Flamenco - música clásica - jazz
La música en España
(comp.) Justo Fernández López
VORLAGE
INFLUENCIA DEL FLAMENCO EN
la música clásica y en el jazz
Influencia del flamenco en la música clásica
Ni la Música sería lo que es ni la orquesta moderna sonaría
como suena de no haber existido la influencia del cante jondo.
[Manuel de Falla, 1922]
«Del folklore, el flamenco ha guardado cierto carácter. Conserva de forma indeleble la marca del lugar donde nació: Andalucía. Fue transmitido por un núcleo socialmente característico, que ha hecho de la tradición oral el único vehículo de su patrimonio.
Pero si el flamenco no fuera nada más que un folklore, no habría fascinado a tantos compositores ilustres. El flamenco es en realidad un arte porque no obedece a una estética, porque tiene un significado y que su influencia es evidente en algunos compositores y artistas contemporáneos. [...] La influencia del flamenco en la música europea contemporánea es una realidad.
Parece ser que la escuela rusa fue la primera en descubrir la riqueza de la música flamenca e impregnarse de sus ritmos y armonías. Glinka, Rimski-Korsakov, Cui, Balakirev, Borodine y Moussorsky son los más importantes.»
[Herrero, Germán: De Jerez a Nueva Orleáns. Análisis comparativo del flamenco y del jazz. Granada: Editorial Don Quijote, 1991, pp. 103-104]
Glinka fue a Granada y quedó enamorado de la rica estructura musical del Cante Jondo. Tan pronto como llegó a Rusia, anunció su descubrimiento y lo incorporó en su música. En su a Andalucía, entre 1845 y 1847 (Granada, Córdoba y Sevilla), transcribe las melodías del guitarrista flamenco Murciano.
Otros compositores universales, que en sus días fueron influenciados por el flamenco, fueron:
Albéniz, Isaac (1860-1909)
Béla Bartók (1881-1945)
Bizet, Georges (1838-1875)
Bretón, Tomás (1850-1923)
Debussy, Claude (1862-1918)
Falla, Manuel de (1876-1946)
Granados, Enrique (1867-1916)
Laló, Edouard (1823-1892)
Massenet, Jules (1842 - 1912)
Messian, Olivier (1908–1992)
Muñoz Molleda, José (1905-1988)
Nin, Joaquín (1879-1949)
Ohana, Maurice (1914-1992)
Pedrell, Felipe (1841-1922)
Ravel, Maurice (1875-1937)
Saint-Saens, Camille (1835-1921)
Schönberg, Arnold (1874–1951)
Strawinski, Igor (1882-1971)
Turina, Joaquín (1882-1949)
Villa-Lobos, Heitor (1887-1959)
Xenakis, Iannis (1922-2001)
«Boleros compusieron Beethoven («Bolero a solo»), Weber (en su ópera «Preciosa»>, Chopin (Op. 19), Berlioz (en su ópera «Benvenutto Cellini»), Verdi, Granados (en «Goyescas»), Delibes (en «Coppelia»), Ravel y Bretón.
Fandangos compusieron Gluck (ballet «Don Juan»), Mozart como tema del tercer tiempo de su Sinfonía nº 35 Haeffner y para el «finale» del acto III de «Las bodas de Fígaro», el P.Soler, Bocherini en su quinteto para guitarra nº 4, G. 448, Schubert como tema del «allegretto» de su quinteto para guitarra en Do Mayor, D. 956, op. 163, Granados en <<Goyescas», Falla en «El sombrero de tres picos» («Danza de la molinera»), y Leonardo Balada en «Puerto de Palos», de su obra «Colón, imágenes para orquesta» y Glinka -el huésped y alumno del Polinario junto a la Alhambra- para su ópera «La vida por el zar».
Sevillanas crearon Albéniz y Turina para la obra que cada uno de ellos estrenó con igual nombre, «Sevilla».
Falla, para sus «Siete canciones españolas», compuso la célebre nana. Y un polo para esa serie. Como también otro polo creó Bizet (para «Carmen»).
Chapí, para «Las hijas de Zebedeo», compuso unas carceleras y Rodrigo para su «Sonata Pimpante», una petenera y Albéniz, para su «Cádiz», una saeta, y Bizet, una rondeña y un vito para «Carmen».
Malagueñas crearon Albéniz («España», op. 165, nº 3 y «Rumores de la caleta», Sarasate («Malagueña»), Bretón (inicio de (<La verbena de la Paloma), Chabrier («España») y Ravel en el segundo movimiento de su «Rapsodia española».
Balakiref tiene melodías flamencas en su «Obertura sobre temas españoles» y Glinka en «Una noche en Madrid», Rimski-Korsakof en «Schrezade», «Antar» y «Capricho español». Laló desarrolla temas flamencos en su «Sinfonía española», Ravel en «La alborada del gracioso» y «Rapsodia española», Granados en «Danzas españolas», Falla en «Noches en los jardines de España», «El amor brujo» y «El sombrero de tres picos». Lo mismo, Sarasate en «Romanza andaluza» y «Zapateado», Bretón en «Escenas Andaluzas», Albéniz en «Venta Eritaña», la «Suite Iberia» y «El Albaicín», Tárrega en «Recuerdos de la Alhambra», Debussy en «La puerta del vino», y «Une soirée en Grenade», Jiménez en «Enseñanza libre», Oudrid en «Jaleo de Jerez» y en «La venta del Puerto». También tiene motivos flamencos Turina en «La oración del torero», «Orgía», «Margot» y «Sevilla».
Al menos dieciséis óperas desarrollan su acción en Andalucía (según Javier Roca): «El barbero de Sevilla» (Paisiello, 1782), otra vez «El barbero de Sevilla» (Rossiri, 1816), «Las bodas de Fígaro», (Mozart), «Fidelio» (Beethoven), «La favorita» (Donizetti), «La Celestina» de Pedrell, «La fuerza del destino» (Verdi), «Carmen» (Bizet), «Esponsales en un convento» (Prokofief). (Hasta aquí son óperas localizadas en Sevilla). Sin precisar más el lugar, en Andalucía, sitúa Hugo Wolf la acción de su ópera «El Corregidor». «La vida breve», de Falla sucede en Granada, en Cádiz ambienta Milhaud varias escenas de su «Cristóbal Colón» (1930), en la Alhambra Pinelli «El rey Hassán», en Cádiz Sorozábal «Las viejas ricas» (libreto de Pemán) y en Huelva, en Palos, ambienta Leonardo Balada el primer acto de «Cristóbal Colón» (1989).
Albéniz catalán analiza el fenómeno: "Es para pensar. Fijese. Malats, catalán, interpreta como un andaluz; Granados, leridano, asimila como nadie la melancolía granadina, yo escribo para Andalucía y llevo hechas con este «AIbaicín» diversas composiciones sobre Granada. ¿Qué le pasa a Granada que tanto se adentra en los artistas catalanes?"»
[Fuente: Este pueblo con derechos de autor]
«El flamenco en la música:
En los dos siglos que se conocen de arte flamenco, han sido varias las generaciones de compositores y músicos que a lo largo de estas dos centurias de historia de la música, han bebido en el flamenco su inspiración y los elementos básicos de sus páginas más logradas. También han tomado del singular instrumento que le acompaña, la guitarra, su técnia, punteos, arpegios, transportándolos al clavecín o al plano, o incluos convirtiendo a toda una orquesta, con magistral virtuosismo, en un gigantesco instrumento de seis cuerdas. Bastantes compositores fueron receptivos a la sugestión y al encanto de este arte, por extraña o exótica que fuera su patria o por lejana que su sensibilidad estuviera de la manera que tiene el pueblo andaluz de hacer y vivir la música: rusos, franceses e italianos, dejaron que sus obras se impregnaran de la totalidad y el ritmo del fandango, la solea o la pertenera.
Durante el siglo XIX, la península ibérica, fue visitada por artistas y compositores procedentes de los lugares más diversos, convirtiéndose en lugar de peregrinación habitual de grandes músicos: Stravinsky fue huesped de Andalucía, Glinka, que vivió tres años en España, respiró el aroma de los cantes flamencos en la ciudad de Granada, incorporándolos despues a sus creaciones. Ravel, hombre de la frontera hispano-francesa, seducido por las danzas españolas y su variedad rítmica, llego tambien a Granada, el año 1920, y acogido por Falla vivió en su propia casa. Chabrier, viajero por la península en 1883, absorbió de nuestros cantos populares la sustancia de la uqe más tare se nutriría la "Rapsodia española". Otros creadores que no tomaron contacto directo con el cante flamenco, ni estuvieron jamás en España, sintiron igualmente la fuerza de us atracción. Debussy presenció el espectáculo de los bailaores españoles que pasaron por París, sus actuaciones le inspiraron el preludio "La puerta del vino"; una tarjeta postal que Falla le envía desde Granada, reavivó su interés por Andalucía, la "Soiree en Granada", y el poema "Iberia" recogen el espíritu de lo epañol hasta tal punto tal, que como Federico García Lorca dijo del músico francés, en su discurso sobre "La importancia historica del primitivo cante andaluz", sin tomar un solo compás al folklore español, hace sentir a España hasta en sus menores detalles- No sólo fueron extranjeros turistas en nuestro suelo, los seducidos por la originalidad de las danzas y de los ritmos andaluces, una mayoría de músicos españoles a lo largo del siglo XIX, llevaron tambien al pentagrma de una forma o de otra, compases, estructuras y fórmulas melódicas que se pueden detectar como heredadas del cante flamenco.» [Fuente: Música y compositores]
Influencia del flamenco en la música de jazz
«Existen varios testimonios del interés de los hombres de jazz hacia el flamenco, sobre todo en discos grabados entre los años 45 y nuestra época. Los primeros en experimentar la mezcla de estos dos artes fueron, seguramente, Charlie Parker y Dizzy Gillespie; pero sin gran resultado.
Quizá el mejor de los ejemplos de la influencia del flamenco en la música de jazz, lo tenemos en Miles Davis. Uno de sus proyectos más ambiciosos nació el día en que su mujer logró convencerle de ir a ver una compañía flamenca. Miles Davis, que no solía salir mucho de su casa, se desplazó sin gran entusiasmo pero salió cautivado - aunque ya tenía ciertas afinidades con la música española, como lo demuestra el tema "Blues for Pablo", del disco "Miles Ahead", en 1957-, el espectáculo de flamenco le interesó muchísimo. El resultado inmediato fue, en 1959, el tema "Flamenco sketches" del disco "Kind of Blue". Poco después, un amigo le hizo escuchar El concierto de Aranjuez [de Joaquí Rodrigo]. "Ya no podía quitarme eso de la cabeza, dijo Miles, y cuando Gil Evans y yo decidimos grabar ese álbum ("Sketches of Spain, 1959/60) le hice escuchar El concierto, y le gustó muchísimo".
Además del concierto, grabaron varios temas españoles: "Soleá", extracto de un ballet; un tema de Manuel de Falla; temas populares y "Saeta", tema a la floria de un torero.
"¿Señor Davis, piensa usted que su última obra sea jazz?", le preguntó un periodista cuando salió el disco. Miles Davis se enfadó y contestó: "Es música. Me gusta y tengo la intención de tocar toda la música que me guste, si me parece posible. De todas formas, el flamenco es el equivalente de nuestros blues".
Otro grande del jazz que se interesó, en su momento, por el flamenco, fue John Coltrane. Esa huella existe en su disco grabado en 1961, titulado "Olé Coltrane".
También desde la aparición de Paco de Lucía en los escenarios mundiales, muchos músicos de jazz se han acercado al flamenco. Varios de ellos han trabajado con Paco de Lucía, como John McLaughlin, Larry Coryell, Al DiMeola o Chick Corea, aunque el interés por el flamenco de este último sea anterior a su colaboración directa con Paco de Lucía; lo demuestran temas como "Spain" o "Flamenco", anteriores al disco "Touchstone".
Otras grandes personalidades que se han interesado por el flamenco son los legendarios guitarristas Joe Pass y Jim Hall. El primero, sin haber tocado nunca con Paco de Lucía, le dedica una pieza en su disco "Virtuoso 3", titulada precisamente "Paco de Lucía". Por su parte, Jim Hall, ha grabado un disco tocando el Concierto de Aranjuez, con la intención de darle un carácter más "aflamencado", por lo menos según su concepto del flamenco.
La influencia que ejerce el flamenco sobre músicas diametralmente opuestas - como son el jazz y la música clásica contemporánea - es fácil de entender, ya que el Cante es expresión directa de la angustia universal de la muerte, del misterio del sexo, de la alegría de ser. Sus contenidos primarios son de una elementalidad simple que los hace asimilables a todos los hombres aunque no entiendan las palabras de la copla.» [Herrero, Germán: De Jerez a Nueva Orleáns. Análisis comparativo del flamenco y del jazz. Granada: Editorial Don Quijote, 1991, pp. 104-106]
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