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Argentina y su música

La música en Hispanoamérica

(comp.) Justo Fernández López

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Argentina y su música

El folklore argentino es de una riqueza extraordinaria y de una calidad musical que a veces alcanza la de la música culta, sobre todo por su armonía y polifonía “europea”. Aunque se ha popularizado por todo el mundo el TANGO, es este solo la expresión musical de un determinado grupo social del puerto de Buenos Aires (lo mismo que el flamenco andaluz o el rembétiko griego).

Pero, musicalmente, Argentina no es solo Buenos Aires, centro de la vida cultural del país. Argentina está musicalmente dividida en varias regiones de influencia. Más allá del tango, la música argentina más conocida en todo el orbe, que representa al mundo urbano de ambas orillas del río de la Plata, existe un folclore de raíz rural que surgió de la amalgama de las diversas culturas que se derramaron por el país a través de los años con las tradiciones indígenas, sobre todo de la zona andina. Los inmigrantes del interior llevaron esos viejos ritmos, estilos e instrumentos a Buenos Aires a partir de mediados del siglo XX, desde donde fueron difundidos al resto del país. Fue así como aparecieron autores, cantantes y músicos que se hicieron populares y recuperaron para la cultura nacional las tradiciones que vienen en algunos casos de épocas prehispánicas.

Las radios y las compañías discográficas pronto descubrieron ese filón comercial. Surgió así todo un movimiento de recuperación de las tradiciones reflejado por la aparición, hacia fines de la década de 1940, de legendarios conjuntos folclóricos como Los Chalchaleros, Los Cantores de Quilla Huasi o Los Fronterizos. En esta época también comenzó a componer Atahualpa Yupanqui, el más renombrado y tal vez el más profundo de los cantantes folclóricos. Las letras hacían referencia al paisaje de sus tierras natales con un dejo de nostalgia, a las actividades rurales dejadas atrás y a la sociedad de origen. “Paisajes de Catamarca”, “El mensú” (peón de los obrajes madereros de la provincia de Misiones), “Kilómetro once”, “Luna tucumana”, etc. son algunas de las canciones más representativas del período.

Pero fue durante los años sesenta cuando el folclore se expandió en el ámbito urbano de modo definitivo. Los hijos de aquellos primeros inmigrantes tomaron con entusiasmo esta música, la hicieron propia y la renovaron con componentes cisandinos. Aparecieron nuevas agrupaciones, algunas totalmente vocales, y se incorporaron instrumentos no tradicionales, mientras que se realizaban investigaciones tendentes a recuperar otras formas musicales perdidas entre los repliegues culturales.

Las letras de las canciones reflejaban más sentimientos personales que situaciones; se le cantaba más al amor que al paisaje, al trabajo urbano y a sus injusticias más que a las tradiciones rurales. Poetas como Jaime Dávalos, Hamlet Lima Quintana y Manuel Castilla; músicos como Gustavo “Cuchi” Leguizamón, Tarragó Ros, Ariel Ramírez y Eduardo Falú; y grupos e intérpretes como Los Huanca-Hua, Jorge Cafrune y otros serán los nuevos representantes de la música folclórica.

Hacia 1970, el movimiento se radicalizó al calor de las luchas sociales y políticas de la época; nació la canción de protesta. Las letras hicieron referencia a esos conflictos, a las injusticias y, más tarde, a las formas políticas que adquiría esa lucha. Las canciones se convirtieron en el vehículo a través del cual se expresaba la postura política del compositor o del intérprete, a la vez que se internalizaba un sentimiento de comunión con el resto de América Latina que con anterioridad no estaba presente.

Se incorporaron nuevos instrumentos y se empezó a usar la guitarra eléctrica o la batería, tomados del rock. Son ejemplos de este período la muy conocida internacionalmente Mercedes Sosa, el Cuarteto Vocal Zupay, el cantante uruguayo Alfredo Zitarrosa y César Isella, entre otros. Muchos de ellos, al llegar la última dictadura militar, tuvieron que emprender el camino del exilio.

Regiones musicales de Argentina

El norte

 

Esta región está muy influida por la música andina.

El este

 

Es una región influida por la música chilena.

El noreste

 

Esta región está muy influida por la música paraguaya (región de Corrientes).

El centro

 

La región central es la más “argentina” con la Pampa (extensa llanura del centro argentino que no tiene vegetación arbórea).

Influencia de la música culta

La influencia de la música culta, a través de la música religiosa y profana europea, es innegable. Argentina es una de las naciones de la América hispana con menos población indígena; así el folklore es creación de grupos blancos, si exceptuamos las regiones del norte, influenciadas por el folklore andino.

El auge del folklore argentino comenzó en los años cuarenta, cuando llegaron a la capital músicos de otras regiones y dieron a conocer las canciones populares de cada región. Estos músicos eran autodidactas, pro muchos de ellos con categoría ya culta: Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú (gran guitarrista y cantor) y Ariel Ramírez. Estos músicos comenzaron dando conciertos en Francia. El éxito internacional de la Misa criolla con estos intérpretes dio a conocer el folklore argentino, en los años sesenta del siglo pasado, en ámbito alemán.

En los años setenta del siglo pasado el folklore argentino hizo furor en España, traído por emigrados argentinos que había huido de la dictadura militar en su país. Gozó de gran popularidad el gran bardo Jorge Cafrune, que con Larralda, Yupanqui, Montero, Horacio Guarany, etc. inundaron el mercado musical español. Mercedes Sosa fue la gran intérprete femenina de la musica argentina.

Los grupos musicales que propagaron el folklore argentino, chileno y andino fueron Los Fronterizos, los Chalchaleros, Los Cantores de Quilla Huasi, Los nocheros de Anta, Los Tucu Tucu, Los Hermanos Avalo, etc. Algunos de estos intérpretes, como Eduardo Falú o Jorge Cafrune, eran hijos de emigrantes procedentes del Medio Oriente (Siria, etc.).

Instrumentos musicales del floclore argentino

Bombo

 

El bombo es el instrumento de percusión por excelencia. Por lo común se construye con un tronco de árbol ahuecado y con dos o una sola membrana, de cuero de oveja, guanaco u otro animal. Su zona de dispersión es el norte de Argentina, desde Jujuy a Santiago del Estero, Tucumán y La Rioja. La denominación que en algunas oportunidades se le da al bombo de “legüero”, es porque, según el tamaño, puede ser oído a varias leguas del lugar de origen.

Caja

 

La caja está construida con madera de tala, nogal, cardón sauce, etc., y con dos parches que pueden ser de oveja, cabra u otro animal. Con la madera se hace el "aro" del instrumento, y los parches son las membranas que, puestas en tensión sobre el aro, vibran. Se utiliza en La Rioja, San Juan y Santiago del Estero; también en Jujuy, donde se denomina "uancara".

Charango

 

El charango es una guitarrilla criolla, muy difundida en el norte de Argentina, especialmente en Salta y Jujuy. Para su construcción se utiliza, como caja de resonancia, el caparazón de un armadillo disecado. El encordado consta de cinco pares de cuerdas. Se usa para acompañar bailecitos, carnavalitos o huainos y, en algunas oportunidades, actúa como instrumento solista.

Erke

 

El erke es un instrumento gigante, de entre tres y cinco metros de largo. Generalmente se construye con varios trozos de caña ahuecados y unidos, a los cuales se añade, en un extremo, el pabellón, hecho con un cuerno o con latón. En el otro extremo se coloca una embocadura para el soplo. Se usa en Jujuy, Salta y, antiguamente, en Tucumán y Santiago del Estero.

Guitarra

 

La guitarra es el más difundido de todos los instrumentos musicales con que se toca folclore en Argentina, ya que su área de dispersión comprende prácticamente todo el país. Indudablemente, no es un instrumento autóctono, y su fuerte arraigo habla del intenso mestizaje cultural que se produjo en América a raíz de su descubrimiento por parte de los europeos. Se utiliza este instrumento para marcar la melodía mientras otros ejecutan la percusión, para acompañar el canto o como único instrumento en la milonga. En los conjuntos folclóricos suele haber dos o tres guitarras; una de ellas puntea y el resto acompaña.

Kultrún

 

Por último, el kultrún es el tambor de los araucanos del sur de Argentina y es el único instrumento autóctono de esa región. Se construye con un tronco de madera o con la mitad de una calabaza a la que se le adhiere el parche. Lo utilizan las hechiceras, llamadas machis, especialmente en las ceremonias religiosas o en toda oportunidad en la que desean invocar a los dioses para conjurar algún maleficio.

Quena

 

La quena, instrumento de viento construido con caña, hueso u otro material, tiene generalmente seis o siete agujeros, uno en la parte inferior y los restantes en la parte superior. Se usa junto con el tambor para acompañar bailecitos, carnavalitos o huainos, y es el más difundido de los instrumentos aerófonos.

Siku

 

Otro aerófono es el siku o antara, nombre aymara de la flauta de pan; en quechua se llama antara y, en español, zampoña. Tiene dos hileras de tubos; la primera, de doble tamaño que la segunda. En realidad, podría decirse que el siku es "medio instrumento", pues se necesitan dos para obtener una escala completa al alternar los sonidos entre un siku y otro. La ejecución de este extraño instrumento, por lo dicho anteriormente, requiere intérpretes expertos.

Ritmos del folklore argentino (por regiones)

Provincias norteñas

Jujuy, Salta, Catamarca y parte de la Rioja. Gran influencia del folklore andino por la cercanía con Bolivia. Los instrumentos son los mismos que los de la música andina.

Bailecito

 

Se suele bailar moviendo los pañuelos. Baile típico de la región occidental y central de Bolivia.

Esta danza de influencia incaica tiene una historia algo confusa a causa de su nombre, ya que a veces resulta difícil saber si, en los documentos, este vocablo se emplea de forma específica para designar la danza en sí o de forma genérica para referirse a la totalidad de los bailes populares de Perú, Bolivia y la región norte de Argentina.

En estos países se usaron los nombres de "bailecitos de tierra" o "bailecitos" para distinguir todas las danzas de galanteo que el pueblo cultivaba, y no solamente la que ahora nos ocupa. Otro motivo de confusión lo produce el nombre de "bailecito" aplicado al gato en varias provincias, especialmente en las del centro y del oeste.

Llegó a Argentina desde Bolivia, y penetró en el noroeste a mediados del siglo XIX; luego se extendió por las provincias de Catamarca, Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba. Su origen remoto, como el de muchas otras danzas argentinas, debe buscarse en los bailes del Viejo Mundo que España trajo a los puertos americanos, y especialmente a Lima, en la época colonial.

Carnavalito

 

Baile colectivo, tradicional en las provincias del noroeste, cuya música es acompañada por coplas.

Danza colectiva, llena de humor y de variada coreografía. Es un ritmo rápido y ardiente.

Cueca argentina

 

Hermana de la zamba, de la chilena, de la marinera peruana y de otras danzas similares, hijas todas de la zamacueca peruana o derivadas de ella, la cueca es una de las danzas que más arraigo tuvieron en Argentina, en cuyas regiones occidental y norte aún conserva cierta vigencia.

Es una versión más ágil de la zamba argentina. Es un ritmo ternario. Es el ritmo nacional de Chile (cueca chilena). Imita las torsiones de la gallina clueca en su baile, de ahí el nombre. Hay dos variantes de la cueca: la del Norte y la Cueca cuyana (de Cuyo), más parecida a la cueca chilena.

Baile de pareja suelta, en el que se representa el asedio amoroso de una mujer por un hombre. Los bailarines, que llevan un pañuelo en sus manos derechas, trazan figuras circulares, con vueltas y medias vueltas, interrumpidas por diversos floreos. Bailado en el oeste de América del Sur, desde Colombia hasta la Argentina y Bolivia, tiene distintas variedades según las regiones y las épocas.

La zamacueca llegó a Chile en 1824 ó 1825; luego pasó a Mendoza y desde Bolivia entró al norte del país. Desde entonces se bailó en todas las provincias, salvo en Buenos Aires, y así dio lugar a la formación de sus descendientes: la zamba, la cueca, la cuequita y la chilena.

La cueca ingresó a Argentina desde Chile por Cuyo, primero como «zamacueca» y posteriormente como «cueca chilena», donde conservó el nombre de «cueca». En Cuyo su presencia se documenta aproximadamente en 1840 y en la provincia de Buenos Aires, en 1850. También existe la «cueca norteña», o «chilena» a secas para los habitantes de las provincias del noroeste argentino y Bolivia, variante que ingresó a la provincia de Jujuy a través de Bolivia directamente desde Perú. Ha sido denominada marinera y en el último cuarto del siglo XIX alcanzó las provincias de Salta y Tucumán.

La cueca cuyana es esencialmente cantada, con acompañamiento de guitarra (antiguamente también se usó el arpa), y puede llegar a tener una extensión de 40 o 48 compases. Presenta diferencias musicales y coreográficas con la actual «cueca chilena»; musicalmente, posee la bimodalidad de la antigua zamacueca, pero en modo menor.

Vidala

 

Su zona de dispersión comprende toda la región llana de Tucumán, Santiago del Estero y las provincias colindantes, descendiendo por el oeste hasta la Rioja y San Juan y subiendo hasta territorio boliviano. Cada zona presenta diferencias respecto de las demás.

Tiempo ternario, lento y rítmico. Se acompaña con tambor y guitarra. El texto es muy importante: temas existenciales y sentimentales. Es un ritmo de gran emotividad, parecido al cuplé español (canción corta y ligera, que se canta en teatros y otros locales de espectáculo). Canción popular, por lo general amorosa y de carácter triste, que se acompaña con la guitarra. Extendida por Argentina, Bolivia y Uruguay.

La vidala es una forma de composición poética que generalmente se la acompaña con guitarra o caja y se canta a una voz. Posee características musicales muy particulares. Sus melodías reciben también el nombre de yaraví, en Jujuy. Aunque son similares, no debe ser confundida con la vidalita.

Se entonan sobre todo durante el carnaval y constituyen el repertorio de las comparsas de disfrazados. La forma de estas composiciones está condicionada por el texto; en ellas se presentan coplas solas, quintillas o sextillas y más a menudo coplas con estribillos intercalados, a los que a veces se agrega una trova.

Se distinguen varios grupos de melodías, según sus determinadas escalas: los antiguos modos de RE y FA, la escala bimodal, con cuarta aumentada, con cuarta justa o con ambas alternadas, con la tetrafónica (cuatro notas diferentes) y la pentatónica (cinco notas diferentes), o escalas híbridas con mezclas de estas últimas con europeas, modernas y antiguas.

En cuanto al acompañamiento de las vidalas, es regla que estas lleven percusiones de caja o tambor siguiendo el ritmo del canto, se agrega muchas veces la guitarra que produce acordes arpegiados o rasgueados.

Se dice que la Vidala nace entre los montes santiagueños como música de rituales desconocidos, es un ritmo que llena de vigor a los cuerpos que la rodeen, según la mitología santiagueña. La vidala de una manera u otra narra la vida del monte. La vidala no tiene danza.

Vidalita

 

La vidalita es un estilo musical no bailable característico del folklore de Sudamérica. La vidalita está emparentada y a veces es confundida con la vidala. Ambas son de origen colla (habitantes de las mesetas andinas) y se encuentran muy difundidas en el noroeste argentino, especialmente en las provincias de Catamarca y Tucumán. Fue introducida en Uruguay a comienzos del siglo XIX.

También se denomina vidalita a un palo flamenco andaluz, que se encuadra dentro de los llamados cantes de ida y vuelta como la guajira, la colombiana y la milonga, emparentados con el folclore sudamericano.

La vidala suele ser más lenta que la vidalita, a la vez que los versos suelen ser amorosos y alegres, pero acompañados de una música triste. En sus versos, muchas veces, la vidalita se caracteriza por intercalar la expresión "vidalita" acentuada en la última sílaba (vidalitá), para producir el efecto de que el cantante le habla a la vidalita.

La vidala y vidalita están muy difundidas en las provincias de Catamarca y Tucumán. Se cantan en voz muy alta, tal vez buscando el efecto de rebote de los sonidos en las cercanas montañas.

Región sureña

Región de los gauchos de la Pampa (jinetes trashumantes y diestros en los trabajos ganaderos.) Las melodías sureñas son melancólicas y tratan de la soledad del gaucho. Tienen gran influencia de la música culta española, sobre todo religiosa, a lo que hay que añadir ritmos de esclavos negros. Se cantan con acompañamiento de la guitarra española.

Malambo

 

Baile vivaz de zapateo que ejecutan solo los hombres (en Argentina, Chile y Uruguay) y se acompaña con rasgueo de guitarra. Pueden intervenir uno o varios bailarines que, sueltos y muchas veces en contrapunto, efectúan diversas mudanzas, sin otros movimientos que los de las piernas y pies.

Es una danza folclórica tradicional argentina, perteneciente a la llamada música surera o sureña. Nació en la pampa alrededor del año 1600. Dentro de los bailes folclóricos argentinos, es una excepción porque carece de letra; la música de un bombo legüero y las guitarras acompañan a esta danza ejecutada únicamente por hombres. Es una especie de zapateado bailado por un solo gaucho. Acompañado a la guitarra, imita el galope del caballo desbocado. Es un ritmo rapidísimo y complicado.

Lo esencial de la música del malambo es un esquema rítmico de seis unidades por compás. En un principio el instrumento típicamente utilizado para el malambo fue y sigue siendo la guitarra. Al expandirse por la Argentina el malambo incorporó otros instrumentos según la región. En el norte argentino se incorporó el bombo, instrumento de percusión; en la zona del Litoral es muy popular el «fuelle» (bandoneón o acordeón); en la zona chaqueña y Cuyo el violín es muy estimado.

Con respecto a la guitarra, el rasgueo criollo puede utilizar el punto clásico por instantes pero generalmente obtiene el sonido por su especial manera de punteo, el que se alterna con rasgueos según el gusto del músico. Se utiliza también música de zambas, chacareras, gatos, para otorgar mayor diversidad a la monótona música del malambo.

Esta danza individual de zapateos, enérgica y varonil, reservada exclusivamente a los hombres, se bailó antaño en la mayor parte de Argentina, especialmente en la zona pampeana, central y andina. Se cree que ya era popular en la segunda década del siglo XIX.

La primera versión musical del Malambo corresponde a Ventura Lynch (1883). Andrés Chazarreta publicó su versión en 1935.

Milonga

 

La milonga es un género musical folclórico rioplatense, típico de Argentina y Uruguay. Proviene de la cultura gauchesca. En compás binario, pero a menudo con un acompañamiento de guitarra en 6/8. Se presenta en dos modalidades, la milonga campera, pampeana o surera (perteneciente a la llamada música surera o sureña), que es la forma original de la milonga; y la milonga ciudadana, forma tardía creada en 1931 por Sebastián Piana con "Milonga sentimental". Es de ritmo apagado y tono nostálgico, que se ejecuta con la guitarra.

La base de la milonga es el ritmo de la habanera cubana. Se acompaña solo con guitarra, con “bordoneos” típicos. Es popular la “Milonga triste”, que expresa melancolía acentuada con los arpegios de la guitarra. Pasó al flamenco andaluz como tango-milonga.

«Milonga» significaba en el lenguaje quimbunda, afincado en Brasil, ‘palabra’, y por extensión ‘palabrerío’, término muy apropiado para definir a la payada (competencia en la que, alternándose, dos payadores improvisan cantos sobre un mismo tema. El payador es  un antor popular que, acompañándose con una guitarra y generalmente en contrapunto con otro, improvisa sobre temas variados.

Hay que aclarar que “quimbunda” era el lenguaje de los pueblos «bundas», con el que se conocía a algunas tribus africanas de Angola, vieja colonia portuguesa de la costa occidental del continente africano. Abundaron los esclavos traídos de esas tierras, y que hablaban el quimbunda (lenguaje bantú), entre la población negra de Brasil, de Argentina y de Uruguay.

La “milonga campera” contiene elementos afro en su constitución rítmica e influencias de danzas criollas y europeas llegadas a Buenos Aires y Montevideo a través de varias vías, principalmente de Perú, España, Brasil y Cuba. Se daba en aquella época el fenómeno que se conoce como "de ida y vuelta" ya que los géneros viajaban de América a Europa y viceversa sufriendo transformaciones y adaptaciones en cada región.

Tiene semejanzas con otros ritmos como la chamarrita, el choro, el candombe y la habanera. Se presume que aportó elementos al tango, que luego tomó la forma original de la milonga como subgénero propio.

La milonga campera integra la expresión campesina de la pampa, de viejo arraigo, inicialmente cantada, aunque luego tuvo coreografía. Fue adaptada para incluirse en obras teatrales por fines de 1880. Hasta llegar a esto, la milonga tuvo un proceso largo.

La milonga es a la pampa argentina lo que la baguala y la vidala al norte del país; es el vehículo ideal por medio del cual se expresan los sentimientos más profundos del habitante de las llanuras. Se milongueaba alrededor del fogón en la cocina o del fuego, mientras se tomaba mate o algún aguardiente como la ginebra, lo que alentaba generalmente la expresión de los sentimientos más íntimos y las reflexiones más profundas.

Tanto Atahualpa Yupanqui como Alfredo Zitarrosa han utilizado la milonga como el medio más adecuado para dejar aflorar sus más sentidas composiciones. Otro gran cultor del género es José Larralde.

Para tocar la milonga: Se toca la 6ª. cuerda y luego las tres primeras de a una, como punteado, dos veces. Luego se toca la 5ª. cuerda y nuevamente dos veces las tres primeras.

El oeste

Comprende la región cuyana (de Cuyo): Provincias de Mendoza, San Juan, San Luis. Tiene influencias de la música y de los ritmos chilenos.

Cueca

 

Baile de pareja suelta, en el que se representa el asedio amoroso de una mujer por un hombre. Los bailarines, que llevan un pañuelo en sus manos derechas, trazan figuras circulares, con vueltas y medias vueltas, interrumpidas por diversos floreos. Bailado en el oeste de América del Sur, desde Colombia hasta la Argentina y Bolivia, tiene distintas variedades según las regiones y las épocas.

Es una versión más ágil de la zamba argentina. Es un ritmo ternario. Es el ritmo nacional de Chile (cueca chilena). Imita las torsiones de la gallina clueca en su baile, de ahí el nombre. Hay dos variantes de la cueca: la del Norte y la Cueca cuyana (de Cuyo), más parecida a la cueca chilena.

Tonada

 

De la región de Cuyo. Es una forma de ESTILO. Es un ritmo de cueca en tiempo más lento y con texto narrativo. Junto con la cueca es el ritmo más extendido en Chile.

En la región argentina de Cuyo suele ser interpretada por un conjunto de guitarristas que pueden formar dúos u otras asociaciones musicales, acompañándose únicamente con instrumentos de cuerda del tipo de la guitarra o del guitarrón, pero nunca de bombos u otros instrumentos que pertenecen al acompañamiento de expresiones musicales de otras regiones.

Cada año en el mes de febrero, en la ciudad cuyana de Tunuyán, se celebra el Festival Nacional de la Tonada.

En la tonada cuyana, de Argentina, se le llama "cogollo" a la dedicatoria que el cantor hace a un amigo, a las damas presentes, o a su auditorio. La persona a la que fue dedicada la tonada debe "pagarla" convidando al cantor de un vaso de vino. El cantor modifica la 3ª estrofa, tratando de coincidir el nombre de la persona homenajeada con una rima, que puede ser improvisada en el momento.

Noreste

Región conocida como El Litoral, está cercana al Paraguay y comprende las provincias de Misiones, Corrientes, Formosa, Chaco y parte de Santa Fe y Entre Ríos. Influencia de la música guaraní del Paraguay. Instrumento: acordeón.

Chamamé

 

Especie de polca, acompañada de acordeón. Ritmo muy paraguayo aún. Canta a la tierra en formas descriptivas.

Es la música de las provincias de Corrientes y Misiones, aunque se extiende por el Chaco y el norte de Santa Fe. Es, tal vez, el baile popular que más se baila en la actualidad y el único que, al igual que el tango, permite que la pareja se abrace durante la danza. Otra originalidad es la utilización del acordeón como instrumento básico, lo que denota la influencia de otras corrientes europeas. También se baila en Paraguay y, con algunas modificaciones, en las zonas fronterizas de Brasil.

Su ritmo cadencioso y la proximidad de los bailarines lo hace propicio para la conquista amorosa, tal y como queda reflejado en muchas de sus letras, que a veces contienen palabras en guaraní, lengua de los indígenas homónimos de la zona. Los correntinos suelen proferir un grito agudo y muy fuerte mientras lo bailan y cantan, llamado sapucai. Algunos títulos muy conocidos son “Merceditas”, “Kilómetro once”, “El toro”, “El galpón”, etc.

El chamamé es una manifestación cultural que comprende un estilo de música y danza propios de la provincia de Corrientes, en Argentina. Ha desempeñado un papel relevante en la evolución cultural del litoral argentino.

Data del siglo XVI, y existe controversia sobre su origen. De todas las hipótesis sobre su origen, la tesis más extendida es la del origen guaraní.

Está considerado actualmente como Patrimonio Cultural Inmaterial de la provincia de Corrientes y de la Nación Argentina, y goza del mismo tratamiento en el sur y centro de Brasil, en especial en los estados de Rio Grande del Sur y Mato Grosso del Sur, donde la ley establece el 19 de septiembre como Día del Chamamé.

También se lo escucha y baila en Paraguay y noroeste de Uruguay.

Se puede hablar de un elemento espiritual y filosófico en esta etapa inicial del chamamé. Se desarrolla entre danzas y música de las mbaraka (que significa ‘guitarra’ en guaraní) y takuapu (bastón rítmico de uso femenino), alternadas con sermones del chamán.

El objetivo es fortalecer los vínculos entre los seres divinos y los miembros de la comunidad, es un momento de síntesis de todos los aspectos de la cultura avá guaraní. Los chamanes, transmiten los valores culturales y los relatos míticos. Es la oportunidad para recordar la memoria colectiva, y a la vez rito, celebración, fiesta y alegría.

Busca fortalecer el contacto de los hombres con el mundo de los animales y los dioses, desterrar las fuerzas malignas, y lograr salud y calma al espíritu.

Chamarrita

 

La chamarrita es un estilo musical folclórico de la música litoraleña, particularmente popular en las provincias de Entre Ríos y parte de Corrientes, en Argentina, en Uruguay, en Río Grande del Sur y algunos pueblos en el sur de Brasil.

Parece mostrar cierto ingrediente afro y un evidente parentesco rítmico con la milonga.

El musicólogo brasileño Renato Almenida considera que es original de las Islas Azores, donde conserva el nombre de chamarrita. Luego, fue introducida en Brasil por inmigrantes de estas islas y desde allí pasó al litoral argentino y a Uruguay.

En Río Grande del Sur es más conocida como chimarrita, en su doble condición de danza y canto, siendo muy apreciada en los Centros de Tradiciones Gauchas.

Jesús López Flores anota el antecedente de la zamarra, danza de baile enlazado, semejante a la milonga.

Vicente Rossi la denomina simarrita y admite el ingrediente afro en su estructura musical.

Su danza es de pareja suelta en conjunto y de movimiento vivo. En ella, las parejas coordinan sus movimientos.

Polca

 

La polca es una danza de origen polaco de movimiento rápido y en compás de dos por cuatro. La polca de esta región argentina es similar a la polka paraguaya.

En Argentina existen tres variedades de polca: la polca (binaria) que se toca en el centro de país, la polca correntina y la polquita rural (del Litoral argentino).

La primera posee un compás binario. La polca en la Provincia de Corrientes se vuelve más lenta que la polca original o adquiere un compás ternario, a su vez, esta primero se tocaría con arpa pero ya a principios del siglo XX esta fue sustituida casi completamente por el acordeón.

Por su parte, la polquita rural, folklórica en especial en la Provincia de Misiones, adquiere un carácter más campestre y sin tantos arreglos y retoques musicales. La polca correntina es similar al chamamé, aunque este último es un poco más lento y cadencioso.

Centro

Esta región representa lo más tradicional y original de la Argentina. Comprende las provincias de Santiago del Estero, Tucumán, La Rioja, Norte de Córdoba, parte de Salta y Catamarca. Tiene un folklore sin semejanzas con el de otro país de la América hispana. Es una mezcla de folklore español del tiempo de la Conquista, con algún substrato indígena no muy delimitado, por ejemplo en la BAGUALA. Algunos detectan también en este folklore la influencia de viejas melodías religiosas.

Instrumentos: Guitarras y bombos de piel de oveja.

Baguala

 

La baguala es un género musical folklórico originario del noroeste de Argentina que desciende de las comunidades diaguitas que habitaban los Valles Calchaquíes; se la considera dentro de las formas musicales no bailables. Se difundió principalmente entre la población indígena de esa región. Algunos autores afirman que la versión pampera deriva mayormente de antiguas tonadas españolas.

Canción popular del noroeste de la Argentina, de coplas octosilábicas y característicos ascensos tonales, que se acompaña con caja. Es uno de los ritmos más antiguos de la Argentina. En su función y temática corresponde al ritmo andino arcaico YARAVÍ. Es un ritmo ternario, monótono y muy triste. Se acompaña con lentos y graves golpes de bombo. Su música semeja un lamento lastimero; se pueden recitar coplas con tema filosófico-existencial y en las pausas hacer plañir a la guitarra apoyada por el monótono golpe del bombo.

La baguala es la música más representativa del sentir del habitante del norte argentino y es uno de los pocos estilos no bailables del folclore de este país. En algunos sitios se llama joy-joy. Sus letras, inventadas en el momento de ser cantadas, muestran por lo general las fibras más íntimas del ocasional intérprete. La vidala se le asemeja, pero tiene una riqueza musical y poética más notoria.

La baguala, tanto por su música como por su letra, es una de las expresiones musicales más primigenias en los países hispanoamericanos. La guitarra repite de forma monótona dos o tres acordes solamente. Su música es mezcla de temas andinos con quizás sones religiosos de música española.

El nombre proviene, según el diccionario de la Academia, de Bagual, cacique indio argentino.  Bagual significa ‘potro o caballo no domado’, ‘salvaje’. El caballo bagual es un caballo indómito que no admite jinete.

Las letras de la baguala suelen ser improvisadas y comienzan con un recitado de tema filosófico: “Voy a cantar una copla por si acaso muera yo, porque nosotros los hombres hoy somos, mañana no”.

Consiste en un canto de versos octosílabos, frecuentemente improvisados espontáneamente, acompañado por un ritmo ternario de tempo lento muy uniforme, que es marcado por un instrumento de percusión llamado caja, casi siempre tocado por quién canta. Este tipo de canto con caja, integra un ritual sagrado y festivo característico de la cultura andina. A la caja o "caja coplera", comúnmente se le agrega la quena emitiendo sonidos agudos disonantes que la acompañan y en algunos casos el erque (instrumento típico de la zona, formado por un caño largo, en algunos casos de tres o cuatro metros, que puede ser de metal o madera, con un cono en el extremo que amplifica la vibración del aire emitido por el que lo toca). A la caja coplera algunas veces, en fiestas más alegres como el carnaval, se le agregan crines atravesándola lo que le da un sonido de redoble, semejante a los resortes del redoblante. En general al que canta las coplas se le suman las repeticiones del resto de los participantes lo que produce un efecto similar a los responsos de otros géneros.

En general, los materiales melódicos de la baguala se basan en combinaciones de las tres notas de una triada o acorde mayor, siguiendo un ritmo básico de blanca y negra. En la tonalidad de Do Mayor, estas notas son Do-Mi-Sol. El canto suele estar a cargo de una sola voz.

Chacarera

 

La chacarera tiene cierto parentesco con el gato. Antaño tuvo extraordinaria difusión y se bailó en todas las provincias. Sin embargo, pocos testimonios escritos nos documentan su arraigo, y actualmente es imposible saber si se bailó antes de 1850.

Pertenece al folclore vivo, pues aún se baila al natural en los ambientes populares de algunas provincias. Es posible encontrarla en Santiago del Estero, Catamarca, Salta, Tucumán, sur de Jujuy, La Rioja, Cuyo y parte de Córdoba, aunque es de la primera de esas provincias de donde provienen las chacareras más conocidas.

La chacarera es originaria de la provincia de Santiago del Estero que ha llegado a extenderse por toda la Argentina. Se ejecuta tradicionalmente con guitarra, bombo legüero y violín. Existen chacareras cantadas tradicionales como también solo instrumentales.

Se baila por parejas que danzan libremente (pero en grupo) con rondas y vueltas. El ritmo, variable según la región de procedencia, es de tres por cuatro, alternando con seis por ocho.

Es un ritmo campesino muy vivaz, de compás ternario, con versos y letras humorísticos. Se zapatea como el MALAMBO y se acompaña a veces con castañuelas flamencas. La influencia del flamenco español parece clara. Es muy popular en Santiago del Estero y en las Pampas.

Tradicionalmente se distinguen dos tipos de chacareras: «simple» (normal o trunca) o «doble» (normal o trunca). Son diferentes en duración y en algunas particularidades rítmicas (como es el caso de la trunca) pero poseen la misma estructura.

Su origen es muy difícil de determinar pues son pocos los documentos de referencia. Sin embargo, y según la tradición oral se cree que nació en Santiago del Estero, más precisamente en Salavina. El hecho de existir en esta provincia chacarera con letrillas en quechua santiagueño, resulta un factor no desestimable a la hora de atender a esta teoría. A su vez, esta danza tiene una clara influencia indígena.

Su nombre proviene del quechua antiguo chacra, mod. chajra,  ‘alquería’,  ‘granja’, ‘pequeña hacienda’.  El “chacarero” era el trabajador, una “chacra” o “chakra” significa ‘maizal’ en quichua santiagueño, porque generalmente se bailaba en el campo, aunque lentamente hizo avance a las ciudades.

La chacarera ya se bailaba en Tucumán hacia 1850. A mediados de siglo XX, con la gran afluencia de migrantes internos, por la industrialización en la zonas fabriles, la chacarera llegó a Buenos Aires.

Chaya riojana

 

Canto de carnaval de ritmo ternario muy semejante al vals. Son cantos alegres, pero hay una combinación con la Vidala triste: Vidales chayeras.

La chaya es una danza nativa argentina, originaria de la provincia de La Rioja. Danza de galanteo de parejas sueltas, de movimientos vivos, se baila con pañuelos, castañetas.

Chaya proviene de la voz quechua que significa ‘rociar’ o ‘mojar’. Pujllay, significa en lengua quechua  ‘jugar, retozar, divertirse’. Pujllay es el Dios que preside la ceremonia de la Chaya.

Esta ceremonia ancestral se desarrolla en La Rioja desde el tercer sábado de febrero de cada año. Pero un sábado antes a este tercer sábado, los riojanos ya han “desenterrado” a Pujllay.

El ritual de la  Chaya se relaciona con el culto agrario que los diaguitas, al igual que los incas, realizaban en honor y agradecimiento a la Pachamama (madre tierra) que todo lo brinda y protege. Diaguita se dice del individuo del pueblo amerindio que habitó en la región montañosa del noroeste de la Argentina, cuya lengua era el cacán o cacana.

Gato

 

El gato es una música y danza folclórica típica de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, que tendría como influencia los ritmos picarescos que se irradiaban desde Perú a casi toda el área de América del Sur bajo influencia española.

Esta movida danza criolla se bailó en todas las provincias argentinas, posiblemente desde antes de 1820, y perduró en la mayoría de ellas hasta los primeros años del siglo XX. Actualmente aún se baila "al natural" en algunas regiones del norte, centro y oeste, por lo que pertenece al llamado "folclore vivo". El gato se bailó en varias naciones americanas, como Perú, Chile, Uruguay y Paraguay, pero fue en Argentina en donde arraigó con mayor fuerza.

Baile de movimientos rápidos, de pareja suelta que suele acompañarse de coplas cuya letra coincide con las distintas figuras. Se baila a continuación de la cueca como respuesta afirmativa. Es una danza criolla extendida por todo el país. Los versos se dicen en forma dialogada. Este baile no falta nunca en toda fiesta criolla. Por su dispersión casi total por el territorio nacional, debería haber sido consagrada como la danza tradicional argentina.

Esta danza también se conoció con otros nombres, siendo el más antiguo y completo «gato mis mis» y también «la perdiz». En el Noroeste argentino recibió también el nombre de «bailecito» por su corta duración (comparada con otras danzas de la época). Esto llevaba a confusiones con otra danza que hasta en la actualidad se denomina bailecito (ritmo típico del noroeste argentino), y por esta razón perduró el nombre con el que lo conocemos hoy.

Zamba

 

Derivada de la zamacueca peruana, se bailó en el siglo pasado en todas las provincias argentinas, y actualmente aún conserva alguna vigencia en las occidentales y norteñas. Es, junto con la chacarera, el género más difundido de música autóctona.

La zamba es el ritmo argentino por excelencia. No se debe confundir con la SAMBA de Brasil. La zamba es un ritmo grave y muy extendido en toda la nación. Lo mismo que la cueca, tiene su origen en la danza antigua llamada zamacueca. “Zambo” es el nombre que se da a los mestizos afro-americanos (cruce de indígena americano y negro del África). La palabra “zambra” viene del árabe hispano *zámra, y este del árabe clásico zamr, ‘tocata’). Fiesta que usaban los moriscos, con bulla, regocijo y baile. Fiesta semejante a la de los gitanos del Sacromonte, en Granada, España.

La danza refleja la conquista de la mujer por el hombre. El hombre persigue a la mujer con un pañuelo, ella lo esquiva con honesta coquetería haciendo ondular el pañuelo con una mano y con la otra levantando ligeramente la falda. Al final, el hombre termina encerrando a la mujer con su pañuelo.

Parece que la zamba fue introducida a través de los Andes. A finales del siglo XIX, era conocida en Perú y Chile. Tiene una música de ritmo ternario: lenta en el Norte y vivaz en el Este. Se canta en coro de tres voces con acompañamiento de guitarra y bombo. Consta de dos versos y una estrofa; la última estrofa se inicia con el característico grito de: “y se va la segunda”. Es una música muy armoniosa que marca el final con el grito: “y se acaba”. Las letras suelen ser muy líricas y muy cultas. Requiere gran perfección en el canto y en el toque del ritmo, en compás de 6/8.

Tocar el ritmo de zamba: Se tocan las cuerdas hacia abajo con el pulgar, luego con la mano también hacia abajo las tres primeras. Nuevamente con el pulgar y otra vez con la mano las tres primeras siempre hacia abajo y otra vez con el pulgar. Pausa. Se tocan las cuerdas con el pulgar hacia abajo, etc.

otros Ritmos muy extendidos en todas las regiones

Son ritmos que no pertenecen a región alguna y que están extendidos por todas las regiones.

Chamarrita

 

Canción de origen uruguayo. La chamarrita es un estilo musical folclórico de la música litoraleña, particularmente popular en las provincias de Entre Ríos y parte de Corrientes, en Argentina, en Uruguay, en Río Grande del Sur y algunos pueblos en el sur de Brasil.

Parece mostrar cierto ingrediente afro y un evidente parentesco rítmico con la milonga.

El musicólogo brasileño Renato Almenida considera que es original de las Islas Azores, donde conserva el nombre de chamarrita. Luego, fue introducida en Brasil por inmigrantes de estas islas y desde allí pasó al litoral argentino y a Uruguay.

En Río Grande del Sur es más conocida como chimarrita, en su doble condición de danza y canto, siendo muy apreciada en los Centros de Tradiciones Gauchas.

Su danza es de pareja suelta en conjunto y de movimiento vivo. En ella, las parejas coordinan sus movimientos.

Escondido

 

Danza criolla del noroeste de la Argentina, muy antigua. El baile imita el escondite mediante pañuelos. Tema parecido al de la zamba.

Se bailó en todas las provincias, en los ambientes rurales, desde antes de mediados del siglo XIX hasta el fin del mismo siglo; también tuvo aceptación en los salones, pero sólo durante ciertas épocas. En la campaña de algunas provincias perduró hasta las primeras décadas de nuestro siglo, y en algunas regiones apartadas aún suele bailarse. En algunas regiones se llama "Gato escondido", de donde puede inferirse que quizá sea una variante del antiguo gato de cuatro esquinas.

Estilo

 

Ritmo de origen colonial. Composición musical de origen popular, para guitarra y canto, de carácter evocativo y espíritu melancólico. Baile popular que la acompaña. Se canta en versos de 10. Sus letras reflejan la solidad de la Pampa: el hombre habla de sí, del amor perdido, de la ausencia, de la soledad.

Huella

 

La huella es una danza folclórica argentina, nacida hacia 1820, característica de la llamada música surera o sureña. Esta danza fue bailada principalmente en Argentina, aunque también su práctica se extendió a Bolivia, Chile y Uruguay. Se caracteriza por ser picaresca por sus giros y zapateos, señorial por el leve contacto de las manos, aparecida durante la etapa de las guerras civiles. Los temas coreográficos de las danzas picarescas pertenecen al ciclo de los minués y gavotas del siglo XVIII; añadiéndosele a las transformaciones un fuerte cambio de estilo puesto que se han adoptado las maneras de las picarescas.

Es también un baile campero de pareja suelta y paso moderadamente suave y cadencioso, cuyas coplas en seguidilla se acompañan con guitarra.

Esta hermosa danza, de música tan sentida, delicada y melancólica, se bailó en todas las provincias, aproximadamente desde 1830, y en algunas de ellas se conservó hasta los primeros años del siglo XX. En la actualidad no se baila espontáneamente, por lo que pertenece al folclore histórico.

Loncomeo

 

Ritmo de la Patagonia, danza típica del pueblo tehuelche-mapuche.

El loncomeo o lonkomeo es una rogativa, un estilo musical y una danza del folklore tehuelche, adoptada por la cultura mapuche. Se trata de una "danza pantomímica e imitativa de carácter exclusivamente masculino", que se baila al son del kultrún. Suele asociarse al ngillatún, principal ceremonia espiritual mapuche, siendo una de las danzas que se realizan en su decurso.

El loncomeo tradicional ha dado origen a una forma musical folklórica moderna, a la que recurren habitualmente compositores y músicos que interpretan música patagónica. En el rescate del loncomeo para componer canciones folclóricas se destacaron el conocido loncomeo "Quimey Neuquén" autores Marcelo Berbel en la música y letra Milton Aguilar. Otros conocidos loncomeos son la "Rogativa de loncomeo" de Marcelo Berbel (interpretada por José Larralde) y el "Loncomeo" de Rubén Patagonia.

Loncomeo proviene del mapudungun "lonco" (‘cabeza’) y "meu" (‘con’). El término hace referencia a la característica más distintiva de la danza, en la que los bailarines sacuden sus cabezas vigorosamente sin perder el ritmo.

Palito

 

Danza del sur: un hombre y una mujer o también un hombre y dos mujeres.

Rasguido doble

 

El rasguido doble o sobrepaso es un estilo musical y una danza de influencia afroamericana que corresponde al género de la música litoraleña folklórica. Tiene un carácter vivaz y exultante, suele ser confundido con el chamamé aunque se trata de dos estilos muy diferentes, aunque ambos pertenecen a la música litoraleña.

Fue impulsado por el músico correntino Mario Millán Medina, al componer el éxito "El rancho 'e la Cambicha", en la década de 1940. Para su creación Millán Medina se inspiró en la forma de interpretar (y de bailar) el chamamé en el centro y sur de Entre Ríos, asimilándolo al tango y a la milonga, dos ritmos de raíz afro-argentina; a su vez el rasguido doble posee influencias de otros ritmos afro-argentinos.

Millán Medina define al rasguido doble como "chamamé de sobrepaso, tangueadito" y "troteadito", aludiendo al ritmo del estilo. La denominación de "rasguido doble" que le coloca el propio Millán Medina, lo toma del modo de ejecutar la guitarra para interpretarlo, similar a la interpretación tanguera, semicorchea-corchea-semicorchea en el primer pie y dos negras en el segundo, ambos acentuados en el primer tiempo.

Es considerado como un típico estilo correntino, a la vez que la influencia del tango, ha llevado a que se dijera que es un tango mal tocado.

En sus influencias más inmediatas se encuentra el fado o fadinho portugués, que se encontraba de moda en las áreas fronterizas de Brasil, y el llamado tanguito montielero, un estilo folclórico entrerriano y campesino, originado para ser interpretado en acordeón o cordiona verdulera.

Hay muchas composiciones de este género en Paraguay. Según los músicos la interpretación es muy exigente y siempre se considera una prueba de fuego. Sus letras son en general amatorias, épicas o paisajísticas, aunque no limitativas. Por lo general son muy hermosas tanto las letras como las músicas.

Su majestad el tango

De los 80 ritmos y danzas argentinas es el tango la danza más conocida internacionalmente.

El tango es un baile rioplatense, difundido internacionalmente, de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro. Es una danza criolla de pareja enlazada, que comenzó a bailarse a finales del siglo XIX como modificación del tango andaluz (flamenco) que llegó a Argentina hacia 1888.

El Diccionario de la Real Academia defina el tango como “Fiesta y baile de gente de origen africano o popular en algunos países de América”. En Honduras, tango es un tronco ahuecado de un árbol que sirve de instrumento de percusión.

El nombre de tango aparece hacia 1836 en la isla de Hierro y en otras partes de América, en el sentido de reunión de gente de origen africano para bailar al son del tambor llamado “tango” (quizás derivado del verbo “tañer”: ‘Tocar un instrumento musical de percusión o de cuerda, en especial una campana’.

En los candombes o fiesta popular de la población de origen africano en el Río de la Plata, se llamaba a la música de orquesta: “tocá tango” (‘tocar tambor’), de donde las expresiones: “Tanga catanga” y “ronda catonga”. Es probable que el nombre “tango” sea una voz onomatopéyica. En el siglo XVI había una danza en Normandía llamada “tangue”, danza exclusivamente femenina. En alemán de Berlín se llama “Tingeltangel” al ‘café cantante’. Estas voces son de formación paralela e independiente del tango argentino.

La indicación que hace el diccionario etimológico de Corominas de que en la isla canaria de Hierro había una danza de nombre “tango”, puede ser que pasara el nombre a través de la vía de deportación de esclavos (África > Canarias > Sao Tomé, centro de concentración de esclavos). Otra etimología que se ha propuesto es: tambor > tangó > tambó > tango.

“De los ritmos que dieron la vuelta al mundo es el tango la única música popular de este siglo (XX) que no es de origen negro.” (L. de Paola)

“El tango es la épica de los arrabales de Buenos Aires de principios de siglo XX”. (J. L. Borges)

El tango es tristeza que se baila, resentimiento, soledad, esperanza desesperanzada y un largo “sin embargo” esperanzador y resignado.

«Los primeros tangos tenían mucho que ver con el ambiente lupanario. Desde sus títulos hasta sus letras, recogidas por la tradición oral, eran muy vitalistas. Muchas de aquellas letras recogen coplas populares de larga tradición, a veces de origen español, como el famoso Bartolo. La mala vida que configuraba el escenario social del tango explica la prohibición que soportó hasta que pudo flanquear las puertas de ambientes dignos. Existen tangos con varias letras, de varios autores o anónimos, que fueron muchas veces adecentadas; títulos primitivos son Sacudime la persiana, Concha pelada, concha sucia o La concha de la lora, (transformada en Cara pelada, cara sucia y La cara de la luna), Sacale la nicotina, Golpeá que te van a abrir, Dame la lata, etc. Algunas letras, en las que no falta el humor, son bastante diferentes de la letra clásica del tango de los años 20.

A mediados de los años sesenta del siglo XIX, se comenzaron a oír los primeros compases de una música que parecía mezclar las habaneras con tanguillos andaluces,  una cierta reminiscencia del fado y el nostálgico dejo de la canzonetta napolitana. No se sabía cuál era su procedencia, pero lentamente se fue convirtiendo en un algo diferente, atractivo y sugerente. Un sonido que invitaba a bailar. Pero, ¿bailar, qué? La danza aún no estaba definida. Y el baile, si es que lo había, se limitaba apenas a ser una burda imitación de los movimientos de los negros y las mulatas, cuando se extasiaban moviéndose al compás del “tambó”, durante las fiestas de carnaval. El tango necesitaba adquirir una forma definitiva, aunque la situación del país, en aquellos momentos, no era la mejor para ayudarle.

Las guerras civiles que enfrentaron a caudillos federales como Felipe Varela, Ángel Vicente Peñaloza, Pancho Ramírez o  Ricardo López Jordán contra Buenos Aires, aún no habían terminado. La república, como el tango, todavía no había adquirido su verdadera identidad. Tuvieron que pasar más de dos lustros para que algo de la esperada pacificación se pudiera vislumbrar en el horizonte de la Argentina.

Una vez que las guerras acabaron, y a partir de la derrota de López Jordán en los campos de Don Gonzalo en diciembre de 1873, el país comenzó a sentir que la paz, finalmente había llegado. Los conatos de alzamiento que se repitieron en los años sucesivos, no hicieron sino adelantar una necesidad que la nación alentaba, y que era de urgente satisfacción: había que poblar el territorio. Llenarlo con gentes que, venidas de donde fuese, buscaran paz, trabajo y prosperidad. De ese modo, nadie discutiría la capitalidad de Buenos Aires ni pretendería fragmentar el país en varios estados federales. Con la “campaña del desierto”, organizada por el general Julio A. Roca, futuro presidente de la nación, se terminó de aniquilar al indio y se estableció la supremacía blanca, y preponderantemente portuaria, en la Argentina.

El tango fue perdiendo su envilecimiento andando el tiempo. La tristeza, que no aparecía en las viejas músicas y letras, se atribuye a que los arrabales, bailongos, burdeles y gentes que los frecuentaban y que dan origen al tango, debían parecerles tristes a los autores.» [Fuente: Enciclopedia Universal Micronet, 1995-2007]

Etapas de desarrollo del tango

El tango nace en la capital argentina y en Uruguay en un medio social con predominio de emigrantes. Surge de una fusión de elementos musicales argentinos, europeos (sobre todo españoles e italianos), así como elementos cubanos. La base es el tango andaluz (flamenco), el candombe y la milonga argentino-uruguaya y la habanera cubana.

Fases de desarrollo del tango:

De 1865-1895

 

Etapa de formación

De 1895-1917

 

Comienza la verdadera historia del tango: “La Vieja Guardia”.

De 1924-1948

 

La “Guardia Nueva”

A partir de 1948

 

Comienza la “Tercera Guardia”

A partir de 1955

 

Se forman algunos conjuntos de tango que vuelven al estilo de la Vieja Guardia

Antes de la I Guerra Mundial el tango hace furor en París.

La internacionalización del tango comienza con la orquestación y el empleo del tango como baile de salón.

En 1920, el tango se hace más lento y se vuelve a la bipartición en 2/8.

Después de la I Guerra Mundial, las clases altas argentinas siguieron despreciando el tango como “danza primitiva de las casas de mala fama y de los bodegones de peor especie. El tango dice la tristeza de un pueblo con mala salud moral, refleja la encanallada alma del hombre de suburbio, su instinto perverso, su sensualidad patológica” (el escritor Barletta).

Estas afirmaciones de Barleta se pueden aplicar más bien a las falsas relaciones entre hombre y mujer en la clase alta que al tango en sí. Los intelectuales de derechas e izquierdas veían en el tango un producto de la barbarie contra la civilización. Mucho de los grandes compositores de tangos de la época clásica (hasta 1920): Discépolo, J. de Dios, Filiberto, etc., militaron en las filas anarco-sindicalistas.

A partir de 1930, el tango fue combatido. De 1946-1955, bajo el gobierno del general Perón, tuvo un nuevo esplendor renovador. Caído Perón, comenzaron a desaparecer las orquestas tangueras y fueron siendo sustituidas por virtuosos. El tango fue prescrito como expresión de la barbarie peronista.

Grandes compositores de tangos

De los clásicos compositores Aduardo Arolas, Pedro Laurenz, Pedro Maffia, Aníbal Troilo el tango evolucionó hasta la vanguardia con Astor Piazolla o Eduardo Rovira. Lo que antes era espontaneidad, frescura, improvisación y autenticidad de sentimiento (como las letras de Pascual Contursi) lo pierden las letras de los literatos posteriores como J. L. Boirges, Ernesto Sábato o César Tiempo. El tango ha cambiado tanto como la gran ciudad de Buenos Aires. Ahora ya no hay callecitas, sino vértigo.

 

Y es una puñalada feroz y despiadada saber que ya no es nada.

Ya los tiempos y los años van pasando, y en mi pecho no entra un querer.

Una noche en los Portones me salvaron de la muerte: nunca faltan encontrones cuando un pobre se divierte.

Y mañana cuando seas descolado un mueble viejo y no tengas esperanzas en el pobre corazón, si precisás una ayuda, si te hace falta un consejo, acordate de esta amigo que ha de jugarse el pellejo pa ayudarte en lo que pueda cuando llegue la ocasión.

¡Muñequita de trapo que yo adoré santamente! Y fingías quererme. ¡Mentira, mentira! No tienes perdón.

Argumento del tango

Haciendo un collage de las letras del tango podemos resumir su argumento:

 

El protagonista es el pueblo y el héroe es a veces el hombre anárquico que está contra todo poder establecido. El argentino idealiza a todo el que se hace justicia por su propia mano, como es el caso de Martín Fierro.

Se comienza llorando la mala suerte del héroe: “pobre tigre que una noche en Puente Alsina dos cobardes lo mataron a traición”. Luego se describe la figura del héroe: “picao de viruela, encrespao el pelo”. Luego se evocan sus hazañas: "repartiendo hachazos era una tormenta”. Es una especie de samurái que se rebela contra el clan.

En cuanto a las relaciones con la mujer: el porteño es desconfiado, pesimista e inseguro; no puede reaccionar ante el amor como un americano que dice a su chica: “eres la crema de mi café”. El porteño formula en el tango una severa advertencia a la mujer amada: “Te quiero como a mi madre, pero me sobra bravura cuando me entrés a fallar”. En los héroes tangueros hay una violencia latente generada por el desamparo social del porteño de arrabal (tango arrabalero). Uno de los temas más reiterados del tango es la nostalgia del tiempo perdido. Siempre hay alusiones al tiempo pasajero.

Otros temas tangueros son la fidelidad a la amistad entre amigos. El amor ya perdido. Diálogo con la mujer perdida. La pobreza, el descontento con el orden social establecido, el resentimiento, la epopeya de algún cuchillero, la loa al triunfador que del “barrio de las latas” llegó al centro de Buenos Aires, la historia de la muchacha pobre que se dio a la mala vida, la estampa de algunas calles de la ciudad, el afecto por la madre, la visión filosófica del mundo y de la vida: “que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé”.

A veces el lirismo alcanza altura literaria:

 

Tus ojos eran puertos

que miraban ausencias;

tus manos, dos palomas

que querían volar.

[Manzi]

La fuerte sensualidad del tango es una reacción a la deserotizada sexualidad del burdel de arrabal de emigrantes donde escaseaban las mujeres.

Dos grandes ensayistas del tango (Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato) resumen sus estudios sobre el origen del tango:

 

Nació en los prostíbulos arrabaleros, lupanares y burdeles de Buenos Aires. Las corrientes inmigratorias determinaron su posterior desarrollo: Los emigrantes italianos le dieron el tono dramático y poético.

El tango es una mezcla espiritual de habanera cubana llevada por la colonia española a la Argentina y de moda a finales siglo XIX. Era una melodía que no se bailaba, se tocaba solo con guitarra, flauta y organillo. Luego empieza a bailarse, pero solamente entre hombres en ambiente de bar tras la visita al prostíbulo. Estaba absolutamente prohibido bailar el tango con una mujer; resultaba obsceno. Más tarde entran las mujeres creando pasos de baile muy femeninos.

Otra influencia es la del choco y el candombe negro, que al hacerse cadencioso se convierte en milonga y llega luego al ritmo cortado y marcado del tango de 4/4, que es el que más se exporta. El tango sale de los suburbios y arrabales de Buenos Aires solo cuando se da a conocer en París y se internacionaliza.

El suburbio no dio una canción de gesta como la dio el campo con su Martín Fierro. Pero sabemos que muchas de las epopeyas anónimas eran canciones sueltas que los juglares cantaban por los caminos.

Elementos musicales de amalgama del tango

El candombe

Es un ritmo negro extendido hoy en los ambientes negros del Uruguay. Es una danza cultual en forma de pantomima con elementos de la liturgia bantú y la devoción católica a San Benito; es toda una mezcolanza. Era un ritual secreto para iniciados, pero a finales del siglo XVIII, perdió este carácter y comenzó a ser bailado en las procesiones entre Navidad y los Reyes Magos; luego al perder su carácter cultual, pasó a formar parte del cortejo y desfiles de carnaval a partir de 1870.

En los desfiles se realizaba esta danza en forma colectiva con cinco escenas coreográficas fijas:

  1. Cortejo. Salen el rey a la reina.

  2. Calle y ombligada: Roce con las barrigas (el papa lo prohibió).

  3. Coplas. Se le deja bailar al “escobillero”. Piruetas del brujo.

  4. Rueda: Dan vueltas.

  5. Entrevero. El círculo se deshace y comienza una danza libre y orgiástica. Los danzantes solo mueven el cuerpo de la cintura para abajo, lo que avergüenza a algunos espectadores.

Instrumentos del candombe: Percusión, como las mazacalles, las marimbas, membráfonos de diferentes tamaños, cordófonos simples, y cítara africana.

La habanera

Llamada a veces “tango americano”, es un baile de pareja y acompañada de canto. Se cree que surgió en Cuba hacia el 1825, y es, como el tango, una creación musical de arrabal. Pasó a España un poco refinada y entró en las zarzuelas españolas en forma de cuplé. La zarzuela es una especie de opereta (obra dramática y musical en que alternativamente se declama y se canta). El cuplé es una canción corta y ligera que se canta en teatros y otros locales de espectáculos.

En España tenía mucha popularidad hacia el 1850. Poco después de hacerse popular en España, la habanera pasó a París y a otros países hispanoamericanos. Es famosa la habanera de la ópera Carmen de Bizet. Cuando en 1866 se edita en Argentina la primera partitura de una habanera, ya se habían extendido mucho las zarzuelas-habaneras.

El ritmo de habanera, de 2/4 con un sincopado característico, no se diferencia del ritmo del tango andaluz y de la milonga, por eso en un principio se confundió mucho con ellos. El hecho de que haya llegado la habanera a Argentina a través de París y España hace pensar en un baile de las clases más bien altas.

El tango andaluz

Parece que nació en Cádiz en 1850 y su ritmo demuestra su origen de la habanera. Era tanto canto acompañado a la guitarra como danza, que al principio solo la bailaba una mujer. Llegó a Argentina con la zarzuela española en forma de cuplé.

La milonga

El vocablo proviene, al parecer, del este de África y en Kinbundu significa ‘palabras’ (plural de “mulonga”). En la población negra de Brasil conservó la palabra “milonga”  el sentido de ‘habladurías’, mientras que en Uruguay significó ‘payada pueblera’ o ‘canto’ a imitación del canto de la ciudad, mientras que ‘payada’ pura era el auténtico canto popular. Así era el milonguero el payador pueblero, cantante de la ciudad o de los arrabales de Montevideo.

Hacia 1870, milonga significaba en Buenos ‘fiesta’, ‘bailoteo’ o ‘barullo’. Más tarde significó una forma de canción, pero se conservaron los significados anteriores también: “milonguera” era una bailarina de lugar de diversión; “milonguita” era una mujer de la vida, marcada por el alcohol, la droga y sus servicios personales.

Algunos autores de la época definen la milonga como “mofa de los bailes de negros y con ritmo como el candombe (baile de ritmo muy vivo y de procedencia africana), parecido al “cantar por cifra” de los gauchos. La diferencia radica en que el “cantar por cifra” gauchesco tenía un sentido filosófico profundo, mientras que la milonga era “sandunguera” (que tiene gracia, picardía y donaire). El “cantar por cifra” o “payada de contrapunto” de los gauchos era un canto en el que se improvisaban verbos alternando con preguntas.

En el año 1889 se baila la milonga en una representación teatral, Juan Moreira, que marca el surgimiento del teatro argentino. Luego desaparece este ritmo, volviendo a resucitar en los años veinte del siglo XX con composiciones de Sebastián Pianas y texto de Homero Manzis. Este renacimiento alcanza hasta finales del siglo XX.

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