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Oraciones copulativas o atributivas

© Justo Fernández López

Gramática española - Nivel superior

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EL CONCEPTO DE ORACIÓN COPULATIVA

La gramática tradicional ha distinguido dos clases de oraciones en función de la categoría que constituye el núcleo léxico del predicado: ‘predicativas’ –o ‘de predicado verbal’– y ‘copulativas’ –o de ‘predicado nominal’–.

En las oraciones predicativas, la base del predicado es un verbo léxico, semánticamente pleno. Por el contrario, la base léxica del predicado en las oraciones copulativas es una categoría nominal, no verbal (generalmente, un sustantivo o un adjetivo; ocasionalmente, un adverbio de manera o un sintagma preposicional), denominada ‘atributo’. El verbo que presente esta clase de oraciones es un verbo ‘cópula’, semánticamente vacío, portador de los morfemas que contienen el modo, tiempo y aspecto gramaticales, y de los morfemas de número y persona concordantes con el sujeto.

Oraciones predicativas:

Juan estudia mucho.

Llegaste temprano.

Llovía intensamente.

Oraciones copulativas:

María es inteligente.

Estamos cansados.

Pareces triste.

«El concepto de ‘verbo copulativo’ no ha sido definido con criterio unánime por la tradición gramatical; existe discrepancia respecto al grado de ‘desemantización’ o ‘gramaticalización’ de los verbos, y cierta confusión cuando se trata de precisar qué se entiende por oración copulativa’, de modo que, en un sentido extremo, ‘copulativo’ se emplea como sinónimo de ‘atributivo’ y, en otro, cualquier construcción, oracional o no, que contenga un predicado nominal es defendida como construcción ‘atributiva’ o ‘copulativa’ (con cópula expresa o sobreentendida).

La mayor parte de los estudios gramaticales coinciden en determinar como copulativos propiamente dichos los verbos ser y estar (RAE 1973: § 3.3.2). Algunos gramáticos añaden parecer y semejar o quedar, y otros consideran que la clase de los verbos copulativos incluye ser, estar, parecer y los denominados ‘pseudo-copulativos’: andar, resultar, seguir, hallarse, ponerse, volverse. [...]

Los gramáticos tradicionales consideran, en general, que se trata de verbos distintos semánticamente: los verbos copulativos se caracterizan por su contenido semántico nulo o vacío. Los verbos predicativos son verbos semánticamente plenos y expresan, en general, acción o proceso.

Algunos gramáticos recurren a criterios sintácticos: la conmutación del atributo por la pro forma lo sólo es posible en las oraciones con verbos propiamente copulativos.

Los gramáticos tradicionales consideran, en general, que el lo representativo de predicados es un clítico acusativo, si bien en ocasiones se discute si es acusativo o nominativo. [...]

Aunque el límite entre las dos clases de verbos no puede ser establecido de un modo rigurosamente preciso, es posible determinar un conjunto de propiedades que permiten mantener adecuadamente la diferenciación entre verbos copulativos y verbos predicativos, o mejor, entre los usos copulativo y predicativo de los verbos que admiten el doble rendimiento.» [Fernández Leborans, Ma Jesús: “La predicación: las oraciones copulativas”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 37.1.1-37.1.2]

EL VERBO PARECER

El verbo parecer puede ser copulativo o pertenecer a otras clases sintácticas:

parecer copulativo

se comporta como ser y se construye con atributo nominal, adjetival o preposicional:

Juan es un gran novelista.

Juan parece seguro de sí mismo.

Estos turistas no parecen del Japón.

parecer auxiliar

parecer seguido de un infinitivo puede ser auxiliar de una perífrasis verbal (como poder):

El paro parece disminuir. [tiende a rechazar la sustitución por lo]

parecer introductor

parecer puede construirse con una oración subordinada sustantiva precedida de la conjunción que para introducir una aserción.

Esta subordinada actúa como sujeto: Parece que no me has entendido.

VERBOS SEMICOPULATIVOS

verbos de cambio

verbos que denotan un paso de un estado a otro:

hacer, volverse se corresponden con el verbo ser;

ponerse, quedar(se) se corresponden con el verbo estar;

acabar, caer, resultar, salir, terminar.

verbos de continuidad

los verbos de permanencia, persistencia y continuidad indican que una situación está vigente:

andar, conservarse, continuar, mantenerse, permanecer, seguir.

verbos de presencia

los verbos de manifestación, presencia de estados o propiedades:

encontrarse, hallarse, mostrarse, presentarse, revelarse.

DIVISIÓN DE LAS ORACIONES COPULATIVAS

Las oraciones copulativas, oraciones de predicado nominal, con verbo copulativo, pueden ser de dos clases:

«La gramática tradicional no hace distinción entre dos tipos de oraciones copulativas con ser, sino que establece una sola clase bajo la denominación general de ‘oraciones atributivas’.

En la bibliografía anglosajona se distinguen las oraciones atributivas –de caracterización– de las identificativas con las denominaciones respectivas de: predicational o characterizational sentences y equative o identificational sentences; en las gramáticas italianas, se emplea, asimismo, frasi predicative para las copulativas de caracterización, y frasi identificative –particularmente, frasi specificative– para las identificativas.

En español, los gramáticos que siguen la distinción anglosajona, propuesta por Halliday (1970) y Lyons (1977), utilizan generalmente los términos ‘atributivas’ o ‘adscriptivas’ y ‘ecuativas’ o ‘identificativas’.

Algunos autores distinguen entre oraciones atributivas ‘clasificadoras’ e ‘identificadoras’; se incluyen en el primer tipo atributos cualitativos y adscriptivos, o bien se consideran los atributos de cualidad como atributos adscriptivos o clasificadores (Parroche 1988: 40 y ss.).» [Fernández Leborans, 1999, § 37.2.1, n. 11 y 12]

ORACIONES COPULATIVAS CON SER y ESTAR

Se elige ser o estar en las oraciones copulativas en función de las propiedades del atributo. La primera distinción clásica distinguía entre propiedades sustantivas y propiedades accidentales. El verbo ser combinaría con atributos que designan características permanentes, mientras que estar los que indican propiedades transitorias, accidentales de una entidad. Pero los predicados nominales se combinan con ser aun cuando designen propiedades transitorias: Juan es estudiante de Derecho. Por otro lado, los participios se combinan con estar aunque expresen propiedades permanentes: Está muerto.

Actualmente se interpreta la oposición ser y estar como una manifestación del aspecto léxico: El chico es alto y El chico está alto. Ser suele designar características de los individuos que no surgen como efecto de ningún cambio y no están asociadas a ninguna situación particular; no describen precisamente un estado permanente. La oración con ser describe una propiedad que se le atribuye al sujeto como característica suya. Los predicados nominales que toman ser se comportan como los verbos de estado. Las oraciones con estar ponen de manifiesto que el que observa algo o a alguien percibe en él una cambio en relación con su recuerdo o con sus expectativas, un estado diferente del que se conocía o esperaba (El chico está más alto que cuando lo conocí hace unos meses).

Los atributos introducidos por estar son resultativos, es decir, son resultado de un proceso de cambio, cambio que el hablante percibe en el objeto cuando emplea estar en vez de ser. Los participios se combinan también preferentemente con estar: Estoy agotado.

«El carácter episódico de los predicados que se construyen con estar (más exactamente, el que estos predicados sean relativos al estado particular en que se encuentran los referentes de sus sujetos) es coherente con el hecho de que elijan este verbo los que designan el resultado de un cambio de estado (El suelo está sucio), el comportamiento particular de los individuos bajo ciertas circunstancias (El gobernador estuvo cruel en su discurso), la percepción que el hablante tiene de una entidad en un momento particular (El tiempo está frío) y otras muchas nociones que no se refieren a las entidades aisladamente, sino a la relación que establecen con determinadas circunstancias o situaciones. Así, quien dice La niña está muy alta en esa silla no presenta la altura como propiedad de una niña, sino que la relativiza a una situación particular. En general, no existe contradicción alguna en negar una propiedad de un individuo y afirmarla de la misma persona en un episodio particular, y tampoco en proceder a la inversa, como en Marta es simpática, pero esta mañana no lo está o en Jacinto no es guapo, pero en esta foto lo está.» [RAE: NGLE, § 37.7.e]

Los atributos que se construyen con ser suelen designar características de los individuos que no surgen como efecto de ningún cambio, por lo que rechazan modificadores que las limiten a una situación particular.

«Se han observado diferencias en la estructura informativa de los predicados nominales con ser y con estar. En el caso de ser, el predicado nominal se predica del individuo, que suele asociarse con el tema de la oración. En cambio, en el caso de estar, es habitual que toda la oración constituye información remática y que se use en contextos presentativos. Ello es compatible con el hecho de que las oraciones construidas con estar puedan constituir respuestas adecuadas a las preguntas que no presuponen un tema discursivo previo, como ¿Qué sucede? o ¿Qué pasó?, a diferencia de las construidas con ser.» [RAE: NGLE, § 37.7.g]

ATRIBUTOS LOCATIVOS

Los verbos ser y estar, además de verbos copulativos y auxiliares para formar las construcciones pasivas, verbos de significado pleno o verbos predicativos cuando se emplean en el sentido de ‘existir’, ‘tener lugar en’ (para ser) y ‘encontrarse en’ (para estar).

No existe acuerdo entre los gramáticos acerca de si los grupos preposicionales locativos (bajo la mesa, en el parque, entre Madrid y Segovia) son propiamente expresiones predicativas en las oraciones copulativas o si son complementos locativos seleccionados argumentalmente (exigidos por el verbo).

«El verbo ser no se usa ya en la lengua común con el sentido de ‘existir’, como en Aquí fue Troya; En el principio era el Verbo o en los pocos sabios que en el mundo han sido. Sin embargo, se registran ocasionalmente estos usos en el lenguaje filosófico y a veces en el literario: Primero fueron los ríos, los ríos arteriales (Neruda, Canto). El verbo latino stāre, del que procede estar, significaba ‘estar de pie’ y también ‘estar situado’. Los primeros testimonios de su uso en español muestra esta interpretación física.» [RAE: NGLE, § 37.8.a]

Algunos gramáticos han puesto en duda que las oraciones construidas con estar y atributos locativos sea en realidad copulativas, ya que no admiten pronombres neutros (El jefe está en la oficina > *Lo está).

«Si los grupos preposicionales de sentido locativo pueden ser complementos predicativos, parece lógico suponer que también puedan ser atributos en las oraciones copulativas. A ello se añade que los modificadores adjuntos son elementos que se añaden optativamente para completar el significado de un predicado. Se ha observado que esta caracterización se aplica con dificultad a expresiones como la subrayada en El jefe está en la oficina. [...]

Es polémica la interpretación que hoy se da de estos diagnósticos. Unos gramáticos entiende que estas diferencias son argumentos en contra de asimilar los grupos preposicionales locativos a los atributos, mientras que otros consideran que muestran las diferencias categoriales entre los grupos preposicionales y los adjetivales, más que entre los atributos y otras funciones sintácticas. Se optará aquí por este último punto de vista, sin negar por ello el carácter controvertido de la cuestión.» [RAE: NGLE, § 37.8.b-c]

EL ATRIBUTO

Se llama atributo la función que desempeñan varios grupos sintácticos que denotan propiedades o estados de cosas que se predican de algún segmento nominal u oracional. Los atributos no son solo palabras, sino también grupos sintácticos (Estaba contenta; Estaba muy contenta con la noticia).

Pueden predicarse de un grupo nominal (La gente no estaba contenta) o pronominal (quienes parecían seres inofensivos), o bien de una oración (Va a ser necesario que acudas personalmente). Los verbos ser, estar y parecer se denominan verbos copulativos porque ligan o vinculan (cópula significa ‘atadura, ligamiento’) el predicado con el sujeto.

La función de atributo no está restringida a las construcciones verbales con verbos copulativos, sino que abarca otras variedades: a predicados de oraciones semicopulativas, a un complemento predicativo (variante más restringida de la noción de atributo).

El atributo es la función sintáctica característica de las oraciones copulativas, denominadas también atributivas. Los verbos copulativos en español son ser, estar y parecer. Se incluyen también los llamados verbos semicopulativos, cuasicopulativos o seudocopulativos: continuar, convertirse en, hacerse, llevar a ser, ponerse, quedarse, resultar, seguir, semejar, volverse.

Algunos autores consideran el verbo copulativo como el núcleo del predicado por llevar las marcas de concordancia con el sujeto. Otros autores sostienen que el verbo copulativo no es el núcleo sintáctico, sino que funciona como mera cópula o enlace entre el sujeto y el atributo, por ser el verbo copulativo semánticamente vacío o casi vacío. La función nuclear del predicado se trasladaría así al atributo. En las dos teorías, tanto el atributo como el verbo forman parte del predicado, llamado tradicionalmente predicado nominal. No hay que confundir, pues, la función atributo con la función predicado.

El atributo, frente al predicativo, es un complemento verbal imprescindible, su presencia es obligatoria para que exista oración copulativa; su supresión provoca agramaticalidad. Cuando se trata de un predicativo (en una oración predicativa), su eliminación supone un cambio de significado del verbo:

Juan es inteligente.

*Juan es.

Juan está enfermo.

*Juan está.

Pareces tonto.

*Pareces.

Juan es considerado tonto. [predicativo]

Juan es considerado. [cambio de significado]

CATEGORÍAS QUE FUNCIONAN COMO ATRIBUTOS

Los sustantivos: Miguel es diputado.

Los grupos nominales: Miguel es diputado por el partido socialista de Madrid.

Los pronombres: Mi marido es español, yo no lo soy.

Los adjetivos: Miguel es superdotado.

Algunos adverbios de modo: Es que yo soy así. / Yo estoy bien.

Las oraciones de relativo: Esto es lo que hay. / Yo soy el que soy.

Las oraciones finales y causales: Sus actuaciones son para ver y oír. / Su delito fue por robar en una tienda.

Atributos preposicionales: Yo soy de Madrid. / Estoy sin un duro. / Estas flores son para ti. / El plato está para servir.

Los infinitivos: Querer es poder.

Oraciones adjetivas: El jefe está que rabia [rabioso].

Algún gerundio: Estoy chorreando [mojado / empapado].

Aunque el verbo copulativo estar no lleva un sustantivo como atributo, hay algunas construcciones estar + sustantivo, más bien pertenecientes al lenguaje coloquial: El alumno está pez. Mis padres están mosca. Esto está bomba. Esta paella está cañón. Esto está fenómeno.

¿CÓMO RECONOCER EL ATRIBUTO?

Con los verbos ser, estar y parecer, el atributo, sea cual sea la estructura sintagmática que adopte, admite ser sustituido por el pronombre átono neutro lo:

Juan es inteligente. / Juan parece inteligente. > Lo es. / Lo parece.

Juana es maestra. > Lo es.

El día está nublado. / El día parece nublado > Lo está. / Lo parece.

Juan llegó a ser rico. > Lo llegó a ser.

Este pájaro está en peligro de extinción. > Este pájaro lo está.

Este prueba de reconocimiento se incumple en oraciones impersonales con se:

Cuando se es rico, la vida es más fácil. > *Cuando se lo es.

Pero si se puede sustituir se por uno, se aprecia que se trata de un atributo:

Cuando uno es rico, la vida es más fácil.

A veces el atributo también se reconoce recurriendo a la pregunta ¿qué? / (¿quién?):

–¿Qué es Juana? –Maestra. < Juana es maestra.

Al atributo también es sustituible por el adverbio así, respondiendo a la pregunta ¿cómo?:

Juana está triste. > Juana está así.

–¿Cómo está Juana? –Triste.

En este ejemplo, triste funciona como atributo y no como complemento circunstancial (CC). Si fuera complemento circunstancial, podría suprimirse por no ser un complemento argumental (exigido por el verbo).

A esta prueba también responden los verbos cuasicopulativos o semicopulativos:

Luisa se puso triste. > –¿Cómo se puso Luis? –Triste. > Luisa se puso así.

Si la atribución se establece a través de un verbo predicativo (no copulativo), la prueba también funciona:

El jugador se mostró furioso. –¿Cómo se mostró el jugador? –Furioso.

El jugador se mostró así.

Pero en este caso, furioso no es un atributo, sino un complemento predicativo (CPred) por tratarse de un verbo predicativo y no copulativo.

Hay oraciones cuyo verbo es ser o estar que no son atributivas, porque en ellas estos dos verbos funcional como verbos predicativos: ser significa ‘existir’ o ‘tener lugar’, ‘suceder’ (con expresiones temporales o locativas), y estar significa ‘hallarse’, ‘ubicarse’, ‘estar situado’ (con expresiones locativas).

Que sea lo que Dios quiera.

Pienso, luego soy.

El concierto es a las ocho de la noche.

La conferencia es en el aula magna.

La Giralda está en Sevilla.

El cuadro del Greco está en el museo de El Prado.

No todos los autores sostienen esta interpretación. Por ejemplo la RAE en su NGLE:

«El verbo ser no se usa ya en la lengua común con el sentido de ‘existir’, como en Aquí fue Troya; […] los pocos sabios que en el mundo han sido (León, Poesía); Primero fueron los ríos, los ríos arteriales (Neruda, Canto). El verbo latino stāre, del que procede estar, significaba ‘estar de pie’ o ‘estar situado’, interpretaciones que se registran en los primeros testimonios de su uso en español. En la lengua actual se construyen con estar los atributos de las oraciones en las que se especifica el lugar que ocupa alguien o algo: El jefe está en la oficina; El problema está en el carburador; ¿Dónde estás? Es polémica la cuestión de si estas oraciones son verdaderamente copulativas. Si bien no admiten pronombres neutros (Está en la oficina > *Lo está), el verbo estar no parece seleccionar dos argumentos (el jefe y en la oficina), sino que constituye más bien un nexo que vincula un individuo con un estado episódico o circunstancial. Si se analizan como complementos predicativos los grupos preposicionales de sentido locativo, como en El jefe te quiere en su oficina de inmediato o en Vi las llaves en el cenicero (§ 37.2.3e), es apropiado suponer que son atributos en las oraciones copulativas mencionadas.» [RAE: NGLE – Manual, § 37.5.2a]

Ser se emplea también como verbo auxiliar para formar la pasiva, y estar para formar perífrasis verbales

América fue descubierta por Colón.

La marea está subiendo.

[Hay que evitar el error de asignar al gerundio de una perífrasis verbal la función de atributo.]

EL NÚCLEO DEL PREDICADO NOMINAL

Las oraciones copulativas (también llamadas atributivas) están formadas por un sujeto y por un predicado nominal. La función de atributo la desempeña siempre una categoría nominal, que semánticamente es el elemento relevante del predicado. El núcleo del predicado nominal es un verbo copulativo (ser, estar, parecer).

Un verbo copulativo, es un verbo que no tiene significado léxico pleno y que sirve sólo como enlace entre el sujeto y un complemento que recibe el nombre de atributo; el atributo es el que aporta el significado principal de la oración

Los verbos copulativos se suele decir que son «vacíos» y que el atributo es el que «llena» la referencia de estos verbos. Esto es lo que lleva a distinguir entre oraciones de predicado verbal (con verbo de sentido pleno) y las de predicado nominal (con los verbos ser, estar, parecer) que precisan de la noción léxica del atributo. Aunque esto es válido semánticamente, sintácticamente el núcleo oracional es siempre el verbo copulativo (ser, estar, parecer).

Aunque el núcleo semántico del predicado en las oraciones copulativas o atributivas es el atributo, que es el que impone las restricciones clasemáticas al sujeto, «tal realidad no nos permite afirmar que sintácticamente sea el atributo el núcleo del predicado.» [Gutiérrez Ordóñez, 1997, p. 151]

«El verbo copulativo es el núcleo del predicado al llevar las marcas de concordancia con el sujeto. Conviene, no obstante, advertir que existe otra teoría que sostiene que el verbo copulativo no es el núcleo sintáctico, sino que funciona como mera cópula o enlace, de modo que la función nuclear del predicado se trasladaría al atributo. Esta postura se basa, fundamentalmente, en la naturaleza semántica vacía o casi vacía del verbo copulativo.

Observará que, en las dos teorías, el atributo –como el verbo– es tan solo una parte del predicado (llamado tradicionalmente predicado nominal). Procure, pues, no confundir, como a veces se hace, la función atributo con la función predicado.» [Gómez Manzano et. a., 2006, § 2.1.2.5.0]

ORACIÓN COPULATIVA ECUATIVA, IDENTIFICATIVA O DE IDENTIDAD

La oración copulativa ecuativa es la que identifica o iguala las referencias del sujeto y el atributo. El atributo se limita a identificar al sujeto y no a caracterizarlo o clasificarlo. El verbo ser aparece como signo de igualdad (=) de una ecuación (A es B), de ahí el que designe estas oraciones como ecuativas. El sujeto y el atributo designan el mismo referente y tienen el mismo o similar grado de especificidad.

Para que se dé una relación de identificación, es preciso que el atributo esté representado por un nombre propio, un pronombre o un nombre determinado artículo + nombre). El atributo de la ecuativa nunca puede ser un sintagma adjetival (SAdj) ni un sintagma adverbial (SAdv); tiene que ser un sintagma nominal (SN) definido.

Las construcciones ecuativas suelen admitir la inversión de los constituyentes oraciones, pues no se trata de caracterizar al sujeto mediante el atributo, sino de hacer una ecuación A = B, y por tener el mismo referente el sujeto y el atributo, se pueden invertir los términos B = A. La determinación del sujeto y del atributo no suele ser fácil en estas construcciones. La ubicación en primer término de la secuencia y la naturaleza de nombre propio del sujeto son factores que se suelen emplean para asignar la función de sujeto a uno de los componentes.

En las construcciones no ecuativas no es usual la inversión de los constituyentes oracionales.

Juan es el médico del pueblo.

El médico del pueblo es Juan.

Miguel de Cervantes es el autor de El Quijote.

El autor de El Quijote es Miguel de Cervantes.

Contador fue el ganador del último Tour de Francia.

El ganador del último Tour de Francia fue Contador.

[En estos ejemplos se da identificación y no clasificación.]

Diego Velázquez fue pintor de la corte de Felipe IV.

[En este ejemplo, el atributo clasifica al sujeto.]

En las oraciones copulativas identificativas o especificativas se identifican personas o cosas. Si se dice

El problema principal es la falta de agua,

no se aporta una propiedad o una cualidad del referente del grupo nominal el problema principal, sino que se identifica tal problema, en el sentido de que se le otorga una determinada referencia o se señala entre otros. El tipo oracional que ilustra este ejemplo es denominado INVERSO porque presenta en primer lugar el elemento que se aporta como información predicativa, es decir, el que se esperaría que apareciera en el segmento poscopular. Este último segmento (la falta de agua) permite identificar el primero, pero también designa la entidad a la que se atribuye lo denotado por él (es decir, ‘el ser el problema principal’). Entienden algunos autores que el atributo de las oraciones copulativas sería el segmento poscopular, que unas veces aportaría propiedades del sujeto y otras veces le otorgaría una determinada referencia. Para otros autores las copulativas inversas presentan atributos antepuestos y sujetos posverbales. El sujeto de El problema principal es la falta de agua es la falta de agua, de forma que el problema principal constituye un atributo antepuesto. [ver RAE: NGLE, § 37.5j-k]

Se interpretan como copulativas inversas las oraciones en las que el verbo concuerda en número y persona con el segundo miembro:

El problema eran las chinches;

El asesino es él;

El patrón soy yo.

Los pronombres personales no son atributos, de modo que cuando van pospuestos al verbo son el sujeto. 

La alternancia de la concordancia con el elemento preverbal o el posverbal es más habitual, cuando los grupos nominales en función de sujeto no son neutros, como en

El sueldo {eran ~ era} mil pesos.

Se observa otro tipo de discordancia en la variante en singular de los ejemplos alternantes Dos pares de zapatos {es bastante ~ son bastantes} para este viaje. Se ha atribuido la discordancia a la posible interpretación proposicional del sujeto, como si se dijera llevar dos pares de zapatos.

La concordancia de número entre el verbo y el sujeto pospuesto en las copulativas identificativas es la esperable en

Su fuerte son los arreglos con flores de papel.

Sin embargo, además de la variante en plural la más frecuentees posible la concordancia en singular, también correcta, como en

Los ruidos nocturnos {son ~ es} el principal problema que tenemos en el barrio.

Una alternancia similar se produce con sujetos pronominales neutros; junto a

Esas son tonterías de Naranjo (Allende, Eva),

son posibles

Todo eso son juegos inocentes (Nieva, Carroza).

Se dan, sin embargo, casos de alternancia en este tipo de oraciones, como en

Los ruidos nocturnos {son ~ es} el problema que tenemos en el barrio.

Si se entiende que los ruidos nocturnos es el sujeto, solo debería esperarse el plural en el verbo copulativo. Sin embargo, se atestigua igualmente el singular, tanto en las copulativas rectas como en las inversas. La concordancia en singular se considera correcta, aunque es más frecuente en los textos la otra variante.

«Los rasgos de plural de los sustantivos en función de atributo se imponen en el verbo copulativo a los del sujeto neutro, a pesar de que el neutro no tiene plural. No resultarían naturales, pues, las variantes en singular de los verbos que se subrayan en los textos siguientes:

Todo eran ideas, imaginaciones.

Eso son habladurías.

Lo anterior son preguntas que nos hacemos...

Esta pauta se extiende ocasionalmente a construcciones sin sujetos neutros, pero cercanas a ellos en cuanto que admiten paráfrasis semejantes:

Cualquier cosa que uno le diga siempre son pavadas para él.» [RAE: NGLE, § 33.10f]

Presentan también concordancia del verbo con el atributo las siguientes oraciones copulativas formadas con pronombres o artículos neutros en función de sujeto:

Ella se daba cuenta de que eso eran fantasías.

Todo en torno suyo eran rostros risueños.

Lo mío son bobadas, cuentos para niños.

«Los atributos antepuestos de las copulativas inversas poseen menor CAPACIDAD REFERENCIAL –y, por tanto, mayor CONTENIDO PREDICATIVO– que los sujetos pospuestos, como en el ejemplo

La invitada soy yo.

De hecho, los pronombres personales y los nombres propios ocupan un extremo de esa jerarquía, ya que su capacidad referencial es máxima y su contenido predicativo mínimo. Los grupos nominales indefinidos que aparecen como sujetos en las oraciones de tipo A [copulativas adscriptivas o de caracterización] que introducen definiciones o descripciones poseen menor extensión y mayor comprensión que los grupos indefinidos que pueden caracterizarlas, como en

Un elefante es un proboscidio;

Un rosal es una planta angiosperma (> Lo es).

Si se permutan estos grupos nominales, se obtienen copulativas inversas en la interpretación llamada EJEMPLIFICATIVA, como en

Un proboscidio es un elefante

(es decir, ‘Un ejemplo de proboscidio es un elefante’) o

Una planta angiosperma es un rosal

(es decir, ‘Un ejemplo de planta angiosperma es un rosal’).

Los sujetos pospuestos formados con grupos nominales definidos dan lugar a la misma pauta, como en

El lepidóptero es la mariposa

(es decir, ‘Un ejemplo de lepidóptero...’), en

Un arma antigua es el sacabuche

(es decir, ‘Un ejemplo de arma antigua...’).» [RAE: NGLE, § 37.5s]

FRASE NOMINAL

Cuando no hay verbo copulativo en la oración por estar elidido, se habla de frases nominales:

En casa del herrero, cuchillo de palo.

Año de nieves, año de bienes.

Idiota el que lo lea.

EJEMPLOS DE ANÁLISIS SINTÁCTICO

Tula

fue

la

capital

del

Imperio

Tolteca

suj

predicado (SV)

 

núcl.

atributo (SN)

 

det.

núcleo

adyacente (SP)

 

 

transpositor

sintagma nominal

 

núcleo

adyacente (SAdj)

 

El

actor

español

está

de

vacaciones

en

Málaga

sujeto

predicado (SV)

det.

núcleo

ady. (SAdj.)

núcleo

atributo (SP)

 

 

 

 

índ. func.

sintagma nominal

 

núcleo

adyacente (SP)

 

índ.

núcleo (SN)

 

El sintagma preposicional de vacaciones en Málaga se puede analizar como atributo, ya que es sustituible por lo (lo está). Pero también se puede considerar que de vacaciones es atributo y en Málaga, complemento circunstancial (CC) de lugar, lo que quedaría avalado por el hecho de que el verbo estar se puede considerar aquí como predicativo y no como copulativo, por lo que llevaría un complemento circunstancial de lugar (en Mallorca), analizable también como complemento de régimen preposicional (CRP) o complemento adverbial (CAdv) en virtud de su carácter argumental. En este caso, la función que desempaña de vacaciones es la de complemento predicativo (CPred).

Este sería el ejemplo de una oración que presenta cierta complejidad por combinar ambas funciones: copulativa y predicativa.

Abreviaturas

ady. (SAdj.)

adyacente (sintagma adjetival)

CC

complemento circunstancial

CPR

complemento de régimen preposicional

CPred

complemento predicativo

det.

determinante

índ. / índ. func.

índice funcional

SN

sintagma nominal

SP

sintagma preposicional

SV

sintagma verbal

La RAE en su NGLE (2009) no utiliza el término sintagma, sino grupo sintáctico.

 

BIBLIOGRAFÍA

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Gómez Torrego, Leonardo: Gramática didáctica del español. Madrid: sm, 2000.

Gómez Torrego, Leonardo:  Análisis sintáctico. Teoría y práctica. Madrid: Ediciones SM, 2004.

Gutiérrez Ordóñez, Salvador: La oración y sus funciones. Madrid: Arco Libros, 1997.

Fernández Leborans, María Jesús: “La predicación: Las oraciones copulativas”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 37.1.

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Penades Martínez, Inmaculada: „La nocion de atributo en la lingüística española“. In: Estudios de Lingüística (Alicante), 4, 1987, S. 127-137.

Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española: Nueva Gramática de la Lengua Española. Madrid: Espasa Calpe, 2009, 2 vols. [Abreviado = NGLE]

RAE (Real Academia Española): Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa Libros, 2010. [Abreviado = NGLE - Manual]

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