Pasiva perifrástica con ser y pasiva refleja con se © Justo Fernández López Gramática española - Nivel superior
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Pasiva perifrástica y pasiva refleja
«En principio, la pasiva con se puede formarse tanto con un predicado delimitado [perfectivo] como con uno no delimitado [imperfectivo], y con el verbo en forma perfecta o en forma imperfecta [presente o pretérito imperfecto]:
Ayer se abrieron al fin las puertas del conservatorio.
Hoy se abren de nuevo las puertas del conservatorio.
Se comentaron cosas sobre el futuro del conservatorio.
Siempre se comentan cosas sobre el futuro de conservatorio.
Ahora bien, un factor que distingue la pasiva con se de la perifrástica es lo que Fernández Ramírez (1951) definió como su carácter sentencioso o universal: la pasiva con se suele usarse con predicados con valor general en tanto que la pasiva perifrástica denota preferentemente eventos particulares, concretos, puntuales. Por tanto, entre las circunstancias que determinan o favorecen el uso de la pasiva con se, pueden mencionarse las siguientes:
la Aktionsart [aspecto léxico] del predicado es iterativa o habitual: Se comentaron cosas sobre el futuro del conservatorio.
el enunciado tiene un valor general (en especial si aparece con un verbo modal: Se suelen hacer muchas tonterías cuando se está nervioso.
el sujeto procede de un complemento interno al verbo: Se corrieron los cien metros lisos más rápidos de la historia.
En cambio, en la pasiva perifrástica se prefieren los eventos singulares con un objeto externo que aparecerá a la izquierda del verbo cuando este se pasivice, y con un agente – explícito o no – de intervención evidente. Los dos ejemplos siguientes ilustran la diferencia:
Se suelen hacer muchas tonterías cuando se está nervioso.
El trabajo fue hecho con entusiasmo (por los estudiantes).
En definitiva, hay una tendencia hacia la pasiva con se por parte de los predicados sin agente o con agente anónimo y con un complemento interno a la semántica del verbo frente a una inclinación de los predicados más dinámicos, con un agente de participación evidente y un complemento externo, hacia la pasiva perifrástica. La distribución complementaria de estas construcciones con respecto a las clases aspectuales de verbos se ejemplifica en los siguientes ejemplos:
En Atlanta se corrieron los 100 metros lisos más rápidos de la historia.
[el complemento es interno al verbo]
*En Atlanta fueron corridos los 100 metros lisos más rápidos de la historia.
La atleta fue descalificada por tomar anabolizantes.
*La atleta se descalificó por tomar anabolizantes.
Los predicados cuyo complemento directo externo es capaz de delimitar el evento aceptan tanto la pasiva perifrástica como la refleja:
El huerto de mi abuelo fue heredado por mi padre.
Ayer se abrieron por fin las puertas del conservatorio.
A menos que ese complemento directo externo tenga un referente humano. En este caso, sólo se acepta la pasiva perifrástica y la pasiva con se es imposible:
Descalificaron al atleta. [activa]
El atleta fue descalificado por tomar anabolizantes. [pasiva perifrástica]
*El atleta se descalificó por tomar anabolizantes.
El atleta se descalificó. [interpretación reflexiva: ‘se autodescalificó’]»
[Miguel, Elena de: “El aspecto léxico”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe. 1999, vol. 2, 46.4.2.3]
Pasiva perifrástica con ser
Pasiva con se o refleja
Está sometida a restricciones aspectuales (ver más arriba), de ahí que su uso sea menos frecuente que la pasiva con se (o refleja).
No está sometida a restricciones aspectuales, de ahí que sea
más frecuente que la perifrástica.
Denota eventos particulares, concretos y puntuales.
Tiene un valor general: carácter sentencioso o universal.
Favorecen su uso:
los verbos dinámicos con agente de participación evidente;
los verbos que expresan eventos singulares con objeto externo y agente (explícito o no) de intervención evidente.
los verbos de aspecto perfectivo o delimitativo con objeto externo, que puede ser un referente humano: El atleta fue descalificado.
Favorecen el uso:
muy raras veces aparece un agente expreso;
los verbos con aspecto léxico habitual o repetitivo (iterativo);
el enunciado tiene un valor general, especialmente con verbos modales;
el sujeto procede en activa de un complemento directo interno al verbo;
aspecto perfectivo o delimitativo con objeto externo, excepto que este
objeto directo externo tenga un referente humano; en este caso,
el verbo va en tercera personal del singular y el objeto personal
va en acusativo precedido por la preposición a: Se descalificó al atleta (impersonal), sin a, la oración es reflexiva:
Se descalificó el atleta (a sí mismo).
Complemento agente (sintagma-por) en la pasiva con se
Apenas aparece, aunque hay varios ejemplos que muestran esta posibilidad en los siguientes casos:
sujeto nocional (sintagma-por) es plural, indefinido o genérico.
sujeto nocional no es plural, colectivo o genérico, pero sí anónimo.
PASIVA PERIFRÁSTICA y PASIVA REFLEJA – desde una perspectiva discursiva
A continuación resumo las ideas centrales sobre la diferencia entre la pasiva perifrástica y la pasiva refleja desde el punto de vista discursivo, tal como las expone Susana S. Fernández en su tesis La voz pasiva en español: un análisis discursivo. Frankfurt am Main: Peter Lang, 2007.
Se puede definir la pasividad en general como la no-identificación del conceptualizador con el agente. En la pasiva perifrástica, la no-identificación se da porque el conceptualizador se identifica con otro participante (el paciente). En la pasiva refleja, la no-identificación se manifiesta en el hecho de que el agente queda fuera de la conceptualización, pero no se produce necesariamente la identificación con otro participante.
«Sostengo que lo que define la voz pasiva y que constituye el denominador común entre las diversas construcciones es que la perspectiva elegida no es la del agente.
A partir de esta caracterización negativa, se abren dos posibilidades: adoptar la perspectiva de otro participante distinto del agente o presentar el hecho en términos generales, sin el punto de vista de ninguno de los participantes.
Así, existen construcciones pasivas que adoptan la perspectiva del paciente o de otro participante y otras que simplemente postulan la situación verbal sin resaltar a ninguno de los participantes.
La construcción perifrástica del español es mayoritariamente un ejemplo del primer caso, ya que la oración suele centrarse alrededor del paciente y esto se debe a motivos discursivos relacionados con el grado de tematicidad de los participantes (aunque en contadas ocasiones también se utiliza para la crónica de eventos).
La pasiva refleja, en cambio, tiene una funcionalidad más compleja y participa tanto de la perspectivación del paciente como de la postulación de un evento por el evento mismo.» (o. cit., p. 69)
«En la construcción pasiva perifrástica no se produce una identificación entre el conceptualizador y en la gente de la acción. En la mayoría de los casos, se produce, en cambio, una clara identificación con el paciente. En otros casos, no se produce una clara identificación con ningún participante.
La construcción no marcada para los verbos transitivos, es decir para los verbos que se construyen con sujeto y objeto directo, implica la elección del agente (el participante que ejerce una acción voluntaria sobre otro) como figura de la acción y, por tanto, su codificación como sujeto gramatical. El paciente constituye una figura secundaria y se construye como objeto directo. En la oración pasiva, en cambio, es el paciente quien (normalmente) se constituye en la figura de la acción y recibe la posición sintáctica de supremacía como sujeto oracional, mientras que el agente queda relegado al fondo como complemento oblicuo o directamente permanece sin expresión.» [Fernández, Susana S.: La voz pasiva en español: un análisis discursivo. Frankfurt am Main: Peter Lang, 2007, p. 115]
El participante más continuo es aquel más implicado en la secuencia de acción y el que tiende a recibir la posición de sujeto en una secuencia de oraciones. La pasiva perifrástica del español se utiliza para poder mantener al participante más continuo en la posición de sujeto oracional cuando su rol temático no es el de agente. Para Givón el sujeto suele representar el participante más implicado en la acción; aquel de quien realmente trata la secuencia.
pasiva PERIFRÁSTICA VS. pasiva REFLEJA
Según las gramáticas tradicionales, la pasiva con ser o ‘pasiva perifrástica’ está sometida a más restricciones que la pasiva con se o ‘pasiva refleja’, de ahí que el uso de la pasiva perifrástica sea cada vez menos en favor de la pasiva refleja.
Para Susana Fernández, las dos construcciones de pasiva pertenecen a la misma clasificación general: el denominador común es la falta de identificación con el agente. Pero las dos construcciones pasivas no son sinónimas, aunque las gramáticas a menudo han tratado a las construcciones perifrásticas y a las reflejas como funcionalmente equivalentes. Cada una se inserta en un ámbito funcional que le es propio, y solo en menor medida se produce una superposición de funciones. La superposición de funciones es recíproca, de modo que no se da una “invasión de la pasiva refleja en el ámbito de la perifrástica”.
La afectación del paciente se da claramente en la construcción perifrástica y no así en la construcción refleja. En la tipología sobre la pasividad se propone el parámetro de afectación como una característica de todas las construcciones pasivas en general y, sin embargo, en la pasiva refleja del español la afectación del paciente no es una condición para el uso de esta construcción. Según Keenan, si una lengua contiene dos pasivas, es probable que varíen en cuanto al grado de afectación del paciente o en cuanto a la afectación positiva o negativa.
Pasiva perifrástica se orienta al HACER (agente)
La pasiva perifrástica utiliza una situación de alta agentividad donde se realiza la idea de actuación sobre el paciente. Poner de relieve el control del agente sobre el paciente. En la construcción perifrástica se da claramente la identificación con el paciente y la función textual es permitir que el paciente reciba la posición sintáctica de sujeto.
La pasiva perifrástica tiene función organizadora del texto y alta identificación con el paciente. La pasiva perifrástica del español es un recurso de cohesión sintáctica. La función topicalizadora u organizadora del texto permite mantener en posición de sujeto al participante más temático. Debido a esto, los sujetos de esta construcción son en mayor parte altamente definidos, específicos y únicos, al igual que los sucesos en los que intervienen. Este carácter definido y único del participante y del suceso es el que potencia nuestra percepción de alta afectación.
La pasiva perifrástica muy a menudo expresa un juicio categórico, que implica reconocer un sujeto y luego afirmar o negar algo acerca de él (construcciones de tópico-comentario o continuativas y narrativas).
La pasiva perifrástica se vuelca marcadamente hacia los sujetos referenciales (entidades individuales específicas o grupo de entidades individuales específicas que pertenecen al mundo real o imaginario).
El orden normal del juicio categórico es SV.
La pasiva perifrástica es la forma marcada que indica de manera explícita que se tata solamente del punto de vista del hablante.
La pasiva perifrástica presenta tiempo pasado (perfectivo), modo indicativo, verbos télicos, polaridad positiva, paciente afectado y ubicación en una oración principal. Se utiliza en muchas ocasiones para expresar información secuencial en los textos.
En el español científico se utiliza la pasiva perifrástica para expresar aquellos procedimientos donde el experimentador realiza una tarea fuera de lo normal.
Resumiendo: La función principal de la pasiva perifrástica es topicalizadora, es decir, que permite mantener el tópico de discurso en la posición de sujeto. En un porcentaje menor de casos, también se utiliza esta construcción para la crónica de sucesos, función que normalmente ejerce solo la pasiva refleja.
La pasiva perifrástica se puede comparar con otra construcción topicalizadora: la anteposición del complemento directo. Se trata de un mecanismo de tematización o de cohesión textual, como la pasiva perifrástica. La pasiva perifrástica la construcción activa con complemento directo antepuesto son ambas un mecanismo de tematización. Pero mientras en la pasiva perifrástica se tematiza de manera no marcada participantes altamente continuos y se desfocaliza en gran medida el agente, en la segunda, la tematización es marcada y se da en participantes menos continuos.
La pasiva refleja se orienta al SUCEDER
Esto hace que la pasiva refleja sea tan indicada para la crónica de sucesos. La pasiva refleja frecuentemente emita un juicio tético que no realiza una predicación acerca de un sujeto independiente sino que simplemente implica el reconocimiento o rechazo de un material de juicio. Las oraciones téticas introducen información nueva: un nuevo referente o nueva entidad (oración presentacional), o un nuevo evento (oración de crónica de sucesos). Presentan la ocurrencia de un suceso, que puede ser tanto específico como genérico.
El orden normal del juicio tético es VS. La pasiva refleja es un vehículo frecuente de enunciados téticos y, en menor medida, de enunciados categóricos. Los sujetos antepuestos de la construcción refleja son más temáticos que los pospuestos, por lo que corresponden pensar que esta construcción también es capaz de topicalizar elementos y de expresar un juicio categórico.
La pasiva refleja se especializa en situaciones rutinarias y repetidas, y en participantes arreferenciales, indefinidos, plurales, etc., por eso no provoca esa misma percepción de afectación y, por tanto, tampoco la exige para su empleo.
La pasiva refleja, tanto en el caso de sujetos pospuestos como antepuestos, demuestra predilección por la arreferencialidad (alusión a una idea abstracta o a entidades genéricas).
La pasiva refleja es la forma no marcada y más amplia, ya que no niega la posibilidad de una lectura subjetiva, pero agrega la opción de objetividad. En la pasiva refleja el locutor adopta un punto de vista que no es el suyo, al identificarse con un narrador omnisciente o remitir a una norma, hábito, etc. del que no es responsable.
La pasiva refleja desconceptualiza totalmente al agente y es la más impersonal de todas. Presenta la ocurrencia lisa y llana del evento, con un bajo nivel de elaboración y con una alta distinguibilidad de los participantes.
La pasiva refleja con sujeto antepuesto ofrece más bien la información secundaria. Aparece con tiempos imperfectivos, auxiliares modales, pacientes poco afectados, en cláusulas subordinadas.
La pasiva refleja no expresa información secuencial en los textos. Particularmente en los textos narrativos, muchas oraciones de pasiva refleja tienen un uso “descriptivo”: especifican aspectos del trasfondo físico donde suceden los hechos y aparecen en este uso con verbos de percepción: Creo que el que llamó era tu jefe. No estoy muy seguro. Se oía muy mal. El narrador presente el entorno físico como si fuera accesible para cualquiera que se hallara en el lugar.
Las pasivas reflejas se usan también para expresar procedimientos o rutinas, uso muy cercano al deóntico (Eso no se hace). En el lenguaje científico se usan las pasivas reflejas para expresar procedimientos rutinarios con técnicas establecidas.
Resumiendo: La función principal de la pasiva refleja es la crónica de eventos y, en menor medida, el uso topicalizador.
Las gramáticas tradicionales sostenían que la pasiva refleja parecía estar haciendo retroceder el uso de la perifrástica. En el plano sincrónico cada una de ellas tiene un ámbito funcional propio, aunque tanto una como otra puede, en ocasiones, emplearse en el dominio funcional de la otra.
A veces para lograr una mayor variedad expresiva o para no repetir en corto espacio la misma construcción, se alterna el uso de una y otra construcción.
«Estas dos construcciones son intercambiables para el hablante de español. Es decir, el hablante considera que son lo suficientemente similares como para poder ocupar la misma función textual. En ambas se ha producido la no-identificación con el agente, aunque se haya llegado a ese resultado por distintos medios.» (o. cit., p. 132)
FRECUENCIA DE LA PASIVA EN ESPAÑOL
Tradicionalmente se ha hablado de la “repugnancia” del español al uso de la pasiva y su preferencia por la activa. Se suele decir que la pasiva perifrástica con agente expreso es en español poco productiva y que la lengua prefiere la construcción activa con objeto directo antepuesto. El español parece preferir la construcción activa con complemento directo tematizado.
«Sin ningún lugar a dudas, es cierto que el español utiliza más la construcción activa que la pasiva y también es cierto que la pasiva se utiliza más en la lengua escrita que en la oral. Por otro lado, el hecho de que la construcción pasiva perifrástica se utilice menos que la refleja (lo cual también es cierto) no indica necesariamente que esta construcción esté en vías de extinción. Estas dos construcciones cumplen funciones discursivas distintas y se emplean en contextos diferentes.» (o. cit., p. 142)
La pasiva perifrástica se utiliza menos en la conversación que en otros géneros y bastante menos también que en inglés.
En los géneros escritos es donde se concentra más el uso de la pasiva perifrástica y, entre ellos, son los textos informativos y argumentativos los que más la emplean. El género narrativo tiene de común con la oralidad el factor del interés y de la afectividad, que chocan con la identificación negativa que postula la construcción pasiva.
CONSTRUCCIÓN ACTIVA DE OBJETO DIRECTO ANTEPUESTO
«La anteposición del complemento de objeto, también en ocasiones llamada dislocación a la izquierda, es un mecanismo por el cual se coloca al objeto en posición preverbal, sin que se produzcan otros cambios estructurales en la oración referidos a la forma verbal (continúa siendo activa) o el estatuto sintáctico del agente (permanece como sujeto). Se ha dicho, muy a menudo, que se trata de un mecanismo de tematización o de cohesión textual y, por eso, muchos autores lo han relacionado con la construcción pasiva perifrástica. [...]
Existen en español dos formas distintas de anteponer el objeto directo al verbo: una con repetición pronominal y otra sin repetición pronominal. La primera ha sido denominada por distintos autores tematización o dislocación a la izquierda; la segunda, topificación. Los siguientes dos ejemplos de mi corpus ilustran cada uno de los casos, respectivamente:
A Molondro lo conozco muy bien.
Un lleno casi total registró ayer el Auditorio de Galicia, con motivo del concierto que ofreció la Orquesta Virtuosi die Praga.
Los autores parecen estar en desacuerdo acerca de si la distinción entre ambas clases presenta importancia funcional o no, pero lo que sí parece quedar claro es que la distribución de ambas formas está relacionada con el grado de referencialidad del objeto antepuesto. En la topificación, el referente aparece precedido de cuantificador o es indeterminado. En los casos en que se produce la reiteración pronominal, los referentes están más claramente identificados. [...]
Puede decirse que si bien la pasiva perifrástica y la construcción de objeto directo antepuesto son ambas un mecanismo de tematización, en la primera se tematizan de manera no marcada participantes altamente continuos y se desfocaliza en gran medida el agente, mientras que, en la segunda, la tematización es marcada y se da en participantes menos continuos.» (o. cit., pp. 136-137 y 142)
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