su patrón; su hijo quisiera humillarlo más. Una madre renuncia a su carrera de cantante y se pregunta si valió la pena; su hija renuncia al mundo y vive a través de los reality shows. El hijo del presidente se rebela contra su padre, pero depende de su protección. Una mujer sufre el sadismo de su marido porque recuerda cómo se inició su amor. Una madre dolorosa explica la vida de su hija al hombre que la asesinó. Un comandante debe escoger quién vivirá de sus dos hijos. Estas historias son puntuadas por "coros", algunos humorísticos, la mayoría trágicos, que dan voz a los sin-voz: niños mendicantes, hijas violadas, huérfanos, pandillas asesinas. Este libro es la polifonía narrativa de los ramales conflictivos del México contemporáneo y, por extensión, de la América Latina y del mundo urbano moderno. Desde la descripción de la editorial.

Carolina Grau (2010): Compendio de ocho cuentos que transitan entre lo real y lo fantástico –hay algún parecido con el relato Aura (1962)– y que están guiados por la continua presencia de la mujer que da nombre al libro y que en cada cuento adopta un personaje diferente. Carolina Grau transitará como presencia sutil, como persona, como fantasma y como enigma, trazando siempre un fino halo de misterio. Los lectores se preguntarán si lo que leen son hechos de la imaginación, fragmentos de sueños o terribles realidades que permanecieron ocultas. La realidad también son las palabras, aunque a veces sirven de aplazamiento entre un horror y el siguiente.

«El carcelero tiene su carcelero y éste al suyo y así al infinito. Tú y yo somos los eslabones finales de una larga cadena de sumisiones. Así está ordenado el mundo, mi joven amigo. ¿Hay otra salida?»

«Carolina Grau es todas las mujeres. Ella me permite recordar a quienes he olvidado y prever a quienes no conozco todavía». [Carlos Fuentes]

Ensayos

París: la revolución de mayo (1968)

Casa con dos puertas (1970). Si la necesidad, el libre albedrío y el azar son la triple trama de la libertad, el arte es su vehículo, afirma Fuentes en esta reunión de ensayos sobre literatura, cine y pintura. El artista es una "casa con dos puertas", vida y muerte, frustración y sueños, realidad y máscaras. Un eterno insatisfecho, sea Shakespeare y su razón renacentista para "matar a Dios"; o Hemingway, el héroe que suicidándose rechaza la heroicidad. La realidad es lo que es, más sus espejos, dicen Resnais, Fellini y Visconti cuando el cine devela los sentidos ocultos, mientras Sartre se mofa con alegría anarquista; Kafka construye su mundo-castillo, Buñuel su mundo-convento; y Adami, Cuevas y Soriano confirman en el lienzo la conciencia de los tiempos.

Tiempo mexicano (1971), colección de artículos publicados en periódicos. El libro presenta un retrato fiel de la realidad del país en distintas épocas: desde el imperio mexica y su caída, la conquista, la independencia, pasando por la revolución, el cardenismo, el imperialismo estadounidense, hasta llegar al movimiento estudiantil del 68 y el gobierno de Echeverría. Nombres de personajes nacionales e internacionales, múltiples citas a autores e intelectuales, infinidad de adjetivos, hacen de esta obra un tratado literario-filosófico-jurista de la realidad mexicana hasta la década de los 70.

La mayor parte del libro se refiere a los problemas y las esperanzas que trajeron consigo la Revolución. Relata los orígenes de las desdichas del campesino, del obrero y del indígena mexicano. En sus páginas, inmortaliza a los héroes del pueblo de México: Emiliano Zapata, Rubén Jaramillo y Lázaro Cárdenas; y sataniza a Gustavo Díaz Ordaz.

La nueva novela hispanoamericana (1972). Carlos Fuentes se encargó de poner en blanco y negro lo que la mayor parte de los autores del Boom pensaba acerca de su propia relevancia en la historia de la literatura de América Latina: Fuentes afirmó que con él y sus contemporáneos se refundaba la narrativa de la región, que con ellos empezaba la verdadera modernidad en nuestras letras. Las excepciones, autores como Borges, Onetti o Carpentier, eran asimilados al grupo como antecedentes. El gesto era de una arrogancia suprema: desconocía cualquier relevancia a la novela latinoamericana del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Implicaba una reescritura de la historia.

Cervantes o la crítica de la lectura (1976)

«Resulta que ese pícaro, galeote convicto y falso titiritero, Ginés de Pasamonte, alias Ginesillo de Parapilla, alias Maese Pedro, está escribiendo un libro sobre su propia vida. ¿Está terminado el libro?, pregunta Don Quijote. Y Ginés le contesta: ¿Cómo va a estarlo, si mi vida aún no termina?

Esta es la última pregunta de Cervantes: ¿quién escribe los libros y quién los lee? ¿Quién es el autor del Quijote? ¿Un tal Cervantes, más versado en desdichas que en versos, cuya Galatea ha leído el cura que hace el escrutinio de los libros de don Quijote? ¿Un tal de Saavedra, mencionado por el Cautivo con admiración, en razón de los hechos que cumplió y todo por alcanzar la libertad?

Cervantes, como don Quijote, es leído por los personajes de la novela Quijote, libro sin origen autoral y casi sin destino, agonizante apenas nace, reanimado por los papeles del historiador arábigo Cide Hamete Benengeli, que son vertidos al castellano por un anónimo traductor morisco y que serán objeto de la versión apócrifa de Avellaneda... Puntos suspensivos. El círculo de las lecturas se reinicia. Cervantes, autor de Borges; Borges, autor de Pierre Ménard; Pierre Ménard, autor del Quijote.

Cervantes deja abierto un libro donde el lector se sabe leído y el autor se sabe escrito y se dice que muere, en la misma fecha, aunque no en el mismo día que William Shakespeare. Eduardo Lizalde me contaba ayer que Augusto Monterroso sostiene que ambos eran el mismo personaje, que las prisiones y deudas y combates de Cervantes fueron ficciones que le permitieron disfrazarse de Shakespeare y escribir su obra de teatro en Inglaterra, en tanto que el comediante Shakespeare, el hombre de las mil caras, el Lon Chaney isabelino, escribía el Quijote en España. Esa disparidad entre los días reales y la fecha ficticia de una muerte común permitió al espectro de Cervantes trasladarse a Londres a tiempo para volver a morir en el cuerpo de Shakespeare. No sé si se trata del mismo personaje, pues los calendarios en Inglaterra y España nunca han sido los mismos, ni en 1615 ni hoy.» [Carlos Fuentes]

Valiente mundo nuevo. Épica, utopía y mito en la novela hispanoamericana (1990). Este libro se suma a la importante obra crítica de Carlos Fuentes al presentar una visión de conjunto de la literatura hispanoamericana, puntualizando algunas de sus características más importantes y haciendo una reflexión de fondo sobre el significado de la novela en el contexto de la sociedad y la historia latinoamericanas.

El espejo enterrado (1992). De los espejos de obsidiana enterrados en la urbe totonaca de El Tajín a los espejos ibéricos de Cervantes y Velázquez, un intercambio de reflejos culturales ha ido y venido de una a otra orilla del Atlántico a lo largo de más de quinientos años; este ensayo cuenta esa historia. Sólo nos vemos enteros en el espejo desenterrado de la identidad cuando aparecemos acompañados del otro; entonces somos por fin capaces de convertir la experiencia en conocimiento.

Geografía de la novela (1993). "Fascinante combinación de intuiciones, sabidurías y análisis críticos de intensa penetración. El autor empieza meditando sobre la muerte de la novela y termina levantando el mapa de su geografía; en medio, una serie de pequeños estudios imaginativos e iluminadores sobre varios colegas novelistas del mundo entero.

Nuevo tiempo mexicano (1994).

«¿Puedo, en fin, hablar de mi tiempo? Éstos fueron los años de nuestra juventud. Teníamos todos, al iniciar la década, entre los veinte y los veinticinco años. Política es diálogo, negociación, sin perder un ápice de convicción o firmeza. Si el PRI no se reforma, éste será su último gobierno. Si el PRD no se reforma, nunca llegará al gobierno. (Carlos Fuentes)

Machado de La Mancha (2001). Carlos Fuentes en la presentación de este libro dice que la novela Memorias póstumas de Blas Cubas, del escritor brasileño Machado de Assis (1839-1908): "no solo es heredera de la tradición cervantina sino que la potencia y reactualiza. Machado de Assis es la estrella más brillante del cielo novelístico iberoamericano del siglo XIX. Este ensayo le rinde un homenaje incondicional.

Viendo visiones (2003) reúne los escritos sobre arte de Carlos Fuentes. Es una suerte de síntesis de uno de los temas que ha estado presente en toda la obra del novelista: la mirada. La mirada propia y la mirada de los otros, la de quien aprendió a ver de la mano de Luis Buñuel y María Zambrano. Inspirados, como señala el autor, en dos modelos omnipresentes –Velázquez y Piero Della Francesca– los ensayos reunidos en este volumen nos aproximan, bajo una nueva luz, a la obra de algunos de los mayores artistas mexicanos y universales. A lo largo de los 19 capítulos que comprende este libro de arte, Carlos Fuentes escribe sobre los pintores mexicanos Diego Rivera, José Clemente Orozco, Juan Soriano, José Luis Cuevas, Frida Kahlo, Rufino Tamayo, Alberto Gironella y los españoles Eduardo Chillida, Francisco de Zurbarán, Antonio Saura y el colombiano Fernando Botero, entre otros.

Este no es un libro sobre el arte. Es, ante todo, un arte del mirar, un arte del arte, en el cual las obras vuelven a hablarnos desde su insondable singularidad en un mundo en el que la copia pretende ocupar el lugar del original.

Contra Bush (2004). Esta obra reúne reflexiones sobre la crisis política estadounidense y global provocada por la administración de George W. Bush y su círculo más próximo. En un planeta donde millones de seres humanos reclaman por trabajo y salud, educación y techo, los Estados Unidos, única potencia mundial, imponen hoy intereses ajenos y opuestos a esas necesidades.

Olvidando que todos somos descendientes de encuentros de civilizaciones, Bush y su equipo exaltan los fundamentalismos violentos en vez de promover, como incumbe al fuerte, políticas constructivas que eliminen los focos de tensión que atraen a insatisfechos y fanáticos. Este libro formula un deseo que es a la vez convocatoria a los estadounidenses: que recuperen la voluntad de emplear la extraordinaria fuerza de su país para cooperar en favor de la legalidad internacional, el desarrollo económico y el respeto a las culturas. Sólo así el terrorismo podrá ser vencido.

Los 68: París, Praga, México (2005). Colección de tres textos sobre los movimientos estudiantiles de 1968 y sobre la influencia que esa agitación social tuvo en las sociedades occidentales. Todo el mundo tiene una idea de lo que pasó y significó el famoso mayo de 1968. Ese mes, los estudiantes de una buena parte del mundo occidental plantaron cara, primero al sistema educativo y después a los sistemas políticos dominantes en cada país, con el fin de agitar una sociedad cada vez más adormecida y autocomplaciente. Gracias a la pluma y al talento de Carlos Fuentes, testigo privilegiado e integrante del movimiento estudiantil, este libro puede leerse como un testimonio de primera mano.

El mayo francés fue una “crítica a la autosatisfacción del orden establecido y de afirmación radical, es decir, de retorno a las raíces de la promesa social, cultural y humana de una modernidad pervertida”. La llamada “primavera de Praga”: “no combatía al sistema comunista. Lo humanizaba, lo democratizaba y lo socializaba. Todo ello, capítulo por capítulo en su conjunto era anatema para los gobernantes del Kremlin”. La represión en México, analizada desde el mito por Octavio Paz, “representa una ruptura flagrante entre la legitimidad revolucionaria reclamada como fundamento por todos los gobiernos a partir de Carranza, y la evidencia contrarrevolucionaria de las prácticas represivas, antidemocráticas y antipopulares cada vez más acentuadas de los gobiernos [emanados de la revolución]”.

La gran novela latinoamericana (2011). Este ensayo propone un recorrido por la evolución de la novela en Latinoamérica, desde el descubrimiento del continente hasta a los días contemporáneos. El libro presenta figuras de la novela latinoamericana y sus temas constantes - la naturaleza salvaje, los conflictos sociales, el dictador y la barbarie, la épica del desencanto, el mundo mágico de mito y lenguaje, pero sobre todo su vocación de canibalizar y carnavalizar la historia, convirtiendo el dolor en fiesta, creando formas literarias y artísticas entrometidas unas en las otras, como lo son las de Borges, Neruda y Cortázar, sin respeto de reglas o géneros.

Pantallas de plata (2014). Esta es la historia de una relación personal con el cine. Carlos Fuentes cuenta cómo fueron sus primeros acercamientos a las salas cinematográficas, de la mano de su padre, su consecuente deslumbramiento ante las imágenes en movimiento en la pantalla de plata, y su ulterior e incurable afición al cine.

Diccionario personal

En esto creo (2002). En la amistad. En el amor. En México. Y Buñuel. Kafka. Velázquez. En el Quijote. En la muerte y los hijos y Dios. Es el credo de Carlos Fuentes, su Diccionario más personal, una suerte de autorretrato que juega con los recuerdos y las certezas de toda una vida, a caballo entre la biografía y la novela, “porque lo que dicen las palabras siempre ocurre en la imaginación”. Una auténtica declaración de principios.

Construido mediante ensayos breves –ordenados por la sabia arbitrariedad del alfabeto–, En esto creo establece el credo de su autor con textos que van de la rememoración autobiográfica a las reflexiones moral, filosófica, política y artística. Los saltos a los que el volumen nos invita (de "Faulkner" a "Globalización", por ejemplo) evidencian la multiplicidad de intereses de Fuentes

Piezas dramáticas

Todos los gatos son pardos (1970). El poder y la palabra. Moctezuma o el poder de la fatalidad; Cortés o el poder de la voluntad. Entre las dos orillas del poder, un puente: la lengua, Marina, que con las palabras convierte la historia de ambos poderes en destino: el conocimiento del que es imposible sustraerse.

El tuerto es rey (1970). En esta obra teatral, Donata y su criado, el Duque, habitan una casa que parece colapsarse. Ambos son ciegos, pero cada uno cree que sólo él lo está y que el otro ve; cada uno cree que el otro es su guardián, su lazarillo, su propiedad.

Ambos esperan el regreso del marido de Donata, quien ha fijado con severidad las reglas de conducta de su casa y luego abandonó a los ciegos a las tentaciones de la libertad: convertirse en otro, librarse tanto de la indiferente ausencia como de la promiscua sospecha del señor.

Los reinos originarios y Orquídeas a la luz de la luna (1982).

Orquídeas a la luz de la luna es la obra dramática más exitosa de Carlos Fuentes y se estrenó el año que fue escrita en 1982 en el Loeb Drama Center de la Universidad de Harvard.  Tres días antes del estreno de la obra, Carlos Fuentes declaró que se trataba de una obra de contenido feminista que retrataba la figura destacada de Dolores del Río y María Félix.

Ceremonias del alba (1991), reescritura hecha por Fuentes en 1990 de Todos los gatos son pardos; en esta reestructuración, introdujo nuevos personajes y situaciones.

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