Hispanoteca - Lengua y Cultura hispanas

Ser y Estar - Cómo explicar la diferencia

© Justo Fernández López

Gramática española - Nivel superior

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cómo explicar la diferencia entre ser y estar

Del loco dicen que está loco porque otro día no lo estará más;

del necio no dicen que está necio, sino que es necio de juro y heredad,

que toda la vida lo será.

[Luis Zapata: Miscelánea, apud Keniston, p. 479]

Soy de los políticos que tienen vida. No estoy enganchada a esto.

Yo no soy ministra, estoy de ministra.

[Carmen Calvo, ministra de Cultura]

Ser <> Estar como verbos plenos

en función predicativa y no copulativa

Ser significa existir o tener lugar:

Dios es.

La boda fue hace dos días.

El congreso es en París.

El concierto es a las siete.

Estar significa hallar o encontrarse:

¿Está Miguel (en casa)?

El aula está en el primer piso.

¿Cómo estás?

Las llaves están en el cajón

Ser <> Estar como verbos auxiliares

Ser se usa para formar la pasiva de proceso [Vorgangspassiv]:

Las cuentas aún no han sido pagadas.

Estar se usa para formar la pasiva de estado [Zustandspassiv]:

Las cuentas ya están pagadas.

Estar se usa para formar perífrasis verbales:

-¿Qué estás haciendo? –Estoy viendo la tele.

Ser <> Estar + sustantivo

Verbos copulativos para identificar y clasificar

En español no existe ninguna construcción estar + sustantivo, cuando este sustantivo no es el sujeto sino el predicado nominal.

¿Está Juan (en casa)?  [Juan = sujeto]

Mi novio es Juan. [Juan = predicado nominal]

*Mi novio está Juan.

Únicas excepciones son algunas expresiones coloquiales en las que el sustantivo tiene casi significado de adjetivo calificativo:

está bomba = toll aussehen

está canela = lecker schmecken

está cañón = großartig aussehen (Person)

está fenómeno = gut schmecken / gut aussehen

está mosca = eingeschnappt sein

esta pez = keinen blassen Dunst haben

está trompa = betrunken sein

Para identificar o clasificar, es decir, para indicar quién o qué es, o para indicar a qué clase / género / especie pertenece algo, se usa ser

Este animal es un armadillo.

Esto es un ordenador.

Este es el nuevo ordenador.

Este bicho es un cienpiés.

El hombre es un animal racional.

Estos son nuestros hijos.

El mayor es el de la derecha.

Para expresar el estado civil en el lenguaje hablado se puede usar ser o estar: es casado / está casado; es soltero / está soltero; es viudo / está viudo; es divorciado / está divorciado. Pero cuando se pregunta oficialmente por el estado civil, se suele usar el verbo ser (documentos oficiales o instituciones): ¿es casado o soltero? Sin embargo, cuando se dice con quién está casado, se usa solamente estar: está casado con ...

Para indicar posesión se usa ser

ser de ... = gehören

¿De quién es esta maleta?

Es mía.

Para indicar procedencia se usa ser

Yo soy de Madrid.

¿De dónde eres tú?

Para indicar el material del que está hecho algo se usa ser

Este reloj es de oro.

Pero:

Este pastel está hecho con almendras.

Es un pastel de almendra.

Para el precio, la cantidad o numerales se usa ser

Dos y dos son cuatro.

Dos por dos son cuatro.

Trece menos cuatro son nueve.

-¿Cuánto es? -Son diez euros.

Para indicar los días de la semana se usa ser

¿Qué día es hoy?

Hoy es jueves.

Para indicar la hora se usa ser:

¿Qué hora es?

Son las doce.

Ya es hora de + infinitivo = es ist Zeit zu + Infinitiv

¡Ya era hora! = es war höchste Zeit

es de día / es de noche = es ist Tag / Nacht

Para indicar las fechas se usa estar:

¿A cuántos estamos hoy?

¿A qué día estamos?

Estamos a diez de enero.

Pronto estamos en invierno.

Para indicar oficio, profesión o actividad se usa ser

Soy ingeniero.

Juan es camarero.

Miguel es fontanero.

Si la actividad se ejerce de forma pasajera, se usa estar de ...

Los veranos, Juan está de camarero en la Costa del Sol.

No tiene trabajo fijo y está de portero nocturno en un hotel.

 

Estar + adverbio modal

¿Qué tal estás? = wie geht’s dir?

Estoy bien / mal = mit geht’s gut / schlecht

Eso está mejor = das ist besser

Así está mejor = so ist es besser

Está mejor que nunca = ... so gut wie noch nie

Ser <> Estar + adjetivo

Verbos copulativos que atribuyen una cualidad o estado al sujeto

«La distinción entre ser y estar copulativos en términos de ‘cualidad’/’estado’, sancionada por la gramática tradicional es, en términos generales, adecuada; en las oraciones con ser copulativo, el hablante atribuye una cualidad al sujeto independientemente de una circunstancia, de forma que la información que transmiten es válida en momentos distintos al de la enunciación [Aussage]. Por el contrario, la oraciones con estar expresan estados o situaciones, necesariamente determinados por una circunstancia que no puede ser ignorada por el hablante – los predicados de estadios admiten complementos temporales y de frecuencia, contrariamente a los predicados de propiedad – y la validez de la información está circunscrita al momento de la enunciación.»

[Fernández Leborans, M. Jesús: “La predicación: Las oraciones copulativas”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe. 1999, vol. II, § 37.2.1]

El hablante emplea estar cuando hace la apreciación de un estado en el que percibe un cambio con respecto a un estado anterior, a un estado esperado o imaginado por el hablante, o a un estado futuro.

Con estar se pueden emplear solamente adjetivos que, en la realidad, son susceptibles al cambio, que son vistos por el hablante como algo mudable, por ejemplo, enfermo, que supone el cambio de un estado anterior: sano.

Para emplear estar no es necesario que el adjetivo exprese una cualidad transitoria. Basta que esta cualidad sea producto de un cambio. Este cambio lo detecta o percibe el hablante al comparar el estado actual del objeto de que habla con el recuerdo que tiene del objeto en otras ocasiones, o con la idea que tenía de las cualidades del objeto de que habla.

Una cosa puede cambiar y el cambio puede ser irreversible. Decimos de alguien que está loco, para indicar que estaba mentalmente sano, pero que de un día para otro se puso loco, sin indicar con ello que loco sea un estado transitorio. Pero si el hablante dice de alguien que es loco o que es un loco, lo caracteriza, es decir, lo incluye en una categoría determinada, la de los locos. Posiblemente no conoció nunca a esa persona en otro estado que no fuera el de locura.

Si decimos está muerto significa que dejó de vivir, que murió. Es un cambio radical, pero, lingüísticamente, no quiere decir que muerto sea algo transitorio. Y esto vale tanto para el hablante cristiano, que cree en la resurrección, como para el ateo,  para quien: está muerto significa está bien muerto / está más que muerto (mausetot).

De lo que se deduce que la regla clásica que dan algunas gramáticas para alemanes: “ser ist dauerhaftes sein, während estar vorübergehendes sein ist” es sencillamente falsa.

Pero hay adjetivos que, en la realidad, expresan propiedades o cualidades que no son mudables o que difícilmente cambian. Así cuando digo de alguien que es (un hombre) muy sano quiero decir que casi nunca está enfermo o que no lo vi nunca enfermo. Es (un hombre) sano significa que no está sujeto a los continuos cambios de sano-enfermo.

Por tanto, con ser se predica una propiedad inherente del sujeto independiente de la experiencia inmediata o de cualquier evento. Es decir, el hablante no puede constatar cambio alguno en el sujeto portador de esa cualidad. Si digo de alguien que es egocéntrico o psicópata, estas cualidades no están sujetas al cambio. El que es egocéntrico lo es siempre, es un rasgo de su carácter, y, si algún día deja de serlo, diremos ya no es tan egocéntrico como antes. Es decir, no tanto como antes, pero se sigue considerando egocéntrico como un típico rasgo de su carácter. Lo mismo se podría decir de es muy psicópata.

Hay adjetivos que en la realidad están sujetos al cambio, por ejemplo, con el adjetivo neurótico calificamos un trastorno emocional que se puede corregir. Así si el hablante dice de alguien que es un neurótico, quiere con ello decir que ha conocido a esa persona siempre con ese mismo rasgo de carácter, o que esa persona difícilmente cambiará de carácter. En cambio si el hablante dice de alguien que está del todo neurótico, quiere decir que se ha vuelto (geworden) muy neurótico, y que antes no lo era tanto. Si dice que últimamente está neurótico expresa con ello que la persona de que habla está pasando una crisis emocional.

Si decimos de alguien que es (un) histérico, expreamos con ello un rasgo característico de su personalidad. Si decimos que está histérico, queremos decir que en una situación determinada se puso histérico, o que está pasando una crisis emocional.

En alemán se usa muchas veces el verbo werden para traducir estar + adjetivo susceptible de cambio: es viejo (er ist alt), está viejo (er ist alt geworden). También se puede emplear en alemán el verbo aussehen, que expresaría la percepción por parte del hablante de un cambio en el aspecto: ¡qué guapa estás hoy! (heute siehst du aber schön aus!): Independientemente de que la chica sea guapa en sí, al emplear el verbo estar el hablante enfatiza lo que está viendo ahora: “hoy te encuentro muy guapa”. Al oír la frase estás muy guapa, la interlocutora entiende que  el hablante ha percibido algún cambio en ella. A esto la interlocutora puede reaccionar enumerando las causas que han provocado un cambio en su aspecto: “es que he ido al peluquero”, “es que cambié de peinado”, “es que me he comprado un vestido nuevo”. Mientras que a la frase eres muy guapa, la interlocutora puede reaccionar con la frase castiza de así me parió mi madre.

Hay adjetivos que implican cambio, como pálido. Uno se pone pálido. Pero alguien puede ser pálido por naturaleza. Así si decimos

Esta chica fue siempre muy pálida

queremos indicar que no es que esté pálida ahora, sino que siempre fue así, mientras que si decimos

Esta chica está siempre muy pálida

queremos indicar que no acaba de coger color en la cara, que le debe pasar algo, que debería tener otro color:

¿Por qué estás siempre tan pálida? Deberías ponerte más al sol.

En este caso el hablante compara el estado (permanente) o falta de color de la chica con el aspecto que, según él, debería tener. La chica puede explicar que ella fue siempre así de pálida y que por más que se ponga al sol no cambia de color.

En una palabra, cuando el hablante emplea el verbo estar con un adjetivo calificativo, indica con ello que ha percibido un cambio en el objeto o persona de que habla. ¿Cómo percibe el hablante el cambio? Comparando el “estado” actual del objeto con el objeto tal como lo conoció en otro tiempo, o tal como se lo habían descrito (cualidad esperada), o tal como se lo había imaginado. O comparando el estado de una cosa con el estado de otra.

 

Adjetivos relativos con ser

estar hecho un + adjetivo relativo

 

Hay adjetivos, sobre todo los adjetivos relativos, cuyo cambio no es perceptible por parte del hablante, que necesita la información directa del sujeto al que el adjetivo es inherente. Por ejemplo, el extranjero que se ha hecho español, que ha cambiado de nacionalidad. Si el hablante le dice: tú eres argentino, ¿verdad?, y el interlocutor contesta: no, ahora soy español, he cambiado de nacionalidad, es este un cambio que el hablante no podía percibir. No podía haber hecho la experiencia de que alguien era argentino y la próxima vez percibir que era español. Pero si el cambio es perceptible, por ejemplo por la forma de comportarse, el hablante puede decir: estás hecho un español = “te veo muy español”, independientemente de que haya cambiado o no de nacionalidad. La forma de comportarse sí es un cambio perceptible. El hablante compara la forma de ser antes y ahora, y encuentra que la persona ha cambiado, que ha “adquirido” rasgos y modales típicos de un español. El interlocutor no se justifica diciendo: es que he cambiado de nacionalidad, ahora soy español, sino: es que ya llevo viviendo muchos años en España y siempre se pega algo.

Los adjetivos relacionales clasificativos, que sirven para caracterizar al sujeto por su pertenencia a una determinada clase, son léxicamente convertibles en sustantivos por su denotación de ‘clase’. Estos adjetivos expresan:

§         nacionalidad: español, alemán ...

§         lugar de nacimiento: madrileño, londinense, vienés ...

§         religión: cristiano, musulmán ...

§         clase social: aristócrata, burgués ...

§         partido político: socialista, monárquico ...

§         institución o escuela: positivista, neoclásico, renacentista ...

En función de un determinado efecto de sentido humorístico o irónico, estos adjetivos pueden aparecer con estar: Isabel está muy andaluza esta noche.

Los adjetivos modales (posible, cierto, probable ...) no admiten construcción con estar.

 

La perfectividad de los adjetivos y participios

«Hay muchos adjetivos que comparten con los participios una propiedad básica: el aspecto perfectivo. Son adjetivos perfectivos y se construyen con estar y no con ser. La palabra perfectivo viene del latín perfectum que no significa ‘perfecto’, sino ‘acabado’ o ‘completado’.

Veamos los dos grupos siguientes de adjetivos:

a)   lleno, suelto, limpio, descalzo...

b)   bueno, alto, inteligente, cortés...

Los adjetivos de a) no designan propiedades inherentes de las entidades de las que se predican, sino resultados de acciones o de procesos a los que se llega o estados en los que se desemboca. Estos procesos son los que designan los verbos que encontramos en sus radicales. La gramática de lleno y limpio tiene muchos puntos en común con la de llenado y limpiado, porque las cuatro formas comparten el aspecto perfectivo. No comparten en cambio otras propiedades (como el aparecer con complementos agentes o con adverbios agentivos) porque llenado y limpiado son formas verbales mientras que lleno y seco son adjetivos.

La lengua ha perdido en los últimos siglos muchos adjetivos del grupo a). Es cierto que permanecen un buen número de ellos

contento, disperso, despierto, sujeto, absorto, molesto, tenso...,

pero otros muchos apenas si sobreviven en ámbitos dialectales, cuando no han desaparecido completamente

calmo, nublo, saldo, escuso, condenso, cierro, siento, pago, trunco, canso, guardo, privo.

Otros adjetivos perfectivos nos han llegado sin la perfectividad que tuvieron antiguamente, con lo que pasan a ser adjetivos calificativos lexicalizados:

uvas pasas (es decir, pasadas)

judías pintas (= pintadas)

vino tinto (= vino teñido). [...]

Cuando bueno significa ‘recuperado de una enfermedad’ pasa del grupo b) al grupo a), es decir, pasa a ser un adjetivo perfectivo. [...]

Muchos de los participios del grupo a) eran antiguos participios truncados o truncos, es decir eran verdaderas formas verbales. [...]

Es de notar que ningún verbo estativo admite adjetivos perfectivos, truncados o no, porque ello sería incompatible con su propio significado (dicho en otros términos: porque no poseen argumento agentivo). Puede, pues, decirse que amado no es un adjetivo perfectivo por la misma razón que no existe el verbo medio *amarse: el verbo no denota un proceso que desemboque en un resultado ni se concibe como una acción culminativa. No puede significar “resultar amado” ni “quedar amado” porque esos conceptos son incompatibles con el significado estativo de ese predicado. [...]

La perfectividad que los participios y los adjetivos comparten la poseen otras categorías entre las que deben destacarse los complementos locativos de “lugar en donde”. Este es un hecho interesante que ha sido estudiado por muchos autores porque la perfectividad se interpreta con frecuencia lingüísticamente como una metáfora de la locación. [...]

Es interesante recordar la importante observación de Hanssen (1912) de que la propagación de estar en la historia del español se produjo como extensión de los usos locativos. En el siglo XIV se decía es dicho, pero se usaba en cambio está escrito. El uso de está dicho es posterior históricamente porque, según Hanssen “estar se propaga con mayor rapidez en los casos en los cuales se combina con la idea de lugar”. En la lengua actual los predicados locativos son algunos de los que poseen aspecto perfectivo.» [Bosque 1998: § 8.4]

 

Las cualidades que se atribuyen a entidades designadas por el sustantivo permiten introducir otra clasificación de adjetivos:

Adjetivos que aportan rasgos inherentes, estables, definidores de las nociones a las que cualifican:

Adjetivos de nivel individual (o individuales, de individuo, inherentes, caracterizadores, imperfectivos), como astuto, capaz, cortés, lavable, misterioso, posible, potable, rectangular.

Son predicados de estado que denotan comportamientos: ser amable, ser tacaño, ser bueno.

Adjetivos que expresan propiedades accidentales o episódicas:

Adjetivos episódicos (de estadio, resultativos, perfectivos, precarios).

Son adjetivos que presentan estados accidentales que resultan muy a menudo de algún cambio: contento, desnudo, enfadado, exhausto, harto, lleno, satisfecho.

Los estados pueden prolongarse en el tiempo, o incluso hacerse habituales: Hace años que estoy harto de hacer el mismo trabajo; Está muerto.

Muchos de estos adjetivos coinciden con participios: abierto, cansado, encantado, enojado.

La distinción no implica que las propiedades de los predicados caracterizadores sean permanentes o, a la inversa, que los de los predicados episódicos sean transitorias. La noción de ‘predicado de individuo’ da a entender que las propiedades en cuestión –permanentes o no– se predican de la entidad designada por el sujeto en sentido absoluto, es decir, sin asociarlas a una situación o a un episodio particular.

El carácter episódico de los predicados que se construyen con estar (más exactamente, el que estos predicados sean relativos al estado particular en que se encuentran los referentes de sus sujetos) es coherente con el hecho de que elijan este verbo los que designan el resultado de un cambio de estado (El suelo está sucio), el comportamiento particular de los individuos bajo ciertas circunstancias (El gobernador estuvo cruel en su discurso), la percepción que el hablante tiene de una entidad en un momento particular (El tiempo está frío) y otras muchas nociones que no se refieren a las entidades aisladamente, sino a la relación que establecen con determinadas circunstancias o situaciones. Así, quien dice La niña está muy alta en esa silla no presenta la altura como propiedad de la niña, sino que la relativiza a una situación particular.

Las distinciones entre predicados de individuo o caracterizadores y predicados de estadio o episódicos no se aplica únicamente a los adjetivos. Las locuciones adjetivales admiten asimismo la distinción. Así, de buen corazón se construye con ser, pero de buen humor se construye con estar.

Existe una diferencia entre los predicados que definen o caracterizan al individuo con independencia de la información espacio-temporal y los predicados que describen el estado en que el individuo se encuentra en una determinada situación espacio-temporal.

Esta distinción entre predicar una cualidad del sujeto o describir el estado en que se encuentra es independiente de la duración del intervalo, que puede ser más o menos larga; así pues, la predicación con ser no se opone a la predicación con estar como la expresión de lo permanente frente a la de lo transitorio o accidental. [RAE: NGLE 2009, § 13.4k ss. y § 37.7d ss.]

Resumiendo

El verbo ser expresa de forma objetiva lo que una cosa es en sí, sus propiedades características, o clasificándola, incluyéndola como un elemento dentro de una clase.

El verbo estar describe un estado percibido por el hablante como diferente a otro estado de la misma cosa o a otra cosa en un estado semejante. Por eso el verbo estar tiene un carácter mucho más enfático y emocional que el verbo ser, por ser un verbo más subjetivo. No quiere decir que el verbo estar exprese estados transitorios. Los estados que compara o contrasta pueden ser permanentes e incluso inherentes y normales. Pero lo hace con más énfasis que el verbo ser. El hablante compara con la experiencia que ha hecho con los estados de otras cosas.  Así en los ejemplos siguientes

-¿Dónde podemos comer?

-Vamos a El Mesón del Labrador, allí el cocido está excelente.

No quiere decir que el cocido en ese local unas veces es bueno y otras malo. No, el hablante usa en este caso estar para denotar que ha comido en otros locales, pero el cocido de El Mesón del Labrador es de lo mejor. El hablante no está hablando de oídas, sino que habla por experiencia.

Cuando un español, en un museo, extasiado ante un cuadro exclama:

 ¡Qué hermoso está esto!

Expresa su sorpresa y emoción ante una cosa que no había visto antes. Se podría decir que internamente compara la sensación estética que está teniendo ahora con otras que hizo en otras situaciones o visitas a museos.

Cuando empleamos ser para denotar cualidades inherentes al sujeto expresamos de forma latente que la propiedad aplicada al sujeto es permanente.

Con estar se pueden también denotar cualidades o estados permanentes, pero de forma expresa, añadiendo un adverbio de tiempo: siempre, nunca ... Por ejemplo:

Siempre está moreno porque trabaja todo el día al sol.

[Trabajando todo el día al sol, logra mantener ese bonito color moreno que tiene.]

Me gusta la nieve de las montañas porque siempre está blanca.

[La nieve es bonita porque es algo que no siempre brilla.]

Has estado siempre enfermo porque nació con un defecto en el corazón.

Estar para expresar contrastes: Con estar atribuimos a una cosa una propiedad o estado al compararla o contrastarla con otra cosa o con otro estado de la misma cosa. Con ser caracterizamos, con estar contrastamos y comparamos unos estados con otros. Con ser también se puede comparar, pero para valorar las cualidades inherentes o esenciales a una cosa: esto es mejor que aquello.

Este espejo está entero.

¿Por qué usamos aquí el verbo estar?  Pues, por contraste, porque comparamos el estado en que se encuentra este espejo que estoy percibiendo con otro espejo que está roto. Decimos que este espejo está roto porque (el) otro espejo que conocemos está entero. Comparamos el espejo roto con el espejo entero.

Deja ese espejo que está roto, toma éste que está entero.

El verbo estar se usa para indicar que algo está de alguna manera en comparación de otro estado. Este “otro estado“ puede referirse al mismo sujeto o a otra persona, animal o cosa relacionada. Al español le gusta comparar y contrastar unas cosas con otras, le gusta hacer contrastes [del latín contra + stare, alemán: ‘im Gegensatz stehen’].

En español se puede usar el verbo estar, por contraste, en todos los casos que admiten estado y comparación (este está ... en comparación con ése):

La leche está fría, caliéntala un poco más.

Toma, ahora espero que esté bastantes caliente para ti.

El cemento está muy blando, échale más arena.

Ya es suficiente, ahora está bien duro.

[Contraste: frío – caliente, blando – duro]

Usa este cemento porque está más concentrado (que ese otro).

Este árbol está torcido.

[Comparado con los de al lado que están rectos.]

O sea que el hablante compara, contrasta un estado con otro, y este contraste lo expresa con el verbo estar. De modo que con estar no expresa una excepción a una norma (los árboles unos crecen rectos y otros torcidos), sino que compara unos árboles con otros y expresa el estado de un determinado árbol usando el verbo estar.

Ahora bien, si el hablante se refiere a una determinada clase de árbol cuya característica es ser recto o torcido, usa el verbo ser para caracterizar ese árbol:

El eucalipto es recto, pero este eucalipto está torcido.

El olivo es torcido, pero este olivo está recto.

No expresa con ello una excepción, sino más bien un contraste.

El césped en la primavera está siempre verde.

[En contraste con el estado del césped en invierno.]

En algunos casos, un mismo adjetivo cambia de significado según se emplee con ser o con estar. Un español sentado en la terraza de un café ve pasar a una joven y exclama:

 ¡Qué buena estás

Con ello no se refiere a la salud de la joven, sino a su aspecto físico, a su atractivo. Con el verbo estar se refiere al aspecto de la joven, a su atractivo. Seguro que vio pasar aquella tarde cientos de mujeres, pero ninguna como ésta. Además la compara con otras que están malas - que tampoco quiere decir que estén enfermas, sino que carecen de atractivo.

Si hubiera dicho

¡Qué buena eres!

no habría indicado más que esa mujer es de buen corazón, buena persona, que pertenece a la clase de las mujeres buenas, de buen corazón. 

Cuando un español cuenta en la oficina, el lunes por la mañana, que se había ligado el domingo a una “tía”

¡Macho, no veas qué buena estaba la fulana!  

no necesita dar más detalles, el verbo estar dispara en los oyentes masculinos la imaginación ...

Ya hemos comentado no es adecuada la regla que dice que con ser se trata de una cualidad esencial y permanente, mientras que con estar el hablante expresa una cualidad o estado transitorio. Es clásico el contraejemplo: está muerto. Con ser caracterizamos sin precisar ninguna condición temporal o locativa. Con estar el hablante contrasta o describe un estado percibido por él como tal. Cuando queremos expresar un concepto de transitoriedad o permanencia, le añadimos al verbo un adverbio que aclare lo que queremos decir:

Su esposa está triste porque su marido ...

En este caso se sobreentiende el adverbio ahora / hoy / en este momento en que la estoy viendo. Cuando no se implica el hoy / ahora / en este momento, se puede aclarar la frase mediante una expresión adverbial:

Su esposa está algunas veces triste porque su marido ...

Incluso aunque empleamos el adverbio siempre que indicaría un estado permanente o una característica, podemos usar el verbo estar para expresar que “ese estado es permanente”:

Su esposa está siempre triste porque su marido ... = Estado.

Su esposa es una mujer triste porque ... = Característica.

El cielo de Castilla está siempre azul. = Estado.

El cielo de castilla es un cielo azul. = Característica.

Ser es el verbo inexpresivo, mientras que estar es el verbo de la expresividad emocional. La cópula es es tan inexpresiva que casi se la puede omitir:

El cielo es azul.

equivale a

El cielo azul.

Pero está no se puede suprimir sin quitar aquello que despertó el entusiasmo:

El cielo está azul.

> ¡Qué azul está el cielo!

Ser expresa característica, mientras que estar se puede emplear en todos los casos en que el sujeto admita concepto de estado y sea posible el contraste o comparación:

El agua del Atlántico es muy fría.

= Característica.

El agua del Atlántico está muy fría.

 = Comparada con la del Mediterráneo.

El Océano Ártico es frío.      

= Característica.

El Océano Ártico está frío.

= Comparado con otros océanos.

La torre de Pisa es inclinada.

= Característica.

La torre de Pisa está inclinada.

 = Hay otras que no lo están.

Miguel es calvo.

 = Característica.

Carlos está calvo.

=  Se ha quedado calvo. Antes no lo estaba.

Los pantalones son grandes.

= Característica.

Los pantalones me están grandes.

 = Comparados con la talla que yo uso.

El chico es alto.

= Característica.

El chico está muy alto.     

= La última vez que lo vi no era tan alto.

La nieve es blanca.

 = Característica.

La nieve aquí está siempre blanca.

= Comparada con la nieve en las calles que está toda sucia.

Cuando no hay posibilidad de comparación, no se puede usar el verbo estar. Se trata de casos que expresan una característica única, son conceptos absolutos que, por serlo, no admiten cambios ni contrastes:

*La tierra es redonda.

[No hay planetas cuadrados.]

Aunque podamos comparar cómo vemos nosotros hoy la tierra y cómo la veían antes de Copérnico:

En la Antigüedad se creía que la tierra era cuadrada.

Aquí no se contrastan dos estados, sino que se comparan dos visiones del mundo diferentes. Pero podemos comparar el estado actual de nuestro planeta ahora con un estado anterior hace millones de años:

El planeta Tierra, ahora, está sólido, pero antes era una bola de fuego.

Con el verbo estar se denotan estados

1.     Un estado accidental en contraste con la característica.

En invierno, en las calles, la nieve está sucia en las calles.

Siempre fue muy sano, pero últimamente está a menudo enfermo.

2.     Un estado desacostumbrado en contraste con el usual.

Este año la fruta está muy cara.

Los árboles están verdes, ¡y estamos en otoño!

3.     Novedad de un estado en contraste con un estado anterior del mismo sujeto.

María está rubia (antes tenía el cabello negro).

Manuel está calvo (antes tenía mucho cabello).

4.     Estado actual en contraste con un supuesto cambio de estado en el futuro.

La chica todavía está rubia ... pronto le dará por teñirse; (está rubia hasta que le dé por teñirse).

La pobre está alegre como siempre ... cuando sepa la noticia, se pondrá triste.

La nieve todavía está blanca ... pronto se ensuciará con tanto esquiador.

5.     Un estado inesperado. En estos casos hay un elemento de sorpresa: se indica con estar algo que no se sabía.

¡Qué hermoso está esto! ¡Qué suave está este metal!

[No esperaba que fuera tan bonito. No esperaba que este metal fuera tan suave.]

¡Caramba, esta piedra está más dura que el acero! 

[Esta piedra está más dura que lo que esperaba.]

Esta piedra es más dura que el acero.

[El escultor está trabajando con una piedra que sabe que es muy dura.]

6.     Estados permanentes y normales en contraste con el estado de otra cosa relacionada.

El océano Atlántico está siempre frío; el Mediterráneo está siempre templado.

El cielo en Castilla está siempre azul; el de Galicia está siempre gris.

7.     Contrastar dos estados sin indicar permanencia o transitoriedad.

Este jarro está entero, aquel otro está roto.

Estas peras están más dulces que aquéllas.

8.     Estados definitivos y resultantes.

Este jarró está roto. [Ya no se puede arreglar.]

Carlos está muerto. [Ya no vive.]

9.     El estado del tiempo.

Está despejado; está gris; está agradable; está bochornoso.

Bibliografía

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