Paraguay - Letras de canciones
La música en Hispanoamérica
(comp.) Justo Fernández López
paraguay - letras de sus canciones
La india
(Ritmo de guarania del Paraguay – Letra de
Manuel Ortiz Guerrero y música de José Asunción Flores)
India bella mezcla de diosa y pantera
Doncella desnuda que habita el Guairá,
Arisca romanza curvó sus caderas,
Copiando un recodo de azul Paraná.
Montaraz india manceba
De la raza virgen
Eva guayaquí.
De su tribu la flor
Montaraz guayaquí,
Eva arisca de amor
Del edén guaraní.
Bravea en sus sienes su orgullo de plumas
Su lengua es salvaje panal de eiruzú,
Collar de colmillos de tigres y pumas
Enjoyada musa de ibitiruzú.
La silvestre mujer,
Que la selva es su hogar,
También sabe querer,
También sabe soñar.
Recuerdos de Ypacarí
(Ritmo de guarania paraguaya)
Una noche tibia nos conocimos
Junto al agua azul de ypacaraí,
Tú cantabas triste por el camino
Viejas melodías en guaraní,
Y con el embrujo de tus canciones
Iba renaciendo tu amor en mí,
Y en la noche hermosa de plenilunio,
De tus blancas manos sentí el calor
Que con tus caricias me dio el amor
¿Dónde estás ahora, cuñataí,
Que tu suave canto no llega a mí?
¿Dónde estás ahora?, mi ser te añora
Con frenesí.
Todo te recuerda mi dulce amor
Junto al lago azul de Ypacaraí,
Vuelve para siempre, mi amor te llama,
Cuñataí.
Anahí
(Letra y música de José Osvaldo Sosa Cordero.
Ritmo de guarania paraguaya)
Anahí, las arpas dolientes hoy lloran arpegios
que son para ti.
Anahí, ¿recuerdan acaso tu inmensa bravura
reina guaraní?
Anahí, indiecita fea de la voz tan dulce
como el aguaí.
Anahí, Anahí
tu raza no ha muerto, perduran sus fueros
en la flor rubí.
Defendiendo altiva tu indómita tribufuiste prisionera;
condenada a muerte, ya estaba tu cuerpo
envuelto en la hoguera,
y en tanto las llamas lo estaban quemando
en roja corola se fue transformando.
La noche piadosa cubrió tu dolor
y el alba asombrada
miró tu martirio hecho ceibo en flor.
Anahí, las arpas dolientes hoy lloran arpegiosque son para ti.
Anahí , recuerdan acaso tu inmensa bravura
reina guaraní.
Anahí, indiecita fea de la voz tan dulce
como el aguaí.
Anahí, Anahí
tu raza no ha muerto, perduran sus fueros
en la flor rubí.
Paraguaya linda
(Polca paraguaya)
Entre las flores que perfuman mi jardín,
sos la más bella paraguaya che cambá.
Yo te idolatro mujercita guaraní
y mi suspiro va diciendo roipotá.
Por eso quiero pregonar en mi cantar
toda la dicha que me brinda tu querer,
hoy más que nunca quiero ser tu compañero
y vivir siempre a tu lado, paraguaya mi porá.
De tu boca deliciosa libaré la dulce miel
al clamar tus labios “che conemba'é”,
formaremos nuestro nido y serás tú la mujer,
compañera buena, dueña de todo mi ser.
Y si mañana llegan los rayos del sol
de nuestra dicha con su lumbre a reflejar.
Con mi guitarra cantaremos al amor
y a los que sufren para mitigar su mal.
No habrá tristeza en derredor de nuestro hogar,
tú siempre alegre y yo dichoso te diré:
“¡Cuánto te quiero, paraguaya, mi adorada,
mujercita idolatrada, dueña de todo mi ser!
De tu boca deliciosa libaré la dulce miel
al clamar tus labios “che co nemba'é”,
formaremos nuestro nido y serás tú la mujer
compañera buena, dueña de todo mi ser.
Luisa
(Balada paraguaya)
Ay Luisa, ay Luisa, ay Luisa,
hoy la playa está desierta sin ti.
Aún recuerdo tu cuerpo bronceado
en la arena suspirando por mí.
Voy mirando tristemente
los lugares que pasé,
cuando un día dulcemente
emocionado te besé.
Ay Luisa, ay Luisa, ay Luisa,
hoy la playa está desierta sin ti.
Río rebelde
Tiré tu pañuelo al río
para mirarlo cómo se hundía;
era el último recuerdo
de tu cariño que yo tenía.
Se fue yendo despacito
como tu amor por el río un día;
y la playa al fin te devolverá,
pero yo sé bien que nunca jamás
podré ser feliz sin tus alegrías.
Te recordaré en mi soledad
en el nido aquel que quedó sin luz
cuando comprendí que ya no eras mía.
Ángel de la sierra
Es un ángel de la sierra la mujer cordillerana
Aunque viva entre las piedras
Tiene blando el corazón;
Y su voz muy paraguaya es la música serrana
De sabor aprisionante que contagia
Al diapasón.
Es espíritu encarnado de los cerros guaraníes
Y heroína laboriosa de belleza natural.
Cual su "pájaro campana", habla, reza,
Llora y ríe
Al cantar su melodía de misterio montaraz.
Hija excelsa de mi patria, tan pequeña
Como grande
Descendiente de guarania, residenta y karai,
Hoy sus águilas no envidian ni al cóndor
De los Andes
Y en el monte ella es la santa
De mi culto guaraní.
Paraguaya de la sierra, tu pureza yo celebro
Cual tu templo de esmeralda
De imponente majestad
Orográfica doncella, virgen blanca
De ojos negros
Entre cumbres representas
A la diosa "Libertad".
Galopera
En un barrio de Asunción, gente viene, gente va;
está llamando el tambor: la galopa va a empezar.
Con el sombrero llegó el patrón, señor San Blas.
Da comienzo la función la banda de Trinidad.
Debajo de la enramada ya está formada la rueda
y sale la galopera: la galopa va a empezar.
Luciendo el fino alegraz, zarcillo de tres pendientes
anillos siete ramales y rosario de coral.
Galopera, baila tu danza hechicera.
Galopera, va con su sombra de cuerda
meneando la cintura de su promesa de amor.
La morena galopera de la estirpe indio-latina
va mostrando caminera sus dedos trenzas floridas.
Sobre su cabeza ergida lleva un cantaro nativo
que le ofrece al peregrino la hermosa niña cuñá.
Galopera, baila tu danza hechicera.
Galopera, soy valiente soñado:
dame un poco de agua fresca de tu cántaro de amor.
Ne rendápe aju
(guarania)
Mombyry asyetégui aju ne rendápe nemomorasêgui,
ymaiteguive reiko che py'ápe che esperanzami.
Mborayhu ha y'uhéigui amanombotáma ko'ápe
aguahêvo,
tañesúna ndéve ha nde poguiveipa chemboy'umi.
Yvoty nga'u hína ko che rekove,
aipo'o haguã rojapi pýpe.
He'íva nderehe los karia'ykuéra pe imandu'árupi,
kuña nde rorýva música porãicha naimbojojahái.
Che katu ha'éva cada ka'aru nderehe apensárõ,
ikatuva'erã nipo che ichugui añembyesarái.
Che azucena blanca ryakuãvurei,
eju che azucena torohetûmi.
Ku clavel potýicha ne porãitéva repukavymírõ,
ne porãitevéva el alba potýgui, che esperanzami.
Na tañemondéna jazmin memetégui che
rayhuhaguãicha,
ha ku che keguýpe che azucena blanca che añuami.
Yvoty nga'u hína ko che rekove,
aipo'o haguã rojapi pýpe.
Yvága hovýicha nde resa iporãva che tormentorã
nga,
nde juru ojogua ku ypotî kurúrõ rosa pytãite,
ndéicha avei porãva ne hermana vaerã niko umi
estrellakuéra,
nderechasetéguinte moimbijoáva cada pyhare.
Pajaro Chogüi
Cuenta la leyenda
que en un arbol
se encontraba encaramado
un indiecito guaraní,
que sobresaltado
por el grito de su madre
perdió apoyo y, cayendo, se murió.
Y que entre los brazos maternales
por extraño sortilegio
en chogüí se convirtió.
Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí
qué lindo está mirando allá.
Mirando allá, volando se alejó.
Chogüí, chogüí, chogüí, chogüí
qué lindo es, qué lindo va
perdiéndose en el cielo azul turquí.
Y desde aquel día
se recuerda al indiecito
cuando se oye, como un eco, al chogüí;
es el canto alegre y bullangero
del precioso naranjero
que repite su cantar;
canta y picotea la naranja,
que es su fruta preferida,
repitiendo sin cesar:
Chogüí, ...
Paloma Blanca
Una noche Guaraní,
de guitarras y de canto,
tú no me quisiste a mí
y yo te quería tanto.
Una noche Guaraní,
llena de embrujo y de encanto,
yo me enamoré de tí
y tú no me hiciste caso.
Y te fuiste al amanecer
sin dejarme ni la esperanza,
de podertte volver a ver,
ingrata paloma blanca.
Y te fuiste sin tú saber
que al dejarme tú te llevabas
en las alas tanto querer,
ingrata paloma blanca.
Donde vayas te seguiré,
dónde vayas te encontraré,
donde quiera que tu vayas
allí siempre yo estaré.
Donde vayas te seguiré,
dónde vayas te encontraré,
donde quiera que tu vayas
allí siempre yo estaré.
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