Argentina - Letras de canciones
La música en Hispanoamérica
(comp.) Justo Fernández López
argentina - letras de sus canciones
El pobrecito
(Carnavalito del norte de Argentina)
Como soy tan pobrecito e indigno de tu presencia,
vengo a cantarte de noche por no morir de vergüenza,
por no morir de vergüenza, ay, pobrecito.
Mi camisita está rota, no tengo con qué coserla,
como soy tan pobrecito no quitar quiero tener,
no quitar quiero tener, ay, pobrecito.
Ay, ay, ay, aguacerito, no me vayas a mojar,
como soy tan pobrecito no tengo con qué mudar,
no tengo con qué mudar, ay, pobrecito.
El borrachito
(Carnavalito del norte de Argentina)
Vamos a cantar, vamos a bailar,
porque ya se viene marchadito el carnaval.
Y esta es la vida alegre, viday,
bailar y marcharme por ahí
y si muero, morir quiero,
bailando el carnaval.
Lairalalalá (bis), porque ya se tiene
marchadito el carnaval.
El beso
(cueca mendocina)
Ay, el beso, el beso de una soltera,
ay, no es como, no es como el de una casada.
Ay, porque la, porque la mujer con dueño,
ay, tiene la, tiene la boca salada.
Las solteritas tienen, ay, ay, ay, miles de amores,
son de la boca dulce, ay, ay, ay, como alfajoles.
Besa, besa soltera, ay, ay, ay, de otra manera.
Ay, me besó, me besó una solterita,
ay, con sus be, son sus besos me endulcé.
Ay, eran co, eran como agua bendita,
ay, por eso, y por eso me casé,
ay, y sala, y salado me quedé.
De Pinogasta vengo, ay, ay, ay, no traigo nada;
solo traigo los besos, ay, ay, ay, de una salada.
Besa, besa donosa, ay, ay, ay, la más hermosa.
Te esperaré cantando
(serenata)
Cuando te fuiste llevando mi amor,
una guitarra se puso a llorar con mi corazón.
Y te esperaré con esta canción:
No, no, no,
no tardes tanto mi amor en llegar (b);
me desespera tener que esperar,
pasan las horas y viene la duda
si tú llegarás.
Y te esperaré con este cantar.
No, no, no, no tardes ....
Las golondrinas
(canción)
Adónde te irás volando por esos cielos,
brasita negra que lustras la oscuridad;
debajo de tu vuelo errante mis ojos gozan
la inmensidad, la inmensidad.
Velero de las tormentas se van las nubes,
y en surco de luz dorada se pone el sol,
y como sílabas negras las golondrinas
dicen adiós, dicen adiós.
Vuela, vuela, golondrina, vuelve del más allá.
Vuelve desde el fondo de la vida
sobre el azul, cruzando el mar,
cruzando el mar.
Un cielo de barriletes muestra la tarde,
y el viento en las arboledas cantando va,
y desandando los días mi pensamiento
también se va, también se va.
Cuando se acorten los días junto a mi sombra
y en mi alma caiga sangrando el atardecer,
yo levantaré los ojos pidiendo al cielo
volverte a ver, volverte a ver.
Vuela, vuela, golondrina ...
Algarrobo algarrobal
(vidala chayera)
Algarrobo, algarrobal,
qué gusto me dan tus ramas
cuando empiezan a brotar.
Cuando empiezan a brotar,
señal que viene el verano
y el tiempo del carnaval,
y el tiempo del carnaval.
Algarrobo, algarrobal,
cuando cantan los coyuyos,
me dan ganas de llorar.
Me dan ganas de llorar
de puro gusto, mi vida,
porque llega el carnaval,
porque llega el carnaval.
Algarrobo, algarrobal,
la vidala por las noches
salgo a cantar y a llorar.
Salgo a cantar y llorar
con el fulgor de la luna
y el amor del carnaval
y el amor del carnaval.
Pasillaneando
(vals argentino)
La luna en el sendero iluminaba
y en el fondo del río se reflejaba
contemplando tus ojos
que me miraban, que me miraban
y aquella nota triste de tu canción.
Titilar de cocuyos que van dejando
impresión de fogones agonizando,
chubasco que la noche
va despertando, va despertando,
es un sueño lucero madrugador.
Arriero que amanece pasillaneando,pasillaneando;
el lomo del caballo caracoleando, caracoleando,
el lomo del ganado que va pasando, que va pasando
como paso las horas con el recuerdo y con la ilusión.
Arriero que amanece.
El arriero
(canción norteña)
En las arenas bailan los remolinos,
el sol juega en el brillo del pedregal.
Y prendido a la magia de los caminos
el arriero va ..., el arriero va.
Es bandera de niebla su poncho al viento,
le saludan las flautas del pajonal
y animando a la tropa por esos cerros
el arriero va ..., el arriero va.
Las penas y las vaquitas
se van por la misma senda. (b)
Las penas son de nosotros,
las vaquitas son ajenas. (b)
Un degüello de soles muestra la tarde,
se han dormido las luces del pedregal.
Y animando a la tropa, dale que dale,
el arriero va ..., el arriero va.
¡Ay, malaya, la noche traiga recuerdos
que hagan menos pesada la soledad!
Como sombra en la sombra por esos cerros
el arriero va ..., el arriero va.
Mi burrito cordobés
(bailecito)
Por un caminito y piedras,
el burrito cordobés.
La siesta parece darle
una paz que huela a miel.
El arroyo canta,
canta a media voz;
la tarde se ha dormido junto al sol.
Por un caminito y piedras,
el burrito cordobés.
Tranquilo el trotecito,
tranquilo el andar.
Total no tiene apuro,
apuro por llegar.
¡Huy, huy, huy! No lo apures.
¡Huy, huy, huy! No lo silbes.
Total no tiene apuro
el burrito cordobés.
Por detrás de una lomita
el lucero apareció.
Y el viento le hace caricias
al silencio de la flor.
El burrito es sombra,
sombra y arrebol;
lo acompaña un changuito silbador.
Por un caminito y piedras,
el burrito cordobés.
Recordándote
(zamba)
Oigo tu voz llamándome,
recuerdo que me vuelve el tiempo.
Tu voz me nombra y me duele otra vez,
yo ya no puedo volver. (bis)
Oigo tu voz nombrándome,
silencio en el silencio siento.
Es el vino que me engaña otra vez;
yo ya no puedo volver. (bis)
La noche es tan amarga y lenta,
la zamba te recuerda tanto
que cuando canto me olvido, mi bien,
que ya no puedo volver,
que cuando canto me olvido, mi bien,
que ya no puedo volver.
Siento tus palabras recordándote,
la noche agranda su silencio.
Y en él te escucho volviendo a decir:
" Sin ti no puedo vivir ". (bis)
Pero las palabras como el aire son
aliento que se vuelve viento.
Y así tu amor con el tiempo murió,
el viento se lo llevó. (bis)
Virgen de la Carrodilla
(zamba)
Virgen de la Carrodilla,
patrona de los viñedos,
esperanza de los hijos
que han nacido junto al cerro.
Los que han uncido el arado
y han cultivado tu suelo,
te piden que los ampares,
patrona de los viñedos.
Y en la viña de mi tierra
tengo un recuerdo querido,
en cada hilera un amor,
en cada surco un suspiro.
En cada planta, esperanza,
y la esperanza un racimo.
Virgen de la Carrodilla,
danos lo que te pedimos.
(Recitado: Y en las viñas de mi tierra
tengo un recuerdo querido:
en cada hilera, un amor,
y en cada surco, un suspiro.)
Salto Grande
(canción litoraleña)
Siguiendo la correntada
de mi destino salteño,
el alto Uruguay me empuja
desde el obraje a tus tierras.
Mi vida fue una jangada
que se perdió en tus ojeras,
no puede volverse al norte
porque el río no da vueltas.
Uruguay, tu río es de espejo niebla,
que ta vas con mi amargo andar sin huella,
Uruguay, llévame hasta mi salteña,
no dejes que el Salto Grande grabe
mi sangre en tu arena.
Yo vivo entre dos infiernos
penando la vida entera
en changas de jangadero
no tienes más que una senda.
Si no he de volver a verte,
prefiero hundirme en la selva
que el peor infierno es la muerte
de no tenerte, salteña.
Uruguay, cuando regrese a la selva,
y ahí, donde florece la pena,
llevaré una copla naranjera
que en los ojazos del río
fue madurando mi ausencia.
Como un surco y a flor de agua
va mi canción jangadera,
bordeando los naranjales
mojados de luna llena.
La luna se entrega al río
como un azahar que se quema
y muere en el Salto Grande
deshecha en lluvia de estrellas.
Uruguay, cuando regrese a la selva,
volverás río abajo con mi ausencia;
mi canción luce flor azahar de pena
muriendo en el Salto Grande
deshecha en lluvia de estrellas.
Mi canción luce flor de azahar de pena
muriendo en el Salto Grande
deshecha en lluvia de estrellas.
No quisiera quererte
(canción argentina)
No quisiera quererte, pero te quiero.
Este castigo tiene la vida mía.
Por tenerte conmigo, me desespero,
y si tú te murieras, me moriría.
No quisiera que vuelvas, pero te espero.
Tú eres como un castigo de idolatría.
Si vivo por tu amor, por tu amor muero,
y si tú te murieras, me moriría.
Dentro de mi corazón estás tú
y nunca puedo olvidarte, ay, mi amor.
Sólo me queda esta cruel confesión
de dolor y así mitigar mi mal.
Si vivo por tu amor, por tu amor muero,
y si tú te murieras, me moriría.
Ángelica
(zamba argentina)
Angélica. cuando te nombro
me vuelve a mi memoria un valle,
cálida luna de noche de abril
y aquel pueblito de Córdoba.
Si un águila fue tu cariño,
paloma mi pobre alma,
temblando mi corazón en su caja sangró
y no le tuviste lástima.
No olvidaré cuando tu Córdoba te vi
y tu clavel bajo los árboles probé.
Mis brazos fueron tu nido y tu pelo la luz
de la luna entre los álamos.
Tus párpados y por instantes
te vuelven los ojos mansos.
Recuerda cuando en el cielo de pronto se ve
que nace y muere un relámpago.
Las sábanas que por el suelo se tienden
cuando la escarcha no es blanca,
como la límpida flor de tu piel
y fría como tus lágrimas.
Vidala del hombre solo
(vidala)
Por la picada del monte
con mi caballo me voy,
pisando huellas de olvido,
goteando su sangre
va mi corazón.
La noche porque es la noche
no sabe de mi dolor;
yo se lo cuento al lucero
y al alba callados
nos vamos los dos.
Cuando voy andando,
sé que voy muriendo
porque estoy sabiendo
que no la he de hallar,
porque estoy sabiendo
que no la he de hallar.
Nada le digo a la luna
porque la luna es mujer,
me hace acordar de la senda
por donde una noche
llorando se fue.
Vidala del hombre solo,
triste en el atardecer,
mi caballo y mi lucero
me llevan al monte
de vuelta otra vez.
Cuando voy andando ...
Bañado norte
(chamamé)
Lala lara lailá,
laraila laila,
lara la laila laila laila.
Quiero, mi bien,
que esta canción llegue a tu oído,
quizás así
comprenderás que no te olvido.
Ven junto a mí
que mucho tiempo yo he sufrido,
lejos de ti
sólo penando yo he vivido.
Ven pronto junto a mí,
dueña de mi ser,
que en Bañado Nor(te)
tengo el rancho que te ofrecí.
Allí juntos los dos
en mi taragüí,
volverá a renacer
el cariño que te di.
Lala lara lailá,
laraila laila,
lara la laila laila laila.
Si me dejas,
me ausentaré, dulce amor mío,
donde tal vez
he de morir con mucha pena.
Recordarás
el día aquél que me jurabas
cariño fiel
y entre tus brazos me estrechabas.
Ven pronto junto a mí,
dueña de mi ser,
que en Bañado Nor(te)
tengo el rancho que te ofrecí.
Me muero lejos de ti
(zamba)
Lejos la tarde moría
y yo con tu ausencia
moría también.
¿Cómo no voy a morir sin tu amor
si se mueren las tardes sin sol?
Sabes, muchacha, que aquí
la tristeza es la misma
que conmigo va.
Por ese valle que a la soledad
me destina sin saber amar.
Me muero lejos de ti, amor,
nunca sabrás, no sabrás,
cuánto lloré, pero cuánto te amé,
aunque sé que no te supe amar.
Y mi destino es morir sin tu amor
como mueren las tardes sin sol.
Cada distancia que nace
muere la alegría
y vuelve el dolor
y nuevamente la vida se va
por un rumbo que nunca soñó.
Por eso es triste dejar
lo que un día empezamos
con tanta ilusión,
nunca quisiera que en vez de cantar
una lágrima calle mi voz.
Me muero lejos de ti, amor,
nunca sabrás, no sabrás,
cuánto lloré, pero cuánto te amé,
aunque sé que no te supe amar.
Y mi destino es morir sin tu amor
como mueren las tardes sin sol.
La pobrecita
(zamba)
La llaman „La Pobrecita“
porque esta zamba nació en los ranchos;
con una guitarra mal encordada
la cantan siempre los tucumanos,
con una guitarra mal encordada
la cantan siempre los tucumanos.
Allá en los cañaverales
cuando la noche viene llegando
por entre los surcos se ven de lejos
los tucu-tucus de los cigarros,
por entre los surcos se ven de lejos
los tucu-tucus de los cigarros.
¡Solcito del camino!
¡Lunita de mis pagos!
En la pobrecita zamba del surco
cantan sus penas los tucumanos.
Lararararai raira,
cantan sus penas los tucumanos.
Mi zamba no canta dichas
- sólo pesares tiene el paisano -
con las hilachitas de una esperanza
forman sus sueños los tucumanos,
con las hilachitas de una esperanza
forman sus sueños los tucumanos.
Conozco la triste pena
de las ausencias y del mal pago,
en mi noche larga prenden sus fuegos
los tucu-tucus del desengaño,
en mi noche larga prenden sus fuegos
los tucu-tucus del desengaño.
¡Solcito del camino!
¡Lunita de mis pagos!
En la pobrecita zamba del surco
cantan sus penas los tucumanos.
Lararararai raira,
cantan sus penas los tucumanos.
El poeta
(Atahualpa Yupanqui / ritmo de milonga argentina)
Tú piensas que eres distinto
porque te dicen poeta
y tienes un mundo aparte
más allá de las estrellas.
De tanto mirar la luna
ya nada sabes mirar,
eres como un pobre ciego
que no sabe a dónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que sufren
por un pedazo de pan.
Poeta de tiernas rimas,
vete a vivir a la selva
y aprenderás muchas cosas
del hachero y sus miserias.
Vive junto con el pueblo,
no lo mires desde afuera;
que lo primero es ser hombre
y lo segundo poeta.
De tanto mirar la luna
ya nada sabes mirar,
eres como un pobre ciego
que no sabe a dónde va.
Luna tucumana
(Atahualpa Yupanqui)
Yo no le canto a la luna
porque alumbra y nada más;
le canto porque ella sabe
de mi largo caminar.
Hay lunita tucumana
tamborcito calchaquí,
compañera de los gauchos
en las sendas de Tafí.
Perdido en las serrasones,
quién sabe vidita por dónde andaré,
mas cuando salga la luna
cantaré, cantaré
a mi Tucumán querido
cantaré, cantarém cantaré.
II
Si en algo nos paresemos
luna de la soledad
yo voy andando y cantando
que es mi modo de alumbrar.
Con esperanza o con pena
en los campos de acheral
yo he visto a la luna buena
besando el cañaveral.
Perdido en las ...
Tonada del viejo amor
(tonada)
Ya nunca te he de olvidar,
en la arena me escribías,
el viento lo fue borrando
y estoy más solo mirando el mar,
el viento lo fue borrando
y estoy más solo mirando el mar.
Qué lindo cuando una vez,
bajo el sol del mediodía,
se abrió tu boca en el beso
como un damasco lleno de miel.
Herida la de tu boca,
que lástima sin dolor,
no tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol,
no tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol.
Quisiera volverte a ver
sonreír frente a la espuma,
tu pelo suelto en el viento
como un torrente de trigo y luz.
Yo sé que no vuelve más
el verano en que me amabas,
que es ancho y negro el olvido
y entra el otoño en mi corazón.
Virgen india
Virgen morenita.
Virgen milagrosa.
Virgen morenita te entrego mi cantar.
Son todos en el valle devotos de tu ruego.
Son todos peregrinos, Señora del lugar.
Son todos en el valle devotos de tu ruego.
Son todos peregrinos, Señora del lugar.
Virgen morenita,
india fue tu cuna,
porque india tu naciste por la gracia de Dios.
Así somos esclavos de tu bondad divina.
Así somos esclavos de tu infinito amor.
Así somos esclavos de tu bondad divina.
Así somos esclavos de tu infinito amor.
Así será Virgen mía.
Mereces el respeto y la veneración.
Por eso yo te canto y elevo mis plegarias.
Y pido que escuches mi ruego por favor.
Por eso yo te canto y elevo mis plegarias.
Y pido que escuches mi ruego por favor.
Virgen morenita,
Santa inmaculada.
Virgen morenita Señora del lugar.
Tú gozas del respeto y cariño de tus hijos.
Así los peregrinos te rezan en tu altar.
Así será Virgen mía.
Mereces el respeto y la veneración.
Por eso yo te canto y elevo mis plegarias.
Y pido que escuches mi ruego por favor.
Por eso yo te canto y elevo mis plegarias.
Y pido que escuches mi ruego, por favor.
Zamba de mi esperanza
(zamba)
Zamba de mi esperanza,
amanecida como un querer,
sueño, sueño del alma
que a veces muere sin florecer,
sueño, sueño del alma
que a veces muere sin florecer.
Zamba, a ti te canto,
porque tu canto derrama amor,
caricia de tu pañuelo
que va envolviendo mi corazón.
Estrella, tú que miraste,
tú que escuchaste mi padecer,
estrella, deja que cante,
deja que quiera como yo sé,
estrella, deja que cante,
deja que quiera como yo sé.
El tiempo que va pasando,
como la vida, no vuelve más,
el tiempo me va matando
y tu cariño será, será.
Hundido en horizontes
soy polvareda que al viento va.
Zamba, ya no me dejes,
yo sin tu canto no vivo más.
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