Proverbios - aforismos - refranes - dichos
La paremiología
© Justo Fernández López
La ciencia que se ocupa de los aforismos y refranes se llama paremiología (Parömiologie) o tratado de los refranes.
“Adagio: [Sprichwort]
Frase corta que tiene un contenido moral o doctrinal: la sabiduría popular se expresa en adagios y refranes.”
[VOX, Diccionario de la enseñanza de la lengua española. Alcalá, 1995]
“Aforismo: [Sinnspruch, Gedankenspruch]
Frase corta que tiene un contenido moral o doctrinal: siempre me han gustado los aforismos de Confuncio.” [l.c.]
“Dicho:
[Ausspruch, Witzwort (es un dicho = man sagt das so)
Palabra o conjunto de palabras mediante las cuales se dice una cosa o se expresa una idea, especialmente si tiene gracia o contiene una sentencia: es muy ingenioso y siempre salta con algún dicho oportuno.” [l.c.]
“Máxima: [Maxime, Grundsatz]
(1) Expresión que recoge una idea moral: este libro es una recopilación de las máximas de los filósofos griegos.
(2) Norma que determina el modo de obrar de una persona: una de sus máximas es la seriedad en el trabajo.” [l.c.]
“Refrán: [volksst. Sprichwort, Volksweisheit]
Frase popular que tiene un contenido moral o doctrinal: siempre está aleccionándonos con sus refranes.” [a.a.O.]
“Proverbio: [Sprichwort]
Adagio, aforismo, dicho, sentencia. Frase con forma fija en que se expresa un pensamiento de sabiduría popular.” [María Moliner]
“Sentencia:
Frase con un contenido moral o doctrinal: terminó con esta sentencia: el que mal anda, mal acaba.” [l.c.]
“Proverbio
1. Sentencia, adagio o refrán.
2. Agüero o superstición que consiste en creer que ciertas palabras, oídas casualmente en determinadas noches del año, anuncian la dicha o desdicha de quien las oye.
3. Obra dramática cuyo objeto es poner en acción un proverbio o refrán.
4. Libro de los proverbios: Libro de la Sagrada Escritura, que contiene varias sentencias de Salomón.” [RAE, Diccionario de la lengua española.1992]
“Refrán:
J. Casares define el refrán como «una frase completa e independiente, que en sentido directo o alegórico, y por lo general en forma sentenciosa y elíptica, expresa un pensamiento – hecho de experiencia, enseñanza, admonición, etc. – a manera de juicio, en el que se relacionan por lo menos dos ideas». Ejemplo: Al freír será el reír, y al pagar será el llorar; No es oro todo lo que reluce; Mucho te quiero perrito, pero pan poquito, etc.” [Dubois et a., Diccionario ..., p. 527]
Los refranes son como las mariposas,
hay los que se cogen y los que se vuelan.
Sprichwörter sind Schmetterlinge, einige
werden gefangen, andere fliegen fort.
Decir refranes, es decir verdades.
De refranes viejos, no hay ninguno que no sea cierto.
De refranes y cantares tiene el pueblo mil millares.
“Refrán:
Cualquiera sentencia popular repetida tradicionalmente de forma invariable, particularmente, las que son en verso o al menos con cierto ritmo, consonante o asonante, que las hace fáciles de retener y les da estabilidad de forma y de sentido figurado”. [María Moliner]
Característica del refrán:
Frase breve que expresa un consejo, pensamiento o deseo.
Conclusión didáctica inferida de la experiencia.
Se transmite de forma oral y tiene carácter anónimo.
Suele tener cierta rima, lo que facilita su memorización.
Todos los autores clásicos han usado refranes en sus textos, desde el Arcipreste de Hita, pasando por la picaresca, hasta Cervantes. Paremiólogos del Siglo de Oro:
Sebastián Horozco: Libro de los proverbios, 1570.
Francisco Espinosa: Refranero, 1527-1547.
Blasco de Garay: Quatro cartas hechas en refranes para enseñar el uso de ellos, 1619.
Gonzalo Correas: Vocabulario de refranes y frases proverbiales, 1625, (ed. 1780).
Durante el siglo XIX-XX:
José María Sbarbi: Refranero español recopilado y compuesto. 1874-1878.
Rodríguez Marín: Más de 21.000 refranes castellanos no contenidos en la copiosa colección del Maestro Gonzalo Correas, 1926.
Rodríguez Marín: 12.600 refranes más no contenido en la colección del Maestro Gonzalo Correas, 1930.
Rodríguez Marín: 1.700 refranes más no registrados por el Maestro Gonzalo Correas, 1941.
Hablar en refranes es una costumbre muy típica castellana.
Haya lo que hubiere -replicó Sancho-; que al buen pagador no le duelen prendas, y más vale al que Dios ayuda que al que mucho madruga, y tripas llevan pies, que no pies a tripas; quiero decir que si Dios me ayuda, y yo hago lo que debo con buena intención, seguro que gobernaré mejor que un gerifalte.
Maldito seas de Dios y de todos sus santos, Sancho maldito -dijo don Quijote-, y cuándo será el día, como otras muchas veces he dicho, donde yo te vea hablar sin refranes una razón corriente y concertada.
"Parece, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas..." (Miguel de Cervantes: Vida del ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha)
El que quiera comprender la sabiduría que encierran estos dos proverbios, que lea la novela de Italo Calvino: El vizconde demediado (Il visconte dimezzato).
Infinidad de refranes son comunes a muchos pueblos porque tienen un origen común. Generalmente surgen del trasfondo religioso, y puesto que los pueblos de Occidente tienen un fondo cristiano en el refrán, encontraremos que se han recogido en una cápsula lingüística individualizada preceptos morales extraídos en alguna forma de la Biblia. Otras veces el origen del refrán se encuentra en la gran literatura de otros siglos y a cada rato tropezamos en las páginas de los grandes literatos y filósofos con ideas y conceptos que estamos oyendo a cada rato en el refrán.
Un refrán es un dicho popular, espontáneo y anónimo con el que el pueblo más sencillo expresa sus experiencias y sus conocimientos sobre el hombre y la vida.
Hay refranes llenos de contenido moral, es decir, son como pequeñas consignas que nos dicen cómo debemos actuar frente a una situación determinada.
Haz el bien y no mires a quien.
En otras ocasiones sus planteamientos son de carácter más negativo y rechazable.
Perdonar al malo es decir que lo sea.
Los refranes surgen siempre en forma de “buenos consejos” o recomendaciones que nacen de la experiencia de quien los crea. A veces son consejos válidos.
Obras son amores, que no buenas razones.
A veces, por el contrario, los consejos encontrados en los refranes son muy discutibles.
Di mentiras y sacarás verdades.
Finalmente, hay refranes que vienen a sentenciar o a definir realidades que, a través de la experiencia popular, se han llegado a considerar como claras y evidentes.
Por el hilo se saca el ovillo.
-Te quiero mucho.
-Sí, como la trucha al trucho.
Tanto es uno cuanto sabe, y el sabio todo lo puede.
Tantos son los gustos como los rostros, y tan varios.
Antes loco con todos que cuerdo a solas.
No hay cosa que no tenga algo bueno.
Son tontos todos los que lo parecen y la mitad de los que no lo parecen.
Este mundo es un cero; a solas, vale nada; juntándolo con el cielo, mucho.
La estimación se consigue menos cuento se busca más.
Hay mucho que saber, y es poco el vivir.
Todo lo bueno fue siempre poco y raro.
No hay nación que se escape de algún original defecto.
Bástese a sí mismo el sabio.
[Del Oráculo manual de Baltasar Gracián, 1601-1685]
Die ganz allgemeine bzw. unbestimmte Benennung von Menschen durch ein Relativum erfolgt durch quien oder durch el que. El ist dabei Artikel und geht daher die Verbindung al und del ein.
Quien siembra vientos, recoge tempestades.
El que siembra vientos, recoge tempestades.
Wer Wind sät, wird Sturm ernten.
“La más antigua recopilación española de refranes es la que, con el título de Refranes que dicen las viejas tras el fuego, se atribuye al Marqués de Santillana, poeta cortesano del siglo XV; muchos de esos refranes todavía perviven. Posteriormente, algunos humanistas sintieron la necesidad de recopilar refranes. El primero de todos fue Hernán Núñez Pinciano (+1553), llamado «Comendador griego», catedrático de griego en la Universidad de Salamanca y colaborador de la Biblia Políglota Complutense. Sus Refranes de la lengua castellana se publicaron en Salamanca, en 1555 y constituyen la matriz de todas las compilaciones posteriores. Discípulo suyo fue Juan de Mal Lara, quien, en 1568, publicó una Philosophia vulgar, compuesta principalmente por refranes glosados, con clara influencia de los Adagia de Erasmo. Pero la más copiosa recopilación clásica de refranes es la titulada Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras fórmulas de la lengua castellana, del maestro Gonzalo Correas, que floreció en el reinado de Felipe III, si bien permaneció inédita hasta 1906.” [Brandenberger, Erna (Hg.): Refranero español. Spanische Sprichwörter. München: Deutscher Taschenbuch Verlag, 1994, S. 88-90]
“La designación se hace siempre mediante significados actualizados, que pueden, para una misma designación, ser diferentes en las distintas lenguas. Coseriu pone el ejemplo siguiente: «El hecho de que, en un río, en un lago o en el mar el agua sea poco profunda, de modo que se pueda estar de pie sin que le cubra a uno la cabeza, se puede designar en español por Aquí se hace pie, en alemán Hier kann man stehen, en italiano por Qui se tocca, es decir, por significados totalmente diferentes». En efecto, los únicos significados equivalentes en las tres lenguas son el del adverbio aquí, hier, qui y el del pronombre indefinido se, man, si. Pero hacer pie, stehen können y toccare son significados totalmente diversos. [...]
El sentido del refrán español Poco a poco hila la vieja el copo no coincide ni con los significados actualizados en el texto ni con la realidad extralingüística designada por ellos. Lo que se quiere expresar no es que «una mujer de edad avanzada está convirtiendo en hilo, sin prisa, una porción de lana», sino la idea general de que, «cuando alguien trabaja con perseverancia en una tarea proporcionada a sus fuerzas, aunque éstas sean pocas, acaba teniendo éxito». Los refranes son como metáforas complejas.
Así, pues, los significados actualizados en un texto se subordinan a la designación, y la designación, al sentido. Ello quiere decir que el traductor debe tradudir ante toto el sentido; en segundo lugar, la designación, y, en último término, si es posible, también los significados.
Hay en francés un refrán que tiene el mismo sentido que el refrán español antes mencionado: Petit à petit l’oiseau fait son nid. Pero ni los significados [«trocito a trocito», «pájaro», «hacer», «nido»] ni la designación [la realidad extralingüística constituida por «un pájaro que aportando sucesivamente trocitos de materia construye su nido»] tienen nada en común con los significados y la designación del refrán español. Sin embargo, ambos refranes se traducen recíprocamente de manera irreprochable, porque el sentido de uno equivale plenamente al sentido del otro.
En el ejemplo de Coseriu, cualquiera de las tres frases traduce adecuadamente a las otras dos, porque todas designan lo mismo y tienen el mismo sentido, aunque sus significados sean diversos.
Pero no siempre basta, para una traducción adecuada, reproducir el sentido y la designación del texto, sin tener en cuenta los significados. Serían traducciones inadecuadas la de La porte est ouverte por «La puerta no está cerrada», o la de Le vaincu de Waterloo por «El vencedor de Jena», aunque ambas conservarían exactamente la misma designación y posiblemente el mismo sentido del original. Como norma puede establecerse que el traductor está obligado a conservar no sólo el sentido de un texto, sino su designación y también sus significados mientras la lengua terminal no le imponga equivalencias que prescindan de los significados y hasta de la designación (nunca puede haber equivalentes que prescindan también del sentido). [...]
El español impone Aquí se hace pie para traducir la expresión alemana Hier kann man stehen, y el refrán Poco a poco hila la vieja el copo para traducir el refrán francés Petit à petit l’oiseau fait son nid. Cuando no hay tales imposiciones de la lengua, el traductor debe buscar, en principio, no sólo la equivalencia del sentido y de la designación, sino también la de los significados.”
[García Yebra, Valentín: Teoría y práctica de la traducción. Madrid: Gredos, 1984, S. 37-39.]
„Aforismos, refranes y sentencias
Algunos aforismos o sentencias que designan hechos que el hábito ha consolidado como verdades atemporales pueden aparecer bajo la estructura de frase nominal. Es el caso de
Perro ladrador, poco mordedor.
Año de nieves, año de bienes.
Mal de muchos, consuelo de tontos.
Podría decirse que en estas frases existe un verbo tácito que puede recuperarse fácilmente. Sin embargo, existen varios argumentos que conducen a suponer que la presencia del verbo no es facultativa. Nótese, ante todo, que la recuperación de este verbo no siempre es posible y que, en el caso de serlo, muchas veces el significado no es equivalente.
?Perro ladrador es poco mordedor.
?Año de nieves es año de bienes.
?Mal de muchos es consuelo de tontos.
Llama también la atención que la ausencia de la cópula esté estrechamente ligada al carácter no determinado del sujeto (de ahí la marginalidad de secuencias como
*{El/Un} perro ladrador, poco mordedor.
*{El/Un} año de nieves, año de bienes.
*{El/Un} mal de muchos, consuelo de tontos.
así como la presencia de un modificador que ciñe el campo semántico del núcleo de este sujeto, motivo por el cual son también agramaticales las secuencias
*Perro, poco mordedor.
*Año, año de bienes.
*Mal, consuelo de tontos.
Los modificadores del núcleo de estas frases nominales (ladrador, de nieves y de muchos) permiten que toda la secuencia funcione de modo similar a una oración condicional: el sujeto actúa como prótasis y el predicado como apódosis. Se puede establecer, pues, un paralelismo entre los aforismos
Perro ladrador, poco mordedor.
Año de nieves, año de bienes.
Mal de muchos, consuelo de tontos.
y las oraciones condicionales
Si un perro es ladrador, será un perro poco mordedor.
Si un año es de nieves, será un año de bienes.
Si un mal es de muchos, será consuelo de tontos.
[...] Si el conjunto aparece precedido de un artículo no puede obtenerse la lectura condicional en secuencias en que la cópula está ausente. Ahora bien, oraciones como
El perro ladrador es poco mordedor.
El año de nieves es año de bienes.
El mal de muchos es consuelo de tontos.
en las que concurre el verbo ser pueden conservar una lectura genérica gracias al valor de cuantificador universal que posee el artículo definido. Sin embargo, es posible también una lectura específica que de ningún modo puede obtenerse de la frase nominal correspondiente.
No deben confundirse las frases nominales aforísticas que acaban de describirse con otras como
Un hombre, un voto.
Frida Kahlo, la pintora herida.
Sissí, una vida desgraciada.
La diferencia más notable reside en que estas últimas tienen carácter ecuativo o identificativo y que pueden invertirse sus términos, como ocurre en
Un voto, un hombre.La pintora herida, Frida Kahlo.
Una vida desgraciada, Sissí.
Sin embargo, el resultado de aplicar el mismo procedimiento a los aforismos es claramente anómalo.
Otra divergencia clara se encuentra en el sujeto. Así como en las frases nominales aforísticas debía ser obligatoriamente un nombre escueto, sin determinante limitado por un modificador, el tipo ilustrado por
Un hombre, un voto.Frida Kahlo, la pintora herida.
Sissí, una vida desgraciada.
es siempre una expresión referencial, o bien un nombre precedido por un artículo.
Finalmente, tampoco el contexto discursivo que enmarca ambos tipos de enunciados es el mismo. Los aforismos van ligados al estilo directo y se refieren a verdades consideradas permanentes; en cambio, en Un hombre, un voto encontramos una consigna política y en Frida Kahla, la pintora herida y Sissí, una vida desgraciada titulares de periódico o pies de foto, claramente asociados a un hecho concreto y que, por tanto, tienen mecanismos contextuales de interpretación distintos.”
[Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe. 1999 vol 2, pp. 2531-2533]„La ausencia del artículo en los refranes:
Es bien conocido el hecho de que los refranes son una fuente importante de sintagmas nominales sin artículo, como en Piedra que rueda no cría moho o bien Agua que no has de beber, déjala correr. Sin embargo, el estudio de Felixberger (Untersuchungen zur Sprache des Spanischen Sprichwortes, Múnich, Fink, 1974, p. 104 y 110) parece indicar que la falta de artículo en el primer sintagma o ‘tema’ de un refrán sin verbo, así como en el sujeto preverbal de un refrán con verbo, sólo es efectivamente frecuente cuando el sustantivo está acompañado de otras modificaciones (adjetivos, sintagmas preposicionales, oraciones de relativo). Aunque Alonso (1951: 174) sostiene que el modelo en cuestión no es un arcaísmo, sino una construcción estilística de plena vitalidad, sólo en los refranes se constatan de hecho sintagmas nominales sin artículo de sentido toto-genético.” [o. c., vol. 1, p. 924]
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